Por Diego Lynch

Durante el año 2004, en la Universidad Centroamericana (UCA) se fundó el Movimiento Acción Estudiantil (M.A.E). Esta organización surgió a raíz de que un grupo de estudiantes, que luchaban por las reivindicaciones sociales y estudiantiles (el 6% constitucional, el no incremento al pasaje de transporte urbano colectivo, entre otras) observó que dentro de la Unión Nacional de Estudiantes Universitarios (UNEN) existían malos manejos del presupuesto, los que se venían llevando a cabo desde la época de Bismarck Santana, Jasser Martínez y así sucesivamente. Estos malos manejos tenían sus orígenes en los intereses particulares del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y no a las necesidades del estudiantado. El MAE fue integrado por jóvenes de las distintas facultades y de diferentes años, algunos de ellos participes de la toma de la UCA durante el año 2001. Ellos siempre levantaron la bandera de la lucha estudiantil y denunciaron la mala administración de la UNEN.

Dentro de los malos manejos de la corrupta burocracia de UNEN podemos mencionar asignaciones de becas a estudiantes que no cumplían con los requisitos, el mal uso del presupuesto en bares, fiestas y facturas de compras a título personal, las que se justificaban como como “gastos administrativos”, así como el uso de fondos para financiar las actividades del FSLN, el cual premiaba a los dirigentes de UNEN más destacados con todo tipo de prebendas, incluidas algunas diputaciones a los más fieles.

Por eso nació la iniciativa de impulsar una nueva opción estudiantil de izquierda, amplio, independiente y crítico, el cual decidió participar en las elecciones del año 2004, las que, como de costumbre, fueron fraudulentas y manipuladas en beneficio de la fórmula de UNEN, respaldada por Jasser Martínez y el FSLN. Sin embargo, ante las constantes denuncias de fraude cometido y con suficientes pruebas, las autoridades universitarias tuvieron que anular las elecciones, lo que molestó a la dirigencia nacional de UNEN la que no quiso arriesgarse y ordenó no realizar nuevas elecciones, quedando de manera interina las mismas personas que llevaban varios años mal administrando el movimiento estudiantil. Muchos de ellos todavía son dirigentes de UNEN y continúan siendo fieles al FSLN, a pesar de la rebelión estudiantil en todas las universidades, incluida la UCA.

Cierran filas en otras universidades

Ante el susto que se llevaron con el MAE en el año 2004, la corrupta burocracia de UNEN cerró filas en las diferentes universidades y recintos para evitar que la experiencia del MAE se extendiera y organizara a los estudiantes.

Luego que el FSLN retomó el gobierno en el año 2007, el control sobre las universidades fue total. Movimientos independientes como MAE, PUENTE, y varias corrientes feministas, fueron bloqueados, perseguidos, hostigados y tuvieron muchas dificultades para impulsar su trabajo, aunque continuaron, en condiciones difíciles, ejerciendo presión desde distintos lugares para tratar de influenciar la conciencia de las masas estudiantiles.

Pese a todo, el MAE mantuvo su lucha, y con el surgimiento de la rebelión estudiantil en abril de este año, se ha incorporado al Movimiento 19 de Abril. En la lucha contra la dictadura orteguista, es necesario unir fuerzas para agrupar y organizar la lucha estudiantil en una sola vía; no podemos dividirnos por intereses de grupos o de siglas, ya que eso sería darle la oportunidad a la moribunda UNEN de reagruparse y retomar fuerzas. Solo la unidad combativa estudiantil logrará el objetivo de democratizar el Movimiento Estudiantil.

¿Desobediencia estudiantil? ¿Cómo reagrupar las fuerzas?

Ante la persecución de UNEN y las listas negras contra los activistas independientes, una buena parte de los estudiantes sienten temer de retornar a los recintos y retomar las clases, debido a los secuestros, encarcelamientos y hasta asesinatos de algunos dirigentes estudiantiles.

No hay duda que mientras no existen condiciones mínimas de libertad, los compañeros que están en listas negras o que están siendo perseguidos, no deben arriesgarse a regresar a clases, deben permanecer ocultos hasta que las condiciones mejoren, pero el resto de compañeros debemos discutir como continuar la lucha. No podemos dejar que UNEN recobre fuerzas o que haga misas negras porque la mayoría de los estudiantes no están en las aulas.

No hay duda que a la dictadura orteguista y UNEN les interesa mantener dispersos y desorganizados a los estudiantes. El Gobierno mantiene los niveles de represión para que la mayoría de los estudiantes no regresen a las aulas, y no salgan a las calles a manifestarse. De esta manera, desmovilizados y ausentes, la agonizante UNEN quiere realizar sus propias elecciones, para continuar siendo la representación oficial de los estudiantes, aunque en realidad no es así, y seguir negociando prebendar con las autoridades universitarias.

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