Por Sebastián Ernesto González           

Lo que parecía una simple amenaza en un cuento de Hollywood, ahora, el cuento se hizo realidad, y, las detenciones masivas a las personas indocumentadas que viven en USA para ser deportados a sus países de origen ya está en marcha, la pregunta que ahora se hacen en toda Latinoamérica es ¿tendrá fin esta cacería humana ordenada por Trump?

Truncado el sueño americano       

En Honduras, el principal motivo para emigrar al país del norte es la enorme crisis económica en que los gobernantes nos han tenido a través de la historia. Salir con una mochila arriesgando la vida y sufrir vejámenes en el trayecto no es una barrera para desistir de alcanzar el famoso “sueño americano” del que tanto se habla, las historias reiteradas de secuestros y de ser convertidos en mula para transportar drogas tampoco son argumentos para desistir, mucho menos  la idea de violaciones o de ser desaparecidos por completo del mapa. Nada detiene a una persona decidida a irse a USA para obtener un estatus de vida.

Encontrar un empleo con salario digno es imposible y, mientras la población sufre miseria, la empresa privada parasitaria aliada con sus políticos títeres siguen empecinados en no aportar a la economía del país y se niegan a dar luz verde a una Ley de Justicia Tributaria que permitiría mayores ingresos para distribuir entre los más necesitados. La falta de empleo, salarios miserables, poco valor adquisitivo de la moneda y la inseguridad que se vive en barrios y colonias que son asediados por las maras, son los alicientes primarios para incentivar a los ciudadanos que emigran con la idea de lograr un empleo que permita mejores condiciones de vida a los familiares.

Si bien es cierto, en alguna ocasión el ahora presidente Donald Trump manifestó que solo serían deportados aquellas personas que tuvieran problemas con la Ley, lo es cierto es que, ahora, cualquiera es detenido para ser enviado de regreso a su país de origen, dejando una vida construida con mucho trabajo en aquel país y retornado tal y como se fue; con una mano adelante y otra atrás.

La reculada del gobierno de Xiomara Castro

En agosto del 2024 la presidenta Xiomara Castro denunció el tratado de extradición a raíz de fuertes injerencias políticas de parte de los emisarios del Pentágono. Luego, en el discurso de fin de año (2024) la presidenta Castro manifestó retirar a los militares estadounidenses del país si se daban deportaciones masivas. En estos dos temas; el de extradición y el de la base militar en Palmerola, han servido para que la derecha con toda su maquinaria mercenaria de la comunicación dedique horas tras horas al tema, arremetiéndola contra el gobierno de Libre, no obstante, lo cierto es que, si Xiomara Castro no hubiera dicho lo que dijo, en nada hubiera cambiado la política de Trump contra los indocumentados hondureños.

Sobre el tema de la extradición, el Canciller de la república, Eduardo Enrique Reina declaró “…el gobierno de la presidenta Xiomara Castro está dispuesto a dialogar y alcanzar acuerdos con la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la extradición”. Noticias 24/7 hn

Sobre el segundo tema, el de la base militar en Palmerola, el Canciller Enrique Reina informó que se renovó por un año más y declaró “La ampliación de este año la hicimos en enero, como normalmente sucede… La ampliación de este tratado demuestra la voluntad de cooperar y seguir trabajando con Estados Unidos en las áreas de interés mutuo, como migración, seguridad, defensa y narcotráfico”. LP (02/02/25) 

Las manotadas dichas por la presidenta Castro más parecen exabruptos antiimperialistas de quien elabora los discursos y que lee la presidenta, ahora, ante la realidad de las deportaciones masivas y el endurecimiento de políticas como represalias, han orillado al gobierno de Honduras a retroceder en sus manotadas sobre la mesa y han generado un cambio de actitud en el gobierno de Libre. Lo cierto en todo este historial vivido desde agosto, es que la actitud agresiva de Trump contra los latinos no los origina las declaraciones de Xiomara Castro, más parece una venganza de Trump por algún amor reprimido que le quedó de alguna vivencia no correspondida. 

Programa “Hermano vuelve a casa” debe ser apoyado por la empresa privada

Para atenuar las pérdidas de los hondureños retornados, el gobierno ha creado el programa “Hermano Vuelve a casa”,  el cual se enfoca en tres medidas urgentes; un bono solidario, apoyo alimentario y un programa masivo de empleo. Si bien es cierto hay que aplaudir la respuesta inmediata del gobierno para atenuar el sufrimiento de los retornados, hay que tener claro que estos paliativos no logran sustituir los bienes perdidos como si hubiera pasado un huracán. Además, cada día aumenta la cantidad de personas que salen en busca de ese sueño americano, es muy seguro que no les importará lo que haga Trump, ante la desesperanza en el país preferirán arriesgar todo e irse en busca de ese sueño.

El gobierno de Xiomara, para financiar los gastos del programa a favor de los deportados y poder garantizar fuentes de trabajo y salarios dignos, debe crear un Plan de Obras Públicas (puentes, caminos, casas, carreteras, escuelas, Hospitales, etc). Estas obras se pueden financiar con un impuesto especial a las ganancias de los grandes empresarios. El COHEP va a brincar y protestar, pero aquí es donde podemos apreciar si la famosa “responsabilidad social empresarial” es demagogia o realidad. Pero el objetivo central debe ser evitar la mayor pauperización de la población de Honduras

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