Por Maximiliano Cavalera.
La muerte de la reina Isabel deja a Inglaterra sin heredero directo al Trono. Así es que Jacobo I asume el reino de Inglaterra cambiando radicalmente las relaciones políticas en la Isla. Las nuevas nociones o pretensiones del rey estaban enmarcadas en el fortalecimiento del poder de la corona en detrimento del parlamento. Las contradicción apresuran la caída de su reinado y Jacobo I es sustituido en el trono por Carlos I de Inglaterra.
El reinado de Carlos I no logró disminuir la contradicción entre el parlamento y la burguesía, y Carlos I disolvió en tres ocasiones el parlamento. En esos 11 años que gobernó sin congreso incrementó los impuestos para financiar guerras y extrapoló los problemas religiosos entre protestantes y católicos. Estas acciones de Carlos I llevaron a la división entre los parlamentarios y una cruenta guerra civil, en la que el rey, literalmente, perdería la cabeza.
La guerra civil
Estratégicamente el parlamento y sus partidarios se concentraban en Londres, el sureste del país y las tierras centrales, en cambio el poder e influencia de los realistas se enmarcaba en Gales el Norte de Inglaterra y el oeste de la isla. En este proceso de guerra civil Oliver Cromwell asumiría un papel preponderante, sobre todo tomando en cuenta que su experiencia militar previa consistía en un paso efímero en la milicia.
Como líder militar logra acumular una gran experiencia, reclutando un escuadrón de caballería en Cambridgeshire, escuadrón que luego convertiría en regimentó, logrando grandes victorias militares y dando ventaja a los parlamentarios para ganar la guerra. Las batallas más importantes serían las de East Anglia, la batalla campal de Marston Moor y la indecisa Segunda Batalla de Newbury. En esa época tuco un altercado con el duque de Manchester por el carácter de clase de los reclutas militares: "Si se elige a hombres honestos y temerosos de Dios para ser capitanes, los hombres honestos les seguirán... Prefiero un capitán vestido de forma humilde que sepa por lo que lucha y ame aquello que sabe, antes que uno de los que usted llama gentilhombres y que no es nada más que eso” (Carta a Sir William Spring)
Este conflicto es la representación armada del choque inevitable entre la burguesía y la monarquía, drama que se vería nuevamente representado en Francia más de un siglo después: “Cromwell fue en su tiempo un gran revolucionario y supo defender, sin detenerse ante nada, los intereses de la nueva sociedad burguesa contra la antigua sociedad aristocrática. Esto es lo que se debe aprender de él; el león muerto del siglo XVII vale a este respecto mucho más que muchos canes vivos.” (Hacia Donde va Inglaterra, León Trotsky)
La historia a través de la lucha de clases va tejiendo las formas instituciones de poder y los acontecimientos que los van moldeando. Así es que el Rey Carlos I logra escapar hacia Escocia en donde se arma en contra de la revolución. Nuevamente se enfrentan las tropas realistas contra las parlamentarias, venciendo los ejércitos al mando de Cromwell en la batalla de Preston. Cromwell Aplastó levantamientos en Gales y ordenó la expulsión de los parlamentarios que estaban a favor de la negociación con Carlos I.
Las consecuencias fueron funestas para la Monarquía enjuiciando al rey por traición y condenándole a muerte. Esta fue la primera y única republica que conoció el reino de Inglaterra desde entonces: “Con una pesada maza de guerra, Oliverio Cromwell forjó en el yunque de la guerra civil el carácter nacional que luego asegura a la burguesía inglesa en el curso de dos siglos y medio una superioridad inmensa en la lucha mundial, para manifestarse después, a fines del siglo XIX demasiado conservador aun desde el punto de vista del desarrollo capitalista. Claro está que la lucha del Parlamento Largo contra el poder personal de Carlos I y la severa dictadura de Cromwell fueron preparados por la historia anterior de Inglaterra.
La república: primera gran revolución burguesa
Pero esto significa tan sólo que las revoluciones no se hacen arbitrariamente, sino que nacen de una manera orgánica de las condiciones del desenvolvimiento social y constituyen cuando menos etapas tan inevitables en el desenvolvimiento de las relaciones de las clases de un mismo pueblo entre sí, como las guerras en las relaciones de las naciones organizadas. (Ídem) La republica significó la instauración en el poder de la burguesía puritana que se reflejó en los intereses comerciales del nuevo gobierno. De este periodo nace el concepto de libertad, pero la libertad de clase que tiene la burguesía para hacer los negocios que se le antoje, es decir, libertad de una clase en detrimento de otra.
La estabilidad conseguida por Inglaterra durante el gobierno de Cromwell serían fundamentales para el desarrollo histórico del imperio británico: “La revolución inglesa del siglo XVII, escuela del puritanismo, severa escuela de Cromwell, preparó al pueblo inglés, más exactamente: a sus clases medias, para su papel mundial ulterior. A partir de la mitad del siglo XVIII, la potencia mundial de Inglaterra se hizo indiscutible. Inglaterra domina en los mares y en el mercado mundial, que ella ha creado.” (Ídem)
Cromwell: el lord protector
Como suele pasar en muchos procesos políticos, la libertad por la que luchaban los parlamentarios, y por la cual luchó Oliver Cromwell, fue restringida por los que lucharon por instaurarla. Cromwell Aplastó brutalmente las rebeliones de Irlanda e Inglaterra que pretendían instaurar nuevamente en el poder a la monarquía y al sucesor político de Carlos I, su hijo Carlos II.
Aplastó a los simpatizantes monárquicos estabilizando políticamente la republica inglesa. El poder en el parlamento se dirigió a la cámara de los comunes, aboliendo la cámara de Lores. Asimismo, a pesar de todas las represiones religiosas que promovió, el protectorado de Cromwell estableció como parámetro la tolerancia hacia las organizaciones no católicas incluyendo a los judíos, perseguidos en ese entonces por casi toda Europa. Sin duda alguna, las reformas que se impulsaron en esta época fueron importantes y fueron forjando la nueva Inglaterra: “Porque a fines del siglo XVIII se realizaron transformaciones radicales que condujeron, en particular, a la expropiación de los pequeños productores.
Para cualquiera que se dé cuenta de la lógica interior del proceso histórico debe ser evidente que la revolución industrial del siglo XVIII, que transformó a la Gran Bretaña de arriba abajo, hubiera sido imposible sin la revolución política del siglo XVII. Sin una revolución hecha en nombre de los derechos de la burguesía y de su espíritu práctico (contra los privilegios aristocráticos y la ociosidad de los nobles), el espíritu, tan grandioso, de las invenciones técnicas, no hubiera sido despertado y no hubiera habido nadie, por lo demás, para aplicar las invenciones a fines económicos. La revolución política del siglo XVII, nacida de todo el desarrollo anterior, preparó la revolución industrial del siglo XVIII.” (Ídem) Las conclusiones que se pueden sacar son significativas, sobre todo porque las formas políticas están íntegramente relacionadas con los desarrollos económicos y técnicos en la historia de la humanidad, es decir, existe una relación dialéctica entre los dos procesos históricos.
La restauración monárquica
La Republica no duraría mucho tiempo, a Oliver Cromwell se le quiere proclamar rey de Inglaterra no aceptando el título y conservando el de Lord Protector. Pero la república inglesa no sobreviviría a la muerte del Lord Protector. Su sucesor e hijo Richard Cromwell no pudo controlar las fuerzas monárquicas que se reagruparon para recuperar el poder y terminó dimitiendo. Fue el general George Monck quien auspicio el regreso a la monarquía, declarando nuevamente rey de Inglaterra a Carlos II, terminando así la República, única en la historia Inglesa. La monarquía restaurada intentó borrar el legado de Cromwell exhumando su cuerpo y realizándole una ejecución simbólica. Su cuerpo fue profanado y arrojado a una posa, mientras que su cabeza fue exhibida por muchos años en la abadía de Westminster como prueba de las consecuencias que tendría todo aquel que quisiese botar a la monarquía del poder absoluto en Inglaterra.
Fue en mayo 1660 que Carlos II restaura la monarquía en Inglaterra. Pero el proceso revolucionario tiene enormes consecuencias, sobre todo porque las ideas liberales se cimentaron enormemente en Inglaterra y fueron llevadas a las colonias al otro lado del atlántico. La importancia histórica de esta revolución burguesa es muy significativa: “Inglaterra capitalista fue preparada por la revolución política de la mitad del siglo XVII y por la revolución industrial de fines del XVIII. Inglaterra salió de su época de guerra civil y de la dictadura de Cromwell como un pequeño país que apenas contaba millón y medio de familias. Inglaterra entró en la guerra imperialista de 1914 como un imperio abarcando dentro de sus límites la quinta parte de la humanidad.” (Ídem)