resistencia

Por Gerson de la Rosa

Tras la ruptura del orden constitucional, la consolidación del gobierno ilegitimo de Roberto Michelletti y la pretendida salida de los golpistas y del imperialismo norteamericano tras la derrota pacifica de las masas en resistencia, la expulsión de Zelaya del país y la  llegada de Porfirio Lobo a Casa de Gobierno son los hechos más relevantes del segundo semestre del año anterior. Por cierto, un año caracterizado por una profunda crisis económica mundial producto de una de las peores crisis de los Estados Unidos tras el descalabro del sistema financiero y bancario.

Las causas del desequilibrio financiero

Previo al golpe de Estado, los analistas políticos manifestaban que Honduras no experimentaría crecimiento económico, esto más, el índice de exportaciones se miraría reducido ya que su principal comprador, es decir, los Estados Unidos, presentaría un decrecimiento económico. Como podemos observar, el panorama no se presentaba de forma favorable, aún cuando se contaba con el reconocimiento de todas las naciones del mundo, de los organismos internacionales de crédito y de los programas de desarrollo social aperturados en el gobierno de Zelaya.

Tras la expulsión de Zelaya y la constitución del gobierno ilegitimo, la situación financiera del país, por cierto en precariedad por la crisis económica mundial, se agravo por el no reconocimiento de las autoridades golpistas por parte de los Estados, organismos de crédito y de carácter político como la OEA y la ONU, cumbre de Rio, CARICOM, PETROCARIBE, así mismo, la suspensión de los programas de crédito como la cuenta del milenio, el desembolso de préstamos del banco mundial, FMI y la ruptura de las relaciones políticas y económicas  con Venezuela constituidas a través de la Alternativa Bolivariana de las Américas ALBA.

El impacto de la ruptura y de la expulsión de Honduras de los organismos arriba mencionados, significo que los golpistas recurrieran a las divisas depositadas en bancos internacionales que eran parte del excedente económico de años anteriores.

Resulta evidente, que el gobierno espurio de Roberto Micheletti despilfarro los fondos del Estado. Lo anterior de varias formas: la imperante corrupción en el manejo de los fondos estatales, los mismos funcionarios de Lobo Sosa han manifestado a través de los distintos medios de comunicación los profundos casos de corrupción bajo la gestión del gobierno ilegitimo, los golpistas tenían que cobrar el penoso servicio prestado.

Así mismo, durante este espacio de tiempo, existieron cuantiosas pérdidas económicas producto de la inestabilidad política reflejadas en movilizaciones continuas, tomas de carreteras y los incesantes paros de labores de los trabajadores del Instituto Nacional Agrario y del magisterio nacional, así como los casi cotidianos toques de queda y la movilización continua de tropas militares para asegurar el orden social tejido tras el golpe y en las distintas etapas y situaciones históricas que se han caracterizado por la explotación y la exclusión social.

El escenario post golpe

Como hemos observado, el nuevo gobierno heredo un gobierno inestable, tanto políticamente como económicamente. Aunque, con el transcurso de los meses el gobierno de Lobo Sosa ha empezado a ser reconocido por la comunidad internacional, obviamente bajo la debilidad de no poder acceder de forma directa a los distintos programas de crédito. Sin embargo, lo anterior no es suficiente, es tanto el daño que hicieron los golpistas que algunos analistas, por cierto, expertos en materia económica manifiestan que el retroceso experimentado tras la ruptura del orden constitucional ha sido peor que las pérdidas generadas tras el paso del huracán Mitch.

Reformas fiscales

Bajo la enorme necesidad de agenciar fondos, el gobierno nacionalista introdujo una serie de reformas fiscales en el hemiciclo para que fueran aprobadas y aplicadas a partir de su publicación en el diario oficial la gaceta. Tras una larga y extensa jornada de discusión fue aprobada el nuevo paquetazo fiscal. Esta medida fue tomada en el marco de una política de represión selectiva, donde sicarios habían asesinado a dirigentes políticos y sindicales, entre ellos nuestro camarada José Manuel Flores Arguijo.

Así mismo, la lucha librada por los campesinos organizados en el Movimiento Unificado de Campesinos del Aguan (MUCA) habrá determinado de alguna forma la aplicación de las medidas. Digo esto, porque las medidas fueron maquilladas, aunque implican un ataque frontal a la economía de los trabajadores, así como algunas de sus conquistas, las medidas fueron reformadas y suavizadas de su propuesta original. No obstante, el paquetazo es una de las medidas de los golpistas para iniciar una recuperación de la economía y del Estado burgués, en otras palabras, de lo que se trata es de trasladar los costos del golpe a los trabajadores y al pueblo hondureño.

Que los empresarios paguen la crisis

Meses atrás manifestábamos que las consecuencias de la derrota serían funestas para la clase obrera y el pueblo hondureño, dado que los golpistas trasladarían las pérdidas de sus empresas y del Estado al empobrecido bolsillo de los trabajadores.

Es por todo ello, que el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) hace un llamado al Frente Nacional de Resistencia (FNR), gremios magisteriales, sindicatos y centrales obreras para que inicien una amplia jornada de movilizaciones para exigir al gobierno la no aplicación de las medidas introducidas en las reformas fiscales. Que sean los empresarios, responsables directos de la crisis política y económica por haber emprendido el golpe de Estado, que paguen mayor cantidad de impuestos.

De igual forma, proponemos la nacionalización de la economía, solo a través del control estatal y de los trabajadores de la economía se logrará un amplio desarrollo social. Esta jornada de movilización deberá de contemplar como punto central la creación  de fuentes de empleo, el aumento al salario mínimo y el congelamiento de todos los productos de primera necesidad.

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