Por Carlos M. Licona
El 28 de junio se cumplen trece años del golpe de Estado en que puso fin al gobierno de Manuel Zelaya Rosales (2006-2009), instaurando un régimen que logró imponerse por la fuerza militar y que, atrapó toda la institucionalidad del país utilizando a un Partido Nacional liderado por Porfirio Lobo Sosa (2010-2014) en primera instancia y luego por Juan Orlando Hernández (2014-2022), este régimen no se hubiera mantenido de no ser con el apoyo ciego del Partido Liberal.
Juan Orlando Hernández, ahora preso en New York acusado de narcotráfico, logró controlar los tres poderes del Estado e hizo lo que quiso para imponer su voluntad. Para lograr sus objetivos tejió toda una estructura criminal que puso al frente de las instituciones aplastando a todo el que le confrontara. Ganó con fraude las elecciones internas del Partido Nacional en el 2012 y lo mismo hizo en las elecciones generales del 2013, se postuló ilegalmente para las elecciones generales del 2017 y nuevamente se impuso con un fraude aún más descarado.
El retorno de los Zelaya al poder
El pueblo luchó en las calles desde el mismo 28 de junio del 2009, sin embargo, revertir el golpe de Estado se volvió imposible al contar el régimen con el poder militar. Los asesinatos de luchadores y miembros del Frente Nacional de Resistencia Popular sucedieron a diario, navegando todos los casos en el olvido y la impunidad de los asesinos. Todo movimiento popular que se hizo fue derrotado o en todo caso, diluido en falsos diálogos nacionales como el del 2019.
La derrota del Partido Nacional en noviembre del 2021 fue producto de una combinación de diferentes factores, siendo el principal, la actitud de un pueblo que ya aspiraba a poner fin a un régimen corrupto y dictatorial. Otro factor fue el desmontar el fraude desde el mismo Consejo Nacional Electoral, esto se logró por las presiones internacionales para que se aprobaran reformas electorales que contribuyeron a la transparencia del proceso. Sin embargo, aunque las elecciones fueron ganadas por doña Xiomara Castro con una abrumadora mayoría de votos, no sucedió lo mismo a nivel de alcaldías y de diputados. El Partido Nacional obtuvo 44 diputados contra 50 del Partido LIBRE, esta cuota de diputados del PN aun les permite negociar para aprobar leyes que requieren una mayoría calificada (86 de 128).
De las 298 alcaldías el PN ganó 143, el PL ganó 90 y el Partido LIBRE 50, mientras que el resto de las alcaldías (15) fueron ganadas por el resto de partidos. Sin duda alguna que, estos resultados a nivel de alcaldes reflejan una profunda debilidad del partido de doña Xiomara Castro, que desde ya, es aprovechada por la estructura corrupta que aun se mantiene y que movilizan a diario diversos sectores para exigir y protestar por cualquier excusa. Esto con el fin de sembrar en el ideario colectivo que el gobierno es un desastre.
¿Se podrá desmontar la estructura criminal que se adueñó de la institucionalidad?
Si bien es cierto Juan Orlando Hernández está preso en NY, en el país la estructura criminal sigue dentro de las instituciones, principalmente en la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía General. En el 2023 deben elegirse 15 magistrados y entre estos elegirán al nuevo Presidente de la CSJ, también debe elegirse el otro año al nuevo Fiscal General. Sin los votos de los diputados del PN no se alcanza mayoría calificada en el Congreso Nacional, lo cual nos dice que nuevamente se harán negociaciones para la elección de los 15 magistrados y del Fiscal General, que seguramente terminará siendo una repartición entre el partido LIBRE, PN, PL y PSH.
La nueva CSJ se vuelve muy importante para desmontar toda la estructura criminal dejada por JOH, sin embargo, nos hace dudar el hasta ahora muy lento paso del gobierno de LIBRE, no porque no tengan claros los objetivos, sino más bien porque han puesto al frente de las altas esferas de mando a personas incapaces, a miembros del Partido Nacional o Liberal. Esto hace sospechar que probablemente hubo negociaciones oscuras para mantener en el engranaje del Estado a los empleados activistas del PN, que en su mayoría, fueron parte de los escandalosos casos de corrupción en que se dilapidó miles de millones de lempiras.
El pueblo debe mantenerse alerta y exigir en las calles el desmantelamiento de las estructuras corruptas dejadas por la narcodictadura, cruzarse de brazos a esperar la negociación con el nefasto PN solo implicará un reparto del pastel para beneficio propio y no para las grandes mayorías.