Inforpress No 1876
La llegada de Vinicio Cerezo al gobierno de la República es reconocida como la “apertura democrática” y desde entonces ningún partido de izquierda ha gobernado. Seis gobiernos han pasado, incluido el actual que ya solo tiene un año en el poder, y según consta en diferentes informes y estudios, los problemas estructurales no parecen estarse resolviendo. En la actual coyuntura el partido oficial, al cual se han integrado algunos elementos ligados a grupos de tradición izquierdista, estaría buscando una reelección. Esto ha puesto en el tapete la posibilidad de que ante una derecha fragmentada, el partido logre la primera reelección desde 1985. Por aparte, recientemente se dio a conocer en la prensa escrita que las diferentes expresiones partidarias de izquierda estarían buscando integrar un bloque para participar en las elecciones generales programadas para 2011.
El diario Prensa Libre publicó el 6 de diciembre que agrupaciones políticas ubicadas a la izquierda en el espectro político están buscando integrar una plataforma política de cara a las elecciones de 2011. Estas agrupaciones serían la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), Alternativa Nueva Nación (ANN) y el Movimiento político WINAC. Y aunque aún no parece madurada la idea, todo parece girar en torno a un “frente amplio” que sea una “opción real y distinta para la población”, según Héctor Nuila, representante de la URNG. (Prensa Libre, 06/12/2011).
Pero la búsqueda de un frente amplio de izquierda no es nueva, de hecho, en 2007 se integró lo que se conoció como Movimiento Amplio de Izquierda (MAIZ), que cristalizó una alianza con URNG y cuyo candidato fue Miguel Ángel Sandoval. Ese proceso evidenció que la participación electoral no ha sido exitosa para esta opción política. (Ver Tabla)
Aún así, procesos en otros países parecen mostrar que una opción de izquierda no está lejos de poder cambiar esa tendencia. La llegada al poder de partidos de izquierda en Nicaragua con Daniel Ortega mediante el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y Mauricio Funes en El Salvador con el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), han evidenciado un desgaste en los partidos tradicionales de derecha.
El caso de Manuel Zelaya en Honduras evidenció que en ese país existe una fuerza organizada alrededor de una opción que no es precisamente de derecha. El golpe de Estado contra Zelaya sería la expresión más violenta hacia una fuerza política que no se identifica con los tradicionales grupos de derecha que han gobernado y sería también una forma de enviar un mensaje a la región sobre cómo se está enfrentando desde la derecha a los grupos de izquierda.
En Panamá, la llegada al gobierno de Ricardo Martinelli fue la nota disonante, y en Costa Rica, la continuidad del partido se logró, según analistas por la fuerza adquirida desde el gobierno por el partido de Óscar Arias en apoyo a Laura Chinchilla.
Curiosamente, para Guatemala, la llegada de Álvaro Colom, abrazando una ideología política “socialdemócrata”, ha sido vista como la llegada de algunos grupos vinculados a la izquierda tradicional y según analistas, esto ha ocasionado un profundo temor en la derecha del país, quienes se hallan hoy más que nunca con serios temores de que la izquierda tome el poder sin que puedan evitarlo.
Además, con la crisis económica que se acentuó en 2008 y que se ha extendido en los años recientes, han dado lugar a una crítica general hacia el modelo económico implantado en la región sobre la base de ideas de lo que se conoció como Consenso de Washington.
El reconocido investigador guatemalteco Carlos Figueroa Ibarra en su más reciente libro publicado argumenta que el desencanto que los gobiernos de derecha han generado, evidenciado en la crisis económica mundial, estaría generando todo un movimiento ciudadano que cuestiona el modelo económico y que podría apostar hacia opciones políticas identificadas como izquierda o progresistas. (¿En el umbral del posneoliberalismo? Izquierda y gobierno en América Latina, 2010).
Figueroa Ibarra ha dicho: “Creo que lo que es verdaderamente interesante analizar es por qué el neoliberalismo siendo tan efectivo ideológicamente y en términos de los hechos fue tan mediocre en sus resultados. ¿Estaremos viviendo el umbral del posneoliberalismo? En el libro no hay una respuesta, pero hay indicios muy fuertes de que estamos viviendo por lo menos la necesidad de superar el neoliberalismo; de hecho con la crisis mundial muchos estudiosos han dicho que, entre ellos Joseph Stiglitz, esta crisis es para el neoliberalismo lo que el derrumbe del muro de Berlín significó para el comunismo”.
La izquerda y sus perspectivas? De acuerdo con entrevistas realizadas por Inforpress con algunos políticos de izquierda y con analistas considerados progresistas, las posibilidades de la izquerda aún no están claras, no tanto como las que podría tener el gobernante partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE). A continuación Inforpress presenta esta serie de entrevistas donde se aborda esta temática:
Entrevista con Héctor Nuila, diputado de la URNG
¿Cuál es la propuesta de alianza que se está planeando para las próximas elecciones, con la que buscan establecer un frente de izquierda?
Desde marzo de 2009, se vienen realizando encuentros bilaterales con la Alternativa Nueva Nación (ANN), que ya es un partido inscrito. Luego, por iniciativa de un grupo de personalidades se generó un espacio que se llama la Mesa Unitaria, en el que convergen algunos grupos no partidistas. Eso ha dado pauta para la conformación de un frente político por parte de la izquierda. Estamos hablando también, con fuerzas que tienen dentro de su composición, ciertas coincidencias de tendencias políticas y que enarbolan las banderas reivindicativas de los pueblos indígenas, como el movimiento político Winaq, que está por inscribirse como partido político.
A parte de eso, estamos también por consolidar también, este frente que tenga una gran base social, con opción a participación de cargos a elección popular, no es solo servirse de las organizaciones. Todo esto tiene como eje articulador, un proyecto político que de una perspectiva a Guatemala, ya que se tocó fondo y hay que levantarla. Eso pasa por el rescate ético del país y eso pasa fundamentalmente por una fuerza política, que le ponga un freno al proceso de descomposición que existe entre el Estado y la sociedad.
En elecciones pasadas la izquerda no ha tenido mucho éxito electoral. ¿Qué será diferente en el futuro?
La primera experiencia fue en el año 1,999, en la que obtuvimos un 12% de la intención del voto, después hemos tenido descensos altamente significativos, teniendo en cuenta que se ha participado solo como partido y en otras formas de alianzas, lo que ha sucedido con las alianzas es que se ha trabajado sobre planteamientos, pero que son procesos que se han quedado incompletos. Con este planteamiento, lo que se busca es crear esa base político social, para la promoción, concreción y defensa del voto, como estrategia, de cara a las próximas elecciones. Hay que tomar en cuenta que en los últimos seis años, el partido ha estado acompañando, en las calles y carreteras a todas las movilizaciones sociales. Eso ha ocurrido a nivel municipal en distintas zonas de los departamentos del país, así como en la ciudad capital. Yo diría que l primer gran impacto se tuvo en el 2005, cuando se hicieron protestas por la negociación del tratado de libre comercio con los Estados Unidos, la República Dominicana y Centroamérica. A partir de ese tiempo se ha estado acompañando las luchas reivindicativas del movimiento social guatemalteco.
En el pasado varias figuras de izquierda han participado en los sucesivos gobiernos...
En el gobierno del FRG, algunas figuras políticas que se consideraban de izquierda participaron, gente de la URNG, que participaron en los gobierno de Portillo y Berger, que eran de la corriente de izquierda, terminaron derechizándose. A este gobierno, nosotros no lo consideramos de izquierda, es un gobierno que ha profundizado el neoliberalismo, de una manera más significativa, que Arzú, Berger y Portillo juntos. Eso se identifica en su política de acceso a la tierra y de desarrollo rural, en las que no concreta nada. Con la aprobación del presupuesto general de la nación, uno de los ministerios que se vieron más reducidos fue el MAGA, sostiene una política de desalojos con mayor indicador que el gobierno de Berger. Con la aprobación de la Ley de Alianzas Público Privadas, eso es la entrega del territorio nacional al CACIF, delegando la función pública. Tenemos la amenaza permanente contra el movimiento sindical, porque uno de los pilares fundamentales de la reactivación económica que planteó el gobierno de Álvaro Colom en el 2009, en el Congreso de la República, fue la ratificación del Convenio 179 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que precariza el trabajo. Esas no son acciones de izquierda. Entonces lo que se ve es que esta gente ha hecho pactos y acuerdos con la GANA, mientras que con otros partidos de derecha tienen pactos de forma encubierta, eso lo tienen. Lo que ocurre es que no les interesa estar con nosotros y tampoco aquí tendrían cabida.
La movilización social en defensa de los recursos naturales se ha convertido en una actividad creciente ¿Cree que se tomará esa agenda como parte de la próxima contienda electoral? Nosotros hemos tomado la línea de la defensa de los recursos naturales como uno de los ejes fundamentales de lucha. Sobre todo en lo que se refiere a la minería, hidroeléctricas, petróleo y en el tema de la contaminación industrial que con toda impunidad opera en Guatemala. Nosotros como bancada hemos promovido dos iniciativas de ley que en el Congreso las tienen sepultadas, una es la de reformas a la Ley de Minería y la otra es la de reforma a la Ley General de Electricidad. Hay una cosa que hay que decir, y es que no toda la movilización social con la que se pueden compartir esos objetivos, va a votar por la URNG, porque nosotros no lo hacemos como promoción del voto, sino que lo hacemos, porque nuestros principios de lucha así lo determinan. Porque de lo contrario se estaría reduciendo estos procesos de lucha, a aspectos eminentemente electorales, que sería caer en el clientelismo político, en el que han caído otros partidos y en especial este gobierno con sus programas contenidos en el Consejo de Cohesión Social. El desarrollo de este programa es eminentemente clientelar, nosotros no somos así.
Se dice que en la coyuntura actual podrían existir influencias y cooperación del gobierno de Venezuela, para que se pueda formar una coalición de izquierda para participar en las próximas elecciones….
Mire, nosotros construimos la coalición de izquierda como una necesidad nacional, no por ofrecimientos de la solidaridad internacional, ni mucho menos como una exigencia. Lo que se está construyendo, surge como una necesidad política del país, por eso es que queremos formar este frente amplio de izquierda. Sobre el respaldo que podrían dar fuerzas internacionales, es un respaldo eminentemente político, los señalamientos de que los únicos recursos que se tienen provienen de allí, son falsos, porque tampoco hacemos esta coalición con la intención de obtener recursos. Nuestra posición es de tener una posición política en el espectro de Guatemala.
¿Qué hay de los Acuerdos de Paz?
Nosotros tenemos un balance del cumplimiento sustantivo de los Acuerdos de Paz, lo que vemos es que el incumplimiento desde el gobierno de Arzú hasta el de Colom, es indignante. El mismo Álvaro Colom trata de utilizar los Acuerdos de Paz, como un elemento cosmético, para disfrazar sus políticas neoliberales. Eso no es cumplir con los Acuerdos de Paz, hay temas que el gobierno de Álvaro Colom ha manejado de una manera muy arbitraria, como es el tema de resarcimiento, el de acceso a la tierra, el tema de los derechos laborales, de la reforma educativa, el de la reforma al sector salud y de fortalecimiento del poder civil. Colom ha buscado la re militarización de Guatemala, todos esos temas son lo que nosotros debemos reivindicar para este proyecto.
¿Hay debate político en el país?
Los procesos electorales en Guatemala carecen de debate político, lo que existe es una propaganda masiva, desproporcionada y aplastante, que esconde la capacidad de propuestas políticas por parte de los partidos políticos de la derecha. La coyuntura actual debe ser considerada como un proceso histórico, el cual no debe dejar de ser contemplado por los partidarios del pensamiento de izquierda y progresista. Porque la fragmentación de los múltiples partidos de derecha, permite un escenario especial para tomar el control de las instituciones del Estado.
Entrevista con Aníbal García del Movimiento Nueva República (MNR)
¿Cuál es su visión sobre las alianzas políticas que ya se mencionan?
Creo que hay que hablar de dos cosas. Una es de las alianzas formales, como lo que ocurrió con la UNE y la GANA, en donde lo que se reflejó, es una unificación de intereses, yo diría que es una alianza que también busca sostener los privilegios que se tienen. Es una alianza electorera, con la que se buscara colocar a ciertos políticos corruptos tradicionales que hay en los dos partidos. ??Otra alianza formal es la que establecerían los partidos ADN, VIVA, CREO y muy posible la inclusión de Encuentro por Guatemala de Nineth Montenegro, que es una alianza con el mismo fin electorero. Lo que veo es que su intención será copar el organismo legislativo, porque está alianza cuenta con el aval de uno de los sectores económicos tradicionales. Sin embargo lo que refleja es que es una alianza entre intereses personales, sin responder a una alianza que promueva un proyecto de nación. ??La segunda, serían las alianzas no formales o tácitas, esas serían las que estaría realizando la UNE como partido político y el PP, esas dos organizaciones políticas están haciendo una incorporación de líderes políticos a todo nivel, alcaldes, diputados, etcétera, que han estado en todos los gobierno anteriores. En ese caso, no hay una alianza formal, sino más bien una incorporación, de personajes vinculados con la corrupción y el mal gobierno, que es gente inescrupulosa de derecha que se ha unido a ambos partidos. Lo que fuera un posible tercer momento, es la unificación de los sectores progresistas, que allí se va reflejar la capacidad de las agrupaciones de plantearse una unificación que no signifique más de lo mismo, sino que sea una buena propuesta y una alternativa para el pueblo.
La URNG ha hecho el llamado a formar un frente amplio para la búsqueda del poder ¿Cuál es su apreciación de esa propuesta?
Lo que está claro, es que en Guatemala hay un vacío, que alguien lo va llenar. Lo correcto sería que lo llenara ese frente amplio o frente por la dignidad, en ese contexto la izquierda tendría que llenarlo, porque ahora está legitimada para ser un actor decisivo en ese frente. Es más, nosotros debiéramos ser los que abanderemos esa lucha. Esto pasa sobre el supuesto de que tenemos que pensar, que tienen que ser los mejores dirigentes, que han logrado generar credibilidad ante la población, quienes tienen que encabezar ese proyecto. La población necesita cambios, quiere ver nuevos actores y figuras, agendas claras y propuestas concretas que solucionen los problemas del país. ??Ese deseo de que sean nuevas figuras las que salgan al espectro político, no solo es exclusivo de la derecha, también en la izquierda existe un clamor generalizado, porque nuevas figuras irrumpan en el escenario electoral. Ese es el gran reto, saber si la izquierda está preparada para ese cambio generacional que se necesita. Eso no significa dejar fuera a los dirigentes históricos, pero que si significa darle un espacio preponderante a quienes con creces están demostrando que podrían jugar un rol más activo, que mejore la dinámica política y que están surgiendo en estos tiempos.
¿Cuál es su interpretación sobre el cambio generacional en la política?
Lo que yo creo, es que esta sociedad y desgraciadamente los partidos políticos en general, envejecieron y lo peor es que no solucionaron los problemas del país. Entonces es evidente, que en un país en el que hay un 40% de electores menores de 35 años, exista un clamor popular por ver nuevas figuras en todos los espectros. Es muy probable que la derecha lo haya entendido ya y la izquierda debe entenderlo también, porque de lo contrario lo que vamos a tener es un desfase total entre una derecha que intenta presentarse como una nueva generación, sea del espectro que sea. Pero si se sostienen los mismos vicios y las mismas posiciones retrógradas de los de antes, eso no es viable. ??Lo que se necesita es posicionar a esas nuevas figuras que hagan un cambio de individuos con principios de izquierda en el país y eso pasa por quienes sean los que abanderen esa causa en el país, tienen que tener clarísimo de que en política no hay medias tintas. Nosotros tenemos que ser totalmente serios y críticos del gobierno actual, no podemos estar ser partícipes de esos gobiernos que son lo mismo en los últimos años. Tampoco podemos ser tolerantes y prestarnos al juego de los sectores oligárquicos y tradicionales. El Movimiento Nueva República lo que plantea es que si vamos a una alianza es, que si se quiere ir a constituir y construir un proceso de una verdadera alternativa para el pueblo de Guatemala de una izquierda progresista, si es para eso, nosotros estamos dispuestos a ir por la alianza, pero si es para hacerle el juego a la UNE, o peor ahora, a la UNE–GANA, nosotros no estamos dispuestos a dialogar.
Esos grupos que se decían ser de izquierda, que apoyaron a la UNE y que lograron colocarse en ciertas estructuras del gobierno, ahora también siguen ese discurso de hacer ese frente amplio… Es allí donde yo creo que ya llegó la hora de desenmascarar a quienes consideraron que era una estrategia poder ir hacer cogobierno con la UNE y pensaron que podían ir a cooptar al gobierno del ingeniero Álvaro Colom. Creo que hay que desenmascarar eso, esos fueron esfuerzos que al final de cuentas se puede ver como un esfuerzo arribista, porque lo único que lograron fue ir a tener empleos, espacios de poder para ellos. Lamentablemente muchos movimientos populares y sociales se prestaron a ese juego, sin que esto haya significado verdaderos resultados para el país. Lo peor de todo es que no lograron hacer la incidencia real, que dijeron que algún día harían, ni lograron transformar el partido UNE, porque a la larga, hoy está claro a quién pertenece el partido de gobierno y tampoco lograron hacer que la UNE se acercara al movimiento popular y a las izquierdas, sino que lo único que lograron fue legitimar a un gobierno que a todas luces salta a la vista que tiene una bandera, que es el tema de la política social. ??Hicieron que hasta la izquierda internacional perdiera de rumbo, en el caso guatemalteco, que se creyera que este gobierno es un gobierno de izquierda. El daño ya está hecho y eso no se podrá olvidar. Porque se vendieron y todos los gobiernos de la era democrática hasta acá, han tenido su alfombra de izquierda y ahora la historia deberá juzgar el servilismo del gobierno de la UNE.
Hay quien ve en Guatemala el influjo de Venezuela sobre el gobierno de la UNE. ¿Hasta qué punto eso es creíble?
Lo que pasa aquí, es que la política la hacen los partidos políticos y nada más que ellos, en la forma en que está este sistema. Aquí el tema es el partido político, le guste a quien le guste. La única vía, en el modelo democrático para acceder al poder, se llama partido político y hoy por hoy, quienes fueron arribistas en el gobierno de la UNE, no tienen, pero ni la menor influencia posible en el partido de gobierno. Tampoco tienen la posibilidad de quedarse con el partido político, por considerarlo de esa forma. La pregunta es ¿de qué se habla cuando se plantea eso? Yo alerto a la comunidad internacional a que abra sus ojos, de que ese falso experimento y ese falso sueño que les han vendido no es real, no es algo que pudiera en este momento palparse, porque lo que nosotros vemos es que existe un partido que para llegar a consolidar ese espacio de gobierno que tiene, la única salida que le queda es unirse al grupo del ex presidente Berger. Lo que queda es tener una conciencia crítica. Lo que sí es cierto, es que toda la gente que está allí, fueron incapaces de formar ese partido político que se habían propuesto.
¿Qué representa la posible candidatura de la señora Sandra Torres de Colom?
Lo que creo es que ella ha aprovechado muy bien esa política social, que de una forma u otra, es la que da pie a su posible candidatura, no es una persona que tenga una trayectoria dentro de la izquierda, tampoco es conocida por sus ejecutorías académicas y de políticas. Lo que es importante destacar es que una persona jamás podrá hacer los cambios estructurales que este país necesita, sino se hace acompañar de un equipo que esté dispuesto a hacer esos cambios, y de un movimiento popular y social que también esté dispuesto a apoyar esos cambios y lo que es peor, jamás se podrán hacer esos cambios estructurales que este país necesita, si ellos siguen cogobernando con esas clase política corrupta que es la que controla este país. ??Lo que pasa es que no están pensando en ese cambio del modelo, sino en quienes van a ser los nuevos dueños del país, los nuevos actores que se van a quedar en el manejo de los recursos del Estado, los grandes negocios estatales y quienes van a ser los nuevos actores que van a tener la hegemonía económica y social en Guatemala. Yo no veo a la señora en esa posición porque el problema en Guatemala no es de una persona, el problema es de esa clase económica y ese sector oligárquico, de sectores emergentes y narcotraficantes, que tienen cooptado al estado guatemalteco. Entonces, lo que se debe procurar es ese cambio estructural, o no caminamos, lo que pasa es que el cambio político estructural pasa por el Congreso de la República de Guatemala. ??Lo que vemos, si es que se consolida esa alianza de UNE–GANA, es que de la mano de ellos, van a subsistir una cantidad increíble de políticos corruptos y tradicionales que solo están pensando es sus intereses personales y que lo único que saben hacer es aliarse con gente perversa y corrupta que no tiene la menor idea de lo que es caminar por la ruta, por lo menos de la socialdemocracia. Ya no digamos en la ruta de una construcción de una sociedad con justicia social y niveles de progresismo que pudieran considerarse y reconocerse.
¿Cree que los Acuerdos de Paz podrían reivindicar a los movimientos de izquierda?
Los Acuerdos de Paz son un referente obligado, para quienes estamos en la posición de izquierda, sobre eso no me cabe ninguna duda. Los Acuerdos de Paz son esa base sustentada de la problemática nacional y que podrían ser una guía, el problema es que los guatemaltecos ahora tienen problemas muy concretos, que son a los que la izquierda guatemalteca debería proponer soluciones. Creo en los Acuerdos de Paz, pero como agenda política son ajenos al interés de la mayoría de los guatemaltecos.
¿Cuál es su opinión de la oferta político-partidaria actual?
Creo que a pesar de que el proceso electoral está muy cercano, nunca habíamos visto tanta indefinición en la población, quizás sean los 25 años de la supuesta democracia que mucha gente esté pensando en nueva opciones. Desde mi punto de vista, si la izquierda tuviera el valor y la determinación, de poder hacer una propuesta inteligente, seria, renovadora y que el pueblo pudiera entender, creo que pudiéramos ser los que demos una sorpresa en el próximo proceso electoral, pero pasa por cambiar los viejos métodos, las viejas estrategias y empezar a entender las necesidades del pueblo de Guatemala.
Entrevista con Alfonso Bauer Paiz, revolucionario
¿Qué perspectivas tiene el país en la contienda electoral del próximo año?
No creo en ningún partido. Tampoco creo en el proceso electoral, si usted ve las estadísticas, somos más los que no votamos o votamos nulo, que los que van a votar. Además no hay un sólo candidato presidenciable, que sea un ciudadano digno.
¿Considera que la izquierda pueda formar un bloque que sea consistente y coherente?
Tal y como están ahora no. Porque dicen ser de izquierda, pero en su conducta personal debajo de agua, están apoyando a este sistema. Solo con otra revolución que saque del poder a toda esta oligarquía que viene casi desde el siglo XVI, pero que después de la revolución del 1871, también subieron los mestizos, que al igual que los criollos, son unos vendidos. Lo que se ha venido dando es esa mentalidad colonial, ahora ya no es a favor de la hispanidad, sino a favor de los norteamericanos.
¿Cómo ve a las partidos de derecha?
La derecha es sencilla y completamente peor. Porque toda la derecha está vendiendo al país, y todos los recursos no renovables. Yo reviso todos los días el diario oficial y acaban de salir, a pesar de la oposición de todas las comunidades indígenas en contra de la minería, ocho licencias para licitar proyectos petroleros.
¿Cómo ve la posible candidatura de la señora Sandra Torres?
No tiene ningún derecho, porque cómo es posible que la Constitución de la República prohíba que mi cuñada o mi suegro pueda ser presidente y la esposa sí. Sólo porque no dice que no tiene grado. Ella tiene prohibidísimo, desde mi juicio. Pero debido al grado de corruptibilidad en la que están sumidos los magistrados de la Corte de Constitucionalidad, pueden decir que como la ley no lo prohíbe expresamente, ellos no quieren hacer uso de los principios verdaderos del derecho. Sino que lo que hacen, es, que sólo se fijan en lo que les interesa.
¿Y el transfugismo?
Yo estaba acostumbrado que aún en el tiempo de las dictaduras, ha habido políticos oportunistas, porque eso es algo propio de la naturaleza humana. Pero antes eran liberales o eran cachurecos. En tiempos de la revolución, yo que fui diputado en esa transición, me recuerdo que la oposición, como el diputado Canche Serrano, que es el papá de Jorge Serrano Elías. Ellos, cuando se trataban cosas importantes para el país, estaban siempre de acuerdo con la revolución. Ahora nada, ahora todos están de acuerdo con todo lo corrupto.
Todo está corrompido, se compran y se venden, son los intereses materiales los únicos que rigen. En el Congreso los diputados entran electos por un partido político y allí pasan por tres o cuatro partidos. Eso debiera ser un delito, porque la población vota por un candidato que según él, representa los intereses de su ideología y en el Congreso no hay nada de eso, a los que se cambian los deberían de echar.
La izquierda ha sido exitosa en otros países...
í. Por ejemplo en El Salvador, el FMLN está mejor. El partido Sandinista, a pesar que lo viven calumniando y exagerando errores que tiene, o el partido de Evo Morales, con esos partidos sí estoy yo.
Algunos identifican al Frente Nacional de Lucha (FNL) como una fuerza con fines electorales. ¿Qué apreciación tiene de eso?
Yo he trabajado mucho con el Frente Nacional de Lucha, pero entre otras cosas, no actúan. Ellos son la máscara de la URNG, la URNG no se define por sí misma, sino que usa a grupos como a HIJOS, que son todos los descendientes de padres desaparecidos y asesinados. Pero yo soy de una solo línea, no ando en unas cosas de un modo y en otras cosas de otro.
¿Cuál es su apreciación de la situación en la que se encuentra el país, por la coyuntura política? Para mí, esto ya solo se resuelve con una revolución, en la que los mestizos que estamos conscientes de los derechos humanos y de nuestra dignidad, junto con los dirigentes de las comunidades indígenas, que también deben superar las diferencias que tienen, por ser etnias de origen precolombino, con lo que se pueda recuperar la revolución que se detuvo por el imperialismo y adecuarlo a las condiciones actuales, esa es mi idea.
Entrevista con Álvaro Pop, politólogo
¿Cómo ven las alianzas que están promoviendo los partidos políticos?
Lo que se tiene que decir con bastante propiedad es que la UNE, con la alianza que hiciera con la GANA, estableció ya una tendencia que, según veo yo, procurará un proceso de alianzas entre partidos políticos.
¿Estima que pueda establecer una alianza importante de la izquierda para las próximas elecciones o para un proyecto político de más largo plazo?
Para la izquierda es importante articular una alianza con el que pueda hacer un frente común, sin embargo desde mi perspectiva, eso lo veo muy complicado. La izquierda todavía tiene dificultades para establecer una agenda común que le permita avanzar de una forma más articulada. Creo que tiene varios problemas. El primero es en términos de cómo establecerían una alianza, que va desde procesos para las candidaturas, hasta procesos legales de articular esas alianzas. La izquierda no tiene mucha experiencia en eso y los mismos partidos que se ven como posibles a establecer esa alianza, no veo que establezcan un rumbo y un ritmo como para estar listos, con lo que puedan hacer un proceso conjunto.
Segundo, ideológicamente hay matices en los partidos, marcados sobre todo por las presencias individuales. El liderazgo en ciertas personas marca mucho a los partidos políticos, tanto de derecha como de izquierda. En eso, lo que veo, es que no se va permitir del todo, pero que igual puede ser el factor que facilite una alianza de izquierda. Creo que si definen un objetivo y una ambición común, que en verdad les de fuerzas, tanto a las bases como a los liderazgos de los partidos, podría ser una posibilidad. Pero sobre eso, lo que veo es un ambiente muy prematuro, porque lo que está pasando es que se está diciendo mucho y se está haciendo poco. Creo que en un par de meses se podría considerar la posibilidad de una alianza de izquierda.
Alianzas entre la izquierda y otras agrupaciones políticas ya han habido. Tal el caso de la UNE en 1999. ¿Considera que pueda surgir otra asociación similar en la actual coyuntura y cómo ve ese proceso de que agrupaciones que se dicen de izquierda se van adhiriendo a la derecha?
Como ya he dicho muchas veces, en realidad en Guatemala no existen partidos políticos. Los actuales partidos que están en la izquierda han tenido tradiciones institucionales muy pobres. Creo que en un nuevo momento y en nueva contienda electoral lo que vamos a encontrar es una competencia de base clientelar. En consecuencia, tanto desde la derecha o la izquierda, el tema es que, que quien tiene mejores capacidades para atender ese sistema clientelar, tendrá mejores resultados. Si la izquierda no tiene recursos para realizar una campaña fuerte que desmotive el clientelismo de los otros partidos o desmotive la respuesta clientelar de la población, de una manera inteligente, nunca va levantar un voto consistente. Es un problema del sistema clientelar que hay en Guatemala, no hay otra situación más que esa. Porque al final, lo que se ve es que los partidos que tienen mejor capacidad de ganar, son los que más recursos tienen, no son los que tengan los planteamientos políticos más sólidos, ni los que tengan los mejores liderazgos, o las mejores propuestas para resolver los problemas nacionales. Tan sólo responde a ese sistema clientelar y la capacidad de logística nacional que una institución pueda tener, durante dos elecciones que pueda responder a un proceso como este. Eso no lo vemos en los partidos de izquierda, en consecuencia, como no hay una estrategia para desmontar ese sistema clientelar, no veo que la izquierda tenga resultados diferentes a los que ha tenido.
Algunos movimientos sociales que apoyaron la candidatura de Colom, se posicionaron en estructuras de este gobierno ¿Considera que puedan surgir nuevos grupos o formaciones similares?
Sí, siempre hay una parte del movimiento social que aventura y a veces consigue participar, dependiendo de con quién decidan participar. En el caso de UNE, esto sucedió y obviamente tenemos allí una tendencia y un grupo fuerte a lo interior del ejercicio de este gobierno. Eso se va seguir dando, una de las estrategias de los partidos políticos es procurar este tipo de participación, entonces no nos va sorprender que cualquiera de los partidos que vaya a ganar las próximas elecciones vaya a tenerlo. ¿Cómo se desempeñen? Esa es la pregunta que siempre queda. Porque el grupo que acompañó a Alfonso Portillo, gente de izquierda, Edgar Gutiérrez y demás, tuvo sus propias lógicas y sus propios logros a los interior del gobierno. El grupo del vicepresidente Stein, durante el gobierno de Oscar Berger, también tuvo ciertas lógicas y ciertas luchas con logros, que también hay que considerar. En el nuevo gobierno, habrá que esperar, a partir del partido y a partir de la capacidad del grupo para hacer negociaciones, que de hecho ya están en marcha.
Frente al poder político, está el poder económico, que es con el que se tiene que negociar a la hora de estar en el poder ¿Cómo ve usted que existan propuestas, como los Acuerdos de Paz o el Pacto Fiscal, que no logró este gobierno y que puedan hacer cierta forma de presión al Statu Quo?
Considero que los Acuerdos de Paz, no van a tener la posibilidad de ser cumplidos, ni siquiera ganando la URNG o ganando grupos de izquierda. Eso se da por dos razones. La primera es que ya pasó mucho tiempo, rescatar los Acuerdos de Paz, significa una revisión de los acuerdos mismos. Primero porque lo que se ha avanzado o no y segundo por la misma dinámica del país y de la sociedad en su conjunto, la cual hay que actualizar.
Segundo, porque los operadores de los partidos políticos que llegaron, tienen reflexiones a partir de los Acuerdos de Paz que literalmente no cumplirán. En consecuencia, los mismo mandatos legales y los compromisos asumidos son siempre renegociados, no veo que el futuro podamos tener el acuerdo de identidad cumplido a plenitud, de acuerdo a los establecido en los Acuerdos de Paz y otros, menos de lo que está establecido, algunos incluso nada. Lo que creo, es que hay una necesidad superlativa, en términos de una agenda de país, que tenga prioridades de acuerdo a las necesidades de la población y que a partir de eso avancemos, teniendo siempre como horizonte o como telón de fondo, los Acuerdos de Paz, los Objetivos de Desarrollo del Milenio y demás. ??En un momento electoral, eso siempre resalta, pero se nos olvida luego en los primeros meses de gobierno y todos los partidos se están preparando para ganar elecciones, pero no veo ninguno que se esté preparando para gobernar. Eso podría ser el plus, que en términos de análisis podría tener la UNE y la GANA incluso, en esa supuesta alianzas que definieron. Sin embargo no veo que se capitalice la experiencia de gobierno en ambos, como para decir: éstos tienen la experiencia de gobierno y en consecuencia pueden hacer un ejercicio con metas más precisas y experiencias más sólidas en un nuevo ejercicio a ganar.
Se habla en determinados círculos sobre la posibilidad de que el gobierno logre una reelección con el apoyo de grupos de izquierda ¿Qué apreciación tiene de esa situación?
De hecho podrían ser una fuerza de poder ahora. Si realmente la ambición de ganar se suma con el pragmatismo de una negociación exitosa, yo diría que incluso antes de dos elecciones la izquierda puede convertirse en una fuerza de poder. Hay una cimiente en Guatemala, hay mucha población inconforme con el Statu Quo, con la situación de pobreza, de desempleo y de miseria que existe en el país. Una propuesta vehiculizada, con recursos suficientes, bien planteada, que sea crítica y bastante honesta en términos de lo que puede y no puede hacer, podría levantar en Guatemala un movimiento partidario, no sólo por emergente, sino porque la propuesta podría hacer la diferencia. Yo sí creo que pueda hacerse, el problema es esa incapacidad de negociación entre élites y la incapacidad de planteamientos pragmáticos. La gente escucha los discursos de democracia, de Acuerdos de Paz y eso no le interesa a la gente, lo que a ellos les interesa es comer, curarse, vestirse, necesita transporte y caminos en los pueblos. Cuando los demagogos de los partidos políticos llegan a ofrecerlo, bajo la lógica de estos mecanismo clientelares que digo, la gente los escucha, pero la gente sabe que lo que pasará es que se va ir a enriquecer, lo que quiere es que se deje algo ahora. Esa es la lógica que hay que cambiar. Si alguien, como miembro de un partido político puede hacer eso, creo que el fenómeno Obama, se puede repetir en Guatemala.
Este gobierno aprobó la Ley de Alianzas Público Privadas que traerá beneficio a las élites económicas. A pesar de las deficiencias entre grupos políticos y económicos que usted señala ¿Cree que exista una forma de alianza entre los partidos políticos y estos grupos de poder económico, con la intención de conformar una especie de control interno?
Yo creo que es algo más complejo que eso. Lo que sucede es que el sector privado y las élites económicas no son homogéneos, en algunos momentos actúan de una manera homogénea en el mantenimiento del Statu Quo y obviamente les conviene que existan negociaciones. De hecho, yo me atrevería a decir que independientemente de qué partido gane, estas negociaciones se mantienen y eso no es bueno ni malo, eso es un asunto de política.
El tema es ¿negociar para qué? Si se negocia con la intención de sostener ciertas posibilidades y de disponibilidades en el ejercicio de poder con estas élites, volvemos a caer en lo mismo. Pero si la negociación fuera, por ejemplo, sobre una reforma fiscal, que es necesario y que debe ser negociado, porque allí está el verdadero punto transformador del país. Incluso me atrevería a decir que si se pudiera medir a los partidos políticos en su capacidad de transformación, yo lo que vería es medir esa capacidad de negociación para una reforma fiscal al principio de sus gobiernos. Cualquier partido debería demostrar su capacidad de negociación con las élites económicas y dos, traer respuestas a la población. Ese sería el punto más importante, para mí, para evaluar a un partido político.
¿Cree que los dirigentes históricos de izquierda, pueden organizarse para plantear esas negociaciones que usted señala?
No los sé. Para negociar se tiene que entrar con cierta fuerza. La pregunta es ¿Cuál es la fuerza que se necesita y quiénes tienen esa fuerza? Por eso un partido fuerte, si lo pone en su agenda, puede hacerlo. Mientras no tenga esa fuerza, más bien se convierte en un ancla y en una debilidad. Eso podría ser lo que le ocurrió a este gobierno, ya que dentro de sus políticas estaba el cumplir con una agenda alrededor de la reforma fiscal…
Creo que este gobierno tenía una fuerza que no aprovecho. El respaldo popular que se le dio, al igual que le pasó a Alfonso Portillo, quien desde mi juicio, falleció en términos políticos al inició de su periodo de gobierno. Si en los primeros nueve meses un gobierno, con el respaldo que han tenido ambos, no hace una reforma fiscal, ya no la puede hacer nunca y eso fue lo que le pasó a este. A pesar de tener un respaldo del área rural, de los sectores indígenas y de otros sectores de la población, sin hacer cambios sustantivos en nueve meses, se terminó su tiempo. Todavía ahora, he escuchado al presidente, decir que quiere rescatar la propuesta, yo lo veo complicado