Por Oliverio Mejía

El primero de julio de 1944 renunciaba el dictador Jorge Ubico Castañeda, tras una serie de movilizaciones populares, las cuales le obligan a dejar el cargo, asumiendo el poder un triunvirato militar conformado por los generales Eduardo Villagrán, Buenaventura Pineda y encabezado por Federico Ponce Vaides.

Estos generales de línea ubiquista debían esperar a que el Congreso convocara a nuevas elecciones para que estas se realizaran, pero las tropas al mando de un coronel por órdenes de Ponce Vaides, quien fue calificado como continuador de la dictadura sin Ubico­, mandó a intervenir y clausurar el Poder Legislativo, el cual de por sí era una farsa al servicio de la dictadura.

Esto continuó la situación de crispación social y movilización por unos meses más, aunque con mayor control y represión de la dictadura, hasta que una asonada militar dirigida por los coroneles Javier Arana y Jacobo Árbenz se levantó contra tal gobierno, apoyado por una movilización popular, instaurando la Junta Revolucionaria de Gobierno (JRG). Este fue realmente el primer gobierno de la revolución el 20 de octubre de 1944, conformada por estos dos militares y el civil Jorge Toriello, que representaba un ala democrática de la burguesía emergente antioligárquica.

Cómo Ubico se encumbró en el poder

Ubico tomó el poder en 1931, después de un periodo de gobiernos con cierta fachada democrática, producto de la caída de otro dictador, Manuel Estrada Cabrera en 1920, en una insurrección cívico-militar dirigida por el Partido Unionista. Los gobiernos subsiguientes continuaron con la dependencia con el imperialismo estadounidense, como el mantenimiento de las concesiones a empresas trasnacionales fruteras en las costas de Guatemala. Existió una relativa atmósfera de ejercicio de las libertades, por ejemplo, aumento de la participación gremial, se organizaron más sindicatos, los cuales realizaron luchas laborales de importancia, formando las primeras centrales sindicales influidas por el Partido Comunista de Guatemala (PCG) y su matriz regional el Comunista Centroamericano, aunque también por otras expresiones como el anarcosindicalismo y corrientes ligadas al sindicalismo pro patronal.

De igual forma se organizó el movimiento estudiantil universitario, donde la universidad pública sufrió una metamorfosis, estableciendo cierta autonomía; así, junto a la naciente Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU), se fue dando vida a otras asociaciones de facultades más antiguas y dando vida a otras nuevas. Así también, influido por los sucesos de la Reforma Universitaria de Córdoba en Argentina, se sintió esa onda, exigiéndose los pilares de ésta como el autogobierno estudiantil y otros elementos, organizándose movimientos de esa índole que fueron suprimidos durante el gobierno de Ubico. La autonomía universitaria se conseguirá con la Asamblea Constituyente de 1945 y el gobierno de la JRG.

El gobierno de Ubico asume poderes totalitarios después de unas accidentadas elecciones donde obtiene la mayoría legislativa en una elección calificada de fraudulenta. Ubico reflejaba los intereses de la burguesía agro exportadora, que se mostraba ansiosa por la crisis capitalista mundial de 1929 y la subsecuente caída de los precios del café. De hecho, las fraudulentas elecciones en el vecino El Salvador y la insurrección campesina e indígena de 1932 orientada por los comunistas, encendieron las alarmas en el dictador, lo cual llevó a una feroz represión hacia el movimiento sindical y estudiantil, así como al descabezamiento del Partido Comunista, el cual será reconstruido hasta 1949.

Durante el gobierno de Ubico se fueron suprimidas las deudas impagables de los jornaleros, procedentes de las comunidades indígenas en su mayoría, en las fincas cafetaleras para la exportación en 1934, suprimiendo el Reglamento de Jornaleros de 1877. Pero para seguir garantizando la fuerza de trabajo forzada se elaboró las leyes de Vagancia y Viabilidad, las cuales obligaban a los campesinos con poco o nula tierra a trabajar para las fincas y en obras públicas viales.

Esto provocó rebeliones indígenas después de muchos años de cierta pasividad, estas de carácter local como fueron las de Nebaj en 1936 y Tacaná en 1937, y la de Patzicía en 1944, promovida por militares ligados a Ponce Vaides durante el gobierno revolucionario. El tema del localismo de estas rebeliones consideramos que se debe a dos factores, uno el carácter encuadrador del modelo de la finca agroexportadora y su necesidad de fuerza de trabajo, y lo otro a los aspectos comunitarios de los pueblos mayas. En el caso de la rebelión de Patzicía los indígenas, aprovechando el contexto nacional de derrocamiento a Ubico, se levantaron contra los ladinos que monopolizaban el poder político local y que se sumaron a apoyar al gobierno revolucionario.

Jornadas de Junio: marchas contra el general Ubico

En junio de 1944 el magisterio organizó una manifestación de repudio al régimen represivo del general Jorge Ubico Castañeda. El Decano y el secretario de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional fueron destituidos y se nombró en su lugar a personas afines a la dictadura. Esto último provocó una reacción estudiantil de repudio, que añadió fuerza al movimiento. Se declaró la huelga general en la Facultad, hasta que fueran satisfechas las demandas enunciadas. En esa forma, como lo aseveró Manuel Galich, `habían comenzado las jornadas de junio'.

Los estudiantes plantearon tres demandas al gobierno de las cuales se aceptaron dos: el Ideario Universitario, que era una declaración de principios entre los que se incluía la autonomía de la Universidad, entre otros postulados cívicos y políticos; y, por otro lado, un decreto en el que se declaraba a los miembros del magisterio nacional como integrantes de la AEU.

Los abogados se solidarizaron públicamente con el movimiento, así como otros grupos de profesionales, intelectuales y del sector productivo, que también apoyaron abiertamente la huelga general y, específicamente, la terminación de la dictadura. La Historia General refiere: “El sábado 24 de junio, a las 11 de la mañana, con las manos juntas a la espalda, los estudiantes desfilaron por las principales calles de la ciudad, hasta la Legación de Estados Unidos de América (hoy 12 calle y 8ª. avenida zona 1). A las cuatro de la tarde, se presentó al Presidente de la República un memorial en el que se pedía el inmediato restablecimiento de las garantías constitucionales. El documento se conoció como Memorial de los 311, por el número de ciudadanos que lo suscribieron, con firmas legibles, y sus efectos fueron demoledores en la moral del dictador y la de sus cercanos colaboradores, no sólo por su contenido sino por la representatividad política y social de los signatarios”.

Por la tarde de ese día hubo otra manifestación de estudiantes, maestros, profesionales, comerciantes, obreros, amas de casa, e inclusive niños, refiere el texto. “Los establecimientos comerciales cerraron sus puertas, aunque no se produjeron enfrentamientos directos. Con el objeto de intimidar a la población, el gobierno destacó contingentes de policías y soldados armados, que agredieron a pacíficos ciudadanos en varias zonas de la ciudad, con cauda de numerosos presos, heridos y varios muertos”.

El 25 de junio, había nuevas marchas en el hoy Centro Histórico. Hubo detenidos y golpeados. Un nuevo intento de manifestación del pueblo -una procesión de mujeres de las principales familias, que salieron del Templo de San Francisco- había sido disuelta en una forma mucho más dura que la de la mañana… El saldo de ese día fue una mujer muerta, la profesora María Chinchilla, por arma de fuego, y otras personas heridas o quemadas de modo grave.

A pesar de la restricción de las garantías constitucionales, el lunes 26, y los subsiguientes hasta el 30 de junio, muchos profesionales, estudiantes, obreros y comerciantes, hombres y mujeres de las familias más conocidas de la ciudad suscribieron memoriales dirigidos a Ubico, en los que se denunciaban los acontecimientos y se planteaba como única y urgente solución la renuncia del gobernante.

La caída de Ubico

Producto del ambiente de derrota del fascismo tras finalizada la Segunda Guerra Mundial, y de las llamadas cuatro libertades, se organizan grupos inspirados en el ideal democrático, tal como el Partido Social Democrático, formado por intelectuales, profesionales y pequeños empresarios que no se beneficiaban del modelo agroexportador. Los maestros iniciaron las protestas debido a que Ubico decretó un incremento salarial a los empleados públicos del 15%, pero solo para aquellos que ganaban menos de Q 15 mensuales, lo que dejó fuera a los docentes.

De igual manera, intervienen los estudiantes como sector organizado, estos procedentes sobre todo de las capas medias, primordialmente de las Facultades de Derecho y Medicina, las más longevas y con asociaciones estudiantiles más añejas. Estos estudiantes reorganizaron sus asociaciones y le dieron nuevamente vida a la AEU, aun en un ambiente represivo, la cual fue suprimida durante Ubico.  Estos formaran por su parte el partido Frente Popular Libertador (FPL) con una clara orientación revolucionaria democrática, que será sostén de los gobiernos revolucionarios de Juan José Arévalo y Árbenz.

Otro sector que se suma a la rebelión son los estudiantes de educación media, de la Escuela Normal para Varones para formación docente, el Instituto Central para Varones y el Instituto Normal Central para Señoritas Belén con las mismas características del primero, que exigirán al gobierno de Ponce Vaides la desmilitarización de estos y cuyos lideres más sobresalientes también forman parte del FPL.

Estos sectores protagonizaran junto los militares jóvenes la rebelión del 20 de octubre, con la toma del cuartel de Matamoros en la Ciudad de Guatemala, que llevará a la JRG al poder y la cual instalará la Asamblea Nacional Constituyente que promulgará una Constitución que reconocerá los derechos políticos y civiles de la mayoría, se fomentara la organización sindical y campesina y avanzara a la solución de problemáticas estructurales desiguales como fue la reforma agraria, interrumpida por la contrarrevolución de 1954.

El surgimiento de nuevos partidos

Durante los años de la revolución caracterizada como democrática burguesa,  se conformaran un sinfín de partidos políticos, el Libertador Progresista del ubiquismo desparecerá pero los sectores derechistas organizaran sus propios partidos los cuales fueron impopulares. Del lado de la revolución y por ende del oficialismo, ademas del FPL ya descrito, se formara el Frente Nacional Revolucionario, el Partido de Acción Renovadora formado por maestros y que sera el mas afin a Arevalo, el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) refundado por los comunistas, el Partido Revolucionario Democrático, la Vanguardia Democrática Guatemala, Partido Renovación Nacional que represento al ala burguesa de la revolución, el Partido Revolucionario Guatemalteco que fue un intento del gobierno de Arbénz de unificar a todos los partidos gubernamentales; así como el Partido Revolucionario Obrero Guatemalteco el cual fue efímero y fue un intento de actores comunistas que buscaron mantener cierta independencia a los gobiernos de la revolución sin haber sido de la oposición conservadora.

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