Por Orson Mojica
La segunda caravana de migrantes hondureños y centroamericanos que salió de San Pedro Sula, Honduras, rumbo a Estados Unidos, el pasado 13 de octubre, refleja no solo las desgracias y la decadencia de las sociedades de Centroamérica (decenas de miles emigran por la falta de trabajo decente y oportunidades de superación), sino que, irónicamente se ha convertido en uno de los temas centrales de la actual campaña electoral para la renovación parcial del Congreso de Estados Unidos.
El calvario de los migrantes
La derrota de la revolución en Centroamérica (1979-1996) y la ofensiva neoliberal no trajeron ni la democracia ni el bienestar económico, sino todo lo contrario: la decadencia y barbarie carcomen a las sociedades de Centroamérica, especialmente al llamado Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras), los países en donde la revolución fue estrangulada a sangre y fuego.
Las personas que huyen de la miseria en Centroamérica y se ven forzadas a emigrar, lo hacen de manera individual: venden sus pocos enseres domésticos, solicitan algún préstamo que no podrán pagar, o reciben fondos de familiares, para costear los gastos de travesía hasta Estados Unidos.
En el camino, dependiendo de la nacionalidad de origen, los migrantes son víctimas de las autoridades migratorias, que generalmente cobran coimas para dejarlos pasar por las diferentes fronteras. Para ingresar a México y llegar hasta la frontera de Estados Unidos, deben auxiliarse de los “coyotes”, verdaderas bandas del crimen organizados que cobran entre 2,000 y 5,000 dólares por persona.
En muchos casos, los coyotes no cumplen el contrato y miles de migrantes quedan varados en el camino, a expensas de las corruptas autoridades mexicanas, siendo extorsionados o reclutados, según el caso, por los carteles del narcotráfico. Y quienes logran llegar a la frontera de Estados Unidos, para poder llegar a su meta, deben vencer los controles que, con alta tecnología, aplica el ICE (Servicio de Inmigración y Aduanas), adscrito a la poderosa NSA (Agencia de Seguridad Nacional) que tiene como una de sus prioridades frenar la inmigración ilegal a ese país.
La primera caravana migrante
Las caravanas de migrantes hacia Estados Unidos son una novedad. Anteriormente, las caravanas migrantes eran organizadas por personas que habían ingresado ilegalmente a Estados Unidos, habían trabajado en ese país, y por la presión y persecución del ICE, habían decidido regresar a sus países de origen, con todos sus enseres. Para protegerse de los asaltos que ocurren a la luz del día en las carreteras de México (sobre todo en la ruta más corta, la carretera que bordea el Golfo de México), a veces organizados por la propia Policía mexicana, viajaban en caravanas como una protección colectiva.
Una de las primeras caravanas que marcharon en sentido inverso, es decir, hacia Estados Unidos, fue la de madres centroamericanas, en el año 2013, que luchaban por aclarar la situación de sus hijos desaparecidos. Hubo otras marchas anuales que pasaron desapercibidas.
Pero en marzo del año 2018, salió de San Pedro Sula, Honduras, la “caravana de refugiados” rumbo a Estados Unidos, agrupando a unas 1,000 personas, quienes solicitarían asilo conforme a las leyes de Estados Unidos. Esta caravana fue impulsada por la organización norteamericana sin fines de lucro “Pueblos sin Fronteras”. La noticia desato la furia imperial de Donald Trump, que descargaba sus Tuits como si fuese rayos desde el Olimpo, presionando a las autoridades mexicanas para que detuviesen la marcha, amenazando incluso como no aprobar la revisión del NAFTA, ahora convertido en DACA.
En esa ocasión, Trump declaró “Tenemos muy malas leyes para nuestra frontera y vamos a hacer algunas cosas militarmente (…) Hasta que podamos tener un muro y seguridad fronteriza, vamos a vigilar nuestra frontera con nuestras Fuerzas Armadas. Ese es un gran paso" (El País, 01/04/2018).
Al final las presiones dieron resultado, la caravana como tal renunció llegar hasta la frontera de Estados Unidos. Trump brincó de alegría: “Acabo de escuchar que la caravana [de inmigrantes, organizada por una ONG] que venía desde Honduras se ha disuelto y que México lo hizo (…) Lo han hecho porque, francamente, les dije que de veras tenían que hacerlo. (Les dije que) vamos a tener una relación en el TLCAN, y que vamos a tener que incluir seguridad en el TLCAN" (EL País, 01/04/2018)
La segunda caravana migrante
La segunda caravana migrantes no fue organizada por “Pueblos sin Fronteras” sino por movimientos sociales ligados o influenciados por el Partido Libertad y Refundación (LIBRE) de Honduras, que dirige el expresidente Manuel Zelaya.
Obviamente, como era de esperarse, el imperialismo norteamericano centró sus ataques contra LIBRE. La embajadora Heide Fulton releyó en Tegucigalpa las acusaciones de Mike Pompeo, Secretario de Estado de los Estados Unidos, contra Zelaya y el partido LIBRE.
En una larga entrevista a Radio La Voz de Estados Unidos de América (VOA), el secretario Pompeo declaró: “(…) estamos observando lo que ocurre con estas caravanas, que por cierto no son orgánicas, están siendo creadas por fuerzas externas y apoyadas por ellas. (…) Opositores políticos hondureños están promoviendo la caravana. Si analizas lo que está ocurriendo, esto no es sólo un grupo de personas que casualmente se juntan para formar un grupo grande". (VOA, 19/10/2018)
Estados Unidos ha señalado como principal organizador de la segunda caravana migrante a Bartolo Fuentes, periodista y director de la revista Vida Laboral, y también ex diputado de LIBRE. Desde el programa radial “Sin Fronteras" alentó la formación de la segunda caravana migrante y la noticia se volvió un polvorín. Bartolo Fuentes ratifica: “Nadie esperaba esta avalancha humana (..) La gente vio la oportunidad de dirigirse hacia el norte con mayor seguridad en números y sin tener que pagar un coyote, que puede costar hasta $ 7,000 (…) En Honduras, el gobierno quiere minimizar por qué las personas se van, saben que se van a ir y quieren decir que lo están haciendo por las mentiras y la oposición, no por las condiciones que crearon”. (The Daily Beast, 23/10/2018)
A través de un comunicado oficial el partido LIBRE no negó ni confirmó la versión, más bien respondió con un altisonante discurso antiimperialista, denunciando que Pompeo fue parte de la CIA y que Estados Unidos avaló el fraude electoral del año 2017, concluyendo que “si el gobierno de Estados Unidos quiere encontrar soluciones verdaderas a la cadena interminable de tragedias, atraso y miseria que vive nuestra Patria, debe entender que el proceso de reconstrucción de la democracia hondureña no es negociable, deben cesar su política de injerencia y su complicidad con esta nefasta dictadura que hipócritamente vive de las remesas de los migrantes que ahora criminaliza”. (21/10/2018)
El hecho de que LIBRE promoviese (¿o no?) la organización de la segunda caravana migrante no es un delito, más bien sería una medalla en el pecho, lo que si sería reprochable es que promueva este tipo de iniciativas solo para halarle el ruedo de los pantalones a Trump, en la búsqueda de forzar una negociación con el gobierno de JOH. En las próximas semanas sabremos la verdad.
El resurgimiento del racismo en Estados Unidos: el odio a los inmigrantes
El racismo es intrínseco a la historia de Estados Unidos. Desde su formación, aunque en el Acta de Independencia del 4 de julio de 1776, se proclamó “que todos los hombres son creados iguales; que están dotados por su creador con ciertos derechos inalienables; que entre estos, está la vida, la libertad, y la persecución de la felicidad”, en realidad este hermoso postulado se aplicaba solo a los colonos blancos. Los nativos eran perseguidos y aniquilados, mientras que los negros traídos forzosamente de África, permanecieron como esclavos hasta el estallido de la guerra civil (1861-1865).
La guerra civil terminó con el triunfo de los Estados del norte, contra los Estados esclavistas del sur. La esclavitud fue formalmente abolida en 1865, pero la discriminación contra los negros continuó bajo múltiples formas, hasta que el movimiento por los derechos civiles logró imponer la igualdad un siglo después, en 1960.
El boom de la economía mundial, después de la segunda guerra mundial, permitió a Estados Unidos convertirse en una superpotencia, y conceder a su población mas derechos democráticos, debido a que el Estado contaba con suficientes recursos mteriales. Pero esa situación llegó a su fin en la década de los años 70 del siglo pasado. Actualmente, producto de la crisis del capitalismo, la decadencia de Estados Unidos como potencia mundial ha reavivado, entre otros, el fenómeno del racismo bajo nuevas formas. El eje de ataque ahora no son los negros, sino la “inmigración ilegal”. Según Trump, son los inmigrantes ilegales los que quitan el trabajo a los obreros blancos en Estados Unidos, y no el hecho que la economía de Estados Unidos ha quedado rezagada ante el surgimiento de otras potencias imperialistas como China y Rusia.
Los Tuits venenosos de Donald Trump
Apenas tuvo conocimiento, Trump puso en marcha la maquinaria estatal y diplomática de Estados Unidos, para evitar que los migrantes pisen suelo norteamericano, al mismo tiempo que impulsaba la campaña ideológica para revivir el sentimiento antiinmigrante, en el contexto de las elecciones legislativas que deben realizarse en noviembre de este año.
No debemos olvidar que Trump ganó las elecciones presidenciales en el año 2016, apelando al profundamente arraigado sentimiento de supremacía blanca. El eje de su campaña fue la lucha contra la inmigración ilegal, asustando a los blancos de ascendencia anglosajona y europea que, de continuar las cosas como están, la frágil mayoría blanca se convertiría en minoría en las próximas décadas.
Sobre la segunda caravana migrante, Trump tuiteó lo siguiente: "Lamentablemente, parece que la policía y los militares de México no pueden detener a la Caravana en dirección a la frontera sur de los Estados Unidos. Criminales y oriente medio desconocidos están mezclados".(NYT, 15/10/2018)
A los dos días, volvió a la carga: "Espero que México detenga este ataque en su frontera norte" (…) ¡Todos los demócratas tienen la culpa de leyes débiles! (…) Estoy viendo cómo el Partido Demócrata dirigió (porque quieren Fronteras Abiertas y leyes débiles existentes) asalto a nuestro país por parte de Guatemala, Honduras y El Salvador, cuyos líderes están haciendo poco para detener este gran flujo de personas, INCLUYENDO MUCHOS CRIMINALES, de ingresar a México a los Estados Unidos" (NYT 18/10/2018)
Sin descansar un instante, Trump casi llora: "Eso es un asalto a nuestro país y en esa caravana hay gente muy mala y no podemos permitir que eso le pase a nuestro país (…). "Creo que los demócratas tuvieron algo que ver con eso". (NYT, 22(10/2018)
La insistencia de Trump de echarle la culpa a los demócratas, y la de Mike Pompeo, de señalar a LIBRE como el principal impulsor de la segunda caravana migrante, nos indican que Trump ha aprovechado para sí y para el partido republicano, la dramática situación que refleja la segunda caravana migrante, exacerbando los odios hacia los migrantes centroamericanos descalzos y en harapos.
Los demócratas: ocultan la cabeza como el avestruz
No cabe la menor duda que la estrategia mediática de Trump ha metido en aprietos a los candidatos del Partido Demócrata, quienes bajo la administración de Barack Obama se llevaron el record de deportaciones de migrantes centroamericanos.
Nancy Pelosi y Chuck Schumer, los líderes demócratas en el Congreso, mediante un comunicado declararon: "El presidente está desesperado por cambiar el tema de atención médica a inmigración porque sabe que la atención médica es el problema número uno que preocupa a los estadounidenses. Los demócratas están enfocados como un láser en la atención médica y no serán desviados". (NYT 23/10/2018)
Ante el peligro, el avestruz oculta su cabeza en la arena, pero en política puede ser fatal, ya que favorece las maniobras mediáticas de Trump, que ha convertido el tema de la segunda caravana migrante en el tema central de las elecciones de medio periodo.
Los atentados terroristas contra demócratas
Trump afirmó que en la segunda caravana migrante hay terroristas, apoyándose en las declaraciones del presidente guatemalteco, Jimmy Morales, quien, en una conferencia de prensa en el Departamento de Estado, informó sobre los logros de su gobierno: “(…) Hay otro tema que me gustaría mencionar. Hemos arrestado a casi 100 personas altamente vinculadas a grupos terroristas, específicamente a ISIS. No solo los hemos detenido en nuestro territorio, sino que también han sido deportados a sus países de origen. Todos ustedes aquí tienen información al respecto”. (Conferencia de prensa en el Departamento de Estado, 11/10/2018)
Pero mientras Trump afirmaba que había terroristas caminando hacia Estados Unidos, una seria de paquetes enviados por correo, que contenían artefactos explosivos, fueron enviados a las casas de los expresidentes y vicepresidente, Barack Obama y Joe Biden, contra la familia Clinton y le multimillonario judío George Soros.
Esta situación vuelve a colocar sobre el tapete existencia de grupos terroristas de supremacistas blancos, que son la proyección de una nueva forma del racismo que tiene sus orígenes en el esclavismo de la confederación. El racismo sureño es parte de la actual conciencia imperialista de los blancos de origen anglosajón y europeo.
Los demócratas aprovecharon los fallidos atentados terroristas, acusando a los partidarios de Trump, y pasaron a la contraofensiva política en un intento de mantener o superar la actual correlación de fuerzas dentro del Congreso de Estados Unidos.
En ese contexto se produjo un ataque armado contra una sinagoga judía en Pittsburg, Estado de Pensilvania, en la que hubo 11 muertos. El terrorista no era musulmán, sino un ciudadano norteamericano, un supremacista blanco. El agresivo discurso antinmigrante y anti judío de Trump puede volverse en su contra.
Tensiones con los gobiernos del Triángulo Norte
La crisis que ha originado la segunda caravana migrante ha tensionado las relaciones de la administración Trump con los gobiernos del Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras)
Sumamente enojado, Trump tuiteó lo siguiente: "Guatemala, Honduras y El Salvador no pudieron hacer el trabajo de impedir que las personas salgan de su país y vengan ilegalmente a los Estados Unidos. Ahora comenzaremos a reducir, o reducir sustancialmente, la ayuda externa masiva que se les da habitualmente".
Con la arrogancia que la caracteriza, Trump amenazó al gobierno cipayo de Juan Orlando Hernández: "Estados Unidos ha informado enérgicamente al Presidente de Honduras que si la gran Caravana de personas que se dirigen a los Estados Unidos no se detiene y se regresa a Honduras…¡No se dará más dinero o ayuda a Honduras, con efecto inmediato!"
Según datos publicados en The New York Times, para el próximo año se espera que Guatemala reciba $ 69.4 millones, Honduras $ 65.8 millones y El Salvador $ 45.7 millones, unos $ 180 millones, aproximadamente el 0.6 por ciento de los $ 27.7 mil millones en ayuda externa que Estados Unidos planea proporcionar en el año fiscal 2019. La ayuda de Trump a los gobiernos del Triángulo Norte, y que amenaza con cortar, en realidad es una gota de agua que se evapora en una plancha caliente
La no gubernamental Oficina de Washington para América Latina (WOLA, en inglés), que monitorea la asistencia para América Central, destacó que la ayuda para todo el istmo en 2016 alcanzó US$750 millones y cayó a US$655 millones.
En Guatemala, la asistencia norteamericana pasó de US$254,3 millones en 2016 a US$177,8 millones en 2017. El Salvador recibió US$153,1 millones en 2016 y cayó a US$149 millones en 2017. Honduras, recibió US$209,2 millones en 2016, y cayó a US$181,7 en 2017.
La interrelación de Centroamérica con Estados Unidos
Centroamérica es el patio trasero de Estados Unidos, lo que pasa en nuestra región incide más temprano que tarde en la agenda política interna de Estados Unidos. La segunda caravana de migrantes desesperados y descalzos, sin habérselo propuesto, ha encendido el debate sobre la inmigración en Estados Unidos.
Es difícil prever el resultado de las elecciones nuevamente polarizadas. La última encuesta demuestra que la anterior ventaja que tenían los demócratas, los únicos contendientes al partido republicano, ha disminuido, aunque todavía tienen una leve ventaja sobre su rival.
Lo que, si está claro es que, gane quien gane, la pobreza extrema, la violencia y la falta de trabajo y oportunidades, harán brotar nuevas y masivas caravanas de personas desesperadas por la crisis del capitalismo en Centroamérica. Y por ello debemos defender el derecho fundamental de migrar. La historia de la humanidad no solo es la historia de la lucha de clases, sino también de las constantes migraciones.