Manifiesto de la Unidad Socialista de Izquierda (USI) ante las elecciones regionales del 23 de noviembre
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Ni los partidos de la oposición burguesa ni el PSUV son opción para los trabajadores y el pueblo
La derrota en el referéndum del 2D no fue un triunfo de la derecha: ni un voto para los partidos de la derecha golpista y proimperialista
El 2 de diciembre el gobierno del presidente Chávez sufrió su primera gran derrota, y este es el hecho político más importante que marca a las elecciones de mañana. Ese día, los resultados adversos en la consulta popular para modificar la constitución de 1999, se constituyeron en un castigo popular contra la corrupción, el burocratismo, el incumplimiento de las promesas económicas y sociales, el desabastecimiento, la inflación, la crisis de las Misiones; pero también en rechazo a una propuesta presidencial presentada de forma autoritaria y con una muy limitada discusión, que restringía libertades democráticas contempladas en la actual constitución, y que para colmo, no mostraba ningún signo de conducir efectivamente al socialismo. La derecha se abrogó la victoria electoral, pero lo cierto es que fue incapaz de aumentar sus niveles históricos de votación. El tiempo transcurrido desde diciembre del 2007 hasta hoy demuestra sobradamente que no es cierto que el pueblo esté orientando su preferencia hacia los partidos de la oligarquía proimperialista, sólo que se ha desinflado la credibilidad del gobierno, por obra de su propia política de alianza con los sectores burgueses, que se ha traducido en desabastecimiento, alzas inflacionarias y agresiones a los derechos de los trabajadores.
El 2 de diciembre el pueblo y los trabajadores fueron los triunfadores y los grandes derrotados fueron el gobierno, la burocracia y la boliburguesía, que se ha venido consolidando a la sombra de la gestión gubernamental.
En las pasadas elecciones regionales llevadas a cabo el 31 de octubre del 2004, el país se encontraba en medio de una fuerte polarización social y política. Sólo dos años antes se había producido el golpe de abril del 2002, el cual fue seguido por el paro patronal y el sabotaje a PDVSA (diciembre 2002-febrero 2003); las güarimbas a mediados del 2004 y el referéndum revocatorio de agosto de aquel año. En tal sentido, los resultados de esas elecciones, claramente favorables al partido de gobierno y sus candidatos a gobernadores y alcaldes, fueron una consecuencia de las importantes derrotas que la burguesía había sufrido entre los años 2002 y 2004. En aquel momento, los resultados significaban un nuevo triunfo del pueblo y los trabajadores contra los partidos de la burguesía y el imperialismo, más allá del descontento entre el pueblo, ya que los candidatos fueron designados por el dedo presidencial, a pesar de que en muchos casos ya se habían probado negativamente como gobernantes.
Cada vez es más claro el carácter de colaboración de clases del gobierno
A cuatro años de gestión de gobernadores, alcaldes y diputados regionales elegidos en aquellos comicios, hoy la situación es completamente distinta. El descontento que ya se manifestaba hacia los funcionarios gubernamentales, gobernadores, alcaldes, y hacia los propios partidos que respaldaban al presidente Chávez, hoy ha crecido incontenible. Si bien Chávez hoy mantiene buena parte de su liderazgo y apoyo popular, el cuestionamiento a los ministros, gobernadores, alcaldes y diputados, ya comienza a tocar al Presidente.
Desde el referendo revocatorio del 2004, el gobierno ha venido avanzando en un proceso de negociación y diálogo con la burguesía, sin embargo, entre ese año y el 2006 lo hacía desde una posición de fuerza, lograda gracias a las derrotas que los trabajadores y el pueblo le habían propinado a la burguesía y al imperialismo con su movilización, particularmente durante el golpe del 2002 y el paro patronal-sabotaje petrolero. No obstante, después de la derrota del 2D, el gobierno ha venido retrocediendo ante las exigencias del empresariado, como resultado de su política en procura de una “alianza estratégica con la burguesía nacional”, término acuñado por el propio presidente Chávez. Esta orientación lo ha llevado a desmontar progresivamente el control de precios y a decretar constantes aumentos de los precios, liberando los controles existentes, así como flexibilizando los requisitos para importar a favor de los empresarios, todo lo cual se constituye, en los hechos, en la aplicación de un paquete de ajuste a cuenta gotas y sin anuncio oficial.
Es evidente y notorio que el desprestigio es el signo de las instituciones de la V República, acompasadas por el desgaste de un gobierno que día a día demuestra hasta la saciedad que su norte no es la expropiación de los medios de producción, la eliminación de la explotación del hombre por el hombre y la constitución de un genuino gobierno de los trabajadores. Aunque se viste de rojo, el gobierno no se plantea una revolución socialista, tan sólo una caricatura de revolución con empresas mixtas, nuevos ricos y archiburócratas, en alianza con la burguesía tradicional y con la nueva boliburguesía nacida al amparo del aparato estatal.
En los hechos, la burguesía es la que se está beneficiando de este modelo, logrando recuperarse del descalabro del paro patronal y el sabotaje petrolero. Ejemplo de esto es lo siguiente: en el 2006 el PIB privado representó un 70,4% del PIB nacional, y 70,3% en el 2007, más del doble del PIB público; mientras que en el primer semestre del presente año fue de 67,8%. Los sectores que más han crecido son los importadores, los cuales recibieron hasta agosto de parte de Cadivi, 31,7 millardos de dólares; los de servicios, comercio, telecomunicaciones y el sector financiero. En lo que respecta a este último, la banca creció en el primer semestre del 2008 un 24% más que en el semestre anterior. Sus beneficios netos en los primeros 8 meses del año llegaron a Bs. F 3.741.397, lo que equivale a un 41,2% más que en el mismo lapso del año pasado.
El presente gobierno ha favorecido como ningún otro las ganancias del capital, fundadas en una explotación salvaje de los trabajadores. Según el BCV, la parte de las Cuentas Nacionales que correspondía a sueldos y salarios en el 2002 alcanzaba al 33%, mientras que las ganancias, alquileres y rentas llegaban a un 38%. Esta relación cambió en el 2005, bajando los salarios y sueldos a sólo un 25%, mientras que las ganancias ascendieron a un 49%. Mientras que para el 2007, los sectores más ricos de la población se llevaban el 47,7% del PIB, mientras que al 20% más pobre sólo le tocaba el 5,1% del PIB. Como vemos, la brecha económica entre explotadores y explotados no ha hecho sino crecer.
Gracias al “ejemplo” del propio gobierno, que irrespeta sistemáticamente los derechos de los trabajadores, viola la autonomía y la libertad sindical, y socava el derecho a la contratación colectiva, los patronos se sienten “guapos y apoyaos”. Su envalentonamiento, se manifiesta en ataques constantes a las contrataciones colectivas, violación de los derechos sindicales y laborales de los trabajadores, sobreexplotación e imposición de condiciones de trabajo más duras; utilización de sicarios para romper los conflictos y atentar contra los dirigentes sindicales; flexibilización laboral a partir de la cooperativización de empresas. Todo esto es el resultado de la estrategia de colaboración de clases del gobierno, y es lo que está exacerbando las luchas obreras a todo lo largo del país.
Las luchas obreras y populares se agudizan, radicalizan y extienden a todo el país
La crisis en la cúpula gubernamental no puede asociarse al destino del pueblo, ni mucho menos al del proceso revolucionario abierto en 1989. Hoy el proceso revolucionario sigue más vivo que nunca. Las luchas del conjunto del pueblo crecen día a día, siendo el movimiento obrero el sector más dinámico. Cada vez más personas se ven involucradas en tomas de empresas, paros, cortes de ruta y otras formas de lucha.
A principios de año, la prensa reflejaba que había unos 46.000 trabajadores que tenían empresas tomadas, en paro o conflicto. Esta cifra en aquel momento era mucho mayor, y a medida que avanzan los meses se incrementa, hoy puede estar por el orden de los 100.000 trabajadores en conflicto en todo el país, siendo los casos más emblemáticos Toyota, Mitsubishi, Metalpress, Firestone, General Motors, Coca Cola, Cadafe, Planta de Tratamiento de Desechos Sólidos en Mérida, ULA TV, Sanitarios Maracay, Fundimeca, maestros, médicos y trabajadores de la salud.
Pero el conflicto más importante, y que tonificó y potenció las luchas obreras y populares en todo el país fue el de Sidor, donde sus trabajadores obtuvieron un resonante triunfo gracias a su movilización. En este conflicto los derrotados fueron la multinacional Ternium y la política del gobierno del presidente Chávez, el cual hasta unos días antes de verse obligado a nacionalizar la empresa, apoyaba a los patronos a través de la postura del ministro del Trabajo, José Ramón Rivero.
La movilización de los sidoristas le impuso al gobierno la nacionalización de la empresa, cuestión que no estaba en su agenda, y se cobró el cargo del ministro del Trabajo, José Ramón Rivero. El nombramiento del nuevo ministro, Roberto Hernández, es consecuencia de la derrota de la política antiobrera y patronal aplicada por su predecesor, y significa un reacomodo del gobierno impuesto por la movilización. Sin embargo, la política antisindical del gobierno no ha cesado, y esto se pone en evidencia en los anuncios de liquidación unilateral de instituciones públicas como el Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), Inam, Sasa, Fonfafa y Foncrei. Tampoco significa un cambio en la política contra las contrataciones colectivas. Un caso emblemático que encarna esta política es el de los empleados públicos, cuya contratación colectiva lleva 5 años vencida.
El conflicto de Sidor puso en evidencia la tremenda crisis que padece el gobierno. Crisis superestructural en el seno del aparato del Estado y en el PSUV, pero también desgaste y descontento creciente en su base popular evidenciados en los innumerables conflictos obreros y populares que se producen en todo el país.
Ni el partido de gobierno ni los partidos de la oligarquía son opción para los trabajadores
Los partidos de la burguesía se han recuperado relativamente, gracias a la política de colaboración de clases del gobierno y a la impunidad reinante, que ha dejado sus innumerables crímenes sin castigo. Sin embargo, ya el pueblo los conoce y está consciente del terrible error que significaría votar por esas organizaciones proimperialistas, que en el pasado reciente organizaron un paro-sabotaje contra PDVSA, así como golpes y güarimbas. Sus candidatos no son una opción, por más que se quieran barnizar de buenos gerentes.
Por su parte, el PSUV no es simplemente un partido dirigido por burócratas que se han enriquecido a la sombra del poder, y en el que se repiten los métodos antidemocráticos para tomar decisiones de los partidos de la IV República. Es un partido en el que se han coleado empresarios viejos y nuevos, algunos de los cuales se han organizado en un grupo denominado “Empresarios Socialistas”, conformado por connotados capitalistas, industriales, banqueros y terratenientes, que de socialistas tienen bastante poco, y sí mucho de explotadores.
Por todo lo anterior es que afirmamos que ni el PSUV ni los partidos de la burguesía opositora son opción para los trabajadores y el pueblo, como tampoco lo son los candidatos del PPT y PCV que se lanzan sin apoyo gubernamental, ya que esos partidos han avalado la política de colaboración de clases del gobierno y la gestión de los gobernadores y alcaldes corruptos. Estos partidos no tienen diferencias de fondo con el PSUV, por ello no son una verdadera alternativa.
El pueblo y los trabajadores no pueden aceptar el chantaje gubernamental y del PSUV, de que no votar por los candidatos de Chávez le hace el juego a la derecha. El único responsable de que los partidos de la derecha proimperialista puedan repuntar en estas elecciones y ganar alcaldías y gobernaciones es el propio gobierno, debido a sus alianzas con la burguesía y sus ataques constantes contra los derechos de los trabajadores. Por este camino no se puede ir al socialismo. El reformismo y la conciliación de clases es en realidad un camino de retorno a los gobiernos burgueses.
Por un partido revolucionario de los trabajadores y el pueblo
Si algo queda meridianamente claro de la encrucijada en que hoy se encuentran los trabajadores y el pueblo es la necesidad de comenzar a construir una alternativa política ante el desgaste del gobierno y el peligro de regresar al pasado que representan los partidos golpistas y proimperialistas de la burguesía opositora.
Desde la UNIDAD SOCIALISTA DE IZQUIERDA, le proponemos a los luchadores y activistas obreros, estudiantiles, campesinos y populares, comenzar a transitar este camino que cada día es más urgente para avanzar hacia el verdadero socialismo, sin patronos, empresas mixtas, burócratas y corruptos.
En Aragua: a votar por los candidatos obreros de la Unidad Socialista de Izquierda y por Iván Freites y Francisco García en Falcón
Mientras a nivel nacional decimos que los trabajadores y el pueblo no tienen alternativas para sus problemas y para profundizar el proceso revolucionario hacia el verdadero socialismo, y que no deben votar ni por el PSUV ni por los partidos de la burguesía; en Aragua la USI presenta candidatos obreros con un programa revolucionario, y llama a votar por Luis Hernández, candidato a alcalde en el municipio Zamora (Villa de Cura), Richard Gallardo, candidato a diputado en Maracay, Pedro Quijada, candidato nominal a diputado por municipio Sucre, (Cagua) y Marcos Guzmán “Cachumba”, diputado nominal, municipio Mariño (Turmero). Todos ellos verdaderos luchadores clasistas, comprometidos con las necesidades y aspiraciones de los trabajadores y las comunidades. Y en Falcón apoyamos a Iván Freites, dirigente sindical petrolero, candidato nominal a diputado por el municipio Miranda (Coro) y Francisco García, presidente del sindicato de la construcción UBT, nominal y lista, candidato a diputado por Paraguaná, quienes se postulan con el apoyo del PPT, PSOEV, Tupamaros y MCM, y la corriente sindical CCURA.
¡¡¡NI UN VOTO PARA LOS PARTIDOS DE LA BURGUESIA NI PARA EL PSUV!!!
¡¡¡VOTA POR LOS CANDIDATOS OBREROS DE LA USI EN ARAGUA!!!
LUIS HERNANDEZ, A LA ALCALDIA DE VILLA DE CURA
RICHARD GALLARDO. DIPUTADO (MARACAY)
PEDRO QUIJADA. DIPUTADO (CAGUA)
MARCOS GUZMAN “CACHUMBA”. DIPUTADO (TURMERO)
VOTA EN FALCON POR:
IVAN FREITES. DIPUTADO (CORO)
FRANCISCO GARCIA. DIPUTADO (PARAGUANA)
¡¡¡POR UN PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO!!!
¡¡¡POR EL VERDADERO SOCIALISMO SIN PATRONOS, EMPRESAS MIXTAS NI BUROCRATAS!!!