Unificar la lucha salarial en cada país y en todo Centroamérica
La crisis del sistema capitalista se siente con todo su furor, no solo en las metrópolis imperialistas (Estados Unidos, Europa, Japón, etc) sino también en los países atrasados. En Centroamérica, esta crisis se manifiesta, entre otros aspectos, en el aumento del ya crónico desempleo, y en la reducción del salario real de la clase trabajadora.
La ofensiva neoliberal permanente homogeniza todos los precios, pero existe una enorme desproporción con los salarios de los países atrasados, como ocurre en Centroamérica. Incluso, dentro de los países que conforma la nación Centroamericana existe un desnivel salarial.
A pesar que el costo de la canasta básica ronda en promedio unos 350 dólares en Centroamérica, los salarios mínimos varían en cada país: En Guatemala con el ultimo aumento el salario mínimo es de 2,156.25 quetzales (unos 183 dólares); en El Salvador está en 187 dólares; en Honduras con el ultimo aumento el salario mínimo es de 4,617 lempiras (unos 242 dólares); en Nicaragua el salario mínimo es de 2746 córdobas (unos 125 dólares) y en Costa Rica con el ultimo aumento el salario mínimo es de ¢ 235.286,98 colones (456 dólares); en Panamá con el ultimo aumento el salario mínimo es de 432 dólares.
A estas cifras del salario mínimo en Centroamérica debemos agregar la estratificación salarial: hay varios salarios mínimos en cada país, por rubro o actividad económica, un mecanismo de explotación y división de la clase trabajadora. Los trabajadores más castigados son los de las maquilas y los trabajadores agrícolas, que por cierto son los que realizan las jornadas más extenuantes de trabajo. En la mayoría de los países, los incentivos o pluses mejoran el salario, pero sigue retrasado en relación al costo de la vida.
Como se puede observar los países de Centroamérica que tiene un mejor nivel salarial son Costa Rica y Panamá. Y no es una casualidad que en estos países es donde la clase trabajadora se resiste a perder su nivel de vida, y donde han desarrollado las luchas mas importantes de los últimos meses, como han sido las movilizaciones de los empleados públicos contra el miserable aumento de 5,000 colones (unos 10 dólares) en Costa Rica y la histórica huelga de los trabajadores del Canal de Panamá
Y no es que en los otros países no se hayan librado luchas, sino que la intensidad de estas ha sido menor. Los empleados públicos en Guatemala siguen presionan por recuperar el salario real. Actualmente las luchas parecen haberse detenido por el adormecedor discurso del presidente Otto Pérez Molina. En El Salvador, la dolarización devora el salario y las remesas. En este país la vanguardia de la lucha sigue siendo el magisterio, que no se cansa de luchar. En Honduras, el viraje electoral del FNRP, que se ha convertido en furgón de cola de LIBRE, por haber dejado de luchar, por omisión, le ha permitido al gobierno de Porfirio Lobo bajar los salarios reales. El magisterio yace como un gigante herido, rodeado de las hienas neoliberales que lo quieren desarticular.
En Nicaragua, el gobierno de Daniel Ortega compite con sus homólogos de la región, presentando a las empresas transnacionales y maquileras el “incentivo” de ser el país mas seguro y de tener los salarios más bajos de Centroamérica. En Costa Rica, los empleados públicos comienzan a organizarse para luchar contra el decretazo de Laura Chinchilla, que es una congelación salarial en los hechos.
Por ello, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a los trabajadores centroamericanos a unificar las luchas por un justo aumento de salarios en cada país y en todo Centroamérica. El salario mínimo en Centroamérica debe unificarse en relación al país que tenga mejor nivel de vida: Panamá.