Por Oliverio Mejía

Recién fuimos espectadores de una asonada militar en Bolivia dirigida por el hasta entonces comandante en jefe del ejército de ese país Juan José Zúñiga contra el presidente Luis Arce y su vicepresidente David Choquehuanca, del partido Movimiento al Socialismo (MAS), rodeando la Plaza Murillo y entrando por la fuerza al Palacio Quemado, sede del Poder Ejecutivo, en el centro de la ciudad de La Paz.

Esto provoco una serie de movilizaciones populares que rodearon a los militares insurrectos. La Central Obrera Boliviana (COB) hizo un llamado a la huelga general y en la medida que pasaba los acontecimientos y se proyectaba un conflicto verbal entre Zúñiga y Arce en los pasillos del Quemado, el primero era detenido.

Lo que genero repudio en amplios sectores de la sociedad latinoamericana y rechazo de los gobiernos de diferente cuño hasta el gobierno de Biden, salvo los más extremistas como el de Milei no se pronunció e inicio un conflicto diplomático con el gobierno de Arce. En Centroamérica todos los gobiernos repudiaron el hecho; fue más una escena producto de las fracturas internas dentro del MAS, entre la fracción del ex presidente Evo Morales y la de Arce-Choquehuanca.

El origen del MAS y la COB

Esta es una organización política construido sobre una serie de organizaciones sociales campesinas e indígenas  en su mayoría  sindicatos de productores de la tradicional hoja de coca de la región del Chapare en el departamento de La Paz de donde proviene el ex presidente Morales.

Además también se conformo de  activistas provenientes de partidos de izquierda reformista y neoestalinistas, así como intelectuales de izquierda de donde proviene el ex vicepresidente Álvaro Liniera quien se ha distanciado del conflicto entre Morales y Arce y que ahora pasa como “estratega marxista”.

El MAS llega al poder en 2006 después de una serie de movilizaciones de masa en el primer lustro del presente siglo, como fue las llamadas guerra del agua y guerra del gas, contra las políticas neoliberales impuestas por partidos de derecha y por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) con un origen populista en la revolución de 1952. Las medidas de ajuste  fueron introducidas a la par que se realizaba la apertura democrática después de una serie de gobiernos militares algunos de corte  reaccionario y otros populistas ligados al desaparecido MNR.

En otras palabras al igual que otros países latinoamericanos se aplico neoliberalismo con democracia liberal y del descontento por la privatización de bienes públicos como parte del programa neoliberal,  emergió el MAS poniéndose a la cabeza de esas movilizaciones.

Por otro lado la otra fuerza fundamental en el triunfo de Morales fue la COB, fundada en la década de los cuarenta del siglo pasado, fue protagonista de la revolución del 52, sobre la base de la movilización de obreros mineros indígenas y mestizos; Bolivia se había convertido en un país proveedor de minerales -desde tiempos coloniales con la plata- y en ese momento, controlado por una oligarquía denominado los barones del estaño, por ser el principal mineral que se extraía exportándose en bruto.

La COB organizo y dirigió una revolución popular estructurándose en la clase obrera minera contra los gobiernos oligárquicos armándose de un programa marxista revolucionario (trosquista) denominado las Tesis de Pulcamayo, influenciado por el Partido Obrero Revolucionario (POR), aun existente pero con un margen de acción y una perspectiva muy sindicalista.

La revolución de 1952 destruyo al ejercito que venia de la guerra del Chaco contra Paraguay años antes y con ello al mismo Estado. A la revolución se le sumo sectores medios y de la pequeña burguesía quienes formaron el MNR,  estos lograron hegemonía y reconstruyeron el Estado burgués y el ejercito; el POR por parte oriento a la COB a supeditarse al nuevo gobierno “revolucionario”, en lugar que la COB asumiera el poder.

Este gobierno nacionalizo parcialmente la riqueza del subsuelo, realizo una semi reforma agraria, que bajo el discurso de lo nacional-popular transformo a la institución armada como el factor de poder, estatizo a las ligas campesinas convirtiéndoles fuerzas para estatales y mantuvo el carácter monoétnico en detrimento de los pueblos indígenas del Estado.

La COB oscilo entre una postura crítica y otra más oficialista, como reflejo de los giros en los gobiernos ejercito-MNR. En 1970 otra insurrección implanto una Asamblea Popular formadas por la COB y otras organizaciones con capacidades de ser doble poder revolucionario, pero igualmente se subordino a una corriente nacionalista dentro del ejército. Esto se zanjo con una dictadura reaccionaria militar apoyada por la CIA, la de Hugo Banzer; que implosionó producto de la movilización popular y se instauro esa democracia de tintes representativos a inicios de los 80s ya mencionada.

Los gobiernos del MAS

El descontento que genero los gobiernos neoliberales y las movilizaciones populares provocaron el triunfo de Morales y Liniera en 2006 bajo la idea de hacer una revolución democrática cultural. Debido a la composición aimara y quechua del MAS, composición mayoritaria de la clase trabajadora,  prometió romper con la lógica monoétnico  de origen colonial que se trasmuto a una república criolla que la revolución del 52 no rompió; se prometió cambiar eso por medio de un Estado Plurinacional en base a las  autonomías indígenas.

A partir de una nueva Asamblea Constituyente que redacto una Constitución denominada Plurinacional, oficializo las autonomías ubicándolas a nivel subdepartamental, se cambió la forma de elegir a los magistrados del poder judicial y el órgano de control constitucional por medio de votación directa, pero se quedó si democratizarse el sistema representativo; en los hechos fue más una modificación del régimen político.

En el plano económico y social si bien nacionalizo la extracción de gas a lo cual Bolivia se ha convertido uno de los mayores productores sin duda una demanda exigida por las masas, nunca se avanzado en el proceso de industrialización. Sin embargo, en vez de un control estatal de la industria se generó una forma velada de privatización al traspasar parte de la industria a cooperativas mineras particulares.

 Por otro lado, aunque inicio un proceso de distribución agraria este se ha limitado a tierras estatales e incultas, muchas de ellas forestales y reservas ecológicas; esto genero conflictos como la de reserva natural del TIPNIS con comunidades indígenas amazónicas, que se opusieron a la parcialización de esa área, otros de conflictos de menor tamaño similares se sucedieron.

 Tal situación se fue generando a raíz de los acuerdos entre  la cúpula del MAS y los latifundistas del oriente boliviano que en un primer momento organizaron acciones golpistas pero después recibieron garantías de mantener el monopolio de la tierra y no ser afectados por la distribución de la tierra.

En los gobiernos del MAS -Morales y Liniera se religieron- donde Choquehuanca fue canciller y Arce ministro de finanzas, aprovecharon la bonanza de los precios externos que les permitió una cierta distribución de la riqueza y estabilidad macroeconómica, logrando una inflación baja, a la par de una bonanza para el agronegocio latifundista del oriente boliviano.

Sin embargo, a medida que los precios de las materias primas exportables bajaban en el mercado internacional, afectaba la inversión social y junto a la rígida estructura fiscal que no se volvió más progresiva, muchos sectores populares que eran base del MAS se fueron alejando o se sintieron poco beneficiados.

Eso fue aprovechado por la extrema derecha que junto a una corriente militar que había sido beneficiada con privilegios dan un golpe de Estado aduciendo fraude electoral de parte de MAS en el proceso electoral normal de 2019,  aprovechando el intento releccionista repudiado por muchos sectores  de Morales y Liniera pese haber perdido un referéndum donde se les prohibía. A este golpe de Estado se sumaron ciertas organizaciones y comités cívicos que alguna vez apoyaron al MAS, tragándose el discurso que la derecha y los fascistas de Santa Cruz del Comité Cívico de ese departamento que dirigieron el golpe,  eran democráticos.

La extrema derecha impuso un gobierno represor  dirigido por Jeanina Añez de un año,  que persiguió a las organizaciones populares que se levantaron contra esta efímera dictadura. Presionado llamo a elecciones y paradójicamente el MAS y su base social se recomponen ganando las elecciones especiales de noviembre de 2020.

La ruptura dentro del MAS y la escena golpista

Pero la vuelta al gobierno del MAS y su restructuración con algún peso en las organizaciones sociales que han sido su base no ha estado exenta de fracturas. Tras el retorno de Morales de su exilio en Argentina tras el triunfo electoral de Arce, las divergencias por el control del MAS  entre estos han marcado escenario político, a eso se suma muy relacionado a lo primero la prorroga del mandato de los magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP).

Sobre los conflictos entre los barones del MAS, muy al estilo caudillista de la política criolla que el plurinacionalismo intentaba transformar, una vez en el poder Arce y Choquehuanca, el cual se menciona el primero tuvo un perfil tecnócrata y el vice quien tiene peso en algunas organizaciones le dio legitimidad en las masas  a Arce. Así estos han bloqueado los intentos caudillistas de Evo Morales en la izquierda boliviana.

El conflicto entre ambos bandos ha llevado a dividir  varias organizaciones de base del MAS como en la Federación de Sindicatos Cocaleros, al grado de enfrentarse físicamente por el control, con saldo de muertos y heridos. Durante los gobiernos del MAS muchas organizaciones fueron estatizadas reproduciendo prácticas clientelares como un gobierno burgués más, salvo algunas que resistieron a ese embate y que mantuvieron su independencia de clase y de la derecha también.

El objetivo entonces claro está,  es imposibilitar otra relección de Morales por dos vías. Primero en la disputa por el MAS en el último congreso partidario donde si bien este consiguió la mayoría desplazando a la fracción de Arce, este actuó judicialmente en el Tribunal Constitucional Plurinacional también electo por voto, que resolvió inhabilitarlo para una nueva  participación electoral;  además de  busca despojarlo del control del MAS, situación no resuelta aun por ese órgano. A la par de eso las organizaciones sociales afines a Morales han hecho una serie de acciones de protesta como bloqueos de carreteras, esta vez contra un gobierno de su ex aliado.

Sin embargo, a los magistrados del TCP ya venció su periodo  y no se ha realizado una nueva elección, estos prorrogaron inconstitucionalmente de forma  indefinida su mandato. La elección de jueces ordinarios, apelaciones, judiciales y constitucionales es una exigencia democrática, pero eso fue transformado acotando la participación libre con una lista aprobada por la Asamblea Legislativa Plurinacional y  se ha vuelta en una disputa miserable por poder.

Por otro las fracciones capitalistas aducen que el enrarecido ambiente político está provocando incertidumbre económica. Pero lo cierto es el que modelo neoextractivista y dependiente con elementos neokeynesianos está en aprietos, ahora bien, las fracciones capitalistas quisieran una total apertura neoliberal.

Ha habido una disminución de las reservas monetarias internacionales, un aumento de los precios, aunque producto de la inflación importada, generando cierta disparidad cambiaria y escaseando los dólares. Todo a contrapelo de la estabilización macroeconómica de los gobiernos del MAS,  donde Arce era el conductor.  A eso se le agrega una bajada en los precios del gas, aunque ahora la apuesta es hacia el estratégico litio concesionándole a empresas chinas y rusas, apostándole poco a generar valor agregado con la industrialización.

Desenlace de la asonada militar

Como una puesta en escena después de la confrontación cara cara entre Zúñiga y Arce, el primero es detenido y nombra a un nuevo comandante militar. Entre las proclamas del militar detenido esta la liberación de los presos políticos como la golpista Yanes o Luis Fernando Camacho quien desde el Comité Cívico de Santa Cruz fueron los operadores del golpe de Estado de 2019.

Paradójicamente estos condenaron el movimiento militar, al igual que Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana el partido de centro derecha que fue segundo lugar en 2019 y que también condeno el golpe de Estado contra Morales, aunque acoplándose a la estructura golpista. En 2020 también quedo con el segundo lugar en la votación presidencial.

El nuevo comandante del ejército ordeno a las tropas alzadas regresar a los cuarteles. Zúñiga una vez detenido dijo que todo era un plan orquestado por Arce, rápidamente salió Evo Morales exigiendo que renuncie a la presidencia de Bolivia y de engañar al pueblo, a esas declaraciones  se sumó Milei y la canciller de su gobierno.

El conflicto al interior del MAS es más una disputa entre caudillos, a eso la derecha esta expectante tomando partido a conveniencia, el ejército se va impacientando y las potencias imperialistas tradicionales y emergentes toman notas de sus inversiones y las movidas de cada una de estas.

Las bases de la COB y las demás organizaciones sociales deben exigir a su direcciones a romper con esos caudillos y revitalizar el proyecto del Partido de los Trabajadores, lanzado hace mas  de 10 años desde varias federaciones de obreros de empresas estatales mineras que fue cortado por la cúpula de la COB y el MAS. Un partido que se arme con un programa revolucionario y transicional y que pare los intentos oportunistas de la derecha sea por la vía que sea, de tomar el poder.

Hemeroteca

Archivo