Por Armando Tezucún
Las políticas neoliberales y la grave crisis del capitalismo han repercutido en una situación de deficiencia crónica en los servicios estatales de salud y educación. Como reconoció el ministro de Salud Ludwig Ovalle, “…desde principios de año anunciamos que el presupuesto de salud era insuficiente y el préstamo que fue otorgado por el Congreso de la República fue exclusivo para el pago de nóminas… todo el año hemos venido afrontando crisis y problemas por la insuficiencia financiera…” (Diario La Hora 14/11/11).
Durante el año los trabajadores de ambos sectores han salido a las calles a luchar por mejoras salariales y por el aumento de los recursos de sus ministerios para que se de a la población un servicio digno y eficiente. En las últimas semanas una vez más los empleados estatales tomaron las calles para exigir el cumplimiento de acuerdos.
El 15 de noviembre el Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud de Guatemala suspendió la atención regular en 23 consultas externas, debido a actividades de protesta exigiendo el abastecimiento de insumos en los hospitales del país. Los compañeros reclamaron que el Congreso de la Republica aprobó un préstamo de US$ 115 millones para salud, del cual no se sabe qué destino le dieron las autoridades del Ministerio, además de que durante el año fueron trasladados Q 814 millones de salud a los programas de Cohesión Social, sabiendo que el presupuesto de salud era insuficiente. La demanda es que el Congreso apruebe una ampliación presupuestaria de Q 100 millones para que el Ministerio pueda abastecer los hospitales, y Q 180 millones para el pago del bono de antigüedad para los trabajadores, y el cumplimiento de otros puntos del pacto colectivo.
El 16, los trabajadores salubristas efectuaron bloqueos de carreteras en Chichicastenango, Huehuetenango y Asunción Mita (Jutiapa). Además de los hospitales de la capital, suspendieron actividades 29 centros hospitalarios en el interior. El mismo día los compañeros realizaron una marcha en la capital, que salió del Hospital San Juan de Dios y finalizó en el Congreso de la República, con la finalidad de “exigir al Congreso la aprobación de la readecuación presupuestaria para dotar de más recursos al sector salud que permita al Estado cumplir con el pacto colectivo de trabajo” (Diario Siglo XXI 16/11/11).
El jueves 17, los sindicalistas de la salud, representados por el Frente Nacional de Lucha, firmaron un acuerdo con los ministros designados del próximo gobierno del Partido Patriota para salud, finanzas y trabajo, en el que los futuros funcionarios se comprometieron a utilizar los recursos de sus ministerios de manera adecuada. Por el FNL firmó Luís Lara. Este último aseguró que los trabajadores no realizarían más movilizaciones, bloqueos o suspensión de servicios (Prensa Libre 18/11/11).
Por su parte, los sindicatos del magisterio realizaron el 17 en la capital una marcha de cientos de maestros de 12 departamentos para exigir al congreso la asignación del 4% del PIB para educación en el presupuesto del próximo año, que representa unos Q 15 mil millones, y al futuro presidente Pérez Molina que le de prioridad a la educación en su gobierno.
En el presupuesto gubernamental para el próximo año, aprobado entre el 23 y 24 de noviembre, fueron asignados Q 4,434.9 millones para salud y Q 11,193 millones para educación. Pero este presupuesto está desfinanciado en un 20%, y cuenta con ingresos provenientes de una ley anti evasión que aún no ha sido aprobada. Además, Pérez Molina está contando con una reforma fiscal que aún tiene que ser concensuada con un empresariado renuente a pagar más impuestos.
El futuro ministro de salud, en una entrevista reconoció la incertidumbre del financiamiento “…estamos empezando con falta de recursos y lo que se consiga va a ser solo para mantener funcionando, pero no para dar un paso a la mejoría. La lucha para conseguir más presupuesto es permanente…el Congreso tendrá que hacer su análisis, habrá que hacer una readecuación de los ingresos fiscales, pero esto ya sale del ministerio de Finanzas…” (La Hora 23/11/11).
El futuro gobierno del PP heredará dificultades financieras de las que le será muy difícil salir. A pesar del acuerdo entre el FNL y los futuros ministros, los trabajadores estatales deben estar alertas y preparar su arsenal de lucha para futuras movilizaciones por las demandas que aún no han sido cumplidas. Tanto más que en el gobierno del ex general veremos un aumento de la represión (legal e ilegal) contra las protestas populares.