El pasado jueves era un día más de lucha de resistencia pacífica, el paro sería nacional y convocado por las centrales obreras, CNRP y el Frente de Resistencia Contra el Golpe de Estado, nuevamente el magisterio se uniría a la lucha, todas las oficinas públicas estarían tomadas y muchos de los trabajadores y de la población en general nos preparábamos para asistir a la toma de la carretera del norte, el paro general es por dos días; hoy y mañana.
La convocatoria fue para el jueves 30 las 7 am en la gasolinera Dippsa de “El Carrizal”. Para la salida del norte hay dos carreteras que se interceptan en el lugar llamado “El Durazno”, la carretera vieja que pasa por los barrios marginales de “La Cuesta”, “El Lolo” y otros más, dicha carretera solamente es usada por los residentes en dicho lugar o zonas adyacentes, aunque la calle está muy deteriorada siempre es vehicular. La carretera de paso normal es la que inicia en el barrio “El Carrizal” y hay que avanzar aproximadamente 5 km para llegar hasta “El Durazno”. Para que la toma funcione se tiene que ir hasta este lugar. Llegamos a la gasolinera Dippsa cerca de las 10 de la mañana y nos encontramos con Carlos H. Reyes –candidato independiente por la presidencia de la República y presidente del Stibys- y Juan Barahona dirigente sindical, nos informaron que al grupo de personas que ya había avanzado en horas tempranas los habían reprimido y desalojado, que había un retén 400 mt antes del Durazno y que no dejaban pasar a la gente.
Con una dirigencia improvisadora y que no saben qué hacer nos dicen que nos vayamos por la carretera vieja hacia “El Durazno”, hacemos los comentarios de que es una mala idea ya que la gente que va ir llegando lo hará a “El Carrizal”, pero acatamos en forma disciplinada el recorrido y abordamos un bus con el rumbo señalado y con los líderes sindicales. Avanzamos unos dos y medio kms cuando nos encontramos con manifestantes que tenían tomada la carretera. Una toma sin sentido porque ya describimos que por ahí no hay tráfico vehicular, nos confirman personas que vienen desde “El Durazno” que si los reprimieron, les lanzaron bombas lacrimógenas, los golpearon y detuvieron a varios manifestantes, a los que andaban en carros también se los dañaron y los que andaban en motos las dejaron abandonadas.
A los periodistas de Telesur también les quitaron las cámaras y filmadoras y que también los habían golpeado. Se comunican con la gente que quedó en la Dippsa del Carrizal y les dicen que se tomen esa parte, así siempre se tendrían tomadas las dos salidas. Después de un momento nos llaman los amigos y amigas de que los están desalojando de la Dippsa, nuevamente corridas, bombas lacrimógenas y golpeados, avanzan corriendo hacia la zona de la Torocagua y los policías siguiéndolos detrás.
Nos llaman nuevamente que ese grupo de policías se ha quedado en la gasolinera Esso que está en la Torocagua. tomamos la decisión de retroceder marchando hacia la Torocagua para reagruparnos en el mercado Zonal Belén. Hasta ese momento los que andamos en la carretera vieja caminamos por una de las zonas más miserables de Comayagüela, el asfalto de 25 años atrás de la carretera a desaparecido por completo y ya solo es un camino de herradura, a ambas orillas de la carretera salen pobladores con ojos impávidos y bocas hambrientas a contemplar la marcha, son los pobres abandonados de la capital, son los que forman parte del cordón de miseria, ese cordón que como gran obra maestra han realizado los grupos oligárquicos del país y de lo cual se sienten muy orgullosos pero que no presentan en los anuncios televisivos de las marchas por “La Paz”.
¡Provocación y represión!
Al salir a la calle pavimentada nos ordenamos e iniciamos la marcha por el famoso aserradero “Sansoni”, en ese momento visualizamos que atrás de nosotros viene un gran pelotón de la policía, vienen con paso apresurado y la marcha acelera el paso. Hemos avanzado 400 metros cuando unos 5 policías tratan de acercarse a la cola de la marcha, seremos cerca de 300 personas, más atrás de los 5 policías viene el pelotón, serán unos cien. Unos cuantos manifestantes tienen piedras en las manos, los policías apresuran el paso blandiendo los toletes y agitando los escudos, vienen a unos cincuenta metros detrás, más allá el pelotón completo. Los policías la arremeten contra algunos vehículos que vienen detrás, golpean las latas con los toletes, los rostros que traen son de “perros de guerra” y salen algunas piedras de los manifestantes, estos se cubren con los escudos y también lanzan piedras, no les importa que en el paso hay vendedores, niños, personas de la tercera edad, su intención es bestial; alcanzar a la presa y triturarla. La gasolinera Esso está después de una leve curva en la Torocagua, nosotros vamos en ese momento por ahí, vamos al final de la marcha y los de adelante ya van terminando la curva, vemos la punta correr hacia el otro lado de la calle, en ese lugar está la gasolinera Texaco, no entiendo en ese momento porque se cambian de calle…pasan segundos y veo que el pelotón de la Esso viene hacia nosotros, atrás están los que nos vienen siguiendo desde “El Lolo”, ¡No hay escapatoria!, corremos también hasta la Texaco al otro lado de la calle, cruzamos la gasolinera y lo que hay es un muro de dos metros de alto, los primeros ya lo han saltado y sin saber hacia dónde nos conduce también lo saltamos, cruzamos el área de una iglesia, llegamos a un patio lleno de maleza y rodeado de paredes, ¡Estamos atrapados!, a nuestra izquierda un camino en pendiente lleno de zacate y maleza, solo se puede avanzar en fila india, lo subimos creyendo que encontraremos una calle abierta y que burlaremos a los opresores. Salimos y no hay calle, lo que hay es otro patio cercado con buses adentro, buscamos con nuestras miradas las salidas y ya no se puede correr, nos tienen cercados, somos 80 personas las que estamos ahí pero ellos son más de 80 policías…alguien grita ¡Nos rendimos! En medio del pavor pienso: “si tuviéramos armas igual que los gorilas no nos rediríamos”. ¿Nos rendimos de qué? Hasta ese momento fueron los policías los que nos venían provocando, nos hicieron una encerrona. Alguien grita; ¡levantemos las manos!
Nos golpearon salvajemente y nos robaron las cámaras
Todos levantamos las manos para no dar motivo de que nos asesinen, ya nos apuntan con sus rifles y sus 9 milímetros, nos gritan: ¡todos al suelo con la cabeza hacia abajo! Nos tiramos, comienzan a golpear a la gente, escucho los quejidos de dolor pero no permiten que levantemos las cabezas, nos amenazan igual que lo hacen los delincuentes que asaltan casas y me pregunto: ¿No serán estos los que asaltan las casas? Durante unos 20 minutos golpean gente, solo escucho los gritos de dolor y los insultos de los policías, somos unas 80 personas y ellos tratan de identificar a los más jóvenes, a los que tiraban piedras, después de haber abierto varios cráneos nos registran los morrales y las mochilas, nos agarran las cámaras con el pretexto de que les hemos tomado fotografías, lo hacen sin que levantemos las cabezas para que no les miremos el rostro; ¡Actúan al igual que los delincuentes atacando a sus víctimas ! Una vez agarradas las cámaras y un montón de compañeros manando chorros de sangre de sus rostros nos paran, nos dicen que en fila india con las manos arriba. ¿Cuál es nuestro delito?... Es acatar un artículo de la Constitución de la República que nos llama a la insurrección Popular y a la desobediencia civil ante un régimen de facto. Nos sacan del lugar y nos colocan a orilla de la calle, todos sentados con la cabeza entre las piernas y nuevamente buscan a los jóvenes, tratan de identificar a los más aguerridos, estos son muchachos que generalmente son estudiantes de secundaria o universitarios. Nuevamente los golpean y nos insultan, insultan a Carlos H. Reyes, a Juan Barahona y a todos, se acercan al que está a la par mía y lo acusan de ser uno de los que lanza piedras, le pegan con los toletes en la cabeza y yo solo escucho los quejidos de dolor y veo por entre las piernas que de su boca mana sangre en chorros, luego “la bestia” se para frente a mí y me pregunta que a qué me dedico, le contesto sin verlo al rostro que soy profesor, me lanza una tendalada de improperios y se queja comparando su salario con el mío…no puedo verlo pero en mi pensamiento el pavor se confunde con lo cómico, ha pasado más de media hora, en todo este tiempo los celulares suenan y nadie puede contestarlo, los ojos de las bestias están enfurecidos y desorbitados, nos registran nuevamente los morrales y las mochilas y mi temor se acrecienta al pensar en la memoria que ando, un CD y seis periódicos que condenan el golpe de estado, el pánico se apodera de mi y pienso como deshacerme del morral, pienso en dejarlo atrás de mi pero ellos lo notarán, son muchos los que hay enfrente de nosotros, pienso en que tal vez nos dejen libre pero no es así, nuevamente nos paran y nos dicen que nos agarremos de las manos, observo a Carlos H. Reyes, Juan Barahona, a Maximiliano y otros más. Nos dicen que avancemos hacia la pavimentada en fila, caminamos y yo soy el segundo de la fila, primero era uno de los últimos y ahora soy el segundo, caminamos y en la esquina veo a Andrés Pavón –director del CODEH-tomando fotografías, un policía le dice a otro que le quite la cámara, le dicen que guarde la cámara y Andrés les contesta que es de los derechos humanos. ¿Cuáles derechos humanos? Le responden. Cruzamos la calle hacia la gasolinera Esso, en ese momento levanto la cabeza, si alguien toma fotografías entonces me reconocerán-pienso-. En la gasolinera estaba un batallón completo, había dos barreras de policías y al final de esta una patrulla lista para montarnos de diez en diez. Fui el segundo en subir y ahora me preocupaba más el morral, nos llevarían a una posta y ahí me registrarían lo que andaba. Una señora se acerca a la patrulla y comienza a pedir nombres y números telefónicos para avisar, le doy el mío y luego se me ocurre entregarle el morral para que me lo guarde y… ufffff, respiro tranquilo.
¡Asesinan maestro del COPEMH!
La patrulla sale hacia la cuarta estación policial, queda después del mercado zonal Belén, cincuenta metros antes de llegar al mercado veo el carro picop de la resistencia y los manifestantes que habían desalojado desde la Dippsa en El Carrizal , veo molote y la patrulla da vuelta en U, al terminar de dar la vuelta veo una piedra lanzada por uno de los manifestantes, no recuerdo donde pegó la piedra, luego más piedras… el carro acelera la marcha y uno de los dos policías que nos custodiaba atrás de la paila cae, lo observo tirado en el piso y le toco la lata a la patrulla y le grito al chofer que uno de los policías se calló. Esta para y el segundo policía se baja -con la escuadra en la mano- e inmediatamente les digo a los compañeros que nos bajemos, ninguno me hace caso y en milésimas de segundo tomo la decisión: Me paro y doy un salto por entre los tubos de la patrulla y corro a toda velocidad diez metros internándome en los puestos de la acera aledaños al Zonal Belén, en mi pensamiento solo sigue la del policía avanzando hacia su compañero con la escuadra en la mano.
Han pasado 30 segundos y voy entre los puestos siempre observando la calle, escucho varios disparos, salgo de los puestos y al primero que encuentro es a un primo. Observo al otro lado de la calle un tumulto de personas alrededor de un cuerpo, cámaras y filmadoras, y después del cuerpo-en la otra acera- los manifestantes lanzándole piedras a una cortina, adentro del negocio estaban los que habían disparado. Sigo mi paso hacia abajo y el molote queda atrás, el asesinado queda atrás.
La policía golpista ha hecho un nuevo mártir de la lucha: Han asesinado con una bala en el cráneo a Róger Abraham Vallejos Osorio, maestro afiliado al COPEMH y laboraba de Secretario en el Instituto san Martín del Centro de Tegucigalpa.
Sigo mi camino y pienso en los detenidos que quedaron atrás de mí, ahí estaban Carlos H. Reyes, Juan Barahona, Maximiliano y más de 70 que llevarían detenidos como presos políticos, varios con las caras chorreando sangre y los cráneos abiertos. Aún no sé nada de Sebastián, recibo una llamada entonces, no está detenido pero tiene una herida en la frente.
¡La represión fue a nivel nacional y la prensa mediática sigue su plan de desinformación!
Recibimos noticias de que en todo el país reprimieron la toma de carreteras, hay muchos heridos, golpeados y detenidos. El Comisionado de los derechos Humanos – Ramón Custodio López- alias “Bala de goma”, sin duda alguna que saldrá defendiendo y justificando a los asesinos y represores. La prensa mediática resaltará en los noticieros de hoy y los periódicos de mañana el gran incendio que hubo en la madrugada de hoy Jueves en los mercados de Comayagüela: San Isidro y Colón, hecho que me atrevería a apostar que fue ocasionado por los mismos golpistas para no informar sobre la represión de hoy y resaltar el pavoroso incendio.
¡Por la Unidad de los trabajadores de Centroamérica!
¡Por un gobierno transitorio compuesto por los dirigentes populares!
¡Por el derecho a la autodefensa!
¡Por una Asamblea Nacional Constituyente, Libre, Soberna e Independiente!
Tegucigalpa, M. D. C. 29 de julio de 2009.