Por Francisca Ramos
La reducción de la violencia continúa siendo una de las principales demandas de la población salvadoreño, el gobierno del FMLN busca dar solución a su manera ataca el efecto mas no la causa, el gobierno del FMLN al igual que los areneros continúan implementando acciones que no solucionan el problema.
El problema de la violencia ha evolucionado grandemente responsabilizándose de ellos a la maras y a la pandilla las cuales en su mayoría están conformadas por jóvenes, desde los gobierno areneros hasta el actual estos vienen trabajando para sembrar el odio entre los cuerpos de seguridad y los miembros de la mara y pandillas a las cuales han llegado a catalogar en el sistema jurídico burgués como terroristas, pareciera que el sueño de los gobiernos de ver un nuevo conflicto entre una parte de la sociedad y los cuerpos de seguridad se ha está haciendo realidad, vemos con frecuencia enfrentamientos armados desiguales entre la juventud que conforma las maras y las pandillas y en la mayoría de casos con los miembros de la Policía Nacional Civil, (PNC); todo apunta que el estado y su gobierno ha logrado nuevamente poner a pelear un sector de la sociedad en un primer momentos con los agentes de la PNC y luego con las represivas fuerzas armadas, en el pasado conflicto dicho enfrentamiento era en función de la búsqueda del bienestar del pueblo salvadoreño, el cual fue después traicionado por la dirección del FMLN.
Juventud víctima de la violencia
Mientras la población civil sufre las consecuencias de la violencia y la delincuencia el gobierno del FMLN saca ventaja ya que esta le sirve de válvula de escape a los diferentes problemas sociales a la vez misma le sirve para fundamentar fuentes de financiamientos ante la crisis fiscal que atraviesa.
Del accionar de los cuerpos de seguridad la juventud es quien se lleva la mayor parte en los últimos días son numerosos los casos en donde muchos jóvenes han caído víctimas de las acciones de los cuerpos de seguridad. Dicho accionar cada día polariza mas la sociedad en donde los familiares de la victimas van desarrollando el odio contra los cuerpos de seguridad. Al respecto un investigador de la Policía manifestó a un periódico: “Todos estos niños que andan entre la multitud ven al policía como un enemigo porque ha matado a su familiar o a su amigo. Estos son los niños que en el futuro van a atentar en contra de los policías. Esto está difícil, es la de nunca acabar. Porque van a querer vengarse y como no tienen logística, siempre salen muriendo. Y entonces esto vuelve a empezar, los amigos y familiares de esos van a querer venganza y así vamos a estar” (LPG 24/11/16). La situación es tal Óscar Alirio Campos coordinador de la Unidad de Justicia Juvenil de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) ha manifestado: “Si hay arbitrariedad en los procedimientos eso marca la vida de las personas. Hay muchos niños que recuerdan estos años cómo entraron por sus papás a la casa, esa violencia que es institucional”
De las medidas extraordinarias al plan Némesis
Todo apunta que las medidas extraordinarias no han sido capaces de llevar seguridad a la población, por el contrario, han agudizado más el problema de la violencia en donde la mayoría de jóvenes sean o no sean miembros de maras o pandillas son objetivos de pesquisas y de acciones represivas de los cuerpos de seguridad y de las fuerzas armadas, así mismo han llevado a un mayor enfrentamiento entre los cuerpos de seguridad y los miembros de maras y pandillas. Ante dichos ataques el gobierno ha lanzado un nuevo plan denominado Némesis que tiene como “ ejes, entre ellos el seguimiento a los delincuentes que atentan contra los agentes policiales, la prevención (como siempre), fortalecimiento de equipo de protección para los miembros de seguridad y atención a las víctimas” (DEM. 18/11/16)
Como vemos, dicho plan busca principalmente brindar seguridad a los miembros de la PNC y de las fuerzas armadas y no a la población en general como lo manifestara Óscar Ortiz, vicepresidente de la República quien expresara: “…Hemos empezado a acorralar a los delincuentes más peligrosos, hemos golpeado fuertemente a las estructuras que se habían asentado en el territorio… No vamos a dar ningún tipo de tregua, que en este tipo de acciones desesperadas de una fracción de estas estructuras criminal no va a detener el actuar policial, vamos a llegar hasta las últimas consecuencias para seguir brindando seguridad a la familia salvadoreña...” (DEM. 18/11/16), Aunque las autoridades de la PNC no quieren reconocerlo las muertes de miembros de la PNC y de las fuerzas armadas ha causado cierto desconcierto en el interior de dichas instituciones.
Estudio, trabajo y salarios dignos
La violencia y delincuencia es resultado de la descomposición social que vive el país producto del excluyente y explotador sistema capitalista en donde la juventud se está llevando la peor parte ya que no se le brindar las oportunidades para continuar sus estudios o de un trabajo digno y los pocos que logran un trabajo al igual que el resto de la población tienen que sobrevivir con míseros salarios. El gobierno nuevamente se decantó por planes represivos ante los cuales dichas organizaciones responderán con más violencia en donde la clase trabajadora se llevara la peor parte, nuevamente el gobierno está condenando al pueblo un nuevo conflicto enfrentado obligando que gente de una misma clase luche con su clase; pero mientras esto sucede la rancia burguesía y la burguesía naciente acumula riquezas y los hijos de los funcionarios viven sin mayor preocupación, aparejado a lo anterior el estado sienta las bases para reprimir a la clase trabajadora cuando estas exijan sus derechos.