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Por Victoriano Sánchez

El pasado 7 de Marzo se realizó las elecciones regionales en la Costa Caribe de Nicaragua, sin resultados espectaculares. Las dos ramas de la oposición burguesa, el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) que dirige el ex presidente Arnoldo Alemán, y el Movimiento Vamos con Eduardo (MVE), que dirige el disidente liberal, Eduardo Montealegre, a pesar de encontrarse en un proceso de unidad, marcharon por separado, cada quien inscribiendo sus propios candidatos.

Un poco de historia

La Costa Caribe de Nicaragua tiene una historia muy particular. Nicaragua es junto a Guatemala y la isla La Española (ahora Republica Dominicana), uno de los pocos territorios en que se produjo una doble colonización por parte del imperio español e ingles. En Republica Dominicana la doble colonización se produjo por parte del imperio español y Frances, dando origen esta ultima ocupación a lo que actualmente es Haití.

En el caso de Centroamérica, la ocupación inglesa produjo una nación independiente, arrebatando una porción del territorio a Guatemala, dando origen a Belice. En Nicaragua, el territorio de la nación misquita abarcaba una parte de Honduras, la costa caribe de Nicaragua, y una porción de la costa caribe de Costa Rica. Se discute mucho si realmente existía una nación misquita en formación o en ciernes, pero la verdad es que la prolongada ocupación inglesa estaba creando las condiciones para repetir la experiencia de Belice.

Fue hasta el año 1894, cuando Nicaragua, bajo el gobierno nacionalista de José Santos Zelaya, con el apoyo militar de los Estados Unidos, reincorporó para si el territorio de la Mosquitia, el cual nunca le perteneció. Este fin de la ocupación inglesa no fue con fines benéficos, sino que obedecía el interés de Estados Unidos de construir un canal interoceánico en donde no tuvieran ingerencia las potencias europeas.

La llamada reincorporación de la Mosquitia significó para la población indígena una mayor opresión. A pesar de que el general Zelaya se comprometió a respetar las costumbres, idioma y las tierras comunales, comenzó un proceso de despojo y de entrega de los recursos naturales a las empresas extranjeras. Esta situación de explotación y despojo permaneció incólume todo el siglo XX y la revolución sandinista (1979-1980) no produjo cambios sustanciales.

La mala experiencia con el gobierno sandinista

Al contrario, el gobierno sandinista continuó con una política nefasta de erradicación del idioma y costumbres de los indígenas, quienes eran socialistas instintivos en el desarrollo de sus comunidades. El resultado fue fatal: miles de indígenas engrosaron se levantaron en armas y engrosaron las filas de la contrarrevolución armada.

El crecimiento del ejercito contra representaba un peligro militar real en la costa Caribe lo que obligó al gobierno sandinista a publicar en Octubre de 1987 el Estatuto de Autonomía para las regiones de la costa atlántica, iniciando un proceso de reconciliación con las minorías étnicas: misquitos, sumos y ramas. El resultado de esta política de reconciliación fue sorprendente, pero las heridas causadas todavía no han sanado.

En términos generales, desde 1990 en adelante, la costa Caribe ha sido bastión del PLC, a pesar que fue el liberalismo quien reincorporó brutalmente la costa Caribe al Estado de Nicaragua. El sentimiento antisandinista de los indígenas fue canalizado hábilmente por el PLC.

Autonomía formal

El Estatuto de Autonomía creó ilusiones de que las cosas mejorarían para los indígenas, pero la realidad fue diferente. El Estatuto de Autonomía fue una declaración de buenas intenciones que fue reglamentado mediante el Decreto Legislativo No 3584, ni siquiera fue a través de una ley, con fecha de Octubre de 2003, es decir, 16 años después de haberse aprobado el Estatuto de Autonomía.

En esos años, los Concejos Regionales Autónomos no tomaban las decisiones, sino que solamente eran consultados, al final las concesiones  y las decisiones mas importantes eran tomadas en Managua. Los gobiernos regionales bajo la conducción del PLC no mejoraron esa situación, lo que provocó una desilusión muy grande, que incidió en la elevación del índice de abstención electoral.

Resultados del 2006

En el año 2006, según los datos oficiales del Consejo Supremo Electoral (CSE), acudieron a votar 100,352 personas de un padrón electoral de 226 mil personas, registrando 92,849 votos válidos. Ese año la abstención alcanzó el 55% del padrón electoral.

En la RAAN de 58,467 votos válidos, el PLC obtuvo 20,971 votos, equivalentes al 35.85 %; el FSLN obtuvo 18,127 votos, con un 31 %; Yatama obtuvo 12,019 votos con un 20.56 %; ALN- PC obtuvo 3,161 equivalente al 5.42

En la RAAS de 34,382 votos válidos el PLC obtuvo 16,468 votos, equivalente al 47.90 %; el FSLN obtuvo 7,282 votos alcanzando el 21.18 %; ALN obtuvo 5,463 votos alcanzando el 15.89 %) y Yatama obtuvo 3,172 votos, equivalentes al 9.23 %.

En total, en el año 2006, el PLC obtuvo el apoyo del 40.31 % , el FSLN el 27.37 %, seguido de Yatama con el 16.36 %, la ALN-PC con 9.29 %, el MRS el 2.89 %, Camino Cristiano el 1.59 %, el APRE el 1.56 % y el Partido Movimiento Unidad Costeña (PAMUC), que únicamente presentó candidatos en la RAAN y obtuvo el 1.36 por ciento de los votos.

Resultados del 2010

El Instituto para el Desarrollo y la Democracia (IPADE) de origen sandinista dio como vencedor al PLC tanto en la RAAS como en la RAAN con un 42 por ciento de los votos válidos a su favor. El organismo Ética y Transparencia (E y T) denuncio la mala calidad de la tinta indeleble. Todos los partidos denunciaron irregularidades, pero estas denuncias no cambian los resultados electorales.

El nivel de abstención en las elecciones regionales ha aumentando en el tiempo: 22% en las primeras votaciones de 1990, 62% en 2002 y 55% en las elecciones del 2006 para aumentar al 64% en las pasadas elecciones del 7 de Marzo.

En las elecciones de este año, de un total de 290.000 inscritos en 936 Juntas Receptoras de Votos (JRV), sólo un poco más de 100.000 personas acudieron a votar, de éstos se registran 73.000 votos validos, una disminución de la cantidad de votos que refleja menor participación ciudadana.

Participaron 8 partidos o alianzas políticas: FSLN, PLC, Yatama (Hijos de la madre tierra, en lengua miskita), Camino Cristiano Nicaragüense (CCN), Alianza Liberal Nicaragüense (ALN),Alianza por la Republica (APRE), la Unión Demócrata Cristiana (UDC) y el Movimiento de Unidad Cristiana (MUC)

RESULTADOS ELECTORALES

Partido

RAAN

Porcentaje

RAAN

RAAS

Porcentaje RAAS

Total de Votos

FSLN

29,297

43,86%

11,684

34,59%

40,981

PLC

10,037

28,50%

12.636

37,40

31,673

YATAMA

13,937

1,368

15,305

CCN

563

0,84%

1,017

3,01%

1,580

ALN

2,930

4,39%

4,199

12,43%

7,129

APRE

106

0,16%

941

2,79%

1,047

UDC

547

0,82%

1,153

3,41%

1,700

MUC

386

0,58%

785

2,32%

1,171

100,586

Bipartidismo y statu quo

El resultado global de las elecciones regionales arroja que el FSLN retuvo el control del Consejo Regional de la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN) mientras que el PLC mantuvo el control del Consejo Regional de la Región Autónoma del Atlántico Sur (RAAS). Quienes pensaron que estas elecciones permitirían la quiebra del bipartidismo se han llevado una tremenda decepción.

En la RAAN el FSLN logra mantener el control por que la alianza con YATAMA, partido indígena regional, impide que ese electorado antisandinista se agrupe bajo la bandera del PLC, como había ocurrido en los años anteriores. Con los votos de YATAMA, el FSLN puede escoger libremente al gobernador regional.

En la RAAS, la situación es diferente. No existe una amplia población misquita, como en la RAAN, sino que la mayoría de los pobladores son negros o creoles. En la RAAS se sintió la división de los liberales. El MVE no se alió con el PLC sino con sus antiguos aliados de ALN, quienes mantienen una sólida alianza con el FSLN a nivel de la Asamblea Nacional. Eduardo Monteleagre aparece como el gran perdedor ante la maquinaria del PLC.

Aflora la división entre liberales

Sin embargo, esta es una visión superficial. No hay duda que la RAAS ha sido bastión del PLC, pero Eduardo Montealegre, al parecer, no está interesado en ganar las elecciones en una región pobre y marginalizada, sino en ganarse el lugar como líder de la oposición unificada contra el gobierno sandinista, obligando a Arnoldo Alemán y al PLC a desenmascararse ante las bases el liberalismo como una corriente que pacta permanentemente con el FSLN. Montealegre juega a ser el ala radical de la alianza antisandinista en las próximas elecciones presidenciales.

Independientemente del resultado electoral, en donde se mantiene el statu quo, en donde el FSLN y el PLC se han repartido una región autónoma cada uno, con escaso margen de votación de diferencia en el caso de la RAAS, es obvio que el PLC está llegando a acuerdos preliminares con el FSLN, los que se reflejarán inevitablemente en la próxima elección del combo de 25 magistrados.

De confirmarse esta variante, quedaría claro que Arnoldo Alemán esta maniobrando, lavándose la cara, pero que esta dispuesto a jugar el rol de subordinado en el marco del bipartidismo, soportando la hegemonía del FSLN, mientras Montealegre quiere aparecer como un firme opositor.

Una vez más: debemos crear una alternativa independiente

Las elecciones regionales demostraron que el pueblo costeño no tiene alternativa política. Se requiere reformar la Ley Electoral para resucitar las asociaciones de suscripción popular, para que los ciudadanos se presenten a cargos de elección popular, sin tener que enlistarse en los partidos políticos tradicionales.

Pero, sobretodo, se requiere construir un gran partidos de los trabajadores negros, miskitos, sumus y ramas, que sea independiente del FSLN y del PLC, las dos nuevas paralelas históricas. Desde ya, a pesar de reciente formación, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) da un paso al frente en esta histórica tarea de conformar una dirección revolucionaria, que luche de manera consecuente por la libertad y la autonomía de las etnias de Nicaragua y Centroamérica.

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