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Movimiento de Veteranos de guerra del Ejército Nacional para la Democracia (END)
El día primero de junio de 2009, acontece en nuestro país, un evento transcendental, histórico y de incuantificable trascendencia nacional y geopolítica. El ascenso del FMLN encabezado por el presidente Mauricio Funes representa el principio de la tan anhelada y esperada oportunidad para esforzarnos en construir la verdadera democracia participativa y la reconstrucción del país.
El control del gobierno significa el comienzo de una dura lucha para la derrota definitiva de los grupos criminales económicos que son descendientes directos de las cofradías coloniales que formaron a una oligarquía de criollos y de ladinos terratenientes (Poma Delgado, Salaverría, Guirola, Cristiani, Calderón, Sol, Baldochi, Dutriz, Ávila, Palomo, Meardi, Altamirano, Simán, etc), los cuales, al igual que los desaparecidos dinosaurios, se encuentran todavía “agazapados” dentro de las estructuras políticas del crimen organizado (partidos ARENA, PCN y PDC).
La anterior premisa se comprende con gran facilidad al reflexionar acerca del “linaje” de los grupos económicos locales, sobre la violencia que rodea el caso de los narcodiputados de ARENA que fueron cruelmente asesinados en Guatemala. Y en las “espeluznantes” motivaciones relacionadas con el reciente asesinato del dirigente arenero Adolfo Tórrez; y por las evidentes relaciones de varios diputados de la derecha salvadoreña con la banda de “los perrones”.
El primero de junio de 2009, celebramos la reanudación de las relaciones fraternales con el pueblo de Cuba, dimos una cordial bienvenida a todas las delegaciones y representaciones de los pueblos hermanos que nos visitaron. A todos ellos, les enfatizamos que el pueblo de Anastasio Aquino, Francisco Sánchez, Feliciano Ama, Farabundo Martí, Roque Dalton, Armando Arteaga, Salvador Cayetano Carpio, Monseñor Oscar A. Romero y por la sangre de más de 85 mil mártires que abonaron los 22 años de lucha armada, les agradecemos su presencia, solidaridad y nos reafirman nuestro justo compromiso con la historia.
Dos días antes de la toma presidencial, Mauricio Funes se reunió con los “Generales” que representan al fascismo dentro de la Fuerza Armada. Estos trataron de “imponerle” a un “Ministro de Defensa”, bajo las amenazas que si no lo aceptaba, estos fascistas pondrían su “renuncia”. El presidente Funes, valientemente impuso su cargo de Comandante General de la Fuerza Armada, les afirmó que aceptaría su “renuncia”, pero, por mandato Constitucional es el Presidente de la República la persona quien nombra al Ministro de la Defensa y, en este caso, él nombraba como Ministro al Coronel David Murguía Payés. Paralelamente a esta abusiva y prepotente “petición” de los generales fascistas, los organismos de inteligencia detectaron un nefasto complot para asesinar en pleno vuelo al presidente Hugo Chávez. Por esta razón, los salvadoreños no pudimos contar con la presencia del mandatario venezolano.
Curiosamente, a comienzos de la madrugada del día 2 de junio, un ex militar de la guardia de Anastasio Somoza y alto dirigente del partido ARENA, que durante la “guerra sucia” formó parte de los escuadrones de la muerte y de las estructuras para la venta de drogas por armas (escándalo “Irán-contras”), Adolfo “el chele” Tórrez, fue asesinado a 50 metros de su lujosa residencia ubicada en Santa Elena (“El paraíso de la burguesía y del crimen organizado”).
El asesinato de Tórrez se escenificó dentro de una zona muy bien resguardada y controlada por un sofisticado circuito de cámaras de seguridad. Este militar, anteriormente había sido “pescado” ofreciendo servicios de tráficos de influencias para favorecer al narcodiputado del PCN, Roberto Silva, que ahora se encuentra preso y colaborando para la DEA en los Estados Unidos. La muerte de Tórrez, necesariamente obliga a pensar que pudo haberse ordenado por dos razones fundamentales: la primera, para resguardar la “secretividad” y romper la “cadena” del cartel; y la segunda motivación, que Tórrez pudo haber sido un eslabón importante en el complot para asesinar al presidente Hugo Chávez. Sin embargo, algo que ya esta fuera del control y es independiente de las conspiraciones políticas, es la crítica situación de inseguridad que rodea a la banda de “los perrones”, y no sería nada de extraño, que ocurran nuevos asesinatos contra altos funcionarios de los partidos de la derecha salvadoreña que están involucrados dentro de las redes del crimen organizado y embarcados en una peligrosa y ascendente “guerra interna” (ARENA, PCN y PDC).
Estamos conscientes que el camino hacia la construcción de un país de libertades, justo y equitativo, encontrará innumerable retos, pues, los vestigios del “poder” colonial (grupos neoliberales) se encuentran enquistado en todas las estructuras del Estado. La corrupción impuesta por el crimen organizado (ARENA, PDC y PCN) es un cáncer con metástasis que tiene ramificaciones en incuantificables sectores de la sociedad salvadoreña. Este cáncer se niega a morir y actualmente se reacomoda para tratar de destruir las aspiraciones legítimas del pueblo.
El FMLN y Mauricio Funes, asumen la conducción del país en un momento muy dramático: la economía nacional “quebrada” y saqueada por las administraciones areneras; una Estado carcomido por la corrupción y plagado de los parásitos que fueron producto del clientelismo; ataduras perversas y legales con los proyectos de muerte (represas, minerías y longitudinal norte); de un millonario y enorme déficit fiscal; con el robo de los créditos del dinero de los hospitales públicos, etcétera.
Un inmoral y criminal ejemplo de la corrupción de la derecha salvadoreña, se relaciona con el exministro de salud, mientras los pobres se mueren en el hospital Rosales por falta de medicamentos y condiciones de insalubridad hospitalaria, el “animalizado” exministro pagaba de alquiler para su lujoso despacho la cantidad de $ 108,000.00 dólares mensuales. También, no quiso rendir cuentas sobre los “desaparecidos” $ 30 millones para la reconstrucción del hospital de maternidad.
Al respecto, Mauricio Funes, en su discurso de toma de posesión dijo lo siguiente: “La presente crisis nos afecta gravemente porque se careció de una estrategia clara y coherente para enfrentar sus efectos adversos. El escenario es tal que debemos hablar sin rodeos de un deterioro inaceptable de las finanzas públicas en un cuadro de economía dolarizada. La responsabilidad por esta situación no es del pueblo salvadoreño si no de la elite dirigente que estuvo hasta hoy en el poder. La mayoría de los indicadores económicos muestran un deterioro general de la economía. Sin embargo, La crisis, a pesar de su drasticidad, puede propiciar condiciones favorables para que nuestro país adopte un rumbo político y socioeconómico más adecuado y viable (…). Nuestra democracia se encuentra acechada por las fuerzas oscuras del narcotráfico y el crimen organizado. Por las acciones de la delincuencia. Por la situación de apremio económico que sufren miles de familias. Por el deterioro acelerado e irresponsable de nuestro entorno ambiental. Y también por las inadecuadas decisiones gubernamentales del pasado que han distorsionado la función pública al consentir la corrupción en el aparato del Estado…”.
Nuestro movimiento de veteranos del END, le toma la palabra al Presidente Mauricio Funes y en el afán de fortalecer el rumbo del cambio para la construcción de un nuevo país, desde ya, militantemente estamos dispuestos a acompañar con nuestra inquebrantable convicción de lucha, el proceso de país y trabajar siempre al lado del pueblo y de su justa causa libertaria.
¡VIVA EL HEROICO PUEBLO SALVADOREÑO!
¡POR LA CONSTRUCCIÓN DE UNA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA UNIDA EN LOS PRINCIPIOS Y EN LAS ACCIONES!
¡SIN PERDON Y SIN OLVIDO DE NUESTROS MARTIRES REVOLUCIONARIOS!
¡VIVA EL MOVIMIENTO DE VETERANOS DEL END!
END
(FPL-“Farabundo Martí”; FPL-GPP/ FCER; ERP; FARN; PRTC y FAL)
El Salvador, 07 de junio de 2009