Por Gerson de la Rosa
La administración de Porfirio Lobo Sosa ha endeudado de forma estrepitosa al Estado de Honduras en sus tres primeros años de gobierno. La deuda interna producto de los enormes préstamos otorgados por la banca nacional ha servido para amortiguar el enorme gasto del Estado y de sus instituciones, programas de asistencia social y evidentemente el saqueo desmedido de las arcas del Estado. Los préstamos de la banca interna han sido una solución a corto plazo para afrontar el enorme déficit fiscal, dado que en múltiples ocasiones el Estado y sus instituciones han tenido que recurrir a ellos para poder pagar los salarios y beneficios laborales a los empleados estatales, y en algunas ocasiones han servido para emprender proyectos de infraestructura vial, pese al enorme negocio que se teje entre los banqueros y las autoridades del Estado.
Para el pueblo trabajador, esos préstamos representan verdaderos problemas, dado que somos los trabajadores los que sostenemos al Estado burgués y pagamos a través de nuestros tributos y sacrificios el sostenimiento del Estado. Por tal razón somos los que pagamos las deudas contraídas de forma irresponsable por los gobernantes de turno.
Las causas del endeudamiento
El endeudamiento del Estado con la banca privada, sumado al endeudamiento histórico con los organismos internacionales de crédito, estrangula cualquier proyecto de desarrollo económico dentro de las relaciones capitalistas de producción, dado que Honduras deberá pagar enormes cantidades de dinero por unas décadas más. El manejo irresponsable de los fondos provenientes de préstamos, los actos de corrupción y el enriquecimiento ilícito de los gobernantes son unas de las tantas razones que han sumido en la pobreza a los hondureños. Este comportamiento errático de los últimos gobernantes no ha sido ajeno a la actual administración, dado que el gobierno de Porfirio Lobo ha contribuido para aumentar la pobreza, el gasto público y a elevar la deuda interna.
Si alguien gasta más de lo que tiene, deberá ajustar su bolsillo y racionar su consumo, el más sano sentido común nos conduce a esa inferencia. Pero el gobierno de Porfirio Lobo y Juan Orlando no reducen sus gastos, al contrario, utilizan los fondos del Estado para acrecentar sus enormes fortunas y financiar las campañas electorales que permitirán su continuismo, repartiendo algunas migajas en programas asistencialistas entre los sectores más pobres para crear una base clientelista electoral favorable al Parido Nacional. Esta conducta ha creado un enorme desbalance del gasto público, dado que el gobierno gasta más de lo que recibe a nivel de ingresos. En ese sentido, se ha pretendido a través de un sinnúmero de paquetazos fiscales aumentar los ingresos del Estado, además de negar aumentos salariales a los empleados estatales e interviniendo a través de junta interventoras la Dirección Ejecutiva de Ingresos. Otra de las medidas implementadas ha sido modificar la tasa cambiaria, política que ha permitido depreciar el lempira frente al dólar; en ese sentido, los trabajadores de Honduras han visto reducidos de forma sustancial sus ingresos reales.
El problema no ha sido resuelto; a pesar de las medidas de corte monetarista, el déficit fiscal continúa aumentando de forma acelerada. Ante la escasez de dinero, el gobierno se ha visto en la necesidad de emitir bonos soberanos y ofertarlos en la banca privada e internacional. No obstante, ante la imposibilidad de colocar tanto papel con valor económico en el mercado interno, el gobierno de Porfirio Lobo se ha visto en la necesidad de aprobar la Ley de Promoción del Desarrollo y Conversión de la Deuda Pública.
¡Abajo la “Ley Hipoteca”!
Dicho proyecto de Ley tiene la finalidad de obtener regalías para el Estado por la explotación de los recursos naturales; de acuerdo a la Ley, los fondos obtenidos por la explotación de la soberanía nacional servirá como una garantía a los inversionistas que compren los bonos soberanos o en la obtención de préstamos a mejores plazos y tasas de interés a fin de readecuar la pesada deuda. Esta medida beneficia de forma directa a la banca nacional, dado que es una forma de obtener un respaldo de la compra de bonos de soberanos y de poder negociar con nuestros recursos naturales y áreas protegidas.
Es por lo anterior que desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) hacemos un llamado a las centrales obreras, federaciones gremiales, sindicales, estudiantiles, ambientalistas y populares del país a conformar un frente de lucha en contra de la aprobación de la ley que entrega nuestros recursos naturales a manos de las transnacionales y corporaciones. Solo un gobierno de los trabajadores cuidará y organizará su economía en función de los intereses colectivos, y no de un puñado de capitalistas.