Por Allen Cordero Ulate
Comentarios al libro “Trotski, revolucionario sin fronteras”, de Jean-Jacques Marie, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, primera edición en español del 2009. (Edición original en francés del 2006)
Reseña:
Increíble y extraordinario trabajo, éste que se ha dado el lujo de presentarnos, Jean -Jacques Marie, una épica y po ética biografía de Trotski, el revolucionario sin fronteras; quizás el m ás grande de la historia moderna. El contrapunto obligado, obviamente Lenin, colocado en la cúspide del honor revolucionario en parte por el propio Trotski, quien a la par de aquel se colocó prácticamente como camarada-compa ñero y hasta cierto punto como limitado o tarado, por no entender desde el principio, desde que se es un bebé político, que lo fundamental es construir el partido. ¿Pero será así? Es que esta biografía, me hizo pensar que sin Trotski, no hubiera habido revolución rusa, así hubiera estado San Lenin, el todo Partido y todo lo que se quiera. Es que, el partido de Lenin fue el que empezó tarado buscando incidir en la revolución rusa, y no fue sino bajo el incansable martilleo de Lenin y de la propia presión de las masas, que ese partido empezó a asumir la tarea de la organización revolucionaria. Pero el gran hacedor práctico, el multihombre, la metralla humana fue Trotski multiplicado por allá y por acá, conectando su genio oratorio cultivado, su energía sin límites, con el hambriento pueblo ruso, con sus masas multiformes, obreros, soldados despedazados , o bien, en el sentido más amplio; masas en sus insondables formas y abigarramientos. El genio intelectual de Trotski, las cantidades de páginas devoradas; su pasión insurreccional, a veces, no obstante insensible frente al "detalle humano", la respuesta sentimental ante quienes lo amaban, me refiero en primer lugar a su hijo-camarada León Sedov; todo puesto al servicio de la revolución. ¿Quién sabe?, a lo mejor , lo que un trasnochado freudiano diría, la sublimación de la libido, puesta al servicio de esa gran oportunidad de derrotar al capitalismo en Rusia. ¡Y lo logró y lo lograron! Vaya maravilla de la historia y en particular de la historia con mayúscula o sea de la historia que hacen las masas en sus momentos más iluminadamente locos. Y Rusia revolucionaria se fue haciendo y se estructuró en la forma que se le conoció a partir de 1922; URSS. Esto fue lo verdaderamente terrible para el orden imperialista, pues revoluciones se ven por montón, pero que al final de cuentas, solamente quedan en unas pocas limosnas que la historia va escurriendo entre los dedos enflaquecidos de esas masas de siempre; los trabajadores más humildes, los migrantes que son los que ponen la mayor parte del trabajo, los trabajadores lumpenizados, las mujeres que ellos dicen que los joden, pero que los hacen felices. Mujeres trabajadoras migrantes étnicas; las más bajo de abajo.
Los primeros años de construcción titánica del "socialismo", lo pongo entre comillas pues como se ilustra fehacientemente en el libro aquí reseñado la concepción trotskista del socialismo es internacional hasta la médula. Demostrado, lamentablemente de una manera terriblemente lamentable con la restauración capitalista en la ex URSS, pues los sepultureros finales de la revolución fueron los propios hijos del estalinismo, los burócratas que quisieron hacerse capitalistas, y lo están logrando de manera patética. No por "táctico" que fuera el socialismo en la URSS, no era importante su defensa y consolidación. Así, los años de la defensa del socialismo "nacional, vieron en Trotski también el gran hacedor, el estratega militar defendiendo en el propio campo de batalla a la naciente revolución, en su famoso tren militar, recorriendo el frente por doquier, y de nuevo arengando y construyendo al lado de los soldados, que combatían por conciencia, pues el pago se les atrasaba y realmente era miserable.
Y esta es la gran característica de Trotski como revolucionario, desde sus tempranos pasos juveniles en Odesa, y que fue el tratar de combatir el orden dominante desde el campo de las masas mismas; en sus batalla s reales. Aunque no se fue a trabajar a una fábrica, -quizás lo hubiera hecho si hubiera surgido la posibilidad- , su campo fue el de la redacción para periódicos que leyeran trabajadores y cuando las oleadas huelguísticas prendían, ahí estaba él en el campo de batalla. ¿Qué otra manera hay de aprender el estado real de la conciencia de las masas y de incidir hacia una resolución socialista? El peligro de la elucubración desconectada del sentir de las masas es de las peores enfermedades del movimiento r evolucionario durante toda la historia, incluso hasta el presente. También, el campo de Trotski en numerosas ocasiones fue la cárcel, donde compartió la suerte de los mi les de exiliados y encarcelados. Esos años de encarcelamiento, no obstante, fueron sabiamente y poderosamente aprovechados para continuar con su formación y para seguir la lucha desde la cárcel. Conexión con la realidad desde la cárcel misma. ¿Podrá verse visto algo igual?
La perspectiva defendida por Jean-Jacques es interesantísima y polémica, pues es militante. A diferencia de la monumental trilogía de Isaac Deutscher, para quien la dedicación de Trotski a la vida militante y en particular la construcción de la Cuarta Internacional fue pérdida de tiempo, pues el campo de Trotski era el del análisis histórico y la literatura, en cambio el punto de vista defendido por el biógrafo que aquí se reseña es justamente el contrario, indicar que el máximo aporte de Trotski fue esta dedicación partidaria y organizativa, siendo este su legado cumbre y que si el trotskismo no ha muerto es por eso , porque hay un especie de continuidad militante en las décadas ulteriores a su asesinato, hasta el presente y finalmente, lo que es lo fundamental; porque la realidad lo respalda. Es difícil asimilar este punto de vista pues no hubo un solo grupo que llegara a ser un partido de masas, en el mayor de los casos se trató de grupos intelectuales, "de vanguardia", generalmente peleados en diferentes fracciones. ¿Historia conocida? Imagen esta que le ha dado la peor fama a esos afanes organizativos.
De acuerdo con esta minuciosa reconstrucción de Jean-Jacques (es un libro de 613 páginas) la gran constante de Trotski, en términos de consejos político- organizativos a los grupos que se dijeron sus seguidores, fue precisamente tratar de incidir en lo qué él mismo fue ejemplar, que fue el de buscar permanentemente el camino de las masas trabajadoras. No sólo saber la teoría de la revolución permanente sino vivirla junto a los trabajadoras para profundizarla. Pero los grupos parece que prefirieron la búsqueda de las "verdades puras " revolucionarias y en esas elucubraciones perdían la perspectiva de las masas terminando por despezarse internamente. Obviamente Trotski hizo grandes análisis, con sus respectivas derivaciones político-prácticas; en el contexto de la oposición de izquierda y del camino hacia la Cuarta Internacional, algunos de los temas centrales fueron el ascenso de fascismo en Alemania, el frente popular en Francia y España, la defensa del estado obrero así este se hubiera degenerado burocráticamente, entre otros. Pero eran políticas para debatirlas por supuesto pero en el campo de batalla mismo, no para "elucubrarlas" hasta el fin desconectándose del movimiento real.
Una gran obra, una gran biografía a la altura de su "objeto", que da muchísimo para pensar, para compartir, para trabajar....