"La política es la expresión más concentrada de la economía". Lenin.
Por José René Tamariz
El día 31 de octubre de 2018 de forma súbita y abrupta el precio del dólar subió en el mercado mayorista a 620,64 colones y en ventanilla hasta 630 colones. Estos incrementos repentinos y pronunciado de la moneda extranjera se explican oficialmente de la siguiente manera.
Según el presidente ejecutivo del Banco Central de Costa Rica, Rodrigo Cubero, el aumento del valor del dólar respecto al Colón en las últimas semanas se deben a tres razones básicamente: 1) la demanda de dólares del ministerio de hacienda para pagar deuda externa, unos $800 millones, aproximadamente, entre los meses de marzo y octubre (8 meses). 2) la dolarización de los ahorros en colones del sector privado (personas físicas y empresas). 3) que “Lo visto (con el dólar) refleja una incertidumbre de la situación fiscal, sobre el rumbo de las finanzas públicas y del proyecto de fortalecimiento de las finanzas públicas. Esto ha generado incertidumbre en el mercado y en el público y una presión directa en el tipo de cambio”. (La Nación, 1 de noviembre de 2018). Analicemos cada una de esas variables planteadas por el presidente del Banco Central para explicar el alza del dólar.
En primer lugar, la venta de divisas por parte del Banco Central entre los meses de marzo a octubre fue de $1.545 millones de los cuales $800 corresponden a Hacienda, es decir, el 51,78%. El otro 48,22% de venta de dólares fueron en el mercado de monedas extranjeras (MONEX). Según Freddy Quesada, gerente del puesto INS valores, “… Si se revisan las negociaciones de Monex, los montos no están fuera de lo común”. (Ídem). Es decir, que la compra y venta de los dólares en el mercado mayorista están dentro del marco de normalidad. Ahora, de forma coyuntural, un gran comprador que influyó en la venta de divisas fue el ministerio de hacienda porque tenía que pagar vencimientos de deuda externa en dólares. Ahora bien, si eso es cierto, ese ministerio debió planificar dicha compra para no generar distorsión, si acaso los provocó. Por otra parte, es importante señalar y aclarar que del total de la deuda pública que es el 49,7% del PIB, la deuda externa constituye la menor parte sólo el 9,7%, el resto 40% es deuda interna. Por tanto, la porción de deuda que se debe pagar en dólares es del 19,51% del total, no constituyendo cifras insostenibles y que generen tantas distorsiones. De esto se deriva que los pagos en dólares de la deuda externa no se deben hacer siempre, sino circunstancialmente y con algunos vencimientos. Por ende, su impacto sobre el alza del dólar no debería producirse de forma permanente ni de la forma que se ha producido.
En segundo lugar, ¿Quiénes son las personas físicas y jurídicas que tienen gran capacidad de ahorros en colones y que los pueden dolarizar? Sencillamente, los capitalistas, las empresas y un sector minoritario de ahorrantes o público. La mayoría de la población no tiene capacidad de ahorro, ya que sus ingresos no les permiten ahorrar, sino lo que más bien hacen es endeudarse. En este hecho de dolarizar los colones, por parte de capitalistas y empresas, puede haber de por medio no solo la intención de proteger sus dineros sino de inducir una devaluación del colón para obtener más ganancias y mejores rendimientos.
En tercer lugar, el sector o capital financiero (bancos privados, financieras, cooperativas y bancos públicos) son los más beneficiados con el incremento del dólar. En los cambios abruptos de esa relación de compra y venta del dólar sus ganancias por el diferencial cambiario aumentan súbita y grandiosamente. Normalmente, Costa Rica, de 12 países latinoamericanos estudiados, es el que mantiene el diferencial más alto. Asimismo, de todos los países centroamericanos, Costa Rica, es el que tiene el mayor diferencial cambiario, lo cual indica el jugoso y lucrativo negocio de la compra y venta de dólares. Un estudio del “Semanario Universidad” que realizó en el año 2016 indicaba que, por esa diferencia entre la compra y venta de dólares, los llamados intermediarios financieros obtuvieron unas ganancias de $205 millones en el año 2015 y “… el Banco Central de Costa Rica (BCCR) recibió, producto de ese negocio, más de $51 millones”. (Semanario Universidad, 28 de septiembre de 2016).
Abajo publicamos las diferencias entre la compra y venta de dólares, tanto de forma absoluta como porcentual, en los países centroamericanos. Se puede observar como el diferencial cambiario de Costa Rica es altísimo respecto a las demás naciones. Este lucrativo y gigantesco negocio también es interesado en generar movimientos súbitos y abruptos, ya que el capital financiero es parasitario, especulador y rentista por naturaleza.
05/2013 Compra Venta Diferencia %
Costa Rica 493,59 504,52 10,93 2,21
Nicaragua 24,54 24,7 0,2 0,81
Honduras 20,3 20,44 0,14 0,69
Guatemala 7,78 7,8 0,02 0,26
El Salvador 8,75 8,75 0 0
2/11/2018
Costa Rica 613,16 622,08 8,92 1,45
Honduras 24,1154 24,2842 0,17 0,7
(Fuente: El mercado de divisas en Centroamérica. Universidad Centroamericana. San Salvador 15 de julio de 2013. Otras fuentes: Banco Central de Honduras y periódicos).
Esas diferencias cambiarias de forma absoluta y porcentual son las oficiales, pero si las realizamos con respecto a la venta de los dólares en ventanilla de los intermediarios financieros se notan diferencias mucho más lucrativas y grandes. Por ejemplo, las diferenciass entre la compra y venta oscilan entre los 12 y 20 colones, o sea, desde el 2% hasta el 2,83% o más en otros casos.
En cuarto lugar, ¿será cierto que la incertidumbre sobre el rumbo del combo fiscal “ha generado incertidumbre en el mercado y en el público y una presión directa en el tipo de cambio”? En realidad, esa es una aseveración demasiado exagerada. Es muy probable que el llamado “mercado”, mejor dicho, los capitalistas, ya sea el mercado financiero, monetario, mercantil u otros, tengan relativa “incertidumbre” de sus negocios, pero algunos se están blindando, obteniendo mayores ganancias con inducir el alza de dólar. Señalar como presión al “público” en general es incorrecto y falso. Se podría de mencionar mejor el “público” de ciertos sectores de ultra ricos y ricos. Al final, estos sectores se han amalgamado con el gobierno y otras autoridades monetarias para obligar a la sala cuarta a votar favorablemente el combo fiscal y, también, influir en la opinión pública creando temores del futuro económico.
Por último, el aumento de las tasas de interés de política monetaria por parte del Banco Central va a conllevar a un incremento de las tasas de intereses en ahorro y de créditos, afectando sensiblemente a todos los deudores en colones que tendrán que pagar más por sus préstamos. Muchas personas que tenían sus deudas dolarizadas, pero que tienen sus ingresos en colones, vieron subir repentinamente los pagos de sus cuotas. Realizaron arreglos con los bancos e instituciones financieras para colonizar sus deudas en dólares, creyendo que iban a mejorar sus condiciones, pero resulta que con los cambios que hizo el Banco Central, también serán afectados porque sus tasas de intereses, sin son variables, aumentarán y tendrán que pagar más colones. Según el Banco Central esa política se implementa para evitar que suba la inflación.
La devaluación del Colón en los hechos, inducida por poderosos sectores económicos y financiero, está conllevando al aumento en las tasas de interés nominal, a la reducción del nivel de consumo de la población y a una política recesiva del mercado interno con graves implicaciones. Asimismo, afecta grandemente a las personas que tienen sus deudas en dólares. Una política correcta y a favor de los trabajadores, sectores populares y sectores de clases medias sería implementar una reforma tributaria justa y progresiva, en la que paguen más los sectores que generan la riqueza, es decir, los empresarios y ultrarricos; eliminar de forma significativa el diferencial cambiario, llevándolo hasta un 0,25%; implementar una política de reactivación económica que, entre otras medidas, le dé empleo a miles de desempleados, subempleados y sectores informales, desarrollando un plan de obras públicas y otras medidas progresivas.