Por Roberto Calix Caballero
Salvador Nasralla ha sido el dirigente de la oposición burguesa que más fuertemente ha atacado a la corrupción y al gobierno de JOH, ganándose la simpatía de la clase media y de amplios sectores populares. Nasralla abrió los fuegos denunciando la corrupción en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), y fue el primero en plantear la necesidad de crear la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Honduras (CICIH), como una copia de la CICIG de Guatemala que provocó la renuncia de la vice presidenta Rosana Baldetti.
Nasralla y los diputados del Partido Anti Corrupción (PAC) han planteado la necesidad de aplicar el modelo de la CICIG en países como El Salvador y Honduras, como un componente de la Alianza para la Prosperidad que impulsa el gobierno de Estados Unidos para los países del Triángulo Norte.
Pero este no es un asunto nuevo porque la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), creada a raíz de los Acuerdos de Guaymuras, recomendó al gobierno de Porfirio Lobo la conformación de la CICIH.
Amplio debate sobre la necesidad de la CICIH
El debate sobre la necesidad de la CICIH se ha intensificado, sobre todo a raíz de la marchas de las antorchas, que han terminado colocando en primer plano la exigencia al gobierno de JOH de autorizar la creación de la CICIH.
A partir del debate que se ha generado, a comienzos de junio el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), se pronunció a favor de que la Comisión Multipartidaria que nombró el Congreso Nacional solicite a la Organización de Nacionales Unidas (ONU) la creación de la CICH.
Mientras el debate aumentaba, por la presión en las calles causada por la marcha de las antorchas, el gobierno de Juan Orlando Hernandez (JOH) guardaba un relativo silencio, roto por las declaraciones de Arturo Corrales, secretario de Relaciones Exteriores, quien restó importancia a la exigencia de crear la CICIH al recordar la presunta intención de Porfirio Lobo para crear una comisión contra la impunidad.
En esa ocasión, el ministro Corrales dijo: “No se trata de lo que permita Honduras, sino lo que la comunidad internacional apoye. En dos ocasiones las propias Naciones Unidad dijo al presidente Lobo ustedes no ocupan una CICI, ustedes ocupan un acompañamiento de una oficina especial y un diagnóstico, sobre eso hemos trabajado (…) yo sí creo que en Honduras hay que reforzar la lucha contra la impunidad, el gobierno está convencido que el trabajo contra la impunidad apenas está empezando, pero damos pruebas: 10 extraditados (siete en la práctica), más de siete mil millones de lempiras en bienes incautados, más de 32 personas enjuiciadas recientemente por el tráfico de drogas”. (: Proceso Digital, 5/6/2015)
Cautela de la ONU
Consuelo Vidal, representante de la ONU en Honduras, no confirmó ni desmintió la afirmación del canciller Corrales, pero aclaró que este tipo de peticiones debe hacerlas oficialmente el gobierno de turno: “Nosotros como Naciones Unidas debemos trasladar estas solicitudes al secretario general. Sin embargo, es muy claro que estas solicitudes deben venir oficialmente del Gobierno (…) En Honduras se están dando pasos para luchar contra la corrupción y la impunidad; sin embargo, estos trabajos deben continuar (…) Sería bueno, pero honestamente tenemos que ser realistas, en primer lugar el Estado tiene que pedirla y tiene que reconocer que sus instituciones fallaron completamente; en segundo lugar, al hacer una petición no hay una garantía de que vaya a responder inmediatamente. Esa gestión lleva tiempo, entonces sí se da bien; pero mientras tanto se tienen que tomar acciones urgentes y no se puede esperar tanto tiempo para que venga una comisión internacional contra la impunidad, tenemos que actuar ahora”. (La Prensa, 7/6/2015)
La presión de los organismos de la “sociedad civil”.
La presión política, diplomática y social por la creación de la CICIH va creciendo conforme pasan los días. La Alianza por la Paz y la Justicia (APJ), en la cual participa Julieta Castellanos, rectora de la UNAH, se ha manifestado a favor de “la instalación de una CICIH, pero necesitamos una Acción Anticorrupción en Honduras, que opere mientras se instala este organismo internacional” (La prensa, 16/6/2015)
Y así como este organismo, existen muchos otros que coinciden en la necesidad de crear la CICIH. El consenso social a favor de la CICIH crece en Honduras.
El giro de la marcha de las antorchas.
Pero la presión más intensa se produce en las calles, cuando miles de personas, en su mayoría de la clase media, duramente golpeada por las políticas económicas del gobierno de JOH, ha comenzado a tener como principal consigna, ya no la renuncia de JOH, sino la instalación de la CICIH.
En una de las movilizaciones realizada a mediados de Junio en Tegucigalpa, la marcha de las antorchas terminó frente a las instalaciones de la embajada norteamericana, donde los jóvenes indignados plantearon al embajador James Nealon, quien salió amablemente a recibirlos, que el gobierno de Estados Unidos presionara o convenciera a JOH de enviar la solicitud a la ONU para finalmente constituir la CICIH.
De esta manera, observamos un giro político de las marchas de las antorchas que al inicio planteaban la renuncia de JOH y poco a poco están concentrando todas sus energías en la presión social para constituir la CICIH.
JOH se resiste a crear la CICIH
Hasta el momento ni un solo vocero del gobierno de JOH ha atacado abiertamente la idea de constituir la CICIH pero tampoco se han manifestado a favor de la misma. En una entrevista ante CNN, JOH se limitó a repetir generalidades: "El problema de la corrupción se cambia con una cultura de transparencia (…) existe un legítimo grupo de hondureños que está indignado y que tienen derecho a exigir que las cosas cambien". (CNN, 17/6/2015)
Y para reafirmar la imposibilidad de constituir la CICIH, JOH recordó que cuando fue presidente del Congreso Nacional (2010-2014) el presidente Porfirio Lobo solicitó a la ONU la creación de la CICIH, pero la repuesta fue “que ellos no estaban en condiciones, ni Honduras estaba en las condiciones, de poder pensar en algo similar (a Guatemala) porque eran casos diferentes (…) por el costo que tiene, sino porque el Estado de Honduras ya había iniciado todo un proceso de fortalecimiento en las instituciones administradoras de justicia”.
En relación a las marchas de las antorchas, JOH aclara y justificaba que “estas marchas quisieron utilizarlas grupos que han cometido actos de corrupción, pero los que legítimamente sienten la indignación ya están haciendo esa diferenciación, y eso para nosotros es importante (…) Démonos cuenta que lo que ha ocurrido en Honduras en el último año y medio no había ocurrido nunca. Una lucha frontal contra el crimen organizado, contra todo lo que es corrupción en todos sus niveles y eso genera inconformidades”. (Criterio.hn 17/6/2015)
Pero las presiones han surtido algún efecto. JOH propuso a regañadientes la creación de un Sistema Integral Hondureño de Combate a la Impunidad y la Corrupción, conformado por “una unidad de supervisión y apoyo al Ministerio Público integrada por fiscales hondureños e internacionales de prestigio y comprobada experiencia”. (La Prensa, 23/6/2015)
Esta propuesta es un primer paso hacia una supervisión gradual de los organismos de represión en Honduras, un planteamiento similar al de la APJ. El embajador norteamericano en Tegucigalpa, James Nealon, no podía ocultar su satisfacción: "EE UU encuentra la propuesta de JOH muy interesante y digna de un profundo estudio (…) un proceso adecuado debe ser creíble, enfrentar impunidad y asegurar transparencia y ampliar participación". (El Heraldo, 24/6/2015)
¿Pero que es la CICIH?
Las movilizaciones contra la corrupción en Honduras, y en cualquier país de Centroamérica, son progresivas porque reflejan el descontento y la indignación de la clase media y los sectores populares contra el latrocinio de los bienes del Estado.
En Honduras la gente está cansada del saqueo constante de las instituciones por parte de los gobiernos de turno, y por la indetenible violencia que produce al año decenas de miles de muertos.
Esta desesperación ha hecho crecer la ilusión que un árbitro internacional puede componer las cosas. A raíz de la experiencia de la CICIG en Guatemala, cuyas denuncias hicieron tambalear al gobierno, ha aumento la credibilidad en que un organismo parecido puede ser la solución en Honduras.
Pero la CICIG es un organismo de la ONU, controlado por el gobierno de Estados Unidos. Es un organismo de intervención camuflada del imperialismo norteamericano, cuyo objetivo principal es revivir las moribundas instituciones del Estado burgués, que esta carcomido por la corrupción y los carteles del narcotráfico.
La CICIH sería un organismo similar, de intervención imperialista en los asuntos de Honduras. Para algunos podría parecer progresivo que Estados Unidos ayude a mejorar el funcionamiento de la decadente democracia burguesa de Honduras, que nos ayude a librarnos de la corrupción generalizada.
Esta ilusión es sumamente dañina porque se apodera de la conciencia de amplios sectores, que comienzan a creer en la necesidad de un árbitro supremo, venido del extranjero, por un imperialismo norteamericano que ahora aparece como honesto y bondadoso.
Lucha independiente contra la corrupción
De esta manera, quienes proponen la creación de la CICIH se auto condenan a la postración, impidiendo que sean los trabajadores y las masas populares de Honduras sean los principales sujetos de la lucha contra la corrupción.
La resistencia de JOH a la creación de la CICIH no es progresiva ni antiimperialista, simplemente refleja el temor de la argolla gobernante de que sean descubiertos sus oscuros negocios con las contrataciones del Estado. Tampoco es progresiva la posición de aquellos que sostienen que la CICIH es el único camino para luchar contra la corrupción.
Los únicos que pueden barrer la corrupción de Honduras, son los trabajadores y las masas populares, a través de la lucha y la movilización independiente. Por eso no creemos en la CICIH, tampoco en la lucha que el gobierno de JOH dice librar contra la corrupción.
Los jóvenes que honestamente salen a movilizarse en las marchas de las antorchas deben reflexionar sobre las reales intenciones de quienes impulsan la creación de la CICIH.