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Por Alejandro Arnulfo Galdámez
INTRODUCCIÓN Y PROPÓSITO DE ESTE ANÁLISIS
Criticar al FMLN ha pasado a ser anatema en la política salvadoreña por diversas razones. Una razón de primer orden es que el actual escenario político en el país después de la guerra es que el poder político sigue en manos de la clase oligarca gobernante. Esta clase ha perpetuado su predominio mediante el respaldo de las clases burguesas liberales y las clases medias. Por supuesto, esto no ocurriría si el orden económico mundial no fuese neocolonial y unipolar. La salvaje política imperialista ha dejado el poder político en manos de la clase económicamente más poderosa. Si a esto le sumamos el otro hecho de que el FMLN es el hijo de la revolución que nunca fue, tenemos una situación que nos deja con el FMLN como la presunta única alternativa para un verdadero cambio de dirección.
Lamentablemente, aún cuando El Salvador tiene un patrimonio revolucionario histórico, la base social del FMLN tiene una evidente enorme falta de educación política de cara a los aparentemente confusos estragos en la arena internacional con la caída del bloque socialista. Esto no quiere decir que el pueblo salvadoreño no tiene un profundo sentido de lo que debe hacerse en el país a fin de resolver sus problemas. De hecho, letrado o no, hay un fuerte sector en la población (dentro de la membresía del FMLN) que apoya la idea del "socialismo" para resolver los problemas del país. De nuevo, la falta de educación política a su vez sirve como trampolín para personas que hace mucho tiempo han abandonado los ideales de una sociedad mejor por una posición asalariada segura en el gobierno. Además del hecho de que nunca ha habido un verdadero debate ideológico ya sea entre la izquierda o en el país en general, los miembros del FMLN se han trabado en una enmarañada batalla de etiquetas y clichés que no son nada más que eso. La memoria histórica de los movimientos socialista y comunista parece estar ciega en El Salvador y sustituida solo por una suerte de subcultura voo doo superficial como política de izquierda con camisetas, cachuchas y bandanas mostrando las figuras de Che Guevara y Monseñor Romero. Más allá de esos objetos, las ideas verdaderas están ausentes y los dirigentes del FMLN han reemplazado al ejército de santos católicos, salvadores, aventureros blancos de clase media profesional y extranjeros y magos de voo-doo, con ellos mismos. Sectores de la sociedad Salvadoreña han visto morir la esperanza con la caída del bloque socialista y la Unión Soviética y ahora afirman que lo único que queda es ir con la corriente. Ese es el perfil ideológico del FMLN de hoy.
El FMLN de hoy no es el FMLN de los Acuerdos de Paz. En El Salvador, la oligarquía y el imperialismo dictan la agenda del FMLN. Cualquier cosa que ellos no quieren o rechazan -incluidos el socialismo y el comunismo – el FMLN responde por deshacerse de la más menor señal posible de ella. En lugar de volcarse a organizar a la gente trabajadora, el FMLN busca a la clase media profesional y a la burguesía liberal y poner todas las apuestas a la política parlamentaria burguesa. Esa es la fuerza que ha arrastrado al FMLN derecho a las manos del imperialismo y la oligarquía. Al completar su derechización a través de los años posteriores a los Acuerdos de Paz, el FMLN ha sido capaz de atraer personas que estuvieron entre la infantería de sus ex enemigos (PDC y PCN), quienes a su vez, una vez dentro del FMLN y con su ideología conservadora, han inclinado la balanza hacia una plataforma burguesa, que es también el hijo de la elite pagada de sí misma y preocupada sólo con su propio plan de jubilación.
Ya sea que este análisis ponga a la gente en otra perspectiva o no, debe decirse que la crítica al FMLN hace mucho que debió ser hecha. Hay una necesidad de disipar todos los mitos y versiones interesadas de la realidad que los dirigentes del FMLN presentan con respecto a por qué han tomado el camino a la derecha. Otras fuerzas en el mundo no han ido tanto a la derecha como lo han hecho los dirigentes del FMLN. Cuando se los compara con esas fuerzas, el FMLN sigue estando muy a la derecha del llamado "giro a la izquierda" en Latinoamérica. También es necesario decir que ningún análisis racional cambiará el resultado posible para estas elecciones de 2009. Ningún análisis racional cambiará las ilusiones que la elite del FMLN ha plantado en las mentes del pueblo. Ese es el estado de ánimo imperante y la inercia vigente antes de estas elecciones. El resultado idóneo de este análisis vendrá en una combinación de la aplicación de éste y lo que va suceder bajo una posible victoria del FMLN. Pero ya sea que el FMLN gane o no, parece haber suficiente evidencia que indica que el próximo período electoral a partir de 2009 marcará el camino a un reposicionamiento de las fuerzas sociales y políticas. Este análisis contiene el germen para un futuro programa político, pero eso depende de la decisión del pueblo. Sea este análisis parte del material de partida para lo que necesita ser discutido en el futuro. Sea este análisis también una urgente advertencia de lo que está por venir en El Salvador.
II. LA DEL ACTUAL ORDEN NEOFASCISTA EN EL SALVADOR
ARENA logró ganar las elecciones en 1989 por primera vez desde su fundación durante los primeros años de la década de los ochentas. Este fue el primer componente sólido requerido para fundar un orden neofascista – la forma "democrática" del fascismo – después de la etapa de transición imperialista de Duarte de su dictadura con fachada democrática. El fin de la guerra fue el siguiente componente de ese nuevo orden desde que la antigua elite cafetalera se había transformado en una oligarquía industrial y estaba interesada en hacer dinero. Sin embargo, ARENA trató de finalizar la guerra por medio de terrorismo de estado. Esto no funcionó esta vez; en vez, el asesinato de los sacerdotes jesuitas en 1989 sólo forzó a ARENA a completar de prisa - esta vez bajo el monitoreo de las Naciones Unidas - su pleno giro al neofascismo y a firmar los Acuerdos de Paz en 1992. En realidad, fue Washington quien decidió el final de la guerra en El Salvador en virtud de ser su principal fuente de financiamiento y beneficiario.* Su decisión, sin embargo, pareció haber sido fomentada por las siguientes circunstancias, las cuales marcaron el fin de la transición:
1. El fin del conflicto Este-Oeste y la percibida amenaza de su "expansionismo" por un lado; el imperio también estaba ocupado luchando contra su propia crisis energética interna y remodelando su propio nuevo esquema imperialista hacia el control de las fuentes de energía del mundo.
2. La renuncia tácita al socialismo y la revolución por parte del FMLN y su aceptación de las elecciones parlamentarias burguesas.
Desde el final de la guerra y bajo cuatro períodos consecutivos de gobiernos de ARENA (1992- 2008), un nuevo orden político se ha escalado sistemáticamente y se ha tomado el país con la plena participación del FMLN. Las objeciones planteadas por el FMLN contra varias políticas de este nuevo orden sólo fueron una postura formalista ya que el FMLN le dio legitimidad política al orden burgués con su participación en el mismo. Si el FMLN era serio con sus posiciones, debió haber habido un momento en que debió renunciar totalmente a la política burguesa a fin de preservar un mínimo de integridad. En vez, se convirtió en "socio criminal" del nuevo orden. Cuando comparamos este nuevo orden político con los principales postulados teóricos del neofascismo, encontramos que todos sus componentes convergen en los siguientes puntos doctrinarios neofascistas fundamentales:
1. Admisión formal del sistema de la democracia representativa con la plena participación de la antigua izquierda revolucionaria.
2. La política económica de naturaleza neoliberal: desnacionalización (reversión de las reformas del PDC) y la privatización. Construcción de infraestructura nacional basada en torno a las inversiones e intereses oligarcas.
3. Alianza entre el capital oligarca y el capital neocolonial pero con primacía de los intereses oligarcas: Tratado de Libre Comercio, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Internacional de Desarrollo, dolarización de la economía, déficit comercial, y deuda externa. Esta política se traduce en la conversión de El Salvador en una completa neo colonia de los Estados Unidos con todo y moneda estadounidense y predominio del capital estadounidense.
4. Exacerbada política anticomunista en todas las facetas de la vida y encubrimiento del militarismo: permanencia del lenguaje y perspectiva de la Guerra Fría, Ley de Amnistía, Ley Anti-terrorista, Academia Internacional para la Aplicación de la Ley (ILEA, en sus siglas en inglés), tropas a Irak, y la militarización de la PNC.
5. Compromiso demagógico con el sistema liberal de los derechos: persecución y represión de los sindicatos y encubrimiento de la persecución, liquidación y criminalización de la oposición social y política.
6. Subyugación del estado de derecho a los intereses económicos oligarcas: clientelismo político y corrupción de la burocracia estatal, principalmente mediante la contratación de empresas de propiedad de líderes de ARENA, y las flagrantes violaciones de la Constitución y la ley en general.
Por más de 16 años desde los Acuerdos de Paz, uno podría pensar que la imposición de esta agenda corporativa neofascista generaría suficiente empuje en las fuerzas de oposición – FMLN incluido - a tomar posición y luchar. En cambio, el FMLN se ha doblegado hacia una plena integración en la consolidación de tal infame orden, y el movimiento social ha sido, con los años, sustancialmente desmovilizado por esta misma política del FMLN.
III. EL ACOPLAMIENTO DEL FMLN AL ORDEN NEOFASCISTA
El "aburguesamiento" del FMLN
El FMLN siempre fue una agrupación burguesa desde su nacimiento, pero en sus inicios, al menos existió la pretensión de que no aceptaba el capitalismo bajo los dictados de una oligarquía y de un imperialismo fascistas, y planteaba un gobierno democrático-revolucionario de naturaleza anti oligarca. En este sentido, el aburguesamiento completo del FMLN se nota principalmente en su plataforma política actual comparada con el GDR de su origen. A un nivel más superficial se puede identificar fácilmente en el espíritu y el lenguaje prevalente de los dirigentes del FMLN en expresiones como las que se refieren al FMLN como "moderno", "moderado" o "nueva" izquierda o que el FMLN esta “evolucionando". La dirigencia del FMLN presenta esta “evolución” como la posición “más correcta” de cara a la imposición de orden mundial unipolar, neocolonial, neoliberal – y neofascista. Que el movimiento comunista mundial esté reemergiendo y que en muchos países del ex socialismo soviético sea un sector fuerte, es algo sin significado alguno o no importante en el mejor de los casos para la dirigencia del FMLN. El orden mundial neofascista parece ser la atmósfera correcta para sus renovados fines políticos, “negocios”, “carreras”, y “futuro”.
Aún cuando la estrategia para organizar su base social es todavía el tradicional movimiento social y popular - que constituye su capital político - el FMLN ha cambiado considerablemente sus prácticas. El FMLN ha pasado de ser un movimiento político a ser un partido burgués parlamentario convencional. La ruptura con esa concepción ha transformado al FMLN en un partido burgués convencional cuya meta más alta es ganar las elecciones. Ahora el FMLN presenta las elecciones de 2009 como la compuerta absoluta al “cambio” y la “esperanza”.
El Factor Handal
La directriz primaria del FMLN siempre ha sido desplazarse hacia la derecha desde la derrota de la ofensiva general de 1981 y el período posterior a los Acuerdos. A cada acusación y artilugio propagandista de la oligarquía, el FMLN siempre ha retrocedido y se ha ido más a la derecha. El denominador común, el "ingeniero" de este proceso de "derechización" fue Schafik Jorge Handal. No es una mera coincidencia que la elite del FMLN lo tenga como su santo patrono.
Subyacente a la ideología Handal estaba un profundo prejuicio contra las clases trabajadoras y su alabanza de la democracia burguesa. Esto puede entenderse sólo si uno mira hacia atrás en el historial de Handal y ve a sus orígenes y lealtades con la clase pequeño-burguesa: Handal no era un trabajador; él era hijo de un terrateniente que supervisó a los trabajadores campesinos en la finca de su padre; más tarde se convirtió en miembro pleno de la clase media profesional, un origen de clase que nunca fue capaz de superar. A cambio, él llevó su perspectiva de clase media al interior del PCS mientras era un estudiante de la Universidad de El Salvador en la década de los cincuentas. Para él, su integración al PCS fue sólo un medio para conseguir su objetivo más superior de integrarse al sistema político burgués. A las clases trabajadoras, Handal había asignado el papel colonial de ser seguidores de las clases burguesas. Según su esquema, el programa político de la izquierda debía concurrir en una alianza de "todos" contra la oligarquía, una especie de lucha medioclasista radical, nacionalista y patriótica. Pero esa alianza de “todos” se basó en admirar las clases burguesas y mirar a las clases trabajadoras como inferiores. En su mente, Handal fue una especie de benefactor de la clase media ante una clase obrera minusválida.
La postura de clase media de Handal, sin embargo, era común entre el liderazgo del Partido Comunista. El objetivo del PCS después de la insurrección 1932 nunca fue el socialismo. La perspectiva de clase media del PCS se reflejó en la formación del llamado "gobierno democrático-revolucionario" que buscaría la "mejora" de la calidad de vida de las clases trabajadoras (exactamente lo que Marx y Engels denuncian en el Manifiesto como “socialismo burgués”). Esa fue la circunstancia que obligó a Salvador Cayetano Carpio – un panificador de ocupación - a renunciar del puesto como secretario general del PCS. Esa fue también la razón por la cual el PCS escogió una alianza con el PDC burgués liberal y el MNR socialdemócrata pequeño-burgués y no con las fuerzas revolucionarias en la década de los setentas. Esa también fue la razón por la que el PCS optó por las elecciones y no por la revolución pese a la formación de las Fuerzas Populares de Liberación “Farabundo Martí” (FPL) en 1970. Esta posición de clase media del PCS (y de Handal mismo) fue también la fuerza detrás del asunto Marcial-Ana María y el debate sobre abandonar la lucha revolucionaria y aliarse con el FDR de Ungo y Zamora.
Adicionalmente, y por si quedaba una sombra de duda sobre las credenciales y lealtades ideológicas de clase de Handal, él fue la fuerza detrás de la liquidación definitiva y el desmantelamiento del Partido Comunista en 1995. El crió el partido en una manera que lo pudiera liquidar más tarde, en otras palabras, una vez que alcanzó su meta personal, el PCS era solamente su grillete. El PCS fue liquidado bajo la idea de que sus miembros formarían la Tendencia Comunista dentro del FMLN y que el FMLN debía ser un partido de tendencias (corrientes). La Tendencia Comunista devino en la Corriente Revolucionaria Socialista, CRS, cuando fue fundada con miembros provenientes de las otras organizaciones políticas del FMLN. En 2000, el FMLN – nuevamente bajo la tutela y conveniencia de Handal - prohibió las tendencias, incluida la CRS.
Como muestra de este período pos Acuerdos del FMLN es la palabra vacía "socialista" mencionada exactamente UNA VEZ y sin definición alguna para nada en los estatutos del partido.
Otra señal aún más de la mayor derechización del FMLN vino en forma de una alianza parlamentaria temporal con el PCN, el socio menor del partido oligarca ARENA.
El viraje derechista del FMLN fue completado durante la candidatura de Handal a la presidencia en las elecciones de 2004 mediante las siguientes políticas y posiciones:
1. Establecimiento de relaciones "amigables" con Estados Unidos. (Es decir, los intereses estadounidenses permanecerían intactos y sus políticas sin oposición)
2. Respeto a la Constitución (queriendo decir que el socialismo estaba fuera de la ecuación)
3. No de-privatización
4. No nacionalizaciones
5. No reforma agraria
6. Continuación de créditos del FMI, WB y BID
7. No oposición al TLC
8. Alianza con los militares colocando a un potencial criminal de guerra como Ministro de Defensa (David Munguía Payés, ex jefe del batallón contrainsurgente "Belloso")
9. La aceptación del mercado como dispositivo regulador de la economía
10. La aceptación "controlada" de la globalización
Por qué el imperialismo estadounidense se opuso a Handal
Como premio a sus esfuerzos derechistas, los prospectos de Handal en las elecciones de 2004 fueron derrocados por la intervención imperialista cuando Thomas Tancredo, un congresista estadounidense, amenazó con confiscar las remesas mensuales que los residentes envían a sus familiares en El Salvador.
Los dos elementos que, ante los ojos del imperialismo estadounidense, obstruyeron el giro de Handal y del FMLN hacia la derecha fueron:
1. El potencial revolucionario de la base social del FMLN.
2. Su declaración de que su gobierno abriría relaciones comerciales con la República Popular China (RPC).
Al imperialismo estadounidense no le importa cuánto vire a la derecha la elite del FMLN. La dirigencia del FMLN dejó de ser una verdadera amenaza a Estados Unidos hace mucho tiempo. Este sabe que aunque la dirección del partido se haya vendido, eso por sí mismo no es una garantía para dejar que se convierta en el partido gobernante. Lo que plantea una verdadera, clara, y presente amenaza a los intereses imperialistas de EE.UU. en El Salvador es la base social del FMLN. Estados Unidos sabe que la base social del FMLN es potencialmente revolucionaria porque reúne a gente de las clases trabajadoras que no tienen nada que perder excepto su miseria. Bajo un gobierno FMLN, esta base social sería una bomba de tiempo que, en una crisis, puede eventualmente reemplazar la dirección.
Cuando Handal enfatizó en su relación con la República Popular China, sin embargo, Estados Unidos percibió aún otra amenaza.
Aún cuando la República Popular China abandonó el socialismo desde hace mucho tiempo y ha completamente abrazado el capitalismo, de hecho se está expandiendo y convirtiéndose en un nuevo imperio capitalista que enfrenta disturbios políticos contra sus empresas en África. Todas las grandes empresas transnacionales pueden encontrarse en la República Popular China ahora. "Made in China" ahora todavía significa que el producto es hecho o ensamblado en China, pero el dinero para manufacturarlo pertenece a empresas transnacionales estadounidenses, y las ganancias son exportadas a sus sedes en Estados Unidos.
Entonces la cuestión de EE.UU. con la República Popular China ya no es el comunismo. Es la desnuda competencia capitalista imperialista. Y por esta razón, Estados Unidos y el Pentágono declararon a la República Popular China una amenaza militar en 2001. La amenaza percibida por los Estados Unidos en la República Popular China encontró su expresión en una reunión secreta organizada en 2005 en el pueblo turístico canadiense de Banff situado en las Montañas Rocosas en la provincia Occidental de Alberta. En esa reunión, el Pentágono se reunió con líderes del establishment militar-financiero e industrial, dirigentes políticos de los países que habían firmado acuerdos de libre comercio y CEOs de las principales transnacionales del petróleo y de la industria. De esa reunión surgió el plan "Fortaleza América del Norte" con el objetivo de la preparación militar ante la fortaleza de la República Popular China.
Tras la muerte de Handal en 2006, el FMLN había sido plenamente ubicado a la derecha, y el paso siguiente no sería una sorpresa. Si Handal había sido la esperanza de algunas personas que no han entendido el proceso político en el país, el golpe de gracia vendría más temprano que tarde. Esta vez sería el momento de arrojar a cualquier socialista o comunista remanente – si es que alguna vez hubo algunos reales - dentro del FMLN.
La Elite Partidaria
Un rasgo curiosamente interesante de la política pos Acuerdos del FMLN es la formación y la consolidación de una elite partidaria o burocracia, que coincide en tener la CRS como su denominador común, y no necesariamente el PCS. La CRS – encabezada por Handal mismo - nunca hizo pública ninguna plataforma política. Cada quien dentro de la CRS habló sobre socialismo, pero desde que nada fue escrito oficialmente, uno no puede saber con certeza lo que querían decir con la palabra. La CRS se liquidó sin haber tenido plataforma alguna o declaración oficial de todos modos.
En tiempos de debate interno en el FMLN, la lucha y la victoria de esa elite ha sido considerada por los perdedores de los debates como fachada encubierta directa del ex Partido Comunista. Pero la historia y los hechos actuales demuestran que el siempre victorioso anillo dentro de la dirección del FMLN es una elite autónoma y autoconstituída más que una oculta organización "comunista" secreta. Dos de los elementos - además del hecho de que tanto el PCS y la CRS fueron liquidadas - que indican la invalidez de las afirmaciones de los perdedores son que el FMLN no tiene programa socialista ni participa en las reuniones del movimiento comunista internacional. La elite del partido no quiere que eso ocurra porque se le dificultaría su propia agenda. La afirmación de que "el PCS domina el FMLN" equivale a creer que Elvis realmente no ha muerto. Dicho esto, la elite parece haber entrado gradualmente a su plena consolidación después de una serie de medio-debates que han llevado a varias divisiones. Uno por uno, los inexpertos acólitos aprendices de derechistas dentro del FMLN quemaron sus puentes y tuvieron que reorganizar nuevos partidos políticos como el PD, el MR, y el FDR, en un intento desesperado por sobrevivir en la política burguesa. Según la patéticamente anticomunista mente de estas personas, el "Partido Comunista" (la burocracia partidista o elite del FMLN) parece haber adquirido el socialismo en sus genes y que juntos están inmersos en una especie de conspiración secreta – ¡Desconocida incluso por la CIA! – para llevar el socialismo al poder. No importa que la elite misma haya liquidado al PCS, a la CRS, que el FMLN no tenga un programa socialista o que no participe en el movimiento comunista - de hecho participa en la Internacional socialdemócrata, la IS. Uno puede ver claramente que cuando los disidentes se han referido a la elite del FMLN como "el Partido Comunista que controla el FMLN" lo han hecho por puro resentimiento por haber sido expulsados y por simple frustración de no haber sido capaces de hacer prevalecer su agenda. Es evidente también que, llamando a la elite del FMLN "el Partido Comunista", lo que los disidentes, entre quienes hay ex dirigentes del FMLN e incluso ex líderes guerrilleros, están haciendo es criminalizarla ante la oligarquía si no pueden derrotarla. Detrás de estos sentimientos, por supuesto, hay percepciones y evaluaciones erróneas (oportunistas) del actual proceso político internacional, en particular, toda la historia de lo que conocieron como "comunismo" y que ahora piensan que está muerto. En otras palabras, estos disidentes del FMLN se han tragado la propaganda imperial sobre el final de la historia. No hay duda de ello. Pero esto no es una defensa de la elite del FMLN mucho menos. Se trata de un esfuerzo analítico para acabar con ambos, la elite y sus disidentes.
La ironía de toda esta farsa fue que el FMLN nunca se dirigió siquiera a la izquierda, mucho menos al comunismo.
Repetidamente, los perdedores en los debates, incluyendo Joaquín Villalobos, uno de los asesinos intelectuales de Roque Dalton, han declarado que "el partido comunista" tiene el control del FMLN. Pero esto es sólo una patética declaración y un engaño a sí mismos que refleja su propia derrota anacrónica y su incapacidad para arrastrar al FMLN directamente hacia la política de derecha de acuerdo a su estilo. La elite, sin embargo, tiene un plan más a largo plazo para el FMLN. Esta sabe que si arrastra al FMLN directa y muy apresuradamente hacia la derecha tiene el peligro de perder la sólida base popular. Esta sabe que la bandera roja, las cuatro letras y la psicología de la base popular fuerte están pegados juntos en virtud de ser la única representación de la guerra revolucionaria. La elite del FMLN está dispuesta a defender el "CAPITAL POLÍTICO HISTÓRICO" que descansa sobre esos cuatro elementos porque constituyen su jubilación.
Desde los Acuerdos de Paz hasta ahora, el FMLN nunca ha tenido un programa socialista ni nunca fue ese su objetivo. Con el establecimiento de la elite del partido, el camino ya ha sido finalmente allanado para convertir el FMLN en un partido burgués liberal plenamente consolidado y "profesional" de acuerdo con la evolución y la dominación de la geopolítica imperial del momento.
IV. UN GOBIERNO FUNES-FMLN:
¿DESMANTELAMIENTO O FACHADA DEL NEOFASCISMO?
Una agenda burguesa liberal
Después de la muerte de Handal en 2006, la elite del FMLN continuó firmemente la persecución de su particular agenda de convertir el FMLN en un partido burgués liberal e imperialista. Ahora el próximo paso del proceso era armar un programa que pudiera diferir del partido oligarca ARENA y que, al mismo tiempo, pudiera atraer a la burguesía liberal como un escudo principal contra la desconfianza imperialista. El eje principal del programa, sin embargo, es que el orden neofascista establecido por ARENA y el imperialismo estadounidense (los seis puntos mencionados anteriormente) se mantenga inalterado casi en su totalidad excepto por uno de sus componentes - el imperio de la ley constitucional, que es la clásica queja de la burguesía liberal para con la oligarquía. Así, toda la existencia del partido FMLN ha sido empeñada con una plataforma de la que todo su contenido izquierdista ha sido adulterado a un extremo históricamente sin precedentes. Tal plataforma se basa en dos bases principales:
1. Luchar contra la "corrupción estatal"
2. Luchar contra la violación de la Constitución (Sí, la misma Constitución de 2003 patrocinada por R. D'aubuisson, fundador de los escuadrones de la muerte, durante su presidencia de la Asamblea Constituyente bajo el gobierno de facto de Álvaro Magaña) y del estado de derecho, que ambas son perpetradas principalmente por el partido oligarca ARENA.
Ahora, si comparamos el programa del FMLN de 2009 con el antiguo programa del GDR que el FMLN estaba por llevar ante una eventual victoria revolucionaria en 1981, y que ni siquiera era comunista, podemos ver el claro camino a la completa derechización del FMLN. A muchas mentes engañadas les están haciendo creer equivocadamente que el proceso en curso del FMLN es una "evolución" y una "modernización" y no una derechización.
Bajo este programa burgués liberal, el FMLN procedió a cortejar a líderes burgueses liberales como Arturo Zablah, el propietario de Industrias Capri – un fabricante de camas y ex ministro de gobierno de anteriores administraciones de ARENA – y Mauricio Funes, una figura pública, ex periodista freelancer de la CNN y conductor-propietario de un programa televisivo de cobertura nacional.
Para un partido con la trayectoria revolucionaria y socialista y los orígenes del FMLN, incluso la idea de tratar de acercarse a un adversario y proponerlo como su candidato presidencial, es no sólo absurdo sino también estar fuera de contacto con sí mismo. La movida representa la bancarrota política, moral y estratégica de la elite del FMLN. No estamos hablando sobre que el FMLN hace alianzas con la burguesía liberal como la UDN y el MNR lo hicieron con el PDC en la UNO. Estamos hablando de convertir el FMLN mismo en una especie de partido PDC para que así la burguesía pueda tomárselo y hacer lo que se le antoje con el. En este sentido, la elite del FMLN está en la posición exacta que Duarte tenía cuando aceptó ser miembro de la Junta Revolucionaria en 1980 y convirtió el PDC desde ser un partido liberal burgués de izquierda a un partido liberal burgués de contrainsurgencia de derecha. La burguesía liberal en El Salvador ha tenido sólo una oportunidad de estar en el poder, y esa oportunidad fue el PDC de Duarte en 1984. Pero ahora ese es el papel que la elite del FMLN quiere que el FMLN juegue: un partido de la burguesía liberal de derecha.
Aunque el FMLN había adaptado estas fundaciones para atraer a la burguesía, Zablah las rechazó por los mismos motivos que el imperio estadounidense lo hizo: lealtades de clase. Zablah no era izquierdista y nunca lo ha sido, y al final sus lealtades estarían con su clase burguesa no importaba cuánto "capital político" el FMLN podría haber acumulado durante años. Después de ser abordado por la elite del FMLN en persona y ser propuesto para ser su candidato presidencial*, ahora Zablah es el candidato a vicepresidente de ARENA, este último hecho pasó a ser cierto, cronológicamente hablando, meses después de que el FMLN presentara a Mauricio Funes como su candidato presidencial. Ahora la gran pregunta acerca del FMLN es: ¿Qué "socialista" o "revolucionario" o incluso "izquierdista" es un partido político que intenta tener como su candidato presidencial a un miembro pleno de la burguesía nacional que es también - aunque temporalmente - el hijo pródigo de la oligarquía que más tarde regresa a casa? La oligarquía y la burguesía no tienen ilusiones porque no las necesitan: ellos tienen el poder ya que son el poder económico en el país. Las ilusiones son las que tiene la elite del FMLN, y que no son simples ilusiones sino delirios de grandeza. La oligarquía y la burguesía de El Salvador conocen su política de clase. La elite del FMLN pareciera no tener ninguna política de clase, a juzgar por su último movimiento con Zablah, pero eso es sólo una muy mala apreciación. La política de clase de la elite del FMLN es esencialmente de clase media (pequeño-burguesa) ya que porta la percepción del mundo y las demandas de esa clase, y ahora su candidato presidencial es uno de sus miembros plenos: Funes.
Por otra parte, sin embargo, los cimientos del programa del FMLN no tienen significado real para la clase trabajadora y la clase media empobrecida de cara a su grado de pobreza y exclusión: mientras que el FMLN habla de no a la violación de la Constitución y de alto a la corrupción del gobierno, entre 500 y 700 salvadoreños se disponen a salir del país hacia Estados Unidos en forma diaria.* Como consecuencia de esto, la campaña electoral del FMLN tiene que depender en pura propaganda, vagas ofertas demagógicas, puras piruetas de mercadeo y trucos de relaciones públicas. El FMLN actual es una bolsa llena de todo eso.
El Factor Funes
Según la secuencia lógica del proceso de derechización del FMLN, Zablah habría sido el perfecto candidato presidencial, pero Mauricio Funes no fue un accidente. Él había estado observando lo que Handal estaba haciendo con el FMLN y no era ningún tonto acerca de esto. Incluso los Renovadores le propusieron en 2004 ir contra Handal. Pero él no quería levantar polvo entonces; en vez, cautelosamente esperó el momento adecuado con las personas adecuadas: la elite y burocracia del partido. Su hipocresía es sin igual, sin embargo. Cuando se le preguntó sobre sus impresiones sobre por qué no aceptó la candidatura en 2004, Funes astutamente respondió que no podía competir con un gigante como Handal.* Pero sabemos muy bien lo que pasó. Funes sabía que los dos puntos de la agenda liberal derechista también se convertirían en la matriz de la plataforma del FMLN para las elecciones de 2009. La incursión y participación de Funes en el FMLN sólo pudo ser posible con la muerte de Handal.
Con respecto a por qué Funes ahora, el primer examen es que él es lo mejor de lo peor. La elite del FMLN está tratando de - como el dicho salvadoreño dice – "hacer de tripas chorizos". Lo que Funes representa es una abominación y una aberración a cualquier fuerza ex revolucionaria e izquierdista tal como el FMLN en sí, pero no para la elite del FMLN. Las credenciales de Funes como un ex freelancer de CNN tienen, en primer lugar, valor capitalista e imperialista. Esto significa que él ha trabajado para un medio imperialista, por tanto, el imperio o la burguesía no deberían desconfiar ni tener nada que temer de él. Dicho esto, Funes es también una figura pública, una celebridad, queriendo decir que, su trabajo - cualquiera que fuese, lo que significa que bien podría ser una estrella de Hollywood sin cerebro – es conocido en todo el país por muchas personas. Este hecho responde la pregunta de quién es él. Funes es un agente de relaciones públicas, y las relaciones públicas son la nueva estrategia política de la elite del FMLN. ¿Honesto? ¿Profesional? ¿Independiente? La presentación propagandística de Funes por la elite del FMLN no tiene absolutamente nada que ver con las razones detrás de su selección como el candidato presidencial del FMLN. Tiene todo que ver con reafirmar (engatusar) la base social del FMLN y de impresionar a la clase media en general y a esa gente de las clases trabajadoras que están política y culturalmente alienadas por el imperialismo. La elite logra eso por medio de explotar la idea religiosa históricamente impuesta de lo divino o del líder de la realeza desde arriba, y la idea colonial, clasista y racista del líder profesional, masculino, blanco, extranjero, y superior. Eso es por qué – una razón muy derechista y reaccionaria – él fue reclutado desde fuera del FMLN. De lo contrario, el FMLN podría haber elegido un candidato de las clases trabajadoras y miembro de sus propias filas, pero toda esta cosa no se trata de honestidad, de ser profesional, de ser moral o de ser izquierdista mucho menos: se trata de convertirse en el próximo guarda o administrador de la granja imperial llamada El Salvador, ya que es hoy el único modo para que la elite del FMLN pueda seguir preservando su capital político y su jubilación. Si esta vez el FMLN no llega al poder, ese capital será irremediablemente erosionado. Es por ello que estas elecciones son fundamentales y vitales para la elite del FMLN después de cuatro períodos consecutivos de gobiernos ARENA.
Siendo el esposo de Vanda Pignato, la representante en América Central del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil de Lula, Funes es la prueba viviente de que las prioridades de la elite del FMLN no son ideológicas sino oportunistas. De toda la "marea de izquierda" que barre América Latina, el gobierno del PT de Brasil es el menos izquierdista, y, sin embargo, el esposo de su representante en América Central no fue la prioridad del FMLN. El gobierno de Lula de Brasil ha sido asignado como un gobierno neoliberal que, en primera orden, colocó un banquero como su ministro de finanzas para que la deuda del Brasil se pagara completa - ¡y por adelantado! El gobierno brasileño también está siendo promocionado como el régimen más represivo contra el Movimiento de los Sin Tierra, cuyos dirigentes están siendo criminalizados y selectivamente liquidados. También ha creado una ruptura con el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, ha renunciado a su pertenencia a la alianza anti-imperialista ALBA, y, vergonzosamente, continúa liderando la ocupación imperialista de Haití en nombre de las propias empresas transnacionales del Brasil. Brasil bajo Lula también sigue siendo uno de los países del mundo con la tasa más alta de crimen y que, con unas 40,000 personas que mueren cada año, es considerado por las normas de las Naciones Unidas – 25,000 muertos anuales – como un país en guerra.
Aún así, el Factor Funes sólo pasó a ser la segunda carta en la manga del FMLN.
Pero incluso Funes no es un izquierdista y mucho menos un socialista. Esto lo ha declarado claramente en diversas entrevistas a lo largo de América Latina*. Parece que nadie quiere que su política burguesa o carrera profesional pequeña burguesa sea manchada con ser un dirigente del FMLN, ¡incluso el propio candidato presidencial del FMLN! Todo mundo sabe que la base social - no la elite del FMLN - es un polvorín, y que quien se siente en su cúspide puede decirle adiós a su futuro político – no Funes.
En acuerdo a puerta cerrada del que sólo la elite del FMLN y Funes mismo conocen exclusivamente, Funes acordó ser el candidato presidencial del FMLN y a eso añadió que sólo se haría miembro del partido - como la Constitución dicta que un candidato debe ser un miembro del partido que representará – hasta el último minuto permitido por la ley. Él seguiría siendo alguien de afuera del partido – y como tal él no se vestiría con el uniforme rojo del partido - y que adicionalmente el tendría el poder para formar un grupo de apoyo personal especialmente cerrado con miembros escogidos de dedo y del que podía elegir a miembros de su gabinete. Este fue el origen del políticamente oscuro grupo llamado "Amigos de Mauricio" cuya modalidad viene a ser otra singular y particularmente abusiva movida además del ya oscuro hecho de haber sido nombrado y electo candidato presidencial sin ser miembro del FMLN.
La composición del grupo Amigos de Mauricio fue revelada recientemente por una publicación en internet y, en la medida que uno lee los nombres, puede legítimamente sentir escalofríos por la espalda. Los miembros sombríos del grupo se comunican como una unidad militar: con nombres código y con el uso de un conjunto de radios de comunicación de una sola frecuencia militar. La lista incluye nombres como David Munguía Payés, ex jefe del batallón de contrainsurgencia “Belloso” (que durante la guerra civil fue conocido como el “Batallón Gringo” y el segundo bastión de la estrategia de contrainsurgencia y el digno ejecutor de operaciones de tierra arrasada en Morazán y el oriente de país durante el gobierno de facto y la Administración Duarte en la década de los 1980s) y uno de los de los altos militares entrenados en torturas y en operaciones contrainsurgentes especializadas en la tristemente célebre Escuela de las Américas, también ex Director de Inteligencia del Ejército y Director de la Escuela Militar; Luis Lagos, ex secretario de comunicaciones del Presidente Álvaro Magaña (1982) y ex secretario de organización y de ideología del PCN; Miguel Menéndez, ex miembro de ARENA y propietario de diversas empresas, Mecafé, un exportador de café cuyos activos se estiman en U.S. $1.14 millones y COSASE, una empresa de seguridad privada, entre otros; los hermanos Cáceres con Gerardo, representante legal de puntual, S. A. de C. V. , una empresa de recuperación de créditos, Francisco, (sobrino de Gerardo), miembro de la junta de directores de Puntual y también representante legal de la cooperativa de cafetaleros de San José de La Majada, y Carlos, ex director de la Asociación de Banqueros Salvadoreños (ABANSA); Hato Hasbún, y Alex Segovia, el asesor económico de Funes. El exposé periodístico también se establece conexiones entre Amigos de Mauricio y nombres de grandes burgueses nacionales como Nicolás Salume (muy conocidos en la gran industria láctea) y el conglomerado Poma, miembro pleno de la oligarquía de ARENA.
El último aspecto de toda la farsa Funes-FMLN es coronado con el feliz endosamiento del representante cubano quien describiera a Funes como un “patriota”. Desde afuera, Funes puede parecer como un patriota. Sin embargo, la política exterior del gobierno de Cuba de hoy refleja la necesidad de ampliar sus relaciones internacionales de cara al embargo de EE.UU. De la misma forma, un futuro gobierno de Funes puede ser un recurso para la política exterior cubana, pero eso no se traduce a lo que las clases trabajadoras salvadoreñas necesitan, como la dirigencia del FMLN lo ha hecho parecer al presentar el delegado cubano en la inauguración de la campaña electoral. Cuba puede legítimamente estar interesada en establecer puentes entre su estado y cualquier institución, partidos y gobiernos burgueses foráneos; ellos no pueden darse el lujo de seleccionar. Pero pensar que el endosamiento cubano significa una luz verde ideológica para una supuesta orientación ideológica “correcta” – aún de una orientación burguesa, como es el caso de Funes y el FMLN – es definitivamente engañoso, políticamente deshonesto y ultimadamente erróneo por parte de la elite del FMLN. Lo que las clases trabajadoras y los sectores empobrecidos de El Salvador necesitan no es un “patriota” sino un gobierno que ponga el poder en las manos del pueblo, pero eso, a su vez, no será el FMLN con Funes.
El programa político de Funes
Cuando la elite del FMLN envió el llamado a su base social - nacional e internacional - para que expresaran públicamente sus respectivo apoyo a la candidatura presidencial de Funes ( recuérdese que fue un comité de base de Australia que expresó por internet su apoyo a Funes a mediados de 2008), la membrecía no fue informada de la inusitada modificación de la agenda de izquierda del partido. Esa sería presentada como una necesaria "táctica" en su debido momento, aparentemente. La membrecía del FMLN dio así un cheque en blanco a la dirección del partido y apoyó a Funes ciegamente.
Las razones de la membrecía del FMLN para seguir fielmente a su liderazgo datan de la confianza construida durante la guerra cuando el FMLN se centró en una combinación de estrategia militar y maniobras políticas. También es una extensión de las actuales ilusiones (la principal de éstas siendo el mito de ganar las elecciones como el más alto objetivo del partido) que la elite del FMLN ha sostenido a través de su maquinaria propagandística desde los Acuerdos de Paz. Propaganda es básicamente en lo que el socialismo se ha convertido en el seno del FMLN: un engaño que nunca va más allá de declaraciones verbales y nunca llega a formar parte del programa del partido. Irónicamente, a la membrecía del FMLN se le ha hecho creer ciegamente en su liderazgo y no en los estatutos del partido y/o el programa político, que a su vez son considerados como simples formalidades legales, como es el entendido general en la base. Por la misma razón, consultas a la membrecía cuando la elite ya ha tomado la decisión son también una formalidad de cara al escrutinio público.
Es a esta precisa psicología de la base social del FMLN a la que la candidatura a vice-presidente adjudicada a un ex líder guerrillero histórico, Salvador Sánchez Cerén, responde. Su candidatura no es - como la burguesía y sectores oligarcas reclaman - para alegadamente vigilar el programa izquierdista del FMLN y monitorear a Funes. Tal programa no existe formalmente, y cualquier cosa que Funes diga en público proviene de la elite del FMLN. Sánchez Cerén está allí para garantizar la confianza de las bases del FMLN y nada más. Este nuevo giro de la elite del FMLN, sin embargo, contradice lo que líderes como Sánchez Cerén mismo siempre han declarado a los medios de comunicación: que la gente no vota por el candidato sino por el partido.
Pero el nombramiento de Funes a la candidatura presidencial aún debía salir de una farsa pública bien pulida. Es por ello que Funes fue la nueva figura del llamado "Diálogo Social", un evento creado y denominado por la elite del FMLN para legitimizar "socialmente" a su candidato ante los ojos del público. El tamal ya había sido cocinado antes que los asistentes llegaran al evento.
Al comienzo de la campaña Funes, una extraña controversia se generalizó durante una supuesta lucha en la que se alegó que ARENA le estaba "robando" el programa político del FMLN. Aún así, nadie hizo la gran pregunta: ¿cómo es eso que un partido supuestamente izquierdista luche con el partido representante de la oligarquía a fin de no tener las mismas ofertas políticas? Si ARENA es capaz de imitar el programa político del FMLN, entonces es evidente que el FMLN ya no es izquierdista. Este parece ser más probable el caso que pensar que ARENA ha pasado a ser "izquierdista". Es una clara señal de que el FMLN se ha ido totalmente a la derecha hasta el punto que incluso para ARENA es ahora tremendamente fácil modificar ligeramente su agenda política para que parezca como la del FMLN y entonces afirmar que ARENA ofrece las mismas cosas que el FMLN o viceversa.
Más tarde en la campaña, la membrecía del FMLN - y el mundo - empezarían a ver cómo Funes salió con sorprendentes declaraciones en las que él RECHAZÓ definitivamente:
1. El socialismo
2. La solidaridad con las luchas revolucionarias de otros pueblos
3. Una parte sustancial de los propios Acuerdos de Paz de 1992 (ley de amnistía, la cláusula del Ejército, la oposición a la ILEA)
4. La oposición al mercado
5. La reforma agraria y cualquier otro tipo de cambios estructurales
6. El espíritu anti-imperialista con una política de amistad con los Estados Unidos, que se traduce al fin de la presunta amenaza contra sus inversiones e intereses en el país.
7. El espíritu y programa anti-oligarca al pedir un "acuerdo fiscal" con ARENA.
8. El espíritu antimilitar por medio de retirar la cláusula sobre las Fuerzas Armadas de los Acuerdos de Paz y la confirmación de la permanencia del Ejército como brazo armado del estado.
9. Oposición al programa militar imperialista colocando como prospecto a ministro de defensa a un ex enemigo de guerra del FMLN entrenado en la Escuela de las Américas
10. Oposición al TLC, el modelo neoliberal y la globalización
11. Oposición a los programas de ajuste estructural del FMI, BM y BID.
12. Oposición a la dolarización de la economía
13. Unirse al ALBA
14. Oposición a la ley de amnistía y la impunidad política
15. Oposición a la privatización y la desnacionalización
16. La nacionalización como una política económica
17. La continuación de la "Marea de Izquierda " en América Latina por medio de rechazar expresa y repetidamente los modelos cubano, venezolano y boliviano, los miembros del ALBA (como Nicaragua y Honduras), haciendo caso omiso de ejemplos cuya economía tiene un fuerte sector público como México y Brasil, o, en el caso de Chile, el caso de la lucha por resolver los crímenes de lesa humanidad perpetrados por la dictadura.
18. Impuesto progresivo a las grandes empresas de acuerdo a su ingreso.
Uno realmente no necesita leer el actual programa político de Funes – que consta de 106 páginas/cuartillas - si uno sabe lo que no va a hacer en términos de la lucha histórica del FMLN, (que es de lo que la lista anterior trata) y si uno ha estado atento a las posiciones y declaraciones que Funes ha hecho públicas a lo largo de la campaña electoral. Cambio es exactamente lo que Funes no traerá desde el punto de vista de la orientación izquierdista histórica del FMLN. ¿Qué ha ocurrido con el anterior discurso antineoliberal y antiimperialista del FMLN? Bajo Funes, el neoliberalismo continuará reinando. Bajo Funes, la globalización con su TLC y FMI seguirá barriendo limpio el país y la nación. Bajo Funes, la impunidad será la fundación política del régimen. Bajo Funes, el anticomunismo será la ideología subyacente. Bajo Funes, los ricos no solo seguirán siéndolo sino que son el sector que definitivamente será protegido en el transcurso de la crisis venidera a costo del bienestar de las clases trabajadoras. ¿No menos ni más estado sino un mejor estado? Funes nos quiere hacer creer que no es necesario poner impuestos a los ricos o al capital extranjero y que solo con hacer un estado financieramente restringido él puede tener el dinero para financiar su programa minimum vital y todo el mundo será feliz. Es obvio que la posición ideológica pequeño-burguesa y la lealtad de Funes está abiertamente en defensa del sistema capitalista y del status quo que protege a los privilegiados y la oligarquía rica.
Para resumir su gobierno, Funes lo ha calificado como "Constitucionalista", y ha definido su presunto objetivo principal como el restablecimiento de la constitucionalidad y el imperio de la ley, que, irónicamente, allana el camino para una estandarización de las leyes del país principalmente favorables a la clase dirigente, la inversión extranjera y la globalización neoliberal. El programa de Funes responde al programa de esta gente.
La única medida aparentemente progresista del gobierno de Funes era el retiro de las tropas de Irak. Sin embargo, incluso esa política representa una convergencia con el imperialista Obama que ya ha dicho durante su campaña que bajo su administración la ocupación militar de Irak será liquidada. Pero al momento de escribir este análisis, el Presidente Saca ya anunció la retirada de las tropas de Irak. Así que no hay absolutamente nada progresista para las clases trabajadoras en una administración Funes en El Salvador, únicamente apariencias cosméticas y la ilusión de que el FMLN estará en el gobierno - no en el poder. Nadie conversa acerca de en qué tipo de partido se ha convertido el FMLN, sin embargo, excepto que ha "evolucionado". Incluso la farsa pequeño-burguesa de Partido Comunista Salvadoreño (PCS) recientemente refundado, se ha expresado en favor de Funes llamándolo “un muchacho honesto”.*
Para resumir el gobierno de Funes desde un punto de vista crítico, éste será un gobierno que administrará el estado bajo el mismo orden neofascista impuesto por ARENA y el imperialismo yanqui, pero podemos estar seguros de que los neofascistas y los imperialistas estarán jalando los hilos detrás de este y abiertamente. Un gobierno del FMLN con Funes será un gobierno de ARENA sin ARENA, y podemos predecir con seguridad que militantes del FMLN y miembros del movimiento social continuarán siendo selectivamente liquidados con impunidad por los monigotes del orden neofascista.
¿Cambio para una vida mejor en El Salvador?
Para quien conoce la jerga política burguesa liberal, el programa de Funes (Programa de Gobierno 2009-2014: Cambio en El Salvador para una vida mejor) es un programa burgués liberal. Uno de los mejores ejemplos de esta jerga se encuentra en el libro del ex Primer Ministro canadiense Jean-Pierre Trudeau “Hacia una sociedad justa”. Sin embargo, el carácter liberal del programa de Funes se expresa en su espíritu y su objetivo: rescatar un sistema capitalista en crisis.
Pero ¿quién querría rescatar el sistema capitalista en El Salvador? La respuesta a esta pregunta no puede ser directa porque ha sido la clase capitalista quien lo ha puesto en crisis. La parte interesada en rescatar el sistema es la clase media y secciones de la burguesía que han sido afectadas por el yugo oligarca de ARENA, el imperio del gran capital. Es por ello que Funes recalca en todo su programa sobre "el imperio de la ley", sobre "institucionalidad", sobre el "dominio de la Constitución", sobre el "cumplimiento de la ley" y "la ley y el orden". Funes es el grito de la pequeña y mediana burguesía para sustituir el imperio del gran capital por un juego con reglas que les permita prosperar. Para azucararle la píldora a la clase trabajadora, Funes ha añadido un componente "mínimum vital" que de forma abierta copia el programa de Alberto Masferrer para el Partido Laborista en 1932 derribado por el Gral. Hernández Martínez. Lo que cualquier persona no sabe sobre este "minimum vital" es que, dada la vaguedad con que presenta sus fuentes de financiamiento, no tenemos razón alguna para creer que es diferente de la “agenda social” del partido ARENA. La base financiera en la que Funes ha planeado su programa “mínimum vital” es constituida por dinero proveniente de la aplicación de medidas y políticas más fuertes contra la evasión fiscal, la corrupción de funcionarios del gobierno y a favor de ampliar la base tributaria del país, lo cual no significa que va a poner impuestos a los ricos sino, más que probable, ponerle impuestos a más personas en las clases trabajadoras y pauperizadas del llamado “sector informal”. Para mantener a la oligarquía a gusto, Funes ha prometido no salir con sorpresa alguna durante su administración (v.g., con medidas socialistas o impuestos a los ricos). Con ese propósito, Funes ha propuesto un Acuerdo Fiscal en el cual todos los partidos políticos burgueses definen claramente las fuentes de financiamiento para gobiernos futuros – incluyendo un posible gobierno de Funes – ya que el balance financiero del país está cerca de la bancarrota.
Funes convenció a la elite del FMLN acerca de la posibilidad de ensamblar un gobierno de “orientación social” basado en una política de aplicación de la ley que "podría" llevar a la recaudación de impuestos sobre ingresos corporativos no declarados o convenientemente escondidos. Pero en El Salvador, incluso un fin tan tímido representa la subestimación del poder real de la clase dominante. Esta tiene un ejército de poderosos contactos internacionales, abogados, contadores, administradores, asesores financieros, medios de comunicación, publicidad, tecnologías de mercadeo y relaciones públicas. Con el actual lenguaje de seguridad y el imperio de la ley que Funes está utilizando para presentar su programa, los únicos claros ganadores por seguro serán las grandes corporaciones y su orden globalizado. Es solamente que estos conglomerados no están dispuestos - porque no necesitan - de pasar por tanta burocracia para conseguir que sus negocios funcionen.
Uno está tentado a preguntar: ¿pero qué pasó con la propuesta política del FMLN como una fuerza de Izquierda y de las clases trabajadoras? El FMLN es un monstruo de masas lleno del color rojo de su propaganda pero con una cabeza pequeña. La elite del FMLN conduce ese monstruo en la búsqueda de una oportunidad de compromiso con las clases media y burguesa, que es lo que le enseñó Handal. No hay ninguna propuesta de la llamada "izquierda revolucionaria tradicional" en El Salvador porque no existe tal fuerza. La izquierda revolucionaria tradicional ha sido siempre un mito de cristiana dimensión.
Ahora volvamos al énfasis que Funes pone sobre el imperio de la ley en su programa y a los seis puntos de la base doctrinaria del orden neofascista existente en El Salvador descritos al principio de este análisis. De hecho, el gobierno de Funes será un régimen de "ley y orden" suscrito a la actual diatriba de "seguridad" del imperio que es la nueva base para este mundo unipolar pos guerra fría. Esto debería sonar suficientemente aterrador para aquellos - como los vendedores de CDs y DVDs piratas - que ya saben qué significa ”aplicar la ley”.* Para las clases medias y burguesas, ese régimen se traduce en más libertades para sacar más lucro. Para las pauperizadas clases trabajadoras éste se traduce en más represión, criminalización y persecución, como es ilustrado por la criminalización, persecución y eliminación sistemática del Movimiento de los Sin Tierra bajo el gobierno de Lula en Brasil, o la agresión militar y ocupación de la ONU contra Lavalas bajo el Presidente René Preval García en Haití. Si bajo Handal el FMLN todavía sostuvo una política de doble filo con respecto a los vendedores de CDs y DVDs y contra el TLC, bajo un régimen de Funes esa pretensión ni siquiera existe, y las demandas legales del TLC por seguro serán aplicadas en su plenitud, como él ya lo ha dicho a medios internacionales.
En El Salvador estamos en una encrucijada donde existe una opción entre dos caminos: 1) la destrucción de la impunidad sistémica y 2) la aplicación del estado de derecho y el derecho constitucional. Debe ser dicho que los dos caminos responden a los intereses de sectores sociales radicalmente diferentes. Destruir la impunidad sistémica es una urgencia social del pueblo trabajador, mientras que la aplicación de la ley es una prioridad de la burguesía nacional ante una oligarquía rapaz que ha monopolizado el poder en alianza con el imperio estadounidense. La elite del FMLN se ha hecho la de la vista gorda sobre la impunidad sistémica y se ha comprometido – con Funes - con un programa de aplicación de la ley de la burguesía. El Salvador no puede seguir ignorando la impunidad sistémica porque fomenta la deshumanización históricamente racista y colonial del pueblo salvadoreño por medio de la cual la clase dominante impone y legitima en la mente de las personas un régimen de intolerancia política hacia los derechos civiles, los derechos humanos, la disensión y la crítica y una generalizada y alienante pseudo cultura anticomunista de guerra fría y un comportamiento antidemocrático y una actitud de servidumbre hacia los económicamente poderosos. El Salvador es todavía un país donde cualquier persona puede ser eliminada por disentir con el gobierno o la oligarquía o por luchar por los derechos humanos y civiles. Muchos militantes del FMLN, activistas sociales y sindicalistas han sido asesinados por elementos derechistas desde los Acuerdos de Paz y sus casos siguen sin resolverse debido a la impunidad reinante, sin mencionar los casos sin resolver de los más de 75,000 muertos durante la guerra civil y más de 8,000 desaparecidos. Tenemos que romper con todo esto antes de que podamos incluso hablar de "aplicar" cualquier ley. Si el FMLN opta por "hacer cumplir la ley" entonces hará cumplir la impunidad, ya que ésta está legalizada mediante la Ley de Amnistía.
Sobre el caso de la Constitución vigente existen varios conflictos desde una perspectiva de las clases trabajadoras y de la solución de su condición social opresora. Primeramente, es una Constitución hecha durante un gobierno de facto. En segundo lugar, la Constitución fue escrita bajo la dirección de Roberto D’aubuisson, reconocido por la Comisión de la Verdad de los Acuerdos de Paz como el asesino intelectual de Monseñor Romero y fundador de los criminales y todavía impunes escuadrones de la muerte. Con la primera situación con el gobierno de facto que la diseñó se tiene la justificación para la legítima derogación de la Constitución por un gobierno democráticamente elegido. La situación sobre D’aubuisson solo es una razón con mucho mayor peso para cuestionar la validez ética de dicho documento. Pero Funes viene y nos dice que su gobierno será desarrollado con la Constitución en la mano, que su gobierno se tratará de la “consolidación” del estado de derecho existente. En otras palabras, Funes no ve problema alguno con la Constitución vigente. Esa es una señal clara de que él no quiere disturbar el poder de la clase dominante y su orden legal, su orden neofascista, independientemente del realismo de la demanda.
V. EL MAYOR PELIGRO: LA DESMOVILIZACIÓN DE LA PROTESTA SOCIAL
De la actual completa derechización de la izquierda salvadoreña del FMLN, el peligro o amenaza definitiva y objetiva más grande es la desmovilización generalizada de la protesta social y la despolitización de la gente. Esta amenaza percibida está basada en unas premisas muy bien fundadas, de las que seis son los más importantes:
1. Las secciones organizadas de las clases trabajadoras ya han sido atacadas brutalmente por las políticas neoliberales y han sido numéricamente diezmadas por 16 largos años pos guerra. Sindicatos completos y cooperativas han desaparecido - la mayoría en el sector público - y otros tipos de organizaciones han sido simplemente disueltas o bloqueadas en su nacimiento.
2. El desmantelamiento sistemático del programa de reforma agraria implementada en el decenio de 1980 por los Demócratas Cristianos, y la posterior desmovilización y criminalización de la organización de los trabajadores del campo y campesinos.
3. La total conversión del FMLN en un partido burgués centrado en ganar la presidencia mediante elecciones ha desviado la atención de los dirigentes de la lucha social a la lucha por posiciones en varios niveles de gobierno.
4. El "aburguesamiento" total de la política del FMLN ha contribuido en parte a la desmovilización de la protesta social. Demasiadas cosas suceden en El Salvador y por las que ni una sola mano se ha levantado en contra, o se hace sólo como una formalidad que luego es rápidamente olvidada o barrida bajo la alfombra.
5. El dominio paralizador que la elite o burocracia del FMLN tiene sobre la membrecía.
6. El diario éxodo de por lo menos 500 personas que abandonan el país disminuye la resistencia de la lucha social. La gente está aprendiendo que en vez de combatir puede simplemente irse del país.
Ahora lo inesperado e inconcebible golpea a nuestras puertas: dada la acrítica, incondicional y ciega membrecía del FMLN hacia su liderazgo pagado de sí mismo, el peligro de que, en el caso de una victoria electoral del FMLN, la protesta social sea coartada con el pretexto de apoyar la agenda derechista de Funes es clara. Declaraciones de algunas organizaciones populares - una de las que anteriormente se suscribía al movimiento contra el TLC - ya han afirmado que apoyarán a Funes.* Podemos apostar a que por lo menos durante todo el primer año de su mandato la protesta social por seguro será totalmente acallada bajo la ilusión de cambio desde arriba.
Imaginemos, por ejemplo, ¿qué va a hacer el movimiento social ante el programa neofascista de Funes? ¿Qué hará un movimiento BPS con respecto al TLC que Funes ahora apoya? ¿Qué harán todas las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos ahora que Funes no está dispuesto a hacer frente a la impunidad de la guerra, pero al contrario, traerá un ex comandante de batallón contrainsurgente a su gobierno y dará luz verde a la escuela de asesinos ILEA?
En pocas palabras, Funes representa exactamente lo contrario de todo lo que el FMLN ha resistido antes. Aquí estamos hablando de un cambio de 180 grados de posición. Tenemos que ser claros en que, aunque el FMLN y Funes están dispuestos a entregarse al sistema y el imperio de sus leyes, el pueblo sigue siendo soberano, y, por tanto, la lucha por sus reivindicaciones – de no ser escuchadas y servidas – debe continuar.
Si nuestro análisis es correcto, el pueblo salvadoreño se enfrentará, bajo un gobierno de Funes, a un nuevo período político en el que un paso final debe tomarse ya sea para completar la sumisión total al orden neofascista junto a sus monstruos colonizadores como la globalización neoliberal y el imperialismo existentes, o para reagruparse y seguir siendo independiente de modo que la esperanza por la lucha por un nuevo orden no sea ahogada por los cantos de sirena de su régimen. Por ahora, parece que la única posición que encaja con una opción crítica es la de la abstención en las elecciones, de modo que el voto no se desperdicie en legitimar un orden asesino y antisocial existente. Pero aún eso parece demasiado pedir dados la inercia y el clima ilusorio reinante.
ADDENDUM POS ELECTORAL SOBRE EL “GOBIERNO DE UNIDAD NACIONAL”
PROPUESTO POR FUNES
Al momento de escribir estas líneas, Funes ha sido proclamado ganador de las elecciones presidenciales del 15 de marzo. Sin embargo, en los últimos días antes de cerrar la campaña electoral, Funes ofreció constituir un “gobierno de unidad nacional”.
Desde un inicio hay que enfocarnos en la frase “gobierno de unidad nacional” (GUN) y distinguirla de la otra frase “gobierno de unidad popular”. Esta última se aplica al gobierno que encabezó el Presidente electo democráticamente Salvador Allende Gossens en Chile y por el cual fue derrocado por el fascista Gral. Pinochet Ugarte. Funes no ofreció un “gobierno de unidad popular”. Digamos eso claro para aquellos que piensan que lo es. El GUN de Funes es el opuesto exacto del gobierno de Allende.
A pesar de que Funes – y la elite del FMLN - no tuvo la desfachatez de hablar de un “Gobierno de Salvación Nacional” como lo hizo el escuadronero Roberto D’aubuisson fundador de ARENA y la Cruzada Pro Paz y Trabajo, la más reaccionaria expresión de la oligarquía a principios de los 1980s, el GUN fue la respuesta de la oligarquía – que en esa época ya había transferido a sus dirigentes desde el PCN hacia el nuevo partido ARENA – ante una burguesía liberal golpeada por la dictadura fascista y que al mismo tiempo estaba siendo atraída por la propuesta de un Gobierno de Amplia Participación (GAP) ofrecida por la alianza de sus viejos aliados socialdemócratas de la UNO y el FMLN (en otras palabras, la situación del FMLN con Zablah no es cuento nuevo)
El GUN fue la antítesis del GAP y surtió efecto. Esa fue la naturaleza del GUN. Bajo la dirección del accionista del Banco Hipotecario y miembro plenipotenciario de la burguesía conservadora, Álvaro Magaña, el GUN proveyó la transición necesaria para que la hija descarriada de la burguesía liberal (representada por Duarte y el PDC) se incorporara al orden político oligarca. Cuando Duarte ganó las elecciones en 1984, la principal política democristiana fue una reforma agraria previamente pactada con la oligarquía durante el GUN. Dicha reforma agraria afectó una diversidad de tierras: desde las ociosas y productivamente inservibles, geográficamente remotas y de difícil acceso, propiedad de extranjeros, hasta las de propiedad de burgueses que no formaban parte del círculo de allegados a la oligarquía. Otras propiedades rentables y en plena producción fueron compradas, todo con dinero de la USAID que a la vez se convirtió en la llamada “Deuda Agraria” en las espaldas de las cooperativas de campesinos y trabajadores del campo. Sin mencionar los precios exorbitantes por sobre el mercado con que esas propiedades fueron valuadas. Y por supuesto, que la burguesía necesitaba que se nacionalizaran la banca y el comercio exterior para poner fin al imperio sin reglas del capital oligarca. Pero la característica más importante de la reforma agraria de Duarte fue el hecho de que no afectó las tierras que formaban parte vital de la producción del café. De esa forma, la oligarquía quedó intacta y la burguesía liberal del PDC bajo Duarte condujo la guerra contrainsurgente imperialista sucia contra el pueblo y el FMLN.
Este año, y en un intento de reescribir la historia, la elite del FMLN quiso hacer un pacto con la burguesía liberal - representada esta vez por Arturo Zablah - que en gobiernos anteriores de ARENA manifestó estar marginada y engatusada por las políticas oligarcas de ARENA. De nuevo, la burguesía liberal asumió su lealtad de clase - a pesar de sus lloriqueos y para la vergüenza del FMLN – y Zablah fue incorporado como vicepresidente en la formula de ARENA.
Ahora con Funes – un miembro plenipotenciario de la pequeña burguesía tecnócrata-liberal salvadoreña – la elite del FMLN aún insiste en besarle el culo a la oligarquía y la invitan a constituir un GUN. La oligarquía – representada por Federico Colorado, actualmente funcionario de la ANEP y anteriormente de una administración de ARENA – no perdió el tiempo y aceptó la invitación de Funes inmediatamente después de saber que él es el ganador de las elecciones.
Es un absurdo político creer – dada la historia precedente - que el propósito del GUN es para unir a todos los sectores de la nación como hipócritamente lo ha dicho Funes. Es un absurdo aún más patológico que raya en una estupidez crónica caer presa de la despiadada creencia de que un programa minimumvitalista - que es increíblemente superficial e inofensivo para los intereses de la oligarquía y el capital monopólico y su orden neofascista - acompañado de todas las ventajas y componendas que se puedan imaginar - un GUN, un TLC, una economía dolarizada y apropiada casi en su totalidad por el capital yanqui, un Acuerdo Fiscal, préstamos del FMI y del BID y sus imposiciones políticas neoliberales, una Ley de Amnistía, una Ley Antiterrorista, una academia internacional de entrenamiento policial y militar estadounidense en la región, promesas de modernizar el ejército, y, por sobre todo, una Constitución diseñada durante el gobierno de facto del GUN de 1983 – tenga la remota posibilidad de ser un gobierno “social” que de “esperanza” y que haga “cambios” favorables para las clases trabajadoras y pauperizadas.
Pero la patología de la estupidez de esa despiadada creencia cobra aún una dimensión impensablemente desgarradora si pensamos que el gobierno de Funes viene a darse en un momento en que el sistema capitalista aborda la peor crisis cíclica que jamás haya enfrentado. Como preludio funesto de lo que está por venir, Funes ha dicho que el sistema económico existente en El Salvador no es el capitalismo. Esa declaración ignorante no evitará que El Salvador sea exonerado por los estragos mundiales de la crisis del sistema. Justamente meses después de que Funes declarara su ignorancia, y previendo el golpe por venir, la oligarquía financiera salvadoreña vendió todos sus activos financieros e instituciones crediticias a bancos internacionales. Ahora el próximo salvavidas de las inversiones oligarcas y burguesas será un gobierno que no sea conducido por ellos porque después que pase la crisis será el gobierno burgués políticamente más desprestigiado – aún más que el PDC de Duarte - en la historia del país. Ese es el gobierno de Funes que se encamina a conducir el trabajo sucio para la burguesía, la oligarquía y el imperialismo juntos.