Por Sebastián Ernesto González
El país nuevamente se encuentra en la recta final del proceso electoral de noviembre 2017. Es el tercer proceso electoral desde el golpe de estado del 2009, la cúpula golpista que asestó el golpe y que se lo ha cobrado con creces a los trabajadores, no da muestras de querer entregar el poder y, por el contrario, se aferran al mismo con garras y dientes.
Mientras Juan Orlando Hernández sigue empeñado y maniobrando para seguir en el poder, no hay muestras de que la oposición política pretenda movilizar a la población, en contra de la dictadura nacionalista-liberal con JOH a la cabeza.
Sigue siendo el sector de salud el que ha movilizado nuevamente en defensa de la salud pública, principalmente los trabajadores del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), que fueron los que convocaron para la movilización del día miércoles 24 de agosto del presente año, desde el Barrio La Granja hasta el Congreso Nacional. Con un apoyo débil de las Centrales Obreras, la convocatoria tuvo la presencia sustancial de un fuerte sector de trabajadores. La movilización convocada con el objetivo de parar la Ley Marco de la Salud Pública, contó con el apoyo de algunos médicos y con algunos miembros de las juntas directivas de los sindicatos y centrales obreras.
Sigue brillando por su ausencia la gran alianza política de oposición, que sigue imbuida en la cabalgata por el proceso electoral, cimentando las esperanzas del pueblo en un posible triunfo electoral.
Solo amenazas y amenazas y nada de movilizar
La lucha por la defensa de los puntos que atañen a la población ha quedado relegado a un segundo plano, en el lenguaje de los máximos dirigentes de la Alianza de Oposición, tanto de Nasralla como de Libre, primero es alcanzar el poder vía electoral y después será todo lo demás. El candidato presidencial Contra la Dictadura, Salvador Nasralla, manifestó “Si en las próximas horas, sin en los próximos días no hay modificaciones, si no se nos da la garantía, nosotros vamos a convocar a la gente a las calles a reclamar… porque no existe la independencia de poderes, porque no existe la institucionalidad, pues el pueblo tendrá que ir a solicitarlo a las calles masivamente”. Criterio.hn (25/08/2017).
Represión y más violaciones a los derechos humanos
Lo manifestado por Salvador Nasralla solo refleja el eco de un grito al cielo, amenazando de movilizar por reformas electorales que ya dijeron que no van a aprobar. Por el contrario, el presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, amenazó hace unas semanas que si la oposición sale a las calles a denunciar fraude, el gobierno tendrá listo al Ejército y a la Policía Nacional.
Las amenazas del presidente del Congreso Nacional no son en broma, de hecho, Honduras es un país donde permanentemente se violenta los derechos humanos. Esto es reconocido por la comunidad internacional, pero con una doble moral, porque el apoyo a JOH sigue llegando a manos llenas financieramente. En los dos últimos exámenes del Comité para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, el Estado hondureño ha sido condenado por las constantes violaciones a los derechos humanos. Criterio.hn (18/08/2017).
El último atentado criminal ha sido contra el Director del Diario El Libertador, Jhony Lagos, quien junto a su esposa fueron atacados a bala limpia y de suerte no están muertos. El periódico El Libertador es uno de los pocos o quizás el único que circula en el país con una línea clara de oposición al régimen.
La oposición debe convocar a las calles en defensa de la salud pública, defensa de la UNAH y parar la reelección de JOH
Mientras la conducción de la oposición sigue siendo timorata y volcada al activismo político, JOH y sus secuaces siguen haciendo y deshaciendo en el Congreso Nacional, una de las últimas mandracadas hechas, ha sido la reducción de penas para los delitos de corrupción, con etiqueta directa a todos los involucrados en el saqueo al erario público, como en el caso del IHSS.
Las Centrales Obreras y lo que queda de las directivas de sindicatos, deben aprovechar la actual coyuntura y convocar a la calle, que se sume el sector de la empresa privada que está en contra de la reelección ilegal de JOH, que se sume la oposición política y que el pueblo salga a las calles para detener de una vez por todas a la cúpula nacionalista-liberal.