panamax

Por Rubén Darío Souza Batista

Coordinador General Presidium del Partido del Pueblo

En los últimos días, de manera confusa y desorientadora, se realizaron las maniobras militares anuales Panamax de defensa del Canal en su versión 2010. Este anuncio se he hecho por distintos conductos del Gobierno actual y  por el Comando Sur. Pese a su diversidad en la forma de su información, su fondo es que este ejercicio se ha realizado ante la hipótesis de que el Canal esta frente a la amenaza de  fuerzas campesinas e indígenas desestabilizadoras.

En realidad, el propósito de esta operación que toma como pretexto la defensa del Canal, es un ejercicio descarado y cínico de contra-insurgencia al estilo del anti-popular Plan Colombia.

Las operaciones de defensa del Canal tienen su fundamento en el Tratado de Neutralidad del  Canal de Panamá que le concedió al Gobierno imperialista de Estados Unidos la facultad de ser cogarante con el Estado soberano de Panamá de la neutralidad y funcionamiento permanente del Canal.

Esta   cláusula   que   en   su   aparición, oficialmente, por ambos gobiernos, se negó su carácter intervencionista, en el devenir del tiempo, el hegemonismo yanqui y la obsecuencia de los políticos lacayos de Panamá, la ha ido convirtiendo en un principio de contra-insurgencia, en un país, que como el panameño ha sido desestabilizado por el bipartidismo derechista y centro derechista de  20 años, que ha puesto al pueblo ha enfrentarlo y forzarlo a ir a la desobediencia. En la actualidad este cisma entre Gobierno y pueblo  por el extremo derechismo del Gobierno de Cambio Democrático ha llegado a su clímax, pasando las masas populares de la paciencia  política y de la mansedumbre neutralizante, a la rebeldía y a las acciones reactivas con conatos de acciones políticas explosivas.

La cláusula del Tratado de Neutralidad sobre la garantía conjunta, la han hecho evolucionar inyectándole la Iniciativa Mérida, la doctrina troglodita de Bush sobre el antinarcotráfico y el  antiterrorismo, la nueva visón del Departamento de Estado norteamericano de diplomacia y garrote y la experiencia contra- revolucionaria y guerrerista del Plan Colombia.

El actual contenido del ejercicio militar Panamax consiste en poner la defensa del Canal en manos de una coalición de países contra-revolucionarios de América Latina como Honduras ocupada por bases militares yanquis, Costa Rica, recién ocupada por fuerzas contra-insurgentes norteamericanas, Colombia ocupada en 7 bases militares colombianas, aunque temporalmente en suspenso, entre otras naciones del mismo bando.

La presencia colectiva en la defensa del Canal es una violación extrema del Tratado de Neutralidad en su forma, que solo establece la presencia yanqui, con lo cual desenmascara el verdadero carácter interventor que implica esa cláusula.

Es preocupante el enunciado contra insurgente del ejercicio militar Panamax 2010, teniendo como uno de los ingredientes el Convenio de Seguridad firmado con E.U. recientemente y que establece 11 bases para enfrentar el terrorismo y el narcotráfico, pero la  explosión popular de Bocas del Toro ha puesto al descubierto su verdadera función de represión anti-popular. Lo que se pone en claro es que la reacción norteamericana junto con la  reacción panameña y el apoyo de Gobiernos contra-revolucionarios de América Latina, han realizado con el silencio cómplice de los partidos de la llamada “oposición” (PRD-PP), el primer ejercicio contra-insurgente tomando como propósito la defensa del Canal,  pero  en  verdad  es  para  sofocar colectivamente  cualquier insurgencia del pueblo panameño en su empeño liberador de las injusticias sociales y de la dependencia neocolonial

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