Por Ricardo Velásquez
La otrora llamada “Columna vertebral de la resistencia” vive bajo el régimen actual en un calvario permanente; el sector que tambaleó al gobierno de Maduro en el año 2004 y a la dictadura de Michelletti en el 2009, se encuentra postrado y moribundo.
Sin duda alguna, el oscuro Acuerdo de Cartagena le vino a dar reconocimiento internacional y estabilidad al régimen de Lobo, ya que en la práctica se desmovilizó a la resistencia, por más que lo quieran negar las dirigencias de Libre. Es así como al magisterio le tocó enfrentar solo a la estructura golpista –incluyendo al ejecutivo que tanto halaga Manuel Zelaya-.
Una vez firmado el Acuerdo de Cartagena, se dio como resultado la desmovilización completa del FNRP y la volcada de toda la dirigencia a la contienda electoral, priorizando esto último por sobre la movilización tal y como se había dado en la lucha en contra del golpe. Es así como ese mismo sector golpista se dio a la tarea de liquidar al que con mucho orgullo se ganó el nombre de “La columna vertebral de la resistencia”.
El estribillo de siempre es que el FNRP ya se había desmovilizado desde hacía mucho tiempo
¿Cuánto tiempo tenía de desmovilizado el FNRP cuando se firmó el Acuerdo de Cartagena?
Los que tienen mala memoria deben recordar que el magisterio se movilizó en el 2009 por una causa política y que fue correcta, fueron 5 meses de lucha permanente en las calles. A inicios del 2010 el magisterio seguía en las calles luchando contra los herederos del golpe de Estado. Tanto así que el 23 de marzo fue asesinado nuestro camarada Manuel Flores en su centro de trabajo.
Todo el accionar de los asesinos y la displicencia en la investigación hacen sospechar fuertemente que su asesinato provino del régimen. En agosto de ese mismo año el magisterio se enfrentó solo al régimen y al final del mes fue traicionado por los Secretarios Generales de las Centrales Obreras, quienes desconocieron la decisión tomada por los sindicatos en la ciudad de San Pedro Sula. En ese entonces, Daniel Durón manifestó que “no había condiciones para una huelga general”.
Llega el 2011 y el magisterio una vez más se enfrenta solo al régimen, siendo reprimido en las calles y nuevamente una mártir más: Ilse Ivania Velásquez, siendo una lucha donde el magisterio no recibió el apoyo del FNRP ni de las Centrales Obreras. El resultado fue obvio: una dura derrota con 303 maestros suspendidos, algunos por 3 meses, otros por 6 y por un año.
Hasta en ese entonces, el régimen solo le había congelado el salario a los docentes. Aún se mantenía en vilo la aprobación de las reformas a la Ley del Inprema y la Nueva Ley General de Educación. Con la derrota del mes de marzo y con la aprobación de un decreto de emergencia en Educación -que aún no ha sido derogado-, regresa el magisterio a las aulas de clases. En toda esta lucha, el magisterio enfrentó solo al régimen y en ningún momento se desmovilizó, la decisión del mes de marzo fue de retroceder para avanzar nuevamente. Luego llega el famoso Acuerdo de Cartagena con los resultados ya por todos conocidos.
Pero en ese mismo mes de agosto del 2011 los alumnos de secundaria levantan una lucha en defensa de la Educación Pública y en contra de la Ley General de Educación que estaba introducida en el Congreso Nacional. Esta lucha terminó igual que todas las anteriores: con promesas de diálogo y de consenso que al final no se cumplieron, como era de esperarse. En el mes de diciembre el Congreso Nacional y el Ejecutivo aprueban las reformas a la Ley del Inprema y en el mes de enero del presente año aprueban de forma unilateral una Nueva Ley General de Educación. Dichas leyes las aprueban precisamente cuando están seguros de la desmovilización del magisterio, de los alumnos y de la resistencia en general.
Si el 2009, 2010 y 2011 fueron años de lucha para el magisterio, alumnado y padres-madres de familia, entonces la pregunta es: ¿Cuándo se desmovilizó la resistencia?
Reformas a la Ley del Inprema: angustia, caos y penuria para los maestros en edad de jubilarse
Según los datos otorgados por las autoridades del Inprema, en el 2011 se encontraban 12,000 docentes en edad de jubilarse y una vez que se aprobaron las reformas en diciembre pasado, se vino la avalancha de maestros para tramitar su jubilación. Esto ocasionó caos en las oficinas de Escalafón y de la Dirección Departamental de Educación. 4,000 docentes lograron introducir sus papeles para jubilarse, pero para lograrlo debieron pasar penurias, desvelos y atropellos de parte del personal de estas oficinas.
La angustia y la incertidumbre se apoderaron de los miles de maestros –muchos de ellos mayores de 60 años- ante una fecha tope para poder jubilarse con la vieja Ley. La razón muy simple: antes, la jubilación resultaba del 90 % del promedio de los últimos 36 salarios si el maestro había laborado 32 años. Si había laborado menos entonces se calculaba en base al 80 % del promedio de los últimos 36 salarios, con un mínimo de 10 años trabajados. Ahora el cálculo es en base al promedio de los últimos 120 salarios, con un mínimo de años trabajados de 25. La pérdida de la jubilación es de más del 50 %. He ahí la explicación de la avalancha de maestros por jubilarse.
Son 8,000 docentes los que no metieron sus papeles y que ahora se encuentran con problemas de depresión, lo que sin duda alguna acarreará serios problemas a la actividad docente. Pero la angustia aún queda con los docentes que les faltaba meses para jubilarse y que ven ostensiblemente reducida su jubilación. Lo mismo los docentes que esperaban jubilarse a los 50 años cumplidos y que ahora no lo podrán hacer sino hasta los 59 años para los que se encuentran en servicio y 65 para los nuevos que entren al sistema.
Nueva Ley General de Educación: la última estocada al magisterio
Si en el 2004 Porfirio Lobo, siendo presidente del Congreso Nacional no pudo contra el magisterio, esta vez sí lo logró. Ha congelado el salario de los maestros por 3 años, las reformas a la Ley del Inprema, la Ley que municipaliza la educación y la última, la Nueva Ley General de Educación que deroga el Estatuto del Docente y en la cual, prácticamente los maestros pierden todas sus conquistas que le quedaban.
Pero la ley también inicia un proceso de privatización de la educación, donde el Estado se desobliga con la educación pre básica y la de adolescentes mayores de 15 años. Las conquistas perdidas con esta ley son nefastas para los docentes y el pueblo hondureño, tanto así que se ha retrocedido más de 30 años en lo que se refiere a conquistas económicas y sociales.
El régimen Lobo-Hernández se gana el primer lugar en desaparecer ciudadanos
Los innumerables maestros que no reciben su salario desde los años 2010 y 2011 han perdido toda esperanza de pago. El régimen aprobó un decreto que prohíbe la división de estructuras. Esto ha ocasionado que miles de docentes no puedan acceder a obtener horas en propiedad para completarse en una jornada; también impide que un docente que entra al sistema adquiera horas en propiedad, ya que las plazas abarcan más de una jornada y estos nombramientos no son permitidos. Con todo esto lo único que demuestra el régimen es su interés en no nombrar docentes.
No bastándole a los herederos del golpe de Estado con las leyes aprobadas, se han dado a la tarea de hacer listados de maestros que según ellos se encuentran desaparecidos y a quienes están dispuestos a sacar del sistema de pago de no cumplir con ciertos requisitos. Lo insólito es que nadie asume la responsabilidad de la creación de dichos listados; ni Finanzas, ni Escalafón ni las departamentales, nadie sabe los criterios que manejan para decidir qué maestros van en esas listas, siendo la última de 3,000 docentes que no recibirán su salario en el mes de marzo.
Esta última noticia nuevamente trae angustia e incertidumbre al sector magisterial, dado el endeudamiento en que se ha incurrido en estos 3 últimos años de gran crisis económica y con el salario congelado. La impotencia permanente y la angustia que invade a los docentes solo pueden ser canalizadas nuevamente con la movilización por rescatar las conquistas perdidas.
Por una estrategia correcta de lucha que sume a padres-madres de familia y alumnado
En reiteradas ocasiones se ha señalado desde las páginas del El Socialista Centroamericano que el magisterio no ganará solo, es primordial la unidad de las bases nuevamente. Pero esto solo se logrará mediante la realización de asambleas democráticas donde se hagan los balances de las luchas anteriores –algo a lo que las dirigencias tanto le temen-, asambleas en las que se discuta una agenda de lucha donde no se cometan los mismos errores del pasado.
Se debe sumar a los alumnos, padres y madres de familia; estos últimos deben ser concientizados del gran daño que trae la Nueva Ley General de Educación y de la importancia de rescatar la Educación Pública.
Ya estamos a finales del mes de febrero y aunque los discursos de los dirigentes son encaminados a la unidad, aún no vemos hechas realidad las convocatorias a los docentes para hacer los análisis respectivos; tampoco hemos escuchado las convocatorias a los padres y madres de familia.
¡No se puede renunciar a la lucha, por que no se puede renunciar a la victoria!