Por: Alberto Castro.

En el 2017 se realizó una serie de reformas al sistema de pensiones en El Salvador, mediante una combinación de propuestas del Gobierno del FMLN y de ARENA. En aquella ocasión, este planteaba que un 8% de las retenciones salariales se destinaran a la cuenta personal de ahorro previsional de cada trabajador. En cambio, la propuesta oficialista propugnaba por una cuenta llamada solidaria, que propiciara pensiones vitalicias a cada trabajador al terminar su cuenta de ahorro programado. Con la aprobación de dicha reforma se gestionó la salida al problema de impago del Gobierno, y dio un respiro a las aseguradoras de pensiones, empresas que se lucran del derecho previsional de la clase trabajadora salvadoreña para quien no trajo amplios y estructurales beneficios. Para evitar nuevas maniobras contra los trabajadores es necesario que se inicie la construcción de una propuesta unitaria sindical que transforme realmente lo que por derecho hemos conquistado en base a lucha organizada.

Acerca de los maquillajes del 2017

La reforma del 2017 se encuadró dentro del Sistema de Ahorro de Pensiones (SAP), el GOES nunca planteó su derogación para volver al clásico sistema tripartito, basado en la solidaridad de “reparto’’. Algunas propuestas sindicales, independientes del FMLN y ARENA, también se ajustaron al SAP, no rompieron el esquema. Solo AGEPYM propuso la derogación del SAP y regresar al sistema de reparto, pero lastimosamente no logro el consenso necesario.

La existencia de las aseguradoras de pensiones, AFP’s se da gracias al SAP, así fue como con la reforma del 2017, pese a que se les redujo el cobro por la administración de las AFP’s, estas resultaron favorecidas al tener el manejo de la Cuenta de Garantía Solidaria por la que cobran comisión. La cotización del trabajador subió del 6.25%  7.25% del trabajador, y la del empleador del 6.75% al 7.75%. De esta cantidad, el 5% del aporte de los trabajadores y empleadores se destinan a la Cuenta de Garantía Solidaria, instrumento que permitiría cumplir con las obligaciones de pensión de longevidad después de los 20 años de recibir pensión mínima de vejez, invalidez, sobrevevivencia y hasta de obligaciones de los institutos provisionales para con los afiliados del sistema actual, y para los afiliados que no cumplan con los requisitos necesarios para acceder a un beneficio, un resguardo que no necesariamente trae amplios beneficios al asegurado, sino que al quitarle parte de la carga al Estado, se impide caer en impago a futuro. Para el afiliado que no pueda acceder a beneficios intrínsecos por no llenar los requisitos, la compensación y/o devolución que recibirá de una parte de la aportación efectuada, no se esclarece la manera pulcra cómo las AFP’s lo ejecutarán. En tal sentido muchos se verán afectados, puesto que, al reducirles el monto real por la Cuenta de Garantía Solidaria, tiene menor monto ahorrado y tampoco pueden obtener el total del aporte de ese fondo.

Por una reforma real en beneficio de la clase trabajadora

Ninguno de los partidos en la contienda electoral ha tenido el interés real de revertir esta porción del modelo neoliberal que privatizó el sistema de pensiones. Todos siguen la misma agenda y se apegan a ella. Para que los trabajadores gocen de pensiones justas, se requiere la derogación del SAP, volver al Sistema de Reparto, pero esta vez bajo el control de los sindicatos, quienes tienen el deber histórico de salir al rescate de la seguridad social, con un plan unitario que comprenda una propuesta para hacerlo posible.

Solo de esta manera se le podrá quitar el monopolio que las AFP’s tienen sobre el fondo de pensiones de los trabajadores. En consecuencia, se necesita ponerle fin a la privatización de la seguridad social; hacer que el Estado aporte pero no para cubrir las ineficacias de las AFP’s y del SAP. La Pensión mínima debe revisarse y ajustarse cada año. Es urgente una reforma estructural, que se vincula estrechamente con la crisis fiscal que sigue sin ser corregida. Los efectos negativos de las últimas reformas al sistema de pensiones han traído como consecuencias que los trabajadores que se jubilarán después de dichas reformas, obtengan raquíticas pensiones. Lo anterior ha llevado a que se inicie la lucha por exigir pensiones dignas. Es así como el día 19 de enero del año en curso, organizaciones de trabajadores se autoconvocaron a una concentración en la Plaza Salvador del Mundo. Es de mucha importancia la participación de todos los trabajadores, se debe conformar una coordinadora de lucha por un justo sistema de pensiones.

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