Por: Alberto Castro.
A pesar de las enormes dificultades que le puede resultar manifestarse o protestar a cualquier organización sindical de trabajadores y profesionales de la administración pública hoy en día, debido al riesgo que se corre de recibir represalias del autoritario Gobierno actual y/o de sufrir del desprestigio por parte de la turba de sus fanáticos troles en las redes sociales, una de sus principales armas, pese a ello el magisterio nacional ha dado un enorme golpe sobre la mesa y a dado un enorme ejemplo digno de seguir, y vaya de que manera, recuperando una de las tácticas de lucha que parecía abandonada, casualmente la última vez que se utilizó ese método fue en la Departamental de Educación en La Paz, en el año 2015, en esa ocasión la toma fue desalojada violentamente por el Gobierno Cerén-FMLN.
Los motivos de las acciones
El día martes 13 de julio la Departamental de Educación en Cuscatlán, amaneció tomada por docentes y colaboradores administrativos del Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología (MINEDUCYT), al frente se puso la dirección nacional del Sindicato de Maestras y Maestros de la Educación Pública de El Salvador (SIMEDUCO), posteriormente hubo una conferencia de prensa donde se explicaron los motivos los cuales en voz del secretario general, Daniel Rodríguez, son los siguientes: irregularidades en la administración y constantes maltratos hacia las maestras y maestros por parte del Director Departamental, Víctor Ventura, y por Tito Ramírez, Jefe de Recursos Humanos siempre de la Departamental. Al cabo de esta nota aun no hubo un acuerdo con las autoridades de Educación, por lo que sin dudas esto va en desarrollo. Lo importante a destacar es que a esta acción ha sido apoyada por maestras y maestros, sin embargo las demás organizaciones magisteriales no, al menos como debería ser, por lo que el llamado es a que todas las organizaciones sindicales del MINEDUCYT para que den muestras apoyo. Este puede ser el punto de partida de lucha unitaria entre todas las organizaciones magisteriales, es el momento oportuno de apartar aquellas diferencias políticas e ideológicas, y dar paso a la lucha por la dignificación de la carrera docente.