Por Reynaldo Ramírez
Actualmente a nivel de la Asamblea Legislativa se discute el presupuesto general de la republica mediante el cual se le asignan los recursos financieros a las diferentes instituciones del Estado lo que les permite funcionaran durante todo un año. Alrededor de la aprobación de dicho presupuesto los diferentes partidos políticos representados en la Asamblea Legislativa realizan una serie de negociaciones y condicionan su voto con la finalidad de sacar provecho; este año no ha sido la excepción la derecha arenera a continuado condicionando sus votos.
Un presupuesto desfinanciado
El proyecto de Presupuesto General de la Nación 2018 contempla un monto preliminar $5 mil 520.5 millones y la emisión de deuda por más de 2,800 millones de dólares. Entre las fuentes de financiamiento están recursos internos por $4,764.9 millones, préstamos externos por $178.0 millones y donaciones por $23.5 millones, agregado a lo anterior está el bajo crecimiento económico.
Nuevamente estamos ante un Presupuesto General de la Nación que refleja más egresos que ingresos y las fuentes de financiamiento no son claras, lo que si refleja dicho proyecto es la crisis financiera que atraviesa el gobierno. Al respecto Carlos Cáceres Ministro de Hacienda manifestó “El proyecto de Presupuesto 2018, también es un instrumento que se orienta a dar respuesta a la crisis fiscal del país y se ha formulado de acuerdo a la disponibilidad de recursos internos proyectados y al financiamiento externo asegurado… La presencia de déficit fiscales estructurales, es decir, que los ingresos siempre han sido menores a los gastos, es lo que ha requerido de financiamiento de corto plazo, que luego se debe canjear por deuda de largo plazo”. Para lo anterior el gobierno tendrá que negociar con los organismos financieros internacionales y la derecha tradicional a la vez misma que llevara a un mayor endeudamiento al Estado salvadoreño y porque no decirlo a la clase trabajadora quienes a la larga terminan pagando las deudas contraídas por los gobiernos.
Clase trabajadora y el pueblo carga con déficit presupuestario
El presupuesto presentado por el gobierno disfraza la crisis fiscal ya que a la larga es la clase trabajadora y el pueblo en general quienes tienen que cargar con el financiamiento de dicho presupuesto, basta ver el desfinanciado presupuesto del 2017 en donde al no haber fondos para financiarlo se desviaron fondos asignados a de salud y educación para otros gastos del estado.
Otro ejemplo de cómo el déficit presupuestario es cargado a la clase trabajadora fue la reforma al sistema de pensiones la cual fue realizada con la complicidad de todos los partidos políticos en donde arena hiso prevalecer los intereses de las AFP y el gobierno del FMLN logro coyunturalmente solventar la situación financiera por la cual atravesaba logrando así un ahorro significativo para el gobierno, mientras tanto dicho acuerdos fueron en detrimento de la clase trabajadora quienes ahora tenemos que darles a las AFP un mayor porcentaje del salario. Vemos pues como arena aprovecho dicha situación a favor del capital financiero ligado a las AFP.
Ningún acuerdo con los organismos financieros
Para tener financiamiento vía prestamos en el proyecto de presupuesto 2018 el gobierno se compromete "cumplir con las medidas de ajuste fiscal necesarios para reducir la deuda pública", lo que implica continuar recortando las pocas prestaciones que tienen los trabajadores públicos como fue el caso del escalafón en salud. A los organismos financieros internacionales lo que les interesa es que el gobierno pague los préstamos, para luego volver a prestarles y mantenerlos en constante deuda.
Las organizaciones sindicales y trabajadores debemos prepararnos para evitar que los planes de ajuste fiscal recaigan en los trabajadores.
Que los grandes empresarios carguen con el presupuesto 2018
El déficit presupuestario tradicionalmente ha sido cargado a la clase trabajadora y a la clase media directamente mediante impuestos, mientras tanto el gobierno del FMLN mantiene un discurso contra el gran empresariado pero del diente al labio, discurso que ha medida se acerca las elecciones se radicaliza e incluso habla de expropiación, pero dicho discurso es para sus bases, ya que en realidad siempre se ha mantenido en un constante diálogo y negociación con el gran empresariado y la derecha arenera a quienes le hace grandes concesiones. Debemos exigir que el presupuesto 2018 sea financiado por los grandes empresarios a quienes el gobierno del FMLN debe obligarlos a pagar impuestos sobre sus ganancias, no debemos permitir mayor endeudamiento. Así mismo el gobierno debe revertir las privatizaciones realizadas por los gobiernos areneros para de esta manera disponer de las ganancias generadas por dichas empresas. Las medidas de austeridad no deben recaer en los trabajadores; por lo cual debemos exigir que los altos funcionarios del gobierno se reduzcan los salarios.