Este 1 de mayo: Luchemos unidos por aumentos de salarios cada vez que suba el costo de la vida
La crisis del imperialismo y del capitalismo se hace sentir de manera cotidiana, atacando el precario nivel de vida de los trabajadores, quienes tienen como única fuente de sustento la venta de su fuerza de trabajo. El salario es el pan nuestro de cada día.
Precisamente, la crisis capitalista ataca centralmente los salarios. Las transnacionales imperialistas y los capitalistas criollos buscan cómo bajar los salarios por la vía de los hechos, negando sistemáticamente las peticiones obreras de aumento de salarios. Existen otras políticas como la flexibilización laboral, el trabajo a tiempo parcial o por horas, o por productividad, que buscan recortar conquistas históricas de los trabajadores.
En Centroamérica, debido a la aplicación prolongada del ajuste neoliberal, todos los productos de consumo popular, incluidos los servicios básicos (energía, agua, comunicaciones) están dolarizados. Aunque los productos se vendan en quetzales, lempiras, córdobas o colones, los capitalistas convierten los precios en su equivalente en dólares. De los siete Estados que componen la nación Centroamericana, sólo en El Salvador y Panamá, circula el dólar como moneda oficial.
En toda Centroamérica los precios están dolarizados pero los salarios se pagan en moneda nacional, devaluándose constantemente. Por eso la brecha entre precios y salarios es cada vez más abismal. A lo anterior habría que agregar que el dólar como moneda de cambio internacional, sufre una constante devaluación, porque el imperialismo norteamericano financia su gigantesco déficit imprimiendo dólares sin respaldo. Entonces, tenemos una doble fuente de deterioro de los salarios de los trabajadores centroamericanos.
En El Salvador y Panamá, los países en donde circula el dólar, los empresarios alegan una relativa estabilidad de precios para mantener congelados los salarios. Como hemos visto, la congelación salarial en el fondo es una devaluación de los salarios, porque los precios suben constantemente por la inflación de cada uno de nuestros países y por la inflación internacional.
La histórica huelga nacional de los obreros de la construcción en Panamá, iniciada el pasado 23 de abril del año en curso, tiene una doble importancia. En primer lugar, se trata de una gigantesca lucha de trabajadores del sector privado – en una región donde prevalen las luchas de los empleados públicos--. En segundo lugar, se produce en un país donde circula el dólar como moneda oficial, donde existe una relativa baja inflación, pero que demuestra que los salarios se deterioran aun en aquellos países que ganan en dólares.
Preocupa el hecho de que mientras los obreros de Panamá, junto a los educadores en huelga, están desafiando la política económica definida por el estado mayor de la burguesía en ese país, exista muy poca solidaridad de los gremios de los trabajadores de la construcción del resto de países que conformamos la nación centroamericana. En general, las centrales obreras y sindicales de Centroamérica, muy debilitadas por la ofensiva neoliberal, no comprenden la importancia de esta lucha salarial en Panamá.
En este 1 de Mayo reviste especial importancia la consigna de luchar por aumento de salarios cada vez que suba el costo de la vida. Esta debe ser la consigna central de este 1 de Mayo, porque la crisis capitalista está reduciendo velozmente los salarios. Por ello, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a los sindicatos y centrales obreras de la región, a luchar en unidad de acción, por encima de las diferencias, bajo la consigna de aumento de salarios cada vez que suba el costo de la vida.
Hoy por hoy, la lucha salarial es una forma vital de lucha contra la crisis del sistema capitalista. No es simple economicismo, es un asunto de vida o muerte para la clase trabajadora, es un mecanismo para luchar contra la degradación de nosotros mismos y nuestras familias.