Por: Alberto Castro.
El FMLN llego al ejecutivo después de una larga espera en la oposición durante los 20 años que gobernó ARENA (1989-2009), en ese tiempo se consagró como el referente de la izquierda salvadoreña en la Asamblea Legislativa, el partido que representaba las causas populares, generando expectativas antes de su primer periodo presidencial los trabajadores depositaban esperanzas por ver cambios estructurales en la Seguridad Social, afectada gravemente por la gestión neoliberal de ARENA que en 1996 le dio vida al nefasto Sistema de Ahorro de Pensiones (SAP) y a la Ley Orgánica de la Superintendencia de Pensiones, con ello nacieron las AFP.
La hecatombe del sistema de seguridad social.
El FMLN nunca buscó hacer reformas a las pensiones a partir de los intereses de la clase trabajadora, en cambio tomó base del esquema neoliberal dejado por ARENA, así en el tercer año del primer periodo presidencial de Mauricio Fúnes Cartagena, se realizó una reforma al SAP que constó en la reducción de la comisión que cobran las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) por invertir el dinero de los cotizantes del 2.7% a 2.2%. El SAP al cabo del primer Gobierno del FMLN estaba en total debacle, la crisis capitalista mundial del 2008 trastocó en país los cimientos de los adeudos acopiados del SAP para con las pensiones, el Estado tuvo que asumir las obligaciones del SAP lo que constituyo sobrecargas presupuestales socavando la crisis fiscal, ya para el primer año del segundo periodo presidencial del FMLN, la deuda pública ascendía al 60 % del Producto Interno Bruto (PIB), que asciende a US$15,878 millones de dólares. Al no poder hacer maniobras a causa de la dolarización, al FMLN le tocó buscar financiamiento por dos vías: préstamos en efectivo o emisión de títulos financieros y allí recayó la dinámica en la Asamblea Legislativa, negociaciones con ARENA y coalición en determinados momentos con GANA.
La Reforma del 2017.
Para atender la aterradora situación del sistema de seguridad social, el Gobierno de Sánchez Cerén, buscó una medida, entendida como la creación de un sistema mixto, con el que no buscaba terminar con las AFP sino una escapatoria financiera, haciendo volver bajo la tutela del Estado alrededor del 80% de cotizante del SAP, que ganan dos salarios mínimos o menos, dejando en manos de las AFP aproximadamente el 20% de los cotizantes que ganan más de dos salarios mínimos, el propósito siempre se basó en fines financieros, para obtener liquidez (dinero en efectivo) en momentos de dura crisis fiscal. La reforma del 2017 encajó en el esquema privado del SAP, las AFP después de dicha reforma continúan con vida, solo teniendo como impacto la reducción que hacen en el cobro por la administración, más aún resultaron favorecidas al tener el manejo de la Cuenta de Garantía Solidaria por la que ahora cobran comisión.
La cotización subió del 6.25% del trabajador más el 6.75% del empleador a 7.25% que cotiza el trabajador más el 7.75% del empleador. De esto el 5% del aporte de los trabajadores y empleadores se destinan a la Cuenta de Garantía Solidaria, instrumento que permitiría cumplir con las obligaciones de pensión de longevidad después de los 20 años de recibir pensión, mínima de vejez, invalidez, sobrevevivencia y hasta de obligaciones de los institutos provisionales para con los afiliados del sistema actual y para con los afiliados que no cumplan con los requisitos necesarios para acceder a un beneficio, un resguardo que no necesariamente trae amplios beneficios al asegurado, sino que al quitarle parte de la carga al Estado, para no caer en impago. Para el afiliado que no pueda acceder a beneficios por no llenar los requisitos, la compensación y/o devolución que recibirá de una parte de la aportación efectuada, no se esclarece la manera pulcra de cómo las AFP lo ejecutarán, muchos son afectados al tener reducido el monto real por la Cuenta de Garantía Solidaria ya que tienen el monto ahorrado es menor y tampoco pueden obtener el total del aporte de ese fondo.
Por una justa reforma de pensiones
Organizaciones sindicales el domingo 7 de abril se manifestaron en Catedral Metropolitana pidiendo la intervención del Obispo, ha llegado el momento en que los sindicatos independientes del FMLN busquen consenso para realizar una reforma estructural que haga posible derogar al SAP, debemos buscar una plataforma unitaria con relación a ello.