Unidad Sindical para frenar los ataques contra los contratos colectivos
Últimamente hemos observado una enconada campaña de propaganda de las cámaras empresariales y de todos gobiernos de los Estados de Centroamérica, contra las conquistas laborales de los trabajadores del sector público, las que fueron obtenidas en las décadas anteriores producto de grandes luchas, y que quedaron pasmadas en los contratos o convenciones colectivas.
La ofensiva neoliberal de los últimos 25 años ha causado estragos a nivel de la organización de los trabajadores, sobre el empleo y los salarios, pero todavía no ha logrado liquidar plenamente algunas conquistas de los contratos o convenciones colectivas.
A nivel de la organización sindical, la ofensiva capitalista ha logrado reducir casi a cero la organización sindical en los trabajadores del sector privado en todos los países de Centroamérica. Si no hay sindicatos tampoco habrá contratos o convenciones colectivas. Los trabajadores del sector privado constituyen el sector más numeroso de la clase trabajadora, pero a la vez el más disperso y atomizado. A este sector pertenecen lo que queda de la industria manufacturera y las maquilas. Si bien es cierto hay centenares de miles de trabajadores en las maquilas, estos en la mayoría de los casos no pueden organizarse en sindicatos, so pretexto del cierre de las empresas.
Los trabajadores del sector público son quienes más han soportado los planes de ajustes y de desmantelamiento del Estado, pero como luchan contra un solo empleador conservan algún grado de organización sindical todavía, y con ello los contratos o convenciones colectivas.
La tendencia general ha sido la liquidación gradual de las conquistas y el vaciamiento de los contratos colectivos. Pero a pesar de la ofensiva neoliberal en todos los niveles, tenemos tres países en Centroamérica (Guatemala, Costa Rica y Panamá) en donde todavía estas enormes conquistas no han sido liquidadas totalmente. En países como El Salvador, Honduras y Nicaragua, la crisis capitalista y los fenómenos políticos en cada caso han permitido el desgrane acelerado de las conquistas laborales de los convenios colectivos. Algunos convenios todavía están en pie, otros han sido reducidos casi a la nada. En El Salvador y Nicaragua el ascenso de las guerrillas, como el FSLN y el FMLN, resultaron al final catastróficos para el movimiento obrero. En Honduras, la claudicación de toda la izquierda al Melismo, provocó una dura derrota y los trabajadores están pagando las consecuencias.
Pero en Guatemala, Costa Rica y Panamá, los trabajadores del sector público conservan cierto grado de organización sindical y con ello preservan todavía los contratos o convenciones colectivas.
En la medida que la crisis fiscal de todos los Estados de Centroamérica se vuelve ingobernable, los gobiernos y las cámaras patronales quieren solucionar el problema que ellos crearon, vaciando el bolsillo de los trabajadores públicos.
En Guatemala, el nuevo presidente Jimmy Morales ha dicho claramente que deben recortarse los beneficios de los contratos colectivos para el sector salud y educación. En Costa Rica el gobierno de Luis Guillermo Solís se rasga las vestiduras criticando los pluses salariales de los trabajadores Públicos. En Panamá la situación es similar, con la diferencia que los sindicatos de empleados públicos llevan años luchando duramente y defendiendo sus conquistas.
Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a todas las centrales obreras, sindicatos del sector público, a cerrar filas en la más amplia unidad de acción, por la defensa y ampliación de las conquistas plasmadas en los contratos y convenciones colectivas.