Por Apantumac
En el ocaso del siglo XVlll y la Aurora del sigloXIX, los habitantes de nuestros pueblos y ciudades estaban artos del abuso, la expoliación y trato inhumano y la explotación del trabajo, infligido sin piedad a todos los estratos de edades. Nuestros abuelos y abuelas cansados por semejantes formas de tratarlos se vieron e la imperiosa necesidad de protestar hasta donde sus desgastadas fuerzas se los permitía, lo que dio paso a ir dejando sus mártires y héroes en el camino de la historia. Una historia que a pesar de estar tan empapada de la sangre y sudor de nuestros hermanos, siempre la leemos bonita y sin manchas para no involucrar a los responsables de toda la desgracia de nuestros ancestros. Pero y como van hablar mal de sus fechorías , si la historia la escriben los que dominan, los dueños de todo, los que nos siguen matando, gobernando e imponiendo sus antidemocráticas leyes.
Hablemos de la susodicha historia
A principio del XVIII, la presión social debido a las injusticias de la clase dominante sobre los diferentes grupos sociales, incluyendo a las mayorías indígenas. Todo este caldo de cultivo hizo que unos cuantos criollos densamente ligados a la iglesia católica se aprovecharan perfilándose como los salvadores del pueblo, poníendose al frente, haciendo gala de sus doctorados cursados en Guatemala y Europa, para dis que liberar a las masas de la opresión, con la gran azaña de la independencia, nada más falso ya que su interés siempre fue la de defender sus interéses económicos, políticos y materiales representados en grandes haciendas en los países de Centroamérica y en las instituciones del estado. Para no ofender la memoria de los ancestros es preferible omitir los nombre de dichos personajes llamados próceres. Y con todo honor mencionamos algunos de los verdaderos héroes y mártires de nuestra gran patria Centroamericana negados por aquella rancia aristocracia, pero recordados y honrados en la memoria histórica así podemos especialmente los hijos de nuestra tierra Cuscatleca como gran abuelo guerrero, Martir Anastacio Aquíno, que con sus rudimentarias armas puso de rodillas al servil conserrvador gobierno de Mariano Prado, quien siempre lucho por la propiedad en defensa de sus hermanos indígenas, no fue sino por una traición de los responsables de la "honorable" iglesia católica que fue martirizado y expuesto de la forma más cobarde como escarnio a todos sus hermanos, los que seguirán sufriendo la opresión hasta cumplir su siclo.
Lucha y resistencia ancestrales
No fue motivo de desánimo para las comunidades indígenas, que bien o mal seguían sobreviviendo en sus lúgubres y helados ranchos de paja y bahareque, más con la bonanza de los cafetales, como el fruto de las expropiaciones y robos de la tierra de nuestros abuelos, los hermanos no les quedó de otra que seguir sirviendo de mano de obra barata y con suerte de colonos en las tierras de sus patrones cafetaleros; pero la cosa no termina ahí, pasan los años y la situación positiva del mal llamado grano de oro se invierte debido a las crisis internacional empujada a todos los países por la primera guerra mundial.
Es triste y desgarrador escribir sobre la resistencia ancestral que se viene dando desde la invasión española, pasando por las luchas contra las políticas de los criollos ya sean liberales o conservadores hasta llegar a nuestros días. Han sido dolorosos sucesos que de una forma sistemática acabaron con la vida de decenas de miles de hermanos indígenas y campesinos.
Solo a manera de ejemplo podemos mencionar los sucesos de 1932 en donde en una asonada oficial donde el gobierno del general Maxilmiliano Hernández Martínez, sin ver edades, sexos ni religión ordenó arrasar a los indígenas en un tiempo récord de menos dos meses asesinando a más de 30 mil hermanos. Uno de los grandes héroes que encabezó el descontento fue el abuelo Feliciano Ama quien fuera colgado y ahorcado por los cuerpos de seguridad y el ejército en el parque central de Izalco en el occidental departamento de Sonsonate. Con tal acción la dictadura del General Martínez se agenció el reconocimiento de los EEUU, al tiempo que la oligarquía terminó de reconcentrar la tierra, con ello eliminó los últimos resquicios de lo poco que por orden de los reyes españoles, en los tiempos de la conquista dejaron para que no nos muriéramos de hambre y tuviéramos donde vivir, trabajar y producir nuestros alimentos .
En resistencia hasta lograr nuestra independencia
Ante tanto abuso exigimos primeramente la ratificación del convenio 169 de la OIT, sobre pueblos indígenas y tribales. Así como la devolución de nuestros territorios ancestrales. Reconocimiento oficial de los grandes héroes indígenas. Anastasio Mártir Aquino. Feliciano Ama. Prudencia Ayala, Ernesto Interiano, quienes verdaderamente lucharon por nuestra independencia y se opusieron al abuso y la injusticia.
Que el estado por su abierta complicidad con la clase dominante, indemnice a los afectados por las erróneas y mal intencionadas políticas aplicadas durante 200 amargos años .y por último debemos exigir la remoción de los monolitos colocados en el mal llamado Boulevard de los Próceres, y en su lugar se coloquen los verdaderos héroes que llevaron la sangre de nuestros abuelos y abuelas ancestrales.
En estos 200 de independencia Criolla hemos sido testigos de las luchas intestinas y guerras fratricidas entre criollos y liberales y hemos sido los pueblos originarios campesinos y trabajadores quienes hemos cargado con la peor parte y muchas veces hemos sido arrastrados a tomar partidos. Pero es momento que unidos como pueblos originarios campesinos y trabajador luchemos por nuestra propia independencia. Los pueblos originarios no tenemos pero si tenemos una Madre que defender: la Gran Madre tierra.