GUATEMALA.- Ganó el payaso Jimmy… la lucha sigue!!
La apabullante victoria de Jimmy Morales sobre Sandra Torres (67.44% de los votos válidos contra 32.56%) deja de ser tan significativa si la contrastamos con el 43.65% de ciudadanos empadronados que se abstuvieron de votar; y más aún si comparamos los resultados con el inusual 71.33% que emitió su voto en la primera vuelta.
El despertar de amplios sectores principalmente urbanos, que se movilizaron desde abril hasta agosto contra la corrupción y el podrido sistema político, debido a su naturaleza democrática, al predominio de las capas medias y objetivos políticos limitados, logró ser encauzado por los poderes oligárquicos hacia el proceso electoral. El elevado porcentaje de votantes rechazó a los partidos y políticos tradicionales, y permitió el ascenso del novato Jimmy Morales y su desconocido partido FCN-Nación al primer lugar en la primera vuelta. Morales volvió a ganar en la segunda vuelta, pero si sumamos y restamos nos damos cuenta que el porcentaje real de ciudadanos que votó por él fue el 36.40% de los empadronados, y el 63.59% no está de acuerdo con su elección. En otras palabras, ni la UNE ni el FCN-Nación fueron considerados como una opción por una gran parte de los ciudadanos.
Por ello indudablemente el gobierno de Morales será un gobierno débil. Con una bancada de apenas 11 diputados en el Congreso, el FCN-Nación se verá obligado a negociar, sobre todo para obtener la aprobación de recursos para implementar su plan de gobierno.
Un sector fuerte de la oligarquía apoyó a Morales, pero esa misma oligarquía se está oponiendo tenazmente a la aprobación del presupuesto gubernamental 2016 presentado por los funcionarios del desaparecido gobierno del Partido Patriota al Congreso para su aprobación. El presidente electo se llena la boca diciendo que se enfocará en solucionar los problemas de salud, educación, desnutrición, empleo, corrupción, etc. Pero la agenda de la oligarquía es otra: disminución del presupuesto, menos endeudamiento, recorte de gastos, ataque a la corrupción como causa de las dificultades en el gasto público, ataque contra los pactos colectivos firmados con los sindicatos de trabajadores estatales, cero incremento a los impuestos, etc. Morales verá cómo la gran burguesía que le apoyó le dobla el brazo y lo obliga a acatar sus designios, empezando por el nombramiento del gabinete, que fue pospuesto para diciembre.
No está claro cuál es la agenda de los militares de extrema derecha entronizados en el FCN-Nación. Sin duda, uno de sus propósitos es frenar los procesos judiciales contra los oficiales acusados de masacres y genocidios. Se acerca una nueva elección de magistrados a la Corte de Constitucionalidad, y será clave que coloquen en ella a sus peones. Sin duda también habrá un endurecimiento de las medidas represivas, legales o no, contra las luchas populares. Pero esta agenda deberá supeditarse a la de la oligarquía, y tener su visto bueno.
La embajada gringa y la burguesía lograron encauzar el descontento contra el corrupto sistema político hacia el proceso electoral, y dan por finalizadas las movilizaciones. El empresario Felipe Bosch declaró: “Creo que Guatemala necesitaba este despertar y creo que todos debemos sentirnos orgullosos de lo que pasó y ahora a construir” (Siglo21 24/09/15). Es cierto que asistimos a un retroceso, pero el movimiento no ha sido derrotado.
Ahora es el turno de las organizaciones campesinas, indígenas, sindicales, estudiantiles, de mujeres y populares, de ponerse a la cabeza de la lucha democrática contra la corrupción y el descalabro del sistema político, combinándola con las más sentidas demandas sociales. En ello residirá la fuerza para oponerse al gobierno pro oligárquico de Jimmy Morales.