Por Nicolas Lebrun
A principios del mes, las grandes compañías de biotecnología, productoras de dos de las vacunas que utilizan el innovador descubrimiento de la tecnología del ARN mensajero, Moderna y Pfizer, han vuelto a mostrar el macabro rostro del negocio ligado a la producción y distribución de las vacunas contra el Covid 19.
“Los precios de las vacunas contra la covid-19 se han elevado hasta un 25% en la segunda ronda de contratos de reserva firmados por la Comisión Europea. Las dosis elaboradas por las farmacéuticas Pfizer y BioNTech han pasado de 15 euros a 19,50, mientras que las de Moderna, de 19 a 21 euros. Ambos productos utilizan la tecnología del ARN mensajero que se ha impuesto en la Unión Europea como la principal referencia frente a otras vacunas, como la de AstraZeneca (que se vende a precio de coste, unos dos euros, pero ya descartada para el futuro por Bruselas) o la de Janssen (8,4 euros). El incremento coincide con el debate sobre la necesidad o no de inyectar dosis de recuerdo a las personas que han completado la pauta de vacunación durante la campaña de este año.
El nuevo precio de la vacuna de BioNTech/Pfizer había trascendido el pasado abril, poco antes de que la Comisión cerrase un acuerdo con ambas empresas para la adquisición de 1.800 millones de dosis entre 2021 y 2023. La factura de 19,50 euros por dosis ha sido corroborada este domingo por el diario británico Financial Times, que asegura haber tenido acceso a partes del contrato entre la Comisión y las dos farmacéuticas. La subida supone un 25% en relación con los primeros contratos, que llevaron a la adquisición de 700 millones de dosis.
El mismo diario asegura que Moderna también ha elevado sus precios casi un 10%, pero el suministro hacia la UE de esa compañía estadounidense es muy inferior al de la alemana BioNTech y la estadounidense Pfizer. En un primer contrato con Moderna, Bruselas reservó 160 millones de dosis. Y otros 300 millones en un segundo contrato, con entrega prevista hasta 2022.” (El País, 5 de agosto del 2021)
Esto no es ni más ni menos que un plan concebido para lucrar a fondo con la necesidad vital de millares de seres humanos que están todavía a la espera de las dos dosis de estas vacunas, que hasta la fecha y con los datos que se poseen hoy en día, son las que mejor protección dan contra el mortal virus.
Negocio opaco y redondo bajo el manto de protección de la UE y los E.E.U.U
Los jerarcas de las diferentes instituciones europeas no dejan de machacar en cada oportunidad que representan los “valores europeos” lo que, según ellos, los hace diferentes a otros países que según su vara de medida, se salen de los marcos democráticos o del libre comercio.
Pero este discurso no es más que la demagogia que acompaña los más bajos intereses de las potencias imperialistas europeas, que durante siglos han saqueado y siguen hasta hoy en día, los recursos naturales, mano de obra y otros bienes de las antiguas colonias y países del denominado Tercer Mundo. Este saqueo no solo se ha dado durante el periodo colonial, donde a sangre y a fuego, ejercieron el dominio sobre los pueblos autóctonos para permitirles la extracción de enormes recursos que les permitieron entre otras cosas dar el salto hacia la industrialización de las metrópolis. Hoy en día, a pesar de los procesos de independencia que se dieron en la mayoría de sus antiguas colonias y también de las guerras de rapiña entre las potencias imperialistas, los gobiernos existentes, en casi la totalidad, no son más que socios menores de estas potencias. La UE y sus miembros no dudan en hacer pactos con dictaduras militares y cierran los ojos cuando estas someten a sus pueblos a los peores vejámenes.
La lógica del negocio de las vacunas va por el mismo camino. Con esta protección contra el virus del SARS covid 2, las potencias europeas piensan ganar un pulso comercial contra los otros países imperialistas. No en balde, la lluvia de subsidios públicos que se les ha otorgado a estas empresas ha sido enormes. Las negociaciones de los contratos de producción y venta de las vacunas en el seno de la UE han sido declarados secretas y ni siquiera los diputados del parlamento europeo han recibido la totalidad de los documentos de estas transacciones.
“Desde que comenzó la pandemia, las vacunas contra el coronavirus han recibido una suma de casi 5.000 millones de euros de fondos públicos y de organizaciones filantrópicas solo para su investigación y desarrollo. La cifra, que no tiene en cuenta los acuerdos de compra, viene recogida en un informe publicado este jueves por la alianza de organizaciones “No es Sano”, que hace hincapié en la “enorme inversión pública” que los gobiernos han destinado a apoyar a las grandes empresas que están detrás de las principales vacunas que se han desarrollado contra el coronavirus.
No obstante, denuncian que esta inversión “se ha dejado en manos” del sector farmacéutico “sin condiciones y sin asegurar” el acceso universal ni precios justos para todos los países.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en la actualidad más del 75% de todas las vacunas administradas se concentran en solo 10 países. "El acaparamiento por parte de unos pocos, acompañado de una capacidad de producción limitada, nos ha llevado al escenario actual en el que muchos países no alcanzarán un buen ritmo de vacunación hasta 2023".
“En verano de 2020 empezamos la carrera a contrarreloj que puso a la cola a los países más pobres. ¿Quiénes han sido los países que han podido negociar y asegurar vacunas? Los países ricos con capacidad de compra”, ha dicho durante la presentación del documento Irene Bernal, investigadora de Salud por Derecho, una de las organizaciones que forman parte de No es Sano, compuesta por ONG, colegios profesionales y asociaciones que defienden el derecho a la salud y el acceso a los medicamentos a un precio asequible.” (El Diario.es 27/05/2021)
Las otras potencias imperialistas no han hecho que seguir la misma línea que sus pares europeos.
“Según el portal del Global Health Centre de Ginebra, Suiza, Janssen, la filial encargada de la vacuna monodosis de Johnson & Johnson, recibió 1.028 millones de dólares (843 millones de euros) de EEUU al igual que Moderna, a la que el país norteamericano destinó alrededor de 955 millones de dólares (783 millones de euros), y también percibió fondos de CEPI y la cantante Dolly Parton. Mientras, Pfizer/ BioNTech fueron receptoras de aproximadamente 800 millones de dólares (656 millones de euros) en I+D de Alemania, la UE y Singapur.
A la compañía germana Curevac –cuya vacuna se encuentra en la fase de desarrollo clínico– Alemania, la UE y CEPI le han destinado unos 742 millones de dólares (608 millones de euros). Le sigue la compañía estadounidense Novavax, que recibió 508 millones de dólares (417 millones de euros) en financiación tanto de EEUU, CEPI (la mayoría) y procedentes de la filantropía (la Fundación Gates).
A ellas se suma el caso de la empresa china Sinopharm, que fue destinataria de 145 millones de dólares (119 millones de euros) del gigante asiático, según los datos del Global Health Centre, que reflejan también que la asociación AstraZeneca/Oxford tienen entre sus grandes financiadores a Reino Unido y CEPI, así como a la organización benéfica británica Wellcome Trust, los cuales aportaron cerca de 118 millones de dólares (97 millones de euros). En la lista de receptores de fondos públicos hay otros desarrolladores de vacunas avanzadas como la canadiense Medicago.” (ídem)
Como se ve con estos datos, el objetivo es el máximo lucro y de cumplir objetivos geopolíticos con la estrategia global de vacunación sin importar las necesidades de las masas a nivel mundial. Bajo el capitalismo y en esta etapa de reacción neoliberal que nos somete desde hace cuarenta años, la salud no es más que una mercancía y un negocio. La salud y el acceso a los servicios se convierte cada vez en un lujo para una minoría de los habitantes del planeta.
Aumento de las desigualdades y la cuarta ola
El aumento de los precios, aunado a las dificultades creadas por las empresas para presionar hacia el alza de estos, se han creado las condiciones para que solo una parte minoritaria de los habitantes del planeta tengan la posibilidad de tener un esquema de vacunación completo.
“El mundo está embarcado en un proceso de vacunación sin precedentes para frenar el coronavirus. Este camino hacia la inmunidad global avanza de manera desigual según la región. Mientras que en Europa ya se han vacunado con al menos una dosis a más de 88 personas de cada 100 habitantes, en Oceanía sólo 38 personas de cada 100 han sido vacunadas.
La brecha del proceso de vacunación entre los países más ricos y más pobres sigue aumentando por lo que peligra el objetivo de conseguir una inmunidad global. Según los datos de Our World in Data, en el continente africano sólo 5,5 personas de cada 100 ha recibido al menos una dosis contra el coronavirus.” (El Mundo, 6 de agosto del 2021)
A escala de países, la situación se vuelve más dramática aún. Según Our World Data, a la fecha del 6 de agosto del presente año, en Guatemala habían sido vacunadas completamente 1,99/100 habitantes; En Honduras el 3,16/100; El Salvador lidera el área con 25,13/100, seguido por Costa Rica con 16,71/100; Panamá con 16,48/100 y Nicaragua con solo 2,46/100 habitantes.
Con esta tendencia, la posibilidad real es que se disparen el numero de contagios debido a la aparición de nuevas variantes que son el resultado del abandono y mala gestión de la crisis por las autoridades políticas y de salud en las diferentes escalas: nacionales, regionales y mundiales. Cada dia que pasa en el cual la vacunación se hace imprescindible para frenar el avance del virus y las atroces consecuencias que no solo conllevan a la muerte de miles de personas, si no que también arrastra consecuencias físicas y mentales para aquellos que logran superarla.
Por la eliminación de las patentes
Diferentes movimientos políticos y sindicales se han manifestado ya por el levantamiento de las patentes y por la producción en diferentes sitios de las vacunas.
Los argumentos de las grandes empresas y de los que los protegen son si no mas que ridículos. Cuando, para lograr llenar el bolsillo de los accionistas de estas empresas farmacéuticas, no dudan ni un momento relocalizar sus sitios de producción en cualquiera de los cuatro rincones del planeta, ahora defienden el “savoir faire” en sus plantas en los países imperialistas. En el Parlamento Europeo una moción en ese sentido fue rechazada por la mayoría de los miembros de los bloques de partidos liberales y socialdemócratas. Más claro no canta un gallo.
EL movimiento sindical y popular debe imponer por medio de la movilización la eliminación de estas patentes de la muerte.
Esta lógica esquizofrénica apunta también contra los habitantes de los países imperialistas que confusamente pueden sentirse seguros en sus rediles, completamente vacunados. Mientras la inmunidad no sea conseguida por la mayor parte de la población del globo, las consecuencias a mediano y a largo plazo pueden ser imprevisibles.