EL SALVADOR.- Pleito por cuotas de poder: ¡Es hora de una Asamblea Nacional Constituyente!
El Salvador vive nuevamente una crisis institucional, caracterizada por el pleito a muerte entre la Sala Constitucional y la Sala Contencioso Administrativo de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
Producto de enfrentamientos, treguas y pequeños pactos anteriores, la Sala Constitucional quedó bajo el control de ARENA, y como contrapeso la Sala Contencioso Administrativo quedó en manos del FMLN. Mientras el gobierno de Mauricio Funes agoniza, el pleito por las cuotas de poder dentro de las instituciones del Estado se ha agravado con la cercanía de la campaña electoral. Tanto ARENA como el FMLN se atrincheran en las instituciones, adelantándose a los resultados electorales
Los “cuatro fantásticos” magistrados de la Sala Constitucional han emitido sentencias o resoluciones que han creado serios obstáculos al gobierno de Mauricio Funes y del FMLN. Los cambios formales al sistema electoral debilitan en los hechos la aspiración del FMLN de perpetuarse en el gobierno, abriendo las compuertas a la participación política de otras fuerzas. La suspensión del cobro del FONAT empeora los problemas financieros del gobierno. Reiteradas resoluciones han frenado las elecciones de funcionarios públicos, siendo el caso más grave la elección de los magistrados de la Corte de Cuentas, o han intervenido en la destitución de altos funcionarios, como fue el caso del ex ministro de Seguridad, general David Munguía Payés. Las sentencias relacionadas al tema electoral han causado molestias en el seno de los partidos políticos, que manejan el monopolio de la postulación electoral.
Para ganar adeptos, la Sala Constitucional se ha vestido con ropaje democrático, cuestionando malévolamente las decisiones erradas del gobierno de Funes. Con ello trabaja intensivamente para que ARENA recupere el gobierno. Por su parte, el FMLN quiere negociar un nuevo statu quo que le permita gobernar y lograr su reelección en el gobierno, pero sin cambiar las antidemocráticas estructuras de poder, heredadas de los gobiernos de ARENA.
En esta guerra de sentencias, el objetivo del FMLN es obligar a la Sala Constitucional a moderar sus actitudes y renegociar su composición interna, para ello está cuestionando, desde la Sala Contencioso Administrativo, la elección de estos magistrados, realizada en el año 2009. La táctica del FMLN, al igual que una guerra de guerrillas, es combatir al enemigo con sus propias armas y tácticas, y en el mismo terreno. Pero en este pleito por cuotas de poder, el FMLN ha cometido el error estratégico de no apelar a la movilización de masas, como lo hizo Hugo Chávez en su momento en circunstancias parecidas en Venezuela, sino de combatir en el mismo terreno de ARENA, es decir, respetando la institucionalidad burguesa que este partido impuso al pueblo con la reaccionaria Constitución de 1983.
Las fuerzas de la reacción, obviamente, se han reagrupado en torno a la defensa de la Sala Constitucional. José Luis Escobar Salas, arzobispo de San Salvador, acaba de pronunciarse defendiendo la labor de los “4 fantásticos”. Mari Carmen Aponte, embajadora norteamericana en El Salvador, acaba de amenazar que de continuar el pleito entre Salas de la CSJ, Estados Unidos suspendería los fondos de Fomilenio II. Y así sucesivamente la ANEP, FUSADES y otros organismos.
En el contexto de la campaña electoral, para no perder votos de la clase media, el FMLN se ha deslindado públicamente de este nuevo conflicto en el Poder Judicial, pero arremete con todas sus fuerzas para domesticar a la agresiva Sala Constitucional, al servicio de ARENA.
Es hora de acabar con este interminable pleito de poder desde las instituciones del Estado, que fue construido a imagen y semejanza de ARENA. El pleito entre Salas muestra el agotamiento del tipo de Estado que se construyó con la Constitución de 1983
Es hora que el pueblo tome decisiones. Los magistrados y los altos funcionarios deben ser electos directamente por el pueblo, de la misma manera así deben ser revocados. Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) hemos señalado la urgente necesidad de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, para que redacte una nueva Constitución en cuyo texto estén recogidas y plasmadas las necesidades y aspiraciones democráticas de la población.