Por Nicolas Lebrun
Este mes de noviembre ha sido marcado por dos eventos a escala planetaria.
Por un lado, en Indonesia, la Cumbre del G20 que reúne a los países más poderosos del planeta. Este grupo conformado por Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, los Estados Unidos, Francia, la India, Indonesia, Italia, Japón, México, el Reino Unido, la República de Corea, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea, representan el 60% de la población mundial y el 80% del PIB mundial. (El País 14/11/2022)
Por otro lado, en Egipto, en la ciudad de Sharm El Sheik se llevó a cabo la COP27. Una cumbre ambiental marcada por las altas expectativas que los medios burgueses y las ONG’s les atribuyen a estas cumbres dominadas por los intereses de los grandes grupos industriales, agrícolas y energéticos. Estos grupos además de los patrocinios son representados por los gobiernos y organismos burgueses como la UE, lo cual, de primera entrada, nos anuncia el color de la jugada.
G20: Ucrania y crisis energética sobre fondo de recesión
En estos momentos, el planeta entero vive una de sus mayores crisis. Esta tiene diferentes aristas. En el epicentro se encuentra la guerra en Ucrania, la cual, ligada con la pandemia del Covid 19 y otros aspectos estructurales de la economía capitalista, hacen que la situación no tenga otro signo que el deterioro a pasos agigantados de las condiciones de vida para las masas del planeta.
La amenaza de una recesión a escala planetaria ha sido advertida por el Banco Mundial en un reciente estudio
““El crecimiento mundial se está desacelerando de manera abrupta, y es probable que se produzca una mayor desaceleración a medida que más países entren en recesión. Me preocupa profundamente que estas tendencias persistan, con consecuencias duraderas que son devastadoras para las personas en los mercados emergentes y las economías en desarrollo”, dijo David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial. "Para lograr tasas de inflación bajas, estabilidad monetaria y un crecimiento más rápido, los responsables de formular políticas podrían trasladar el foco de atención desde la reducción del consumo hacia el aumento de la producción. Las políticas deberían apuntar a generar inversiones adicionales y mejorar la productividad y la asignación de capital, que son fundamentales para el crecimiento y la reducción de la pobreza”.” (Banco Mundial 15/09/2022)
La guerra en Ucrania, el conflicto interimperialista desencadenada por el conflicto en el Donbás y luego por la reciente invasión ha desatado los siete jinetes del apocalipsis.
En esta cumbre, sin embargo, ninguna puerta parece haberse abierto. Por un lado, la propuesta presentada por el presidente Zelenzky en el acto inaugural, a pesar de no ser parte de este grupo, no ha sido aceptada por la representación rusa, encabezada por el canciller Lavrov.
“Durante su discurso a la que denominó la cumbre del G19, luego de excluir a Rusia, Zelenski propuso 10 condiciones para poner fin a la guerra, como tratar temas de seguridad radiológica, nuclear, alimentaria, energética; liberar prisioneros y deportados de ambas partes; implementar la Carta de la ONU; el retiro de las tropas rusas y el cese de hostilidades; entre otras. (France 24 17/11/2022)
Los avances en el terreno por parte de las tropas ucranianas que han sido exageradas en términos estratégicos por el campo imperialista de la OTAN no son suficientes para cambiar la correlación de fuerzas real en el campo de batalla.
Esto ha sido reconocido por altos funcionarios del gobierno yanqui. El general Milley, jefe del Estado Mayor yanqui declaraba casi al mismo tiempo que se desarrollaba la cumbre
“La probabilidad de una victoria militar ucrania, definida como echar a patadas a los rusos de todo su territorio, incluida la parte que reclaman de Crimea - la probabilidad de que eso ocurra en un momento más o menos próximo no es alta, desde un punto de vista militar”, explicaba el general. Milley se ha pronunciado públicamente en favor de aprovechar los próximos meses de invierno, en que previsiblemente se reducirán las actividades en el campo de batalla, para tratar de abrir un camino a la negociación que permita solucionar el conflicto por la vía diplomática.
“Políticamente, puede haber una solución política en la que, por razones políticas, los rusos se retiran. Eso es posible”, ha apuntado Milley en la rueda de prensa en el Pentágono. Rusia “está ahora contra la pared”, y Ucrania en una posición de fuerza, la ideal para negociar. (el país 16/11/2022)
Uno de los eventos mayores de esta cumbre fue el encuentro entre los jefes de estado de las dos principales potencias actuales, los Estados Unidos y China. A pesar de que el presidente chino Xi Jinping en principio hizo un cambio en su posición con respecto a su aliado ruso, esto no ha dado hasta ahora una señal en el sentido de que el frente diplomático pueda anunciar humo blanco.
“El presidente chino pidió “que se respete la integridad territorial de Ucrania” y arremetió en contra la instrumentalización de los alimentos y la energía como armas, refiriéndose a la crisis de exportación de granos y los ataques a la red eléctrica ucraniana por parte de Rusia. Xi Jinping aprovechó para pedir que las grandes economías mundiales detengan los aumentos a sus tasas de interés como medida para detener la inflación” (France 24)
El incidente del misil, una provocación del campo ucraniano y polaco que buscaba desencadenar la respuesta militar por parte de los países de la OTAN fue cuestionada desde un principio por el mismo presidente yanqui y de paso dar un tirón de orejas a Zelensky que se convierte cada vez más en una piedra en el zapato para sus aliados.
Sharm el Sheik, más ruido y mucho menos nueces
Los recientes eventos relacionados con el cambio climático, cada vez más cruentos y acelerados han desenmascarado la tibieza con la que los principales contaminadores del planeta han venido actuando, incapaces incluso de seguir las ya de por si exiguas metas fijadas en la COP 21.
Las consecuencias en términos de vidas humanas, daños económicos y efectos irreversibles para los ecosistemas son enormes. El capitalismo lleva al planeta al despeñadero. Para los países atrasados, los efectos se sienten de manera todavía más cruda.
Seis años después de la COP21 en Francia, África sigue esperando la materialización del compromiso asumido por los países desarrollados de financiar hasta 100 mil millones de dólares al año, iniciativas para mitigar el calentamiento global en los países en desarrollo. Con solo alrededor del 4% de las emisiones de gases de efecto invernadero, muy por detrás de Asia, el mayor contaminador con el 53% de las emisiones globales, es muy probable que África ya no quiera pagar este alto precio. Hablando en la COP 26, Tanguy Gahouma-Bekale de Gabón, presidente del Grupo Africano de Negociadores sobre el Cambio Climático, dijo que "en África, el nuevo objetivo de financiamiento debe ser de 700 mil millones de dólares al año, no de $100 mil millones al año". Los países africanos también tienen la intención de involucrar al sector privado para que los fondos esperados se utilicen más allá de los proyectos gubernamentales (afrik21.africa 15/11/2022)
El fracaso de esta cumbre era de esperar, tanto así que diferentes representantes no han podido esta vez maquillar el cinismo con el que los países imperialistas se han comportado sobre todo en el aspecto de hacerlos jurídica y económicamente responsables del desastre ambiental. El secretario general de la ONU Antonio Guterres, timorato como suele ser en su lenguaje diplomático expresó:
“En este contexto, Guterres calificó de "inadecuadas" las decisiones tomadas en la cumbre climática de Sharm el-Sheikh en general. "Celebro la decisión de crear y activar el Fondo de Pérdidas y Daños en el próximo período, pero está claro que esto no será suficiente", señaló, y subrayó que la decisión de crear el fondo fue solo una "señal política" necesaria. para restaurar la confianza. Por su parte, el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, declaró durante la sesión de clausura de la conferencia que los resultados de la cumbre son insuficientes y no suponen esfuerzos adicionales por parte de los grandes contaminadores para aumentar y acelerar el nivel de reducción de sus emisiones.” (aa.com.tr 20/11/2022)
En este momento que el planeta con entusiasmo la copa del mundo de futbol y el polémico otorgamiento de la sede a Catar, la escogencia de Egipto para esta cumbre no levantó muchos escudos. El país gobernado por el dictador Al Sissi que ha silenciado la oposición a punta de cárcel, tortura y represión sin cuartel no fue inocente. De hecho, la presidencia de este evento por parte de este atroz personaje, ha tenido su influencia en la manera de conducirlo y de los acuerdos en ciernes.
“Parte de la responsabilidad de este atasco la tiene la presidencia egipcia, señala Ecologistas, ya que “no ha mostrado interés por avanzar” en este sentido y se “ha limitado a repetir lo pactado en Glasgow y no ha presentado ningún avance sobre el que discutir”. Además, en las dos semanas de cumbre, “la oposición de muchos países a tomar medidas adicionales para enfrentar la emergencia climática ha sido clara”, apuntan, y “muestra la incapacidad de las COP de incluir la obligatoriedad de ceñirse a los últimos informes del IPCC”.
Tampoco ha habido avances en la necesidad de abandonar los combustibles fósiles. Después de muchas negociaciones, solo se consiguió mantener la redacción del año pasado en la que se incluía como recomendación “aumentar los esfuerzos para abandonar los subsidios ineficientes al carbón”.
“La falta de ambición de Sharm el Sheij muestra el enorme precio de llegar a acuerdos por consenso en las negociaciones. También da cuenta del poder de los grandes países petroleros, que evitan a toda costa hacer mención a la desaparición necesaria de todos los combustibles fósiles en las economías antes de final de siglo”, señala esta organización.” (elsaltodiario.com 20/11/2022)
Las movilizaciones como punto de partida para cambiar el rumbo
Ante este panorama nada alentador, algunas chispas se encienden alrededor del mundo en el campo de la resistencia del movimiento de masas. Las huelgas y movilizaciones en Europa apuntan a no dejar que las consecuencias de esta nueva crisis recaigan en las espaldas de los trabajadores y sus familias.
Este movimiento también apunta su oposición a la guerra a la cual los imperialistas quieren llevarnos como una forma de engrasar la maquina financiera y apuntar a consolidar los intereses del gran capital.
Por otra parte, también estas movilizaciones cuestionan las políticas de austeridad que buscan reducir el presupuesto de los programas para llevar adelante cambios en la política energética. El desfinanciamiento de los transportes públicos y la privatización creciente de los mismos condena a la gente a seguir utilizando las soluciones individuales para el transporte, en beneficio de la industria automotriz y petrolera.
La unidad de las luchas y de los objetivos como lo expresan en sus consignas durante los piquetes de huelga, “fin del mundo y fin de mes el mismo problema” son bien claros.