Por Isyoli Mafú
El 8 de septiembre se hará la convocatoria para las elecciones primarias que se realizarán el 9 de marzo del 2025, es decir, las elecciones internas de cada partido. La aprobación del presupuesto para que el Consejo Nacional Electoral realice las elecciones primarias se encuentra empantanado en la discusión del artículo 3, que lleva como objetivo el adecentamiento de tal proceso, el mismo dice lo siguiente “Para asegurar la integridad de los procesos electorales del año 2025, garantizar el respeto de la voluntad del pueblo hondureño y prevenir todo tipo de fraudes o inconsistencias electorales, el presupuesto especial aprobado en el presente decreto debe garantizar: la implementación del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP)…” .
La manzana de la discordia es precisamente, introducir sutilmente a una Ley de Presupuesto la atribución de realizar todo lo que compete al TREP y tecnología biométrica para detener los escandalosos fraudes de elecciones anteriores, y, que, según los dirigentes de los partidos Nacional y Liberal se le estaría quitando autonomía al CNE.
Al respecto, el concejal del Consejo Nacional Electoral (CNE), Kelvin Aguirre (puesto por el Partido Nacional) manifestó , que, “el Artículo 3 del dictamen de la Ley Electoral, actualmente en discusión en el Congreso Nacional, amenaza la autonomía del CNE… dicho artículo toca aspectos técnicos que podrían comprometer la democracia en Honduras”. Hondudiario (25/08/24)
Según los representantes del Partido LIBRE lo que se pretende es evitar con el artículo 3 es la manipulación de las juntas receptoras de votos, donde se inflan en forma exponencial los votos para favorecer candidatos y elevar el caudal “fraudulento” de los partidos tradicionales.
Elecciones primarias: ¡especialidad en fraudes!
Los fraudes en las elecciones primarias para imponer candidatos es un acto de corrupción muy arraigado en los tres partidos mayoritarios, fueron muy sonados los casos de “voto por voto”, donde Juan Orlando Hernández se impuso a Ricardo Álvarez en el 2012, las diferencias en las tres últimas votaciones del Partido Liberal son abismales en comparación con la reducida votación que ha recibido en las generales, y, en el Partido LIBRE fueron muy sonadas las denuncias de Nelson Ávila Y Wilfredo Méndez en el 2021.
Pero, el premio mayor se lo lleva el Partido Liberal que vence todas las teorías de comportamiento social de la población, al inflar las votaciones primarias de una forma muy descarada. En las elecciones primarias del 2012 obtuvo 719,583 votos y en las generales 632,320, haciendo una reducción de 87,263; en el 2017 en las primarias obtuvo 700,861 y en las generales 484,187 con una reducción de 216,674 y, en el 2021 en las primarias obtuvieron la cantidad de 778,697 y en las generales 335,762 con una reducción de 442,935.
Es muy fácil visualizar que tales votaciones no tienen sentido al comparar las primarias con las generales. Pero, además, se observa que las votaciones 2012 (719,583); 2017 (700,861) y 2021 (778,697), son cantidades que merodean la media aritmética (733,047), mientras que la brecha de reducción en la última elección se abrió abismalmente.
La diputada del Partido PSH, Ligia Ramos, quien apoya el artículo 3, precisamente para adecentar el proceso electoral primario, manifestó “Que me vengan a decir que votar a favor de ese artículo 3 es inconstitucional, es ilegal o que va en contra de la independencia del Consejo Nacional Electoral ya me tienen cansada… inconstitucional fueron las ZEDES, la reelección presidencial, haber destituido a cuatro magistrados de la Sala de lo Constitucional de la CSJ”. Proceso Digital (23/08/24)
La doctora Ramos, alude al cinismo de quienes apoyaron la reelección ilegal de JOH y la venta del territorio nacional a través de las ZEDE, mientras que, ahora, se pumpunean el pecho hablando de constitucionalidad en lo que respecta al CNE.
¿Son las elecciones un acto democrático para el pueblo?
Con todos los casos de fraude y de componendas políticas entre los partidos mayoritarios se demuestra que estamos muy lejos de elecciones transparentes en el país, esto se repite en las primarias y en las elecciones generales con la imposición de diputados y alcaldes.
La oposición a la huella digital para transparentar el proceso electoral es precisamente para seguir haciendo los mismos fraudes donde se violenta e irrespeta la voluntad de la población. En la democracia burguesa se le permite a cada individuo ejercer el sufragio cada cuatro años, mismo que es violentado descaradamente. Al estilo de la curva de Batson, en que, con varios apagones en el 2017, los votos rurales superaron la voluntad de la población, reeligiendo a Juan Orlando Hernández de forma ilegal.
La democracia no solo implica el derecho a votar, y que se respete la decisión mayoritaria del pueblo, sino también el acceso al empleo, a un salario digno, a vivienda digna, educación, y seguridad social para todos.