Medio Oriente

Por Nicolas Lebrun

El fin de semana pasado, ante el descubrimiento de la muerte de seis rehenes tomados por Hamas, cientos de miles de israelíes se movilizaron para pedir un acuerdo para devolver el resto de los que fueron capturados hace casi un año, luego de la ofensiva el 7 de octubre perpetrada por el brazo armado de Hamas en los territorios ocupados por la entidad sionista.

Ante esas poderosas movilizaciones, la política del gobierno de coalición de ultraderecha, encabezado por el primer ministro Benjamín Netanyahu no parece cambiar de un ápice su ofensiva genocida contra el pueblo palestino en la franja de Gaza y ahora parece extenderla en Cisjordania.

Un giro a la derecha con el aval del imperialismo

Las divisiones en seno de la burguesía sionista no son cosa nueva. Después de la toma del poder por parte del actual primer ministro, su política por consolidar un régimen bonapartista se ha visto confrontado a una serie de movilizaciones que llegaron a su apogeo a mediados del año pasado.

La reforma de la constitución fue la gota que desbordó el vaso. Esta reforma consistía en centralizar todavía más el poder en el parlamento y por ende en la figura del primer ministro para controlar el poder judicial. Durante años, Netanyahu se ha visto confrontado a numerosos procesos por corrupción, lo que demuestra de manera refractada las tensiones entre las instituciones del estado sionista.

“La nueva jornada de manifestaciones contra el Gobierno israelí fue convocada por los líderes del movimiento opositor a través de un comunicado publicado en la mañana del martes 11 de julio, horas después de la primera lectura de la reforma en el Parlamento.

"El espectáculo de terror de anoche en la Knesset sirvió como un claro recordatorio del momento crítico en el que nos encontramos. Frente a una coalición dictatorial, solo el pueblo puede rescatar a Israel", expresó la oposición en un comunicado, llamando a los ciudadanos inconformes a "salvaguardar la democracia israelí".

La cabeza del sindicato israelí más grande del país, Arnon Bar-David, ha amenazado con convocar una huelga general en todos los sectores de la industria, un movimiento que podría paralizar la economía de la nación.

Bar-David conminó a que el primer ministro Benjamin Netanyahu "termine con este caos" para evitar consecuencias mayores, si no, el sindicato tendría que intervenir. "Si la situación llega a un extremo, intervendremos y emplearemos nuestra fuerza", afirmó el líder sindical de 'Histadrut'.”

Llamados similares provocaron que el primer ministro congelara la reforma el pasado 27 de marzo, esto en pro de evitar una "guerra civil" después de 15 semanas consecutivas de movilizaciones civiles en contra de su proyecto de ley. Sin embargo, el líder ultranacionalista decidió retomar sus planes hace unas semanas. (France 24)

Pero lo que hay que tener en cuenta es que la política interna en Israel es casi teledirigida por el imperialismo, a pesar de los roces que puede haber en cuanto a las tácticas, en el fondo, en la estrategia ambos van por la misma vía. Esto quiere decir que la esencia del sionismo es ser la punta de lanza de la contrarrevolución en Oriente Medio.

La directiva Aníbal

La crisis de los rehenes para el gobierno sionista es solo un pretexto para el lanzamiento de las operaciones militares que, según ellos, buscar rescatarlos y “destruir Hamas”.

Esta guerra criminal que ha causado la muerte de cerca de cuarenta mil palestinos, mayoritariamente niños y mujeres ha sido también respaldada por la administración Biden-Harris.

Luego del ataque de Hamas el 7 de octubre la polémica directiva Hannibal fue lanzada.

“No necesariamente. En cuanto a la toma de rehenes, la doctrina israelí ha sido muy particular desde la aplicación de la directiva Aníbal a finales del decenio de 1980, cuando muchos soldados fueron capturados en la frontera libanesa. Este protocolo tan controvertido permaneció en secreto durante mucho tiempo, pero ahora sabemos que el Estado Mayor impuso la liberación de los rehenes por todos los medios, incluso si eso significaba que perdieran la vida en la operación o cualesquiera que fueran sus daños colaterales, como los bombardeos masivos. A través de esta forma de sacrificio, también se trataba de evitar el trauma nacional de la toma prolongada de rehenes, como la del joven sargento Gilad Shalit entre 2006 y 2011. Para recuperarlo, Tel Aviv terminó intercambiándolo por más de mil prisioneros palestinos. Esta doctrina parece haber caído en desuso desde la muerte del soldado Hadad Goldin en 2014, pero es inimaginable que Israel no reaccione ante el chantaje de Hamás.” (sudouest.fr)

Esta doctrina, supuestamente fuera de uso, ha sido reactivada desde el 7 de octubre. Esto implica como pueden leer, que se ha llevado al pie de la letra. Los bombardeos de la aviación sionista sobre Gaza, no hacen la diferencia entre las victimas palestinas o la probabilidad que también caigan sobre los rehenes.

Cualquier diferencia entre los altos mandos de la armada y el gobierno sobre esta aplicación o no es un asunto de mera demagogia porque ambos han estado conscientes de su utilización.

"A las 11:59 p.m. en punto", revelaron Ronen Bergman y Yoav Zitun después de cotejar testimonios (anónimos) de oficiales superiores y soldados rasos, "el Kirya dio la orden a todas nuestras fuerzas (infantería, tanques, fuerza aérea y helicópteros artillados) de activar el procedimiento Aníbal, evitando nombrarlo, tal vez con la esperanza de protegerse de la ira de las familias y para cubrirse en caso de una comisión de investigación". Más de tres meses después del "Sábado Negro", ahora se sabe que más de mil milicianos de Hamas infiltrados en la zona de Gaza han sido "liquidados" por las fuerzas israelíes y otros doscientos han sido capturados vivos antes de que puedan regresar a la Franja de Gaza. "Pero sigue habiendo una zona gris en relación con el tema extremadamente delicado del número de rehenes [israelíes] muertos durante la contraofensiva del ejército y tras la activación del procedimiento Aníbal".

En cualquier caso, una cifra nos deja con la boca abierta. "Apenas una semana después de los ataques de Hamas, unidades ad hoc registraron e inspeccionaron hasta 70 vehículos [israelíes y palestinos] pulverizados por las FDI antes de que los terroristas pudieran regresar a Gaza. Sin embargo, hasta la fecha, muchos cuerpos aún no han sido identificados. Y aquí ni siquiera estamos hablando de los hogares israelíes y sus familias invadidos por los Hamasnikim [milicianos de Hamas] antes de que estos últimos, con sus rehenes, fueran 'neutralizados', de nuevo bajo el procedimiento de Aníbal". Ronen Bergman y Yoav Zitun concluyeron: "A los 250 cautivos israelíes extraídos a la Franja de Gaza, podemos añadir razonablemente un mínimo de 70 rehenes que no sobrevivieron a los combates en territorio israelí. Esta macabra cifra puede ser solo una estimación baja". (Courrier International)

Las movilizaciones contenidas

El Estado sionista en esta guerra contra el pueblo palestino no puede darse el lujo de entrar en una crisis política mayor. La galvanización que hubo al principio alrededor de un gobierno de unidad nacional se ha ido corroyendo.

Las movilizaciones del año pasado hicieron entrar al país en una inédita situación revolucionaria que hubiera podido acentuar la crisis política. De esta crisis, la burguesía y los aparatos sindicales han tirado una lección que es la de encabezar el movimiento para mejor controlarlo y evitar todo desbordamiento.

La huelga general de 24 horas, duramente reprimida por la policía sionista tuvo un largo alcance. Sin embargo, todavía los objetivos que es de abrir las negociaciones para alcanzar un alto al fuego y la liberación de los rehenes no han sido alcanzados. El gobierno de Netanyahu, empantanado en Gaza busca todavía resultados en su objetivo de desmantelar a Hamas. Mientras siga con el apoyo incondicional de los países imperialistas y sobre todo de los Estados Unidos, que le siguen otorgando el apoyo militar y financiero para seguir adelante con la guerra, la opción del alto al fuego parece no estar a la vuelta de la esquina. La muerte de los rehenes ha ido más bien en la dirección contraria a un posible acuerdo.

¿Quién mató a los rehenes?

“La medida buscaba forzar al gobierno a llegar a un acuerdo con Hamás. Estamos recibiendo bolsas con cadáveres en lugar de un pacto (para liberar a los rehenes que todavía están vivos)”, criticó el sindicalista Arnon Bar-David, quien afirmó que el regreso de los plagiados “es lo más importante ahora”.

Una posición que es respaldada por los familiares de uno de los seis secuestrados fallecidos.

"Destruir a Hamás es un objetivo importante, pero nunca se podrá alcanzar mientras los rehenes sigan allí”, afirmó a la prensa local Gil Dickmann, primo de Carmel Gat.

"Estamos protestando para asegurarnos de que nuestra voz sea escuchada, para decir que no haremos nada hasta que estén aquí (los secuestrados)”, dijo a AFP Michal Hadas-Nahor, uno de los huelguistas.

Desde hace meses, Israel y Hamás han mantenido negociaciones para conseguir un alto al fuego y la vuelta de los capturados. »

“La noticia del hallazgo de los cadáveres de seis de los secuestrados por Hamás el pasado 7 de octubre ha provocado en Israel una ola de indignación no vista en meses.

Desde el fin de semana decenas de miles de personas han salido a las calles para protestar contra el primer ministro, Benjamin Netanyahu, a quien responsabilizan de las muertes por su negativa a alcanzar un acuerdo con la organización palestina que permita el regreso de los 97 secuestrados que todavía permanecen en la Franja de Gaza.

“¡Vivos, vivos, los queremos de vuelta vivos!”. Esta es una de las consignas coreadas por los manifestantes en las últimas horas.”” (El País)

La caída del gobierno de Netanyahu por medio de la movilización seria solo un pequeño paso para el objetivo de la desaparición del Estado fascista de Israel.

Las masas dentro del estado sionista a pesar de su rechazo por el gobierno de Netanyahu y la ultraderecha ortodoxa están por la destrucción de Hamas, que fue elegido por los palestinos en ambos territorios de la ANP y que se encuentra desde el 2006 al frente del gobierno en Gaza.

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