Por Francisco Salgado
A pocos días de realizarse las elecciones legislativas y municipales, la campaña electoral se ha visto manchada de sangre, por hechos de violencia cometidos contra de militantes del Frente Farabundo Martí para Liberación Nacional (FMLN).
Hieren y asesinan a militantes del FMLN
Al respecto, Nidia Díaz Diputada del FMLN manifestó “…Acaban de atacar vehículo que venía de caravana del FMLN, en pleno centro de San Salvador, lesionando a 5 compañeros que se encuentran ya en Hospital Rosales. Impunemente el agresor atravesó un carro bajándose con pistola en mano y empezó a disparar. Ese es el odio que fomenta Bukele…” De los lesionados, lamentablemente dos fallecieron entre quienes están Gloria Rogel del Cid y Juan de Dios Tejada.
Según Raúl Melara, Fiscal General de la República “…Una de las personas involucradas es PPI, asignadas al Ministerio de Salud, el otro es motorista del Ministerio de Salud y hay un tercero que es un agente de seguridad privada destacado en el Ministerio de Salud…” (DEM.1/02/2021).
Las declaraciones de Bukele: ¿el “último plan”?
Mientras las bases de los partidos llevan la peor parte, sus direcciones buscan aprovechar a su favor los acontecimientos o descreditar a sus oponentes, sin importarles la pérdidas de vidas de los contrantincantes.
Vía Twitter del Presidente Bukele, manifestó: “…Parece que los partidos moribundos han puesto en marcha su último plan. Qué desesperación por no perder sus privilegios y su corrupción. Pensé que no podían caer más bajo, pero cayeron…” .
¿Cual, será el “último plan” al que se refiere Bukele? ¿Acaso insinúa un auto atentado por parte del FMLN? ¿O un atentado perpetrado por otro partido rival? Nada es descartable, pero hasta donde se conoce públicamente, este tipo de ataques, más que una maquinación de los partidos contrarios, parece más bien ser el producto del fanatismo político irracional, alimentado por el agresivo discurso del propio Bukele, quien tranquilamente se lava las manos y echa a rodar falsas versiones.
Los ataques orientados forman parte de la tradición política salvadoreña. Después de la derrota en las elecciones legislativas y municipales del 2018, la cúpula del FMLN promovió ataques violentos contra los trabajadores y las organizaciones sindicales que protestaban. Claro está, este recordatorio en ningún momento justifica los hechos violentos cometidos contra las bases del FMLN.
Que se forme una comisión independiente de investigación
A pesar de nuestras profundas diferencias políticas con el FMLN, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) condena enérgicamente el atentado sufrido por sus militantes en el transcurso de la campaña electoral, a la vez que nos solidarizamos con las familias de los militantes que fueron asesinados en este hecho de violencia.
Demandamos una investigación exhaustiva, independiente del gobierno y de la Policía Nacional Civil (PNC), porque ellos están involucrados, para determinar las verdaderas causas de los asesinatos, y el más duro castigo para los autores materiales e intelectuales. Esta comisión independiente debe estar conformada por los familiares de las víctimas, por sindicatos y organizaciones populares, para garantizar una investigación efectiva, que no oculte nada, para garantizar que no haya encubrimientos e impunidad. Se debe investigar si existe vinculación entre el asesino y la cúpula de algunos de los partidos que participan en la campaña electoral.
Ante la coyuntura electoral y la lucha por el control del aparato del Estado entre los diferentes partidos políticos y las burguesías emergentes, las organizaciones del pueblo salvadoreño deben rechazar todo acto de violencia contra las bases de los partidos y las organizaciones del pueblo salvadoreño.
El enemigo no son las bases de los partidos políticos sino el sistema capitalista contra el cual debemos luchar, Debemos rechazar toda línea política que empuje a luchar contra nuestros mismos hermanos de clase y sus organizaciones. Debemos luchar por nuestros propios intereses de clase, no por los intereses de las cúpulas partidarias las cuales una vez en sus cargos se olvidan de las promesas hechas al pueblo.