Por Leonidas Alcantara
Para el 2024 los salvadoreños tendrán que elegir nuevamente al Presidente, Alcaldes y Concejos Municipales, Diputados que conformaran la nueva Asamblea Legislativa y Diputados para el Parlamento Centroamericano (PARLACEN). Según el Tribunal Supremo Electoral (TSE) estas elecciones se realizaran en dos fechas, en años anteriores cuando se juntaban las elecciones presidenciales, las legislativas y las municipales, primeramente se realizaban las presidenciales y luego junto a las municipales se realizaban las legislativas. Contrariamente para el 2024 por disposiciones del TSE las presidenciales se realizaran con las legislativas y las municipales junto a las de diputados para el PARLACEN. Se está a más de un año de que se realicen dichas elecciones, pero desde ya están maniobrando de cara a las mismas.
El caudillaje versus la frágil democracia
Bukele es un caudillo que supo montarse en el caballo del descontento contra los gobiernos de ARENA-FMLN enarbolo el estandarte de la lucha contra la corrupción y exploto mediáticamente el manejo de la pandemia por el COVID-19, ahorra se está montando en la lucha contra la violencia y delincuencia llevando el estandarte de la guerra contra las maras y pandillas, lo cual busca aprovechar para las próximas elecciones debido al innegable apoyo que goza de una parte de la población. Los pocos espacios democráticos, libertades y la insipiente democracia burguesa hoy se encuentran amenazados, a lo cual se le une un aumento del costo de la vida y crisis económica lo cual no ha resuelto el actual gobierno. Bajo este panorama económico y político El Salvador se prepara para los próximos elecciones del 2024 en el cual sectores burgueses emergentes usando la figura del caudillo buscan retener el poder político para consolidarse como un grupo económico hegemónico. Por la otra parte existe una oposición de la sociedad que resiste y lucha por el restablecimiento de las libertades y garantías democratizas y otra que se está organizando con la finalidad de participar en las elecciones del 2024 y disputarle la dirección de las instituciones del Estado o negociar cuotas de poder haciéndole el juego al sistema.
La alianza opositora electoral
Para hablar de la oposición electoral o de partidos contrarios al Bukelismo, es necesario también ver cómo está el movimiento social opositor a las políticas del oficialismo el cual se encuentra constituido por dos grandes bloque como son el Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular (BRP), la Alianza Nacional El Salvador en Paz.
En materia electoral esta la tradicional oposición electoral que participo en las pasados comicios electorales y que obtuvo 20 Diputados de un total de 84. Entre dichos partidos están la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), la otrora guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Nuestro Tiempo y VAMOS, los cuales ya están trabajando sus agendas electorales y buscan arrastrar al movimiento social emergente opositor al Bukelismo, como lo señalara la Diputada Claudia Ortiz de VAMOS quien ha manifestado que “Está en construcción una alianza opositora para el 2024… una alianza opositora amplia con diferentes sectores políticos y de la sociedad civil para competir en las elecciones legislativas de 2024.”
Nuevas partidos electoreros
Por fuera del bloque parlamentario de oposición están surgiendo nuevos partidos políticos que están solicitando su inscripción al TSE entre los que están: “Fuerza Solidaria, SOMOS, "i", Un Nuevo El Salvador (UNES), Movimiento Auténtico Salvadoreño (MAS), Movimiento Auténtico Republicano (MAR) y Fraternidad Patriótica Salvadoreña y el partido Independiente Salvadoreño (PAIS).” (EDH. 29/08/2022). Es necesario analizar a que intereses obedecen dichos partidos y que objetivos buscan.
Fortalecer el movimiento sindical y social
En estos momentos la tarea fundamental es el fortalecimiento del movimiento sindical y social para exigir el respeto y defensa de los derechos y libertades democráticas, mejores condiciones laborales y económicas para la clase trabajadora, fuentes de trabajo para combatir el desempleo, pensiones dignas. Etc. El Movimiento sindical y social debe existir la más amplia unidad de acción, pero debe cuidarse de no ser instrumentalizado por intereses particulares.