Por Maximiliano Fuentes
Recientemente el candidato del partido nacional y presidente de la cámara legislativa Juan Orlando Hernández, pretendió reformar la Ley Electoral proponiendo que sea el Tribunal Supremo Electoral (TSE) quien elija los miembros, así como los presidentes de las mesas electorales en aras de obtener transparencia. Actualmente, esa función la cumplen los propios partidos políticos designando a sus representantes en las mesas electorales.
La medida se hace para solventar los problemas presentados en los recuentos de votos, dado que los partidos mayoritarios controlan el proceso, adulteran actas y proporcionan información falsa que favorece a determinada tendencia o candidato político. Sin embargo, el TSE no es una institución transparente; al contrario, en determinadas ocasiones ha favorecido los intereses políticos de un candidato o de un partido. Así ocurrió en noviembre del año anterior cuando el mecanismo introducido por el TSE favoreció de forma amplia a los partidos tradicionales, y concretamente, a mirada del candidato opositor y actual alcalde capitalino Ricardo Álvarez, a Juan Orlando Hernández, quien resultó vencedor en los comicios electorales internos.
La intención de Juan Orlando
Es evidente que las pretendidas reformas persiguen un fin político, a nuestra mirada es la de desbaratar o lograr desarticular la favorable tendencia de Libre y su candidata Xiomara Castro, a quien las últimas encuestas ubican en el primer lugar del proceso electoral que se celebrará en noviembre. Por lo anterior, José Manuel Zelaya Rosales, coordinador de Libre y esposo de la candidata a Presidente “…denunció que se pretende cambiar los porcentajes para ganar las elecciones generales, o sea que se va a cambiar a más del 50 por ciento para ganar las mismas, cuando en Honduras se gana con una mayoría relativa, aquí gana quien saca más votos, eso equivaldría a una segunda ronda, y ahí las fuerzas más reaccionarias se unen para arrebatarle el triunfo a Xiomara Castro, coligió.” Está claro que la maniobra de Juan Orlando consiste en unir los votos de la derecha, incluyendo a su antecesor histórico el partido Liberal, para contrarrestar a Libre y de esa manera continuar controlando el aparato estatal.
En ese sentido, el mismo Zelaya “señaló que la iniciativa del candidato nacionalista es imponer sus propias reglas en el Tribunal Supremo Electoral, porque no ha logrado consenso con el resto de los partidos políticos.”
Posiciones de partidos políticos
Existe un amplio consenso de la mayoría de los partidos políticos en torno al voto electrónico y demás mecanismos que garanticen la transparencia en el próximo proceso electoral. El partido que ha puesto mayor énfasis en el voto electrónico es el reciente Partido Anti Corrupción del presentador de televisión Salvador Nasrralla, quien con sus críticas a la ineficiente gestión administrativa del Estado ha logrado incorporar un sector de la población que ve con expectativas su proyecto político.
La experiencia revolucionaria de los trabajadores y sectores oprimidos ha demostrado que la única vía de transformación de la sociedad es la revolución social y política. Los procesos electorales dentro de la democracia burguesa son los medios de legitimación de los grupos dominantes sobre el resto de la sociedad, por ello la enorme necesidad de mantener el estatus quo y el modelo político imperante para continuar con la desigualdad social y los amplios privilegios de unos pocos. En ese sentido, no compartimos el programa político de Libre y su preocupación por tomar el poder a través de los procesos electorales controlados por los mismos que emprendieron el golpe de Estado y cercenaron la democracia el pasado 28 de junio.
Represión contra COPINH
Así mismo, por dejar a un lado las necesidades más sentidas de la población. En este mismo momento, la comunidad de Rio Blanco en el departamento de Santa Bárbara se encuentra luchando contra las transnacionales y compañías nacionales que pretenden construir una hidroeléctrica y de esa manera lesionar el ecosistema de varias comunidades indígenas. En ese proceso, fue encarcelada la compañera dirigente Bertha Careces (y liberada después) y paradójicamente la comisión política de Libre no toma ninguna acción concreta para revertir el proceso librado en contra de la compañera. Pero llama poderosamente la atención la prontitud con la cual se llamó al plantón frente al Congreso Nacional tras la discusión que desarrolló a través de una cadena radial entre José Manuel Zelaya y Juan Orlando Hernández. Pero será nuestra propia historia la que permitirá hacer el balance del caso.