Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiága, Medardo Mairena y Luis Mora

Por Sebastián Chavarria Domínguez

La feroz represión de la dictadura, obligó a la mayoría de los dirigentes de la oposición burguesa y pequeñoburguesa, aquellos que no cayeron prisioneros, a irse al exilio, especialmente en Costa Rica y Estados Unidos. La excarcelación de 222 prisioneros políticos y su posterior destierro a Estados Unidos a inicios de febrero de este año, creó nuevas contradicciones entre los exiliados.

Los bloques o corrientes en el exilio

La actividad política a lo interno de Nicaragua es casi nula, todos los grupos de oposición han sido desarticulados. Las actividades políticas giran en torno a los grupos en el exilio.

Con la entronización de la dictadura, ha crecido nuevamente el clamor por la unidad de la oposición, que por cierto es muy heterogénea. Grosso modo, existen dos o tres grandes bloques en el exilio. En el primer bloque están los grupos somocistas, radicados desde 1979 en Miami. Por su origen somocista tienen posiciones rabiosamente antisandinistas. Son cajas de resonancia del Partido Republicano y de la gusanera cubana. Manejan posiciones muy reaccionarias, añoran el retorno a la dictadura somocista.

El segundo bloque está compuesto esencialmente por personas de la diáspora nicaragüense, que han marchado al exilio por motivos económicos, y que se ha visto reforzado por pequeños grupos que salieron al exilio después del aplastamiento militar de la rebelión del 2018. Manejan un discurso radical contra la dictadura, pero ven con mucho recelo a los grupos que se encontraban en Nicaragua, especialmente a aquellos exiliados que provienen de organismos como la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) y la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB).

Estos dos bloques, a pesar de sus diferencias, coinciden en atacar sin piedad a los grupos relacionado con el antiguo Movimiento Renovador Sandinista (MRS), llamado ahora UNAMOS, por considerarlos una simple variante del FSLN.

Un tercer bloque se ha constituido recientemente con los lideres de la ACJD y UNAB que fueron excarcelados en febrero de este año, y con grupos similares de exilados que escaparon de la represión en 2021. La presencia de los 222 excarcelados, a quienes la dictadura despojo de la nacionalidad nicaragüense, ha acentuado la división y la desconfianza entre los grupos. Este ultimo bloque, encabezado por los precandidatos presidenciales, tiene el apoyo del Departamento de Estado, ha comenzado a tener mayor presencia en los grandes medios de comunicación, desplazando a los otros grupos, provocando un mayor resentimiento.

La campaña a favor de la unidad, y la necesidad de escoger una única dirección en el exilio, era la avanzadilla propagandística para abrirle el camino al Grupo Monteverde, como el nuevo proyecto unitario de la oposición, pero bajo el control de Estados Unidos.

El nacimiento del Grupo Monteverde

En el año 2021, la dictadura logró reelegirse, imponiendo un proceso electoral a su medida. La represión ilegalizó a varios partidos, entre ellos al Partido Ciudadanos por la Libertad (CxL) y desarticuló organismos como la ACJD y la UNAB. La desbandada fue total. En esas condiciones de dispersión absoluta, y estando en el exilio la mayoría de los dirigentes, los “donantes”  --Estados Unidos y la Unión Europea (UE)-- pusieron como condición sine qua non la necesidad de limar diferencias y buscar acercamientos entre los grupos de oposición, so pena de retener los vitales fondos para operar en el duro exilio.

Fue así que, a regañadientes, con un ultimátum externo, los lideres de la oposición burguesa y pequeñoburguesa lograron superar algunas diferencias y sentarse en una mesa común. Reunidos en el Hotel Monteverde, en la provincia de Puntarenas, Costa Rica, en octubre del 2021, crearon un grupo de coordinación y reflexión que ha sido conocido como el Grupo Monteverde que, hasta hace poco, venía operando en discretamente en las sombras. Incluso, miembros del Grupo Monteverde recibieron a los ex presos políticos que fueron liberados y deportados a Estados Unidos.

En esta primera fase participaron antiguos miembros de la ACJD como Eliseo Núñez, Daisy George y Luciano García, miembros de la UNAB como Luis Carrión, Héctor Mairena, Jesús Téfel, Alexa Zamora, Juan Diego Barberena, Francisca Ramírez, Ana Quirós y María Laura Alvarado. Kitty Monterrey, presidenta del ilegalizado partido CxL, también participó en la primera fase, aunque después se retiró alegando manipulaciones de las reuniones.

Las presiones por la vocería única de la oposición en exilio

Una vez liberados los 222 presos políticos, comenzó una campaña por la unidad de la oposición en el exilio. Félix Maradiaga criticó a quienes pretendían organizar unas elecciones internas para escoger una dirección de la oposición en el exilio. En un Tweet, con fecha 12/05/2023, Maradiaga develó cual era la estrategia: “Mi propuesta de tener un equipo colegiado de la oposición de cara a la comunidad internacional es la misma que expuse en enero de 2019. También le he llamado: directorio, vocería o mesa de trabajo. El nombre es lo de menos. El objetivo es avanzar en la presión a la dictadura con la mayor coordinación posible”.

Cuatro días después, el mismo Maradiaga explicó mejor cuales eran los objetivos de la unidad: “(…) la comunidad internacional me lo ha dicho en cada una de las reuniones que he tenido en Ginebra, Naciones Unidas, en Nueva York (…) ya son varios años que nos están pidiendo un equipo compacto colegiado de opositores nicaragüenses que podamos ser el punto de contacto de esta comunidad internacional (…)” (100% Noticias, 16/05/2026)

En el mismo sentido, Juan Sebastián Chamorro (JSCH), uno de los precandidatos que estuvieron en prisión, reafirmó la nueva orientación y el rumbo a seguir: (…) visualizo que en los diálogos con la comunidad internacional vayan apareciendo voceros, podemos hablar de una mesa. Lo más importante es que el mensaje sea coherente, no es visualizar que en una mesa van a estar tres personas.” (Despacho 505, 19/05/2023)

Un mes antes que el grupo Monteverde saliera a luz pública, Maradiaga y Chamorro ya habían señalado el camino por donde marcharía la oposición burguesa: un solo discurso para presionar a la dictadura y atraer a los “donantes” de la comunidad internacional.

La reunión en Houston

Desplazando a una parte de los grupos de exiliados, el Grupo Monteverde fue fortalecido con la presencia de los precandidatos presidenciales que estuvieron prisioneros, como Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga, Violeta Granera, Medardo Mairena, Luis Mora y José Antonio Peraza y otros dirigentes de UNAMOS como Suyen Barahona, Alex Hernández y Támara Dávila.

El 28 de junio del 2023, después de haber sesionado por casi una semana en un hotel en Houston, Texas, Estados Unidos, el Grupo Monteverde ampliado salió a luz pública, mediante un comunicado repleto de conceptos generales, sin ninguna orientación política concreta.

“En un encuentro realizado en los últimos días, se trabajó en la formulación de una propuesta de salida cívica y democrática a la crisis de Nicaragua, que pase por la liberación inmediata de las presas y los presos políticos, la restitución de las libertades y el retorno seguro de todas las personas exiliadas. Además, se adquirieron compromisos de promover acercamientos con espacios similares para ampliar y robustecer la lucha en unidad contra la dictadura”. (28/06/2023)

Al día siguiente, en una entrevista, Eliseo Núñez, liberal disidente, expuso cuales son los reales objetivos de Monteverde: “(..) se comenzó a tejer una red de personas que estaban a título personal pero que tenían un alto grado de representatividad en sus organizaciones (…) Nicaragua requiere de un interlocutor opositor sólido, de comenzar un proceso de que ya no sean los individuos, sino las organizaciones quienes comiencen a tener este tejido de unidad. Quienes ahora van a tener la palabra son las organizaciones que entran en esta dinámica, es que tengamos una mesa de coordinación, de concertación, de unidad en la acción (…) esto no es una alianza electoral, no es una coalición electoral, esto es una alianza que tiene como centro la resistencia pacífica.”, (La Mesa Redonda, 29/06/2023)

¿Una nueva Coalición Nacional?

De lo anterior, se desprende que la unidad de personalidades es un primer paso para la unidad en la acción de las diferentes organizaciones, pero todavía no esta clara cual es la estrategia de resistencia contra la dictadura. No obstante, por el listado de personalidades reunidas en Monteverde y por la utilización del mismo discurso sobre la “unidad de la oposición”, todo indica que se trata de una variante de Coalición Nacional (CN), que fracasó estrepitosamente en 2021.

Golpeando el pecho por el fracaso de la CN, JSCH en la entrevista anteriormente citada, expresó cuales serian los cambios: “(…) no visualizo una nueva organización tipo Coalición Nacional 2.0, visualizo un espacio donde distintos opositores, que representen a cada sector, tengan algo que decir en común (…) El proceso que se vio en el pasado, de meter a todas las organizaciones dentro de una Coalición, con una representación, con una silla por organización, fue una mala receta. (…)” (ibid.)

La UNAB fue organizada en octubre del 2018 por sectores sociales (jóvenes, campesinos, mujeres, barrios, indígenas, etc). La CN fue creada en 2021, como una alianza electoral formada por el liberalismo disidente, representado por Maradiaga, junto al MRS (UNAMOS) y algunas corrientes de la llamada sociedad civil, replicando de manera ampliada el mismo esquema organizativo de la UNAB por sectores sociales. Un proyecto político con el disfraz de sociedad civil. Esa dicotomía es que la critican Maradiaga y JCH. Como ya no hay movilización social, ya no necesitan la costosa representación por sectores sociales

Por esta razón, el grupo Monteverde ampliado no incluyó ninguna representación juvenil ni por sectores sociales, de las muchas que existen, y tampoco a una parte de la diáspora en el exilio, excluyendo a los más críticos.

La salida de CxL y la exclusión de AUN

El repliegue en silencio de Kitty Monterrey del Grupo Monteverde no ha sido explicado, muy probablemente se deba a que el grupo Monteverde ampliado está compuesto por las mismas fuerzas que conformaron en 2021 la CN.

Algunos dirigentes juveniles de la ACJD, como Alex Aguirre, Yunova Acosta y Yubrank Suazo fueron excluidos, “vetados”, según sus propias palabras. También fue excluidas Maria Asunción Moreno, dirigente de la ACJD. Fue excluida Haydee Castillo, representante de la diáspora.

Lester Alemán, principal dirigente de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), se quejó con amargura de las suspicacias dentro del grupo Monteverde: “(…)     Hubo jóvenes de AUN que iban a ser parte de esta iniciativa (Monteverde) que iban a participar y los señalaron de infiltrados. Estuvo Dolly, estaba Douglas y en su momento fueron señalados. (…) Se dieron exclusiones y descalificativos y comenzó a generarse las desafortunadas suspicacias sobre quiénes quedaban en libertad. Si yo no hubiese sido secuestrado por la dictadura y hubiera optado por irme del país, te aseguro que me señalarían de infiltrado, porque ese es el señalamiento hacia miembros de mi organización (…)” (Café con Voz, 12/07/2023)

Las cinco vocerías de Monteverde

Al final, el grupo Monteverde ampliado anunció cinco voceros: Medardo Mairena, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro, Tamara Dávila y Carmen Chamorro. Los cuatro primero fueron parte del proyecto de la CN, Carmen Chamorro proviene de la Articulación de Movimientos Sociales (AMS), aunque oficialmente esta agrupación no forma parte.

Mairena emitió declaraciones contradicciones sobre su participación en el gripo Monteverde. Lo que sí está claro es que estas cinco vocerías es una fase transición hacia el vocero único, en espera del momento de una apertura electoral.

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