Por Bernardo Jimenez
¿Existe posibilidad de golpe de estado contra el presidente Colom?, ¿Hay un plan de desestabilización al gobierno actual de parte de la extrema derecha y de la oligarquía tradicional?, ¿O es una campaña propagandística del gobierno para desviar la atención de sus incapacidades como administrador del Estado?, ¿Existe un ruptura en el bloque dominante o son reacomodos dentro de éste?
Recientemente la presidencia de la república y el partido en el gobierno, la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), publicaron en los medios escritos la existencia de una campaña de desprestigio de parte del poder político y económico y señalando a Dionisio Gutiérrez (accionista principal del Holding Multinversiones, propiedad de la familia Gutiérrez Bosch, uno de los monopolios más poderosos de la burguesía, que a su vez tiene un programa de opinión que se televisa en el canal tres llamado “Libre Encuentro”) de lanzar junto a los principales periódicos como Prensa Libre, Siglo XXI y El Periódico, que responden a los intereses oligarcas, una campaña de desprestigio.
Las razones según el gobierno y el partido oficial se deben, dicen ellos, a que la actual administración por medio de sus políticas de carácter asistencialistas están mejorando los niveles de vida de la población y que la ofensiva que desde el congreso diputados al servicio de la burguesía han arrojado en lo que se refiere a la fiscalización de fondos de esos programas es parte de la misma campaña de desprestigio. Los comunicados plantean que no están contra la fiscalización de los fondos pero que el interés de fiscalización escapa de ese fin.
La prensa burguesa, las organizaciones patronales y los grupos de la sociedad civil al servicio de la oligarquía salieron defendiéndose de que esta es una ofensiva del gobierno para esconder sus debilidades y la corrupción encontrada en estos programas y señalaron que Colom recibe asesoría de personas vinculadas a los gobiernos de Chávez y Ortega y al igual que éstos lanzan campañas de desprestigio por su condición de totalitarios.
Los medios de comunicación en este país históricamente han sido instrumentos para la guerra psicológica que la burguesía y sectores de extrema derecha del ejército han usado con el fin de desestabilizar gobiernos que tímidamente se han apartado de los intereses oligárquicos.
Esta campaña ha rebasado lo mediático y junto a la renuncia en días anteriores del director de la Comisión de Investigación en Contra de la Impunidad, que encontrándose en un callejón sin salida por su parcialidad hacia la oligarquía, se da cuenta que la impunidad es sostenida desde ese sector en el cual confió y pone en evidencia con su renuncia la situación de crisis del Estado. Junto a las acciones de la Corte de Constitucionalidad en el caso de elección a fiscal general, primero ordena un nuevo proceso y una nueva conformación de los miembros de la comisión de postulación cayendo un impase y ahora da un plazo para la elección revirtiendo su resolución, evidenciando claramente que este organismo se vuelve instrumento de la oligarquía que puede ser usado para defenestrar el presidente.
Hasta las recientes acciones en contra de pasajeros de buses urbanos que fueron víctimas de atentados terroristas con granadas asesinando a varias personas, lo cual pone evidencia que no son mareros ni extorsionadores, sino elementos de baja y quizás de alta de la inteligencia militar, que lo que se busca es un plan para generar condiciones para que legalmente se exija la renuncia del gobernante.
Nosotros consideramos que este gobierno representa a sectores emergentes de la burguesía que buscan la hegemonía dentro del bloque dominante, que mantiene el mismo proyecto de acumulación capitalista que la oligarquía pero que buscan una mejor tajada del pastel y no están dispuesto a romper el bloque pero sí a posicionarse en él y se lograría plenamente esto con otros cuatro años más de la UNE en el gobierno. Por su parte la oligarquía y la extrema derecha (civiles y militares), a toda costa tratan de evitar esto buscando las formas tanto legales como mediáticas para sacar al presidente o desprestigiar a la UNE para que no gane las próximas elecciones.