Por Alberto Castro
El miércoles 15 de marzo, el vicepresidente Oscar Ortíz, presentó al embajador de la OEA, Néstor Méndez, un balance sobrado de datos alentadores sobre la reducción en el índice de homicidios. El balance mostraba la reducción de los asesinatos diarios de un promedio de 14 muertes violentas a nueve, a consecuencia de la efectividad de las medidas extraordinarias: golpes a las finanzas de las maras y pandillas, medidas de control en el sistema penitenciario y masacres esporádicas.
Posteriormente, sucedieron dos episodios sangrientos en dos puntos del Gran San Salvador: uno fue la masacre en el centro histórico de San Salvador, producto del enfrentamiento entre vigilantes contratados por los vendedores informales, y el otro fue una masacre perpetrada por la PNC a pandilleros de la 18. Lo extraño no es en si el número de muertes, sino que se originaron después del balance brindado por las autoridades, y de que fueron masacres colectivas. El miércoles 15 fueron 30 las muertes registradas, lo que viene a contradecir en cierta medida el optimismo brindado en el balance. Ese día quedó marcado como el más violento en lo que va del año. Después de lo ocurrido, la PNC suspendió la seguridad privada en el centro.
Autoridades niegan repunte
En una rueda de prensa, el director de la Policía Nacional Civil, comisionado Howard Cotto, indicó que según su balance "de los 30 homicidios sucedidos el día de ayer, 17 son miembros de pandillas, con la posibilidad que más de ellos sean miembros de estas estructuras criminales".
Esto indica que tras los asesinatos estuvo la acción directa de la PNC, pero también se está pasando por una réplica reaccionaria de las maras y pandillas que, sin posibilidades de negociación abierta con el GOES, han intensificado su actividad delincuencial. Esta replica la sufren la clase trabajadora junto con los estratos populares, como es el caso del sector informal. En tal sentido vale la pena plantear algunas interrogantes sobre el proceder policial, porque las medidas de seguridad no han detenido la violencia, sus componentes se limitan en un aspecto meramente superficial que se concentra en la cifra de asesinatos. Con esta vara miden los planes de seguridad, pero la práctica muestra el alto grado de violencia y vulnerabilidad en El Salvador.
Pese a todo, Cotto negó que lo sucedido se deba a una nueva escalada de violencia de las pandillas. "No tenemos información de inteligencia que nos lleve a considerar que eso sea así". Queda en entre dicho que pudo haber móviles políticos en esos actos de represalia. Recordemos que estamos en año preelectoral y como en todos los casos la lucha contra la violencia es usada como arma electoral. Este tema ha continuado dando mucho de qué hablar, el lunes 20 de marzo se dio a conocer la versión de la PNC acerca de los hechos sangrientos en Centro Histórico, que los vigilantes privados habrían sido parte fundamental para el brote de violencia.
Esta versión aparece a menos de una semana de lo sucedido, pero inmediatamente después de un fin de semana plagado de elementos policiales, militares y agentes metropolitanos (CAM) en el centro, Cotto declaró: “Tenemos claros indicios de la participación de vigilantes privados en los sucesos del pasado miércoles en el Centro Histórico…el representante legal de la empresa AVIMCES está detenido por su participación en estos hechos…por esta razón que decidimos suspender temporalmente las funciones de AVIMCES”.
¿Privatización de mercados?
Sin embargo, pese a las pertinentes afirmaciones del director de la PNC, los vendedores del C.H se han quejado de la presencia de la PNC, FAES y CAM: “nosotros aquí no queremos a nadie del CAM y mucho menos a la Policía’’. (Prensa Gráfica 20/03/2017). Todo apunta a que el control de los mercados populares vendrá a ser un componente adicional de las Medidas Extraordinarias.
Recientemente se han producido denuncias de trabajadores municipales y de vendedores, en el sentido que el alcalde de san salvador, Nayib Bukele, pretende privatizar los mercados municipales. Pronto sabremos lo que se oculta detrás de estas recientes masacres.