Por: Claudia Morales
En medio de la ceremonia oficial del II Congreso de Derechos Humanos celebrado en Tegucigalpa con la asistencia de Porfirio Lobo y Ana Pineda, entre otros, un grupo de compatriotas representantes de los campesinos, se levantaron en protesta contra la persecución y el asedio sufrido por los campesinos del Aguán y otros sectores en Honduras. Mientras exponían sus razones frente a Porfirio Lobo y los asistentes de la mesa principal, en un acto simbólico iban poniéndose la vestimenta naranja del presidio y esposas en sus manos para representar su realidad vivida a diario ante la benevolencia de la llamada Secretaría de Derechos Humanos y el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, dos instancias gubernamentales que son solo el nombre pero ninguna acción en favor al respeto de los mismos (DDHH).
En los últimos 3 años el asesinato de 80 campesinos, las medidas cautelares a 3000 procesados, el asedio y la represión son parte de la confabulación protagonizada por militares, policía y terratenientes de la zona quienes a diario traman la siguiente jugada contra los campesinos que solamente exigen su derecho a la tierra. Ya, auto esposados y con su uniforme de presidiario, los campesinos y campesinas coreaban al unísono: “la tierra no se vende, la tierra se defiende”, tras lo cual procedieron a salir y continuar con su protesta marchando en silencio frente a las instalaciones donde Pepe Lobo declaraba que “tanto la Secretaría como el Comisionado en DDHH se mantendrán en el gobierno por ser estos quienes velan por la protección de la niñez, adulto mayor, diversidad sexual…”
Dijo J. W. Goethe "La ley es poderosa, pero más poderosa es la necesidad" por muy bonito que pretenda hablar Pepe Lobo y aunque se llene de mandatos y decretos, la realidad es totalmente antónima a sus preceptos de buen cristiano.
Las palabras se contraponen a la realidad social
Mientras en los discursos sobreabundan las palabras impregnadas del “humanismo cristiano” y respeto a los afamados Derechos Humanos, los periódicos están llenos de noticias amarillistas cuyas palabras chorrean la sangre de hondureños/as víctimas de la inseguridad personal y social. Este mismo día frente al Ministerio Público en San Pedro Sula, organizaciones de mujeres protestaron contra los Femicidios, la impunidad que les rodea y exigiendo la investigación de los mismos. “Son 270 asesinatos de mujeres en el primer trimestre de este año, resultando una mujer asesinada cada 12 horas”
Entre tanto siguen violentándose el derecho a la salud pública pues los hospitales y centros de salud siguen sin medicinas, el derecho a la vida digna de miles de ancianos/as, madres solteras quienes reciben el loado Bono 10,000 solo si son parte del partido de turno, el asesinato de compatriotas pertenecientes al colectivo lésbico-gay, las constantes represiones y la falta de pago a miles de docentes, la mora gubernamental a las escuelas y colegios que aun no reciben la Matrícula gratis, el bono del transporte a los estudiantes, etc., esto y más rebota en la mente de quienes escuchamos las bellas palabras desbordadas de amor a la Patria, los aplausos, abrazos y felicitaciones de los falaces funcionarios.
Así se celebra en Honduras el Día Internacional de los Derechos Humanos, doñas y señores bien vestidos almorzando en un hotel de lujo a la vez que, los hijos e hijas de campesinos padecen hambre porque exigir el derecho a la tierra es penalizado, la educación y salud pública van en decadencia, el trabajo digno es cada vez más escaso, la vejez es desamparada y la opción sexual es más que un defecto… ¿Así se respetan los Derechos Humanos? Benito Juárez se quedaría sin garganta esperando ser oído al gritar su famosa frase: “El respeto al derecho ajeno es la paz.”
Urge la solidaridad y unidad entre todos los sectores del pueblo. Debemos exigir transformaciones sociales en el sistema, el cambio del régimen dictatorial por un socialismo genuino a favor de las mayorías, castigo a los usurpadores del derecho ajeno, cárcel a los asesinos y sus cómplices togados, de uniformes verdes y azules…
El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) aboga por la unidad de los sectores organizados en la lucha permanente por el respeto a los Derechos Humanos de todos y todas.