Normal 0 21 false false false ES X-NONE X-NONE MicrosoftInternetExplorer4

 

Juan Pablo Wainwright

 

Por Bladimir Ocón

Común-Noticias

El 18 de febrero 1932, el Presidente de Guatemala, General Jorge Ubico, perdonó a los activistas comunistas que habían sido condenado a sufrir la última pena, a excepción de Juan Pablo Wainwright por considerarlo el factor principal de la acción comunista en Guatemala. Antes de que le dispararan tuvo fuerzas para gritar: “¡Viva la internacional comunista! ¡Viva la clase obrera! ¡Abajo el capitalismo y sus lacayos!".

Juan Pablo Wainwright unió su destino al de los obreros y campesinos, convirtiéndose en una de las figuras más destacadas del proletariado combativo, no sólo de Honduras sino de Centroamericana. Contribuyó a crear la filosofía de izquierda revolucionaria de obrero y campesino de Honduras, El Salvador y Guatemala.

La vida de Wainwright fue un batallar constante, educado por los viajes y la experiencia de las luchas. Dedicó gran parte de su vida a la organización y educación de la clase obrera y campesina. Fue en Honduras el precursor de convertir a los pobres en una fuerza militante y de los animadores más entusiastas del movimiento revolucionario hondureño. Abandonó todo bienestar personal para llevar por Centroamérica las ideas socialistas. Fue un revolucionario y un agitador internacional.

Nació en Santa Bárbara en 1894. Su padre un inglés y su madre hondureña conforman una familia distinguida tanto por su origen como por su solvencia económica; de lo cual forma su carácter dominante. En sus primeros años aprende a leer y escribir en la escuela comunal.

A los 16 años de edad se lanzó a la vida de aventuras, abandona su hogar para recorrer la escuela de la vida. Llega a Estados Unidos donde vive como vagabundo, duerme en un pedazo de bagón de ferrocarril abandonado. En su travesía por la región ártica, llega a Alaska, donde se hace pasar por obrero de pesca, conoce la fatiga como cazador de ballenas. La compañía explota su trabajo y le estafa en la liquidación de su salario, pasa hambre y frío en la soledad de los glaciares.

18 años de edad tenía cuando llegó a San Francisco, California. Trabaja en un hotel como mozo de servicio. La necesidad económica lo induce a apropiarse de treinta dólares de una caja de hierro que encuentra abierta. Inmediatamente huye a la frontera de México; donde es contratado en un rancho como cortador de madera. Semanas después es identificado y capturado por migración. Es trasladado a San Francisco, donde se le procesa por el delito cometido, pero es puesto en libertad al amparo de Law of probation. Ley que se aplica a los jóvenes, cuando durante un tiempo fijado, comprueba ser capaz de arrepentirse y enmendarse.

Marino militar que llevó la revolución por Centroamérica

Cuando sale de la cárcel en San Francisco, estalla la Primera Guerra Mundial, y se engancha en las filas de las tropas del ejército de Canadá, próximas a entrar en acción. Por su valor y bravura es ascendido a sargento y luego a teniente. Sale ileso de la gran contienda y es condecorado con medallas de oro y plata.

Finalmente regresa a latinoamérica embarcado como marino. La sangre heroica no le permite permanecer en un solo lugar y como gran navegante viaja por el lejano Oriente y las maravillas de las costas africanas; conoce de los ciclones que azotan las tierras y los mares del nuevo continente y experimenta el furor del los tifones que amenazan a los navegantes.

Revolucionario hondureño de ideas socialista

Finalmente dispone su regreso a Centroamérica y se establece en Honduras. Para entonces encuentra un país aplastados por los monopolios fruteros. En medio de condiciones políticas y sociales difíciles por la represión para aquellos con ideas liberales, se dedica a organizar a los obreros.

Para 1920 lidera las primeras huelgas parciales en el sector del enclave bananero y el sector ferrocarrilero, todas por mejores condiciones de trabajo y aumento de salarios. La respuesta gubernamental y patronal fue la represión.

El 18 de mayo de 1921 participa en la formación de la Federación Obrera Hondureña (FOH), compuesta por sociedades obreras y sindicatos de artesanos. Esta organización tiene como principio fundamental el auxilio mutuo y la fraternidad entre las distintas agrupaciones que la conforman.

El primero de mayo de 1922 en San Pedro Sula organiza junto a otros revolucionarios de la época el Partido Comunista de Honduras (PCH). Estructura de la cual formaron los primeros círculos de estudios.

Los obreros que recibían formación del PCH desarrollan el 12 de marzo de 1925 una huelga en la empresa bananera Cuyamel Fruti Co. en demanda de mejores condiciones de vida; la respuesta tanto del gobierno como de la empresa fue la represión. Es perseguido por el gobierno en el poder y huye a Tegucigalpa. Inmediatamente se traslada a San Salvador, El Salvador, donde desarrolla actividades clandestinas para el fortalecimiento de las bases para el Partido Comunista, además de que contrae matrimonio y procrea dos hijos.

En 1928 ya ha regresado a Honduras y es amigo y camarada de Manuel Calix Herrera, revolucionario contemporáneo. Juntos emprendieron la ardua tarea de organizar sindicatos, concientizar al pueblo y formar el partido de la clase obrera. La tarea de concienciar al pueblo, implica copiar a mano los manifiestos y folletos; caminaba días enteros para llegar a otra ciudad, corriendo el riesgo de caer en las manos de los asesinos de las fruteras. Nunca decayó en su labor revolucionaria, era incansable y entregado totalmente a la clase obrera. En varias ocasiones es encarcelado por subversivo.

La justicia burguesa contra el héroe

Tela, 26 de junio de 1930. Señor Secretario de la Corte Suprema de Justicia. Tegucigalpa entendido de su circular de ayer, y permítame participarle que instruyo diligencias contra J.P. Wainwright, por sedición, habiéndole encontrado distribuyendo hojas sueltas en español y en inglés, las que se le quitaron en número de 300.

En 1931 bajo el gobierno de Mejía Colindres, se dio a la tarea de organizar a los trabajadores del sector agrícola, explotados de manera despiadada en la costa norte del país, por los monopolios. Cuando se traslada a la costa norte de Honduras organiza a los trabajadores que luego provocan huelgas violentas contra la United Fruit Company. Es capturado por las influencias de esa compañía y encarcelado en el Castillo de Omoa, donde logra fugarse.

Clandestinamente llega a Guatemala. Aquí se vincula directamente con la organizar a los obreros. Trabaja de manera efectiva en el desenvolvimiento del comunismo, que tuvo en él a uno de sus elementos más destacados y capacitados. Intensifica la vinculación entre las agrupaciones comunistas de El Salvador y Guatemala; y elabora la combinación de un programa de acción conjunta. El cual dispone de tanta fuerza, que en 1932 se sentía con el poder suficiente para intentar una revolución bolchevique, disponiendo de elementos soviéticos y ejército rojo.

Poco tiempo después es acusado de ser jefe de un movimiento comunista encaminado a derrocar el gobierno del dictador Jorge Ubico. La policía de Guatemala lo captura en la estación de la Ermita junto a 14 compañeros revolucionarios, a quienes se les incluyó proceso.

Mártir de la clase obrera

En la cárcel es torturado drásticamente para que explique sobre el plan para derrocar a Ubico. En cada tortura se le revive una y otra vez para volverlo a golpear hasta que pierde el conocimiento. Después de varios días de golpiza hace uno de sus gestos de audacia y envía una misiva al General Ubico, en la cual ofrece revelaciones sensacionales. La noche del 16 de febrero el Presidente Ubico, llega al Centro Penitenciario y ordena que le lleven a Wainwright, quien está en una celda oscura e incomunicada, en el callejón de los políticos, donde las celdas son ocupadas por presos políticos.

¿Qué tiene usted que revelarme?, se dirige el General Ubico.

Wainwright: -Lo he llamado para decirle que Usted es un miserable, un verdugo y una bestia humana. Sigue reclamando enérgicamente a Ubico por la represión a la que está sometido el pueblo guatemalteco. Acto seguido le escupe la cara al dictador. Ubico tiembla de rabia y lo cruza a latigazos, y ordena regresarlo a su celda sin oportunidad de nada.

Cuando pasa por el pasillo de los políticos grita: “Sostengan la verdad, Ustedes no han hecho el volante de los militares, he sido yo.” Los guardias le dan cintarazos en la espalda. Wainwright es condenado a sufrir la pena capital, paga con su vida el delito de amar a la clase obrera y campesina.

Esa misma noche en la madrugada, en la celda número 7 de la penitenciaría intenta quitarse la vida con una hoja de afeitar que andaba en la suela de uno de sus zapatos desde antes de ser capturado. Se corta una vena superficial del brazo izquierdo con el afán de suicidarse, su sangre alcanza a derramarse afuera de la celda, y le continúa emanando abundante líquido. El soldado de guardia dio parte y lo llevan a la enfermería en donde es atendido por el doctor Ramiro Gálvez médico del Presidio y Julio Peralta, médico de la Guarnición. Le inyectaron 500 gramos de suero fisiológico y de alcanfor para contener la hemorragia.

Por ser una hora tan avanzada, nadie se da cuenta de lo ocurrido, máxime que por ningún motivo pudiera presumirse que los reos tuvieran arma alguna por practicárseles un registro minucioso. El Director del Centro Penal supo del hecho a las seis de la mañana cuando procedían a notificar a los enjuiciados la confirmación de la pena de muerte por la Corte Marcial.

Wainwright dijo al director, Coronel Castro Monzón, y el Auditor de Guerra licenciado Cabrera Martínez, que había intentado matarse considerando que así pudiera salvar a algunos, refiriéndose a sus compañeros comunistas. No es por cobardía de no presentarme ante el piquete de tropas que han de ejecutarme, sino como un gesto de protesta.

Estaba convencido de su causa, en la puerta de su muerte se mostró rebelde y sin desmentir sus ideas bolcheviques. Cuando le fue notificada la resolución de la Corte Marcial por el Auditor de Guerra, no se inmutó en absoluto, si no que gritó con todas sus fuerzas que su estado le permitía: “Viva el Soviet, único gobierno que debe imperar en el mundo, viva la revolución social.”

En la celda que ocupaba el reo había quedado el charco de sangre, y en una de las paredes, una mano impresa con su propia sangre, y una consigna antiubiquista que decía: “Viva la internacional comunista”. Wainwright, creyendo morir, quiso dejar constancia de que moría como un convencido de las ideas comunistas.

A la memoria del pueblo obrero

El 18 de febrero 1932, el Presidente de la República, General Jorge Ubico, perdona a los jefes comunistas que habían sido condenado a sufrir la última pena, a excepción de Juan Pablo Wainwright por considerar que es el factor principal de la acción comunista en Guatemala.

Considerando que las pesquisas de los hechos y de la lectura del proceso que se les instruye por traición, se ha sacada en consecuencia, que los condenados a la pena capital ya mencionados, fueron instigados por Juan Pablo Wainwright, quien aprovechándose de la ignorancia de sus compañeros hizo una campaña de propaganda disociadora encaminada a sembrar la discordia entre el pueblo guatemalteco.

De conformidad con los artículos 11 del Decreto número 159 de la Constitución de la República acuerda: Conmutar la pena de muerte impuesta a los reos Alberto del Pinal, Juan Luis Chiquichon, Luis Villagrán, Antonio Obando Sánchez, Miguel Ángel Vásquez y Antonio Cumes.

En la orden general dictada ayer por la Comandancia de Armas se nombra como jefe de ejecución al Capitán Mazariegos, para que al mando de 4 soldados de la Penitenciaría Central hiciera efectiva la pena.

Desde la tres y media de la tarde llegaron algunas autoridades y oficiales del ejercito: el Auditor de Guerra, Licenciado Guillermo Cabrera Martínez, su ayudante el Secretario de la Auditoría, Coronel Emilio Marroquin Barrios, el Mayor de Plaza, Marco Antonio Ramirez, y el Director del Presidio, Coronel Miguel Castro Monzón, el Mayor del mismo Centro Penal y el médico del establecimiento.

A las cuatro con veinte minutos de la tarde el Director de la Penitenciaría, acompañado por el Auditor de Guerra y el Mayor de la Penitenciaría Coronel Méndez, sacaron a Wainwright de la celda, donde permanecía para conducirlo al segundo patio de ese Centro Penal para ser ejecutado. Y sin admitir que lo vendaran tirando el sombrero que lo cubría, exclamó: “Así muere un comunista”

Antes de que le dispararan tuvo fuerzas para gritar: “¡Viva la internacional comunista! ¡Viva la clase obrera! ¡Abajo el capitalismo y sus lacayos!

El ejecutor dio la voz ejecutiva, Apunten..., Fuego. Se oyó la descarga. El cuerpo del reo cayó como fulminado por un rayo. La descarga fue tan certera que no hubo necesidad de dar el tiro de gracia.

Carácter y pasión obrera

Su automóvil estaba a la disposición de los organismos sindicales y políticos. Su casa en San Pedro Sula era el albergue de las asambleas del Partido Comunista y de los primeros de mayo. En las cuales impartía charlas sobre el contexto político y social de Honduras. Unió su destino al de los obreros y campesinos, convirtiéndose en una de las figuras más destacadas del proletariado combativo, no sólo de Honduras sino de Centroamericana.

Juan Pablo Wainwright era un hombre reservado, paciente y resignado, condición que parece estar en pugna con su energía, actividad y dinamismo desplegado al servicio de la causa. Su mirada fuerte sugestiva, le ayudaba a influenciar masas.

Contribuyó a crear en la filosofía de izquierda revolucionaria de obrero y campesino de Honduras, El Salvador y Guatemala.

Juan Pablo Wainwright

Juan Pablo Wainwright

En Santa Bárbara un día,

Juan Pablo a la luz nació

y en su corazón ardía

la llama con que vivió.

En Guatemala murió

asesinado y vivando la revolución,

cantando a la clase que tanto amó

Juan Pablo viene volando

con Sandino de la mano

héroe centroamericano

con Farabundo Martí

Murieron y ahora viven

en la luz del socialismo

luchando con estoicismo

por la causa que él amó.

Sanchez Obando Antonio

Bibliografía:

1. Tomas Anderson, El Salvador, Los Susesos Políticos de 1932, EDUCA.

2. Matías Z. Castillo. El Sol. Tegucigalpa 27 de junio de 1930.

3. El Cronista, Tegucigalpa, 25 de febrero de 1932.

4. El Cronista, Tegucigalpa, 1 de marzo de 1932.

5. El Cronista, Tegucigalpa, 7 de marzo de 1932.

6. El Cronista, Tegucigalpa, 12 de mayo de 1932.

7. El Diario Latino. 15 de enero de 1932.

8. Revolucionario Comunista Guatemala en Peligro. Jorge Alfred Schlesinger.

9. Semblanza escrita por Jorge Alfred Schlesinger.

10. Sánchez Obando Antonio: Memorias. Guatemala. América Central, 1972.

11. Daniel James, Técnicas Rojas en las Américas, Editorial Intercontinental.

12. José Manuel Fortuny, Secretario del Partido Comunista.

Hemeroteca

Archivo