Por Leonardo Ixim
En los últimos días se ha experimentado una escalada de precios en varios de los producto de consumo popular que son parte de la canasta básica alimentaria, dañando con ello aun mas los ya de por si depreciados ingresos de las mayorías y afectando el consumo de una ingesta nutricional necesaria para la reproducción de la vida material.
Los productos de mayor aumento, según reporta la prensa escrita, en base al informe mensual del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) son: maíz, cebollas, carne de res, pollo, trigo y con ello el pan, huevos (fundamental en la dieta diaria junto al maíz y básicos para la elaboración del pan) y combustibles. En el caso de estos últimos, el alza es resultado del aumento de los precios a nivel mundial del barril de petróleo. Además, por su importancia en el precio del transporte y de la producción de energía eléctrica, actúa como factor importante en las variaciones de precios.
El INE reportó que la Canasta Básica Alimentaria se incrementó en Q 7.50 con relación a lo registrado en el mes anterior y respecto al mismo mes del año anterior se incrementó en Q162.60. Por su parte la Canasta Básica Vital se incrementó Q 13.69 con respecto al mes anterior y Q 296.72 con respecto a agosto del año anterior.
En términos globales el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se registra en 108.72 con una variación de 0.45 % respecto a julio de 2012 y en cuanto a agosto de 2011 en un 2.71 por ciento. Tomando la división del gasto en base a la variación mensual, se experimenta mayor aumento en transporte un 0.94 %, alimentos 0.65 % y bienes diversos 0.43 %. Así, de los 279 gastos básicos que integran el IPC, 199 tuvieron un comportamiento hacia el alza, 41 tuvieron reducciones y 39 se mantuvieron sin variaciones.
Entre las causas de esta espiral inflacionaria con graves consecuencias en la pérdida del poder adquisitivo de las clases trabajadoras, tenemos sin duda los efectos climáticos como la sequia que afecta Estados Unidos. De este país se importa buena parte de la producción de granos como el maíz amarrillo que sirve para la elaboración de concentrados para la alimentación de animales como ganado, pollo y huevos repercutiendo en la venta minorista. Sin embargo a estos factores climáticos se le agrega que buena parte de la producción de maíz amarrillo en los mayores productores mundiales ha sido destinado a agrocombustibles, reduciendo la producción para consumo animal y humano, además de ser fuente para la especulación financiera y con ello la manipulación de precios a futuro.
Sin embargo, también la sequia afecta Guatemala, provocando alzas en los precios de varios productos sobre todo del maíz blanco que se usa para el consumo humano. Decenas de miles de familias que sobreviven con sus propios cultivos están al borde de la hambruna. Como siempre, los desastres naturales siempre afectan a los más pobres, pues las fincas que producen para agroexportación no han sufrido daños. Esta situación está afectando varias regiones del país sobre todo en las consecuencias relacionadas con la desnutrición en sectores vulnerables como la niñez y madres embarazadas o post embarazo.
La FAO por su parte con anticipación había predicho esta situación alcista con posibles repercusiones catastróficas para los países importadores de alimentos como Centroamérica; a esto se le agrega que el precio del barril de petróleo también se encuentra a la alza debido a manipulaciones especulativas en los mercados internacionales y a situaciones de rivalidades políticas entre las potencias imperialistas y las emergentes, afectando nuevamente a países como los nuestros que son importadores netos. Por su parte debido a estos vaivenes de la economía y la geopolítica mundial el precio del dólar aumenta con respecto al quetzal, beneficiando a los exportadores, encareciendo las importaciones y afectando al consumidor.
Urge que la Dirección de Protección al Consumidor (Diaco) actué sobre los acaparadores, que el Ministerio de Economía ponga precios limites a estos productos, que regule tanto la importación de materia prima como la elaboración de los distintos eslabones de la cadena de productos para el consumo humano para evitar alzas en la ventas al por menor. Estas son demandas a corto plazo que corresponde a las distintas organizaciones sociales y de consumidores exigir por medio de movilizaciones a este gobierno. Pero a mediano y largo plazo es necesario que exista un programa coordinado de lucha que incluya la reforma agraria, la regulación de precios, la nacionalización de las empresas de servicio y de los recursos naturales, el aumento de los salarios y prestaciones sociales, entre otros elementos.