Por Melchor Benavente
Desde finales de septiembre los trabajadores de la Mina El Limón y Santa Pancha, en el municipio de Malpaisillo, departamento de León, vienen protagonizando una histórica lucha por la defensa del convenio colectivo, que los ha llevado incluso a librar batallas campales contra la Policía Nacional.
Mientras el gobierno sandinista se ufana de haber reducido considerablemente la pobreza, y de pregonar la estrategia de diálogo y negociación con los empresarios del COSEP, actúa de manera diferente con los trabajadores mineros, autorizando el despido de los dirigentes sindicales.
El tranque de la discordia
Como un mecanismo de presión, los trabajadores colocaron un tranque en la entrada principal de la Mina, paralizando las actividades extractivas. La empresa B2gold llamo a la Policía Nacional y esta se hizo presente con las tropas especiales.
El joven oficial Kevin Isaú Valle Carrasco, murió a pedradas durante un enfrentamiento con pobladores de la Mina El Limón, que se resistían a abandonar el tranque, a pesar de los gases lacrimógenos.
Durante el enfrentamiento, los pobladores atacaron la sección de la Policía en ese poblado, quemando una camioneta, hiriendo a 23 policías, reteniendo a 15, apoderándose de sus armas. Al final los policías retenidos fueron entregados desarmados a la Iglesia Católica. La Policía Nacional calificó los hechos, no como una protesta social, sino como producto de la actividad delincuencial.
El chantaje de B2gold
La producción de la mina El Limón equivale al 30% de la producción nacional de oro. Ante la lucha inclaudicable de los trabajadores, la empresa B2golkd amenazó con cerrar la mina, y abandonar el país, pretendiendo asustar a los pobladores con el fantasma del desempleo.
Venturo reconoce que es una lucha obrera
Mientras la Policía Nacional califica a los manifestantes como “delincuentes”, Pablo Venturo, gerente de la transnacional B2Gold, radicada en Nicaragua, reconoció que el mismo grupo de trabajadores ha protagonizado tres luchas en lo que va del año 2015: “Exactamente las mismas personas son las que han participado y yo puedo ir más allá, inclusive, yo que tengo ya 17 años de trabajar en Nicaragua y en esta mina en particular, desde inicios del siglo XXI ellos han estado involucrados en diferentes asonadas y huelgas ilegales, tienen una larga trayectoria de cometer este ilícito, no es nada nuevo.” (La Prensa 08/10/2015).
El origen del conflicto: las violaciones al Convenio Colectivo.
Este sector de trabajadores mineros ha logrado atraer al conjunto de los pobladores de El Limón. Todos sus habitantes dependen de la actividad minera, por ello acompañan las manifestaciones de protesta.
Pero el origen del conflicto no es el mal carácter de los dirigentes sindicales, cuyo despido fue autorizado por el Ministerio del Trabajo (MITRAB), en abierta violación al fuero sindical, sino que la pelea estalló por las constantes violaciones al convenio colectivo. Una de sus cláusulas establece que la empresa B2gold debe subsidiar el 100% de la energía eléctrica a los trabajadores y la comunidad de El Limón y Santa Pancha.
El primer ataque contra el subsidio de la energía eléctrica se produjo en Mayo del 2015, cuando la empresa B2gold intentó quitar este beneficio, pero fue frenado por una huelga de los trabajadores y la protesta popular.
Ahora la empresa ha vuelto a la carga, pero esta vez quiso descabezar al sindicato, solicitando el despido de los dirigentes sindicales más combativos, contando con la venia del gobierno sandinista.
Humberto Rivas, uno de los dirigentes despedidos, explica de manera sencilla toda la trama: “Una vez destruido el sindicato, se destruye el convenio colectivo y podrá (la empresa) despedir a los trabajadores en cualquier momento, quiere tercerizar para desligar responsabilidades”.
Rivas insistió en que, si pierden los acuerdos establecidos y sin el convenio colectivo, el MITRAB regularía los salarios y se reducirían los beneficios laborales, producto de largos años de lucha obrera.
El COSEP cierra filas con CAMENIC
Como era de esperarse, el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) emitió en comunicado conjunto con Cámara Minera de Nicaragua (CAMINIC), que agrupa a los empresarios mineros, rasgándose las vestiduras por los hechos de violencia, pero llamando al diálogo y la negociación. El problema es que mientras estos llamados caen en el vacío, la Policía Nacional continúa las labores de represión y atemorizamiento, al grado de capturar violentamente a Humberto Rivas Canales, secretario general del sindicato cuyo despido fue autorizado por el MITRAB.
Centrales obreras abandonan a mineros
Miguel Ángel Ruiz, secretario general de la CST José Benito Escobar, y José Antonio Espinoza, secretario general de la Confederación de Unificación Sindical (CUS), acompañaron al presidente de B2Gold y al COSEP en una conferencia de prensa, respaldando el llamado al diálogo pero sin hacer un solo acto solidario con la lucha obrera y popular en El Limón.
Mientras los dirigentes de las centrales obreras llamaban al diálogo, la Policía Nacional capturó con violencia al dirigente despedido, Humberto Rivas.
Nacionalización de la minería para garantizar las conquistas obreras
Producto de la semi insurrección popular en la mina El Limón, el gobierno sandinista acaba de cancelar la concesión a B2gold en Rancho Grande, donde se han producido grandes manifestaciones contra la minería de cielo abierto.
En momentos en que bajan los precios de las materias primas a nivel internacional, y cuando la transnacional B2gold recorta conquistas, es necesario unificar las luchas de los trabajadores mineros con la consigna de nacionalización de la minería, para ser puesta bajo el control de los trabajadores.
Solo de esta manera se garantizaría la preservación de las conquistas, siendo uno de ellas el subsidio a la energía eléctrica. Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) nos solidarizamos con la lucha obrera y popular en El Limón y Santa Pancha, exigiendo el cese de la represión policial y la inmediata liberación de los dirigentes presos, el respeto al fuero sindical y el reintegro inmediato de los dirigentes despedidos a sus puestos de trabajo