Las masacres de prisioneros, miembros de las maras o pandillas, se han vuelto una tragedia casi cotidiana en Honduras. Extrañamente, estos asesinatos masivos ocurren bajo gobiernos del Partido Nacional (PN)
En el año 2003 fueron asesinados más de 60 jóvenes en las cárceles del Porvenir, en La Ceiba, departamento de Atlántida, Honduras, siendo presidente Ricardo Maduro y ministro de seguridad, Oscar Álvarez.
Posteriormente, en el año 2005, ocurrió otra matanza, camuflada como incendio en el Centro Penal de San Pedro Sula, siendo presidente el mismo Ricardo Maduro y ministro de seguridad, Oscar Álvarez.
Ahora bajo el gobierno de Porfirio Lobo, el 14 de Febrero del 2012, más de 350 reclusos han muerto quemados, por un incendio que supuestamente comenzó con un cortocircuito en el centro penal de Comayagua.
El resultado es el mismo: pandilleros o reclusos indefensos son condenados a muerte por estar recluidos en lugares inhumanos, hacinados, donde es propicio provocar “accidentes” que terminan asesinado a prisioneros indefensos, que no se pueden correr para ningún lado.
Des del Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) demandamos que se forme una comisión de investigación con los familiares de las victimas, que renuncie el ministro de seguridad Pompeyo Bonilla, y el Director de Centros Penales.
Que se investigue y castigue a los culpables, y que el Estado indemnice a los familiares de las victimas.