Por Sebastián Chavarría Domínguez
En Nicaragua, desde 1990 en adelante, el gremio del sector transporte, en cualquiera de sus modalidades, ha estado influido políticamente por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), pero en Mayo del 2007, recién inaugurado el segundo gobierno de Daniel Ortega (2007-2012) el sector transporte realizó un descomunal paro nacional de 11 días que obligó al gobierno a subsidiar el precio de los combustibles a todas las modalidades, incluidos los taxistas, a razón de $ 1,30 dólares por cada galón (una rebaja del 33%) quedando el precio en $3,15 por galón, el más bajo de Centroamérica en ese momento.
Alza constante de los combustibles
Lo que fue un refrescante paliativo hace 5 años, hoy resulta insuficiente, ante el alza constante de los combustibles. Todas las modalidades del transporte han presionado por la reducción de precios, o el alza de tarifas en el sector del transporte Público.
Recientemente el Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI) autorizó alzas promedio entre el 15y 20% en las tarifas del transporte interurbano, el que viaje a los departamentos. El subsidio al sector transporte se ha convertido en una pesada carga económica para el gobierno.
Los susidios al sector transporte siempre han desatado enormes polémicas. Cuando el FSLN estaba en la oposición y utilizaba los paros del transporte para golpear a los gobiernos de turno, la derecha criticaba virulentamente los subsidios. Pero ahora que el FSLN está en el gobierno, los roles se han invertido, por que la derecha presiona por los subsidios, manipulando hábilmente el hecho públicamente conocido que el gobierno maneja los recursos de Petrocaribe, pero que el precio de los combustibles es el mas alto de Centroamérica.
Exigen más subsidios
El subsidio al sector selectivos de taxis es duramente cuestionado por la opinión publica, debido a que este sector no tiene regulación de tarifas, se mueve por la oferta y la demanda, y los taxis son utilizados generalmente por la clase media baja, que paga por lo menos dos dólares por una carrera corta.
Douglas Vásquez, responsable del Departamento de Tarifas e Itinerarios del MTI reconoció que unos 24 mil taxistas a nivel nacional reciben subsidio: por cada galón de diesel, los taxistas reciben un descuento de 20 córdobas (83 centavos de dólar), y de 16 córdobas (66 centavos de dólar) en las gasolinas, con derecho de adquirir con ese beneficio cinco galones por día.
El subsidio se adelgaza en la medida en que continúan subiendo los precios de los combustibles a nivel internacional. José Merlo Mendoza, Presidente de la Unión de Cooperativas Independientes (UCI), ligada anteriormente al Partido Liberal Constitucionalista (PLC) que todavía dirige Arnoldo Alemán, encabeza las demandas exigiendo un subsidio de US$3.5 diarios, es decir, cuadruplicar el subsidio actual.
Esta reivindicación atrajo un sector de las cooperativas de taxis, quienes pasaron a la lucha a finales de septiembre, tomándose las rotondas en Managua.
El problema de las “caponeras”
Detener la incontrolada proliferación de moto-taxis en Managua fue otra de las reivindicaciones de los taxistas. Muchas de las nuevas “caponeras” son manejadas por militantes del FSLN que estaban en el desempleo, y ahora tienen un instrumento de trabajo. No obstante, esta nueva camada de taxistas viene a saturar aun más el desvencijado sistema selectivo de taxis, que ha sido utilizado por las diferentes administraciones edilicias como un mecanismo de clientelismo político
Garrote y más garrote
Tras varios días de protestas, quema de llantas y obstaculización del transito, el gobierno respondió a garrotazos, encarcelando a los activistas y abriendo procesos penales contra sus dirigentes. La primera que vez que observamos una criminalización de las luchas obreras y sociales, fue el año pasado en ENACAL. Pero en esta ocasión, es la primera vez que el gobierno sandinista reprime y abre procesos penales contra luchadores sociales, decretando incluso prisión preventiva por delitos menores.
El mensaje es claro: el sector transporte no puede levantarse contra el gobierno, ni cuestionar la política de subsidios. Mientras esto ocurre, los partidos de la derecha son abanderados de los subsidios que antes criticaban. Podemos debatir si los taxistas tienen derecho a un subsidio o no, pero mientras tanto los socialistas centroamericanos exigimos su libertan incondicional y rechazamos ese peligroso precedente de criminalizar las protestas sociales.