Por Leonardo Ixim y Armando Tezucún

La lucha de los estudiantes normalistas dio un nuevo giro el jueves 21 de junio cuando, tras una jornada llena de tensiones, representantes de las compañeras y compañeros llegaron a un nuevo acuerdo de diálogo con representantes del Ministerio de Educación, como resultado del cual fueron entregados los edificios del Instituto Normal Centroamérica y el Instituto Normal Para Señoritas Belén.

 

Se rompen los primeros acuerdos

El pasado martes 12, como resultado de la movilización y la presión de los estudiantes con el apoyo de universitarios y padres de familia, se logró que representantes del Ministerio de Educación (Mineduc)  y de los normalistas se sentaran a generar una propuesta conjunta. Pero la sorpresa de los compañeros fue que la ministra de educación Cinthya Del Águila no se presentó y los asesores de la funcionaria, después de cansarlos por más de cinco horas ejerciendo presión psicológica sobre ellas y ellos, los  obligaron a firmar un acuerdo a todas luces negativo para los objetivos del Frente Nacional Normalista (FNM). Ante esta situación, cuando regresaron a sus establecimientos, las asambleas estudiantiles se negaron a aceptar tal acuerdo, que incluía soltar para el siguiente miércoles 13 los establecimientos. Ante las circunstancias, y con el apoyo de los demás estudiantes y sus padres de familia, se decidió continuar con las medidas de presión.

Ante este panorama, los medios informativos de derecha se dedicaron a desprestigiar la imagen de los normalistas, sus columnistas a calificarlos de incompetentes por “estar en contra de la calidad educativa”, creando la falsa idea de no aceptan la propuesta del Mineduc por no querer estudiar. Mientras, la dirigencia sindical magisterial que apoyó la propuesta de Formación Inicial Docente fue rechazada públicamente por los voceros de los estudiantes, y sectores de maestros sindicalizados se unieron a ese rechazo.

Amenazas de parte del gobierno

El gobierno amenazó con que le cancelaría la matricula a los 9 dirigentes estudiantiles que firmaron el acuerdo del 12, dando plazo hasta el miércoles 20 de junio para que entregaran los edificios de los institutos, además de la posibilidad de despojarles de su número de registro y vedarle el derecho a trabajar y a formar estudiantes. Se empezó a hablar de un posible desalojo y  de sitiar a los jóvenes para cortarles todo tipo de ayuda obligándolos, por falta de insumos, a entregar a los institutos.

Esto hubiera significado una total violación a los derechos humanos, pero qué se puede esperar de individuo responsable de crímenes de lesa humanidad durante la guerra interna. Como parte de esta campaña sucia desatada en los medios de derecha, el presidente señaló que los estudiantes que han tomado las instalaciones tienen financiamiento para mantener estas ocupaciones, algo totalmente falso, pues las condiciones son de subsistencia.

Las fuerzas represivas hacen su aparición

El día 20, agentes antimotines se apostaron en los alrededores de los institutos tomados por los compañeros, mientras el presidente Pérez Molina había solicitado orden de desalojo al Ministerio Público. El jueves 21 aumentó el número de antimotines, que esta vez bloqueando la entrada principal de los Institutos.

A pesar de las bravuconadas del presidente y su ministro de Gobernación, la orden del MP nunca llegó. A las 11 de la mañana, los viceministros de educación Alfredo García y Eligio Sic ingresaron al Instituto Belén para iniciar el diálogo, actuando como mediadores la Procuraduría de los Derechos Humanos, la Organización de Derechos Humanos del Arzobispado y representantes de Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU. A las 16:30 se anunció que se llegó a un acuerdo.

Los acuerdos alcanzados

El martes 26 habrá una nueva reunión de la ministra con 6 representantes de cada una de las normales del país (2 alumnos, 2 maestros, 2 padres de familia), en la cual se explicará exhaustivamente la propuesta del gobierno, se establecerá un cronograma de  socialización de la misma en todo el país y de definirá un período para presentar la contrapropuesta de los estudiantes. Los institutos INCA y BELÉN fueron desocupados por las estudiantes, y el Ministerio de Educación se comprometió a desistir de las medidas administrativas contra los representantes estudiantiles.

Aún siguen ocupados otros institutos, tanto en la capital como en el interior y su entrega depende del curso de la reunión del 26. Sin embargo, algunos institutos del interior tienen demandas más específicas y piden su propia negociación, como el Instituto Normal Mixto de Occidente Justo Rufino Barrios, de San Pedro Sacatepéquez, departamento de San Marcos, cuyos estudiantes continuaron las acciones de hecho bloqueando carreteras el viernes 22.

La compañera Kendra Avilés del Belén, declaró: “Con el Ministerio de Educación hemos acordado y comprometido, y estamos dispuestos a trabajar en forma legal, con lineamientos muy concretos de ambas partes”, y “Esta no es una victoria, es un paso muy importante y no es un final, sino un comienzo” (Prensa Libre 22/6/12).  El compañero David Alemán señaló: "Si los resultados no son positivos, tomaremos de nuevo medidas de hecho” (El Periódico 22/6/12).

La propuesta del Mineduc

La propuesta presentada por las autoridades del Ministerio de Educación para transformar la carrera docente, llamada subsistema de Formación Inicial Docente (FID) pretende básicamente transformar los tres años que actualmente cursan los estudiantes de magisterio en cinco, divididos en dos etapas. La primera etapa es la preparatoria, que se seguirá impartiendo en las Escuelas Normales, con una duración de dos años y otorgará a los estudiantes el título de bachiller en ciencias y letras con orientación en educación. Al contrario de lo que sucede en la actualidad, este título no habilitaría a los estudiantes para ejercer la docencia, sino para continuar estudios superiores.

La segunda etapa es la de especialización, en la que los “maestros-estudiantes desarrollan las competencias y vivencias profesionales, personales y sociales que posibilitan el ejercicio de la docencia en el país” (Propuesta de modelo del subsistema de FID versión final, pg. 22). Los estudiantes podrían especializarse en cuatro o cinco tipos de profesorado.

El meollo del problema es que el nuevo plan impediría a los egresados de las normales trabajar como maestros, pues todavía tendrían que cursar otros tres años para poder ejercer. Es evidente que la propuesta no toma en cuenta la situación socioeconómica de los estudiantes y sus familias, que necesitan de los ingresos que obtengan al ejercer su profesión para continuar estudios universitarios. Encima de todo, el horario de la etapa de especialización es de 7 de la mañana a 5 de la tarde, lo cual impediría a los estudiantes trabajar durante esos tres años.

La situación es peor en el interior del país, donde la única opción para muchos jóvenes es obtener el título de maestro en una escuela normal para tener un trabajo digno y superarse. Además, para ellas y ellos no hay un centro especializado cercano donde puedan continuar estudiando tres años más para poder obtener el título de docentes.

El documento del FID reconoce que la deficiencia del sistema educativo en Guatemala tiene causas estructurales, además de financieras, de infraestructura y administrativas. Sin embargo, se centra en la formación de los maestros, que indudablemente debe ser mejorada, pero sin una solución a los problemas de fondo, a la estructura socio económica que atenaza el desarrollo del país, es estéril forzar a los estudiantes a cursar más años de estudio.

Superar las debilidades del movimiento normalista

Por su parte, los estudiantes, que han llevado una heroica lucha contra las mentiras del gobierno y la derecha, en una lucha desigual, se han enfrentado a una serie de dificultades, debidas sobre todo a la falta de experiencia organizativa y de un referente que oriente y no imponga las formas de lucha. Entre estas carencias podemos mencionar la falta de comunicación entre los distintos establecimientos, tanto en la capital como en el interior; afinar aun más la articulación con los padres de familia; la necesidad de fortalecer la formación política y técnica pedagógica. Sin duda la creación del FNM es un gran paso de cara afrontar las embestidas del gobierno en esta coyuntura, pero también con miras articular un movimiento estudiantil de las normales y avanzar a reconstruir espacios organizativos a nivel de educación media, que por supuesto tendría que coordinar con la incipiente organización universitaria y con los docentes que empiezan a cuestionar a la actual dirigencia sindical.

Por una coordinadora de apoyo a la lucha de los estudiantes

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) consideramos que en esta nueva fase de la lucha de las y los compañeros normalistas es fundamental crear comités de solidaridad en otros establecimientos educativos públicos y vincular más a la lucha a las normales del interior del país.

Es importante crear una coordinadora de defensa de la educación pública formado por las organizaciones sindicales, populares y universitarias, que active un plan de respaldo ante las acciones intimidatorias del gobierno, pero que también busque la permanencia para hacer frente ante los planes privatizadores de la burguesía en contra de la educación pública en general.

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